Sony PlayStation se encuentra en una situación… extraña, por definirla de alguna manera. A pesar de que si bien, las ventas del PS5 se encuentran en muy buena posición y se espera que despeguen aún más con el fin de la famosa escasez, la imagen de la marca no goza de sus mejores momentos por diferentes factores, esto sin mencionar que el futuro inmediato de sus aclamadas exclusivas no pinta particularmente nutrido. Sin embargo, más de uno confía que esto se revierta pronto y que la propia tracción tan positiva conseguida en la era del PS4, siga haciendo eco. Dentro de todos los movimientos que se están haciendo por mantener el nombre en lo más alto, tenemos a uno que indudablemente tardó, pero que promete bastante. Hablamos de entrar de lleno al mercado de los controles premium, el cual, había sido marcadamente ignorado y consumido mayormente por terceros. Ahora que hemos pasado ya varios días usando el llamado DualSense Edge de forma intensa, te contamos si es que creemos que es o no, ese gran salto a nivel de hardware y de experiencia de juego en general.
Desde hace ya unos años, la forma y tecnología que hay detrás de un mando moderno para jugar videojuegos, alcanzó un estándar difícil de modificar y por ende, en donde no hay mucho espacio para la innovación. A pesar de lo anterior, es muy marcada la evolución que ha tenido este hardware en los últimos 20 años y claro, no deja de sorprender el punto al que han llegado tanto Nintendo, Microsoft y Sony en esta área. Ni qué decir de todas las alocadas y muchas veces superiores opciones por parte de terceros. Entendido lo anterior, siempre surge la pregunta de si es que vale o no la pena entrarle a toda esta nueva tendencia de los controles premium.
Comencemos a hablar de lo que viene dentro de la caja de un DualSense Edge. Lo primero que verás es un precioso estuche en color blanco. Esta caja que luce el logo de PlayStation en relieve, sorprende por su material completamente rígido. El tipo de plástico es muy parecido al que se usa para la carcasa tanto del PS5, como de los propios DualSense. De hecho, te podría asegurar que es el mismo solo que con otro grosor. De destacar la compuerta superior trasera con la que cuenta para que puedas estar cargando el mando mientras está bien protegido en el case.
Una vez que abres todo este asunto, te topas con varias curiosidades. Además del propio DualSense Edge, dentro del estuche viene un cable de USB C a USB convencional de 2.8 metros, cuatro puntas de antólogo intercambiables y dos tipos de pares distintos de botones traseros. Para rematar, notarás un cuadro en color negro sumamente curioso. Este aditamento tiene la funcionalidad de asegurar el cable al control para que éste no se desconecté al momento de estar cargando. Indudablemente, esta parte de todo el kit fue la que más llamó mi atención, pues francamente no entiendo bien su intención. Si tu mascota o cualquier persona pasa rápido frente a ti y no ve el cable mientras estás usando el seguro, una de dos, o tu costoso Edge saldrá volando o peor aún, tu consola se podría venir abajo de dónde esté. La verdad, no comprendo el por qué alguien querría asegurar con tanta enjundia el cable al control.
Comenzando con lo que probablemente es la característica más peculiar del DualSense Edge, tenemos que el mando cuenta con análogos completamente modulares. Además de que fácilmente pueden ser cambiados por unos más altos y de punta convexa muy a la DualShock 2 ó 3, tenemos que en realidad, el módulo completo puede ser reemplazado. Presionando un pequeño botón que viene en la parte trasera, el panel frontal del control se desprende para que después, moviendo simplemente unas pequeñas palancas, el stick completo se separe para ser cambiado. Esto claro, tiene que ver con dar una solución fácil y viable en caso del famoso drift. La cosa acá es que el reemplazo se vende por separado a un precio de $20 dólares. Creo que de entrada, un mando de $200 dólares y en general cualquiera, no tendría por qué presentar estos problemas.
De igual forma, es posible ajustar la profundidad de los gatillos en tres niveles diferentes, esto claro, con el objetivo de ser más rápido en un FPS al momento de disparar y apuntar, por ejemplo. De destacar que al momento de cambiar esto dentro del mando, el tema de los gatillos adaptables que generan resistencia en muchos juegos de PS5, se perderá por completo. Al ser un control premium, el DualSense Edge también ofrece la posibilidad de agregar un par de botones traseros, esto en forma de paleta corta o larga dependiendo del gusto de cada quién. Importante recalcar que a diferencia de lo que ofrece el Elite Series de Xbox, acá solo tenemos espacio para dos botones extra que por supuesto, se pueden mapear a cualquier botón que queramos.
Hablando de botones reconfigurables, te cuento que en efecto, absolutamente todos los del DualSense Edge se pueden cambiar a gusto de cada quien, esto a través de una elaborada y muy clara interfaz dentro de la consola. Además del perfil por default, podemos agregar tres de ellos que se ajusten a cualquier juego o género que queramos. Acá entra el tema de los botones de función que vemos bajo los análogos. Presionando cualquiera de ellos en cualquier momento, podremos cambiar instantáneamente entre nuestros perfiles previamente configurados, además de que usando el D-Pad, es posible aumentar o bajar el volumen de los audífonos que estemos usando.
Otro punto a destacar de todo lo que tiene que ver con reconfigurar botones, es que dentro de la misma interfaz de la que te hablaba, puedes incluso cambiar cosas como la sensibilidad de los gatillos y/o de los propios análogos, esto claro, con el objetivo de dejar el mando justo a tu gusto. Sí, si te gusta todo esto, te aseguro que pasarás una muy buena cantidad de tiempo moviendo aquí y allá todo lo que se ofrece.
La batería lleva tiempo siendo todo un tema para los controles de Sony y con el DualSense Edge, se ha calentado aún más. Seguramente por temas de diseño y agregados como los análogos modulares y el poder modificar los niveles de presión de los gatillos, se tuvo que optar por una batería de menor tamaño y por ende, de menor capacidad que lo que vemos en un DualSense estándar. Sí, por más que cueste trabajo creerlo, esta versión premium ofrece menor tiempo de batería. ¿Qué tan menor? Pues bien, depende mucho del juego, pero de acuerdo con mi experiencia, puedes esperar un máximo de cinco o seis horas. Sí, está marcadamente limitado en este apartado, siendo indudablemente su punto más criticable.
Algo que tenemos que entender es que el DualSense Edge parte de un control ya excelente como lo es el DualSense estándar. Esto me lleva a contarte cómo es que se siente en las manos y qué tan diferente es la experiencia con este mando a lo que es usar uno normal.
Lo primero que seguramente sentirás es que es ligeramente más pesado. De los 280 g del estándar, pasamos a 330 g. La diferencia no es tanta, pero sí es notable. ¿Afecta en algo? No, pero yo en lo personal sí prefiero ese pequeño peso agregado, como que beneficia al propio agarre del mando y hace que se sienta mucho más sólido. Hablando de agarre, tenemos que también, el control cuenta con agarraderas con textura como de goma, que en efecto, hacen que se sienta más firme en las manos. Por su parte, los gatillos igualmente lucen textura con los iconos de PlayStation para una mejor sensación en los dedos.
Además de haber cambiado su color a negro, el touchpad ahora también presenta una agradable textura al tacto y motivos con los iconos de la marca que en la parte superior termina con un ángulo recto a diferencia del redondeado del estándar. De destacar que igualmente, la parte central baja del mando ahora luce un acabado brillante en lugar del mate de la versión estándar.
El DualSense Edge se siente sensacionalmente bien en las manos pero… ¿es tanta la diferencia con uno estándar? La realidad es que no. Por ejemplo, desde que salió el Elite Series de Xbox, uno inmediatamente notaba un enorme cambio entre este control premium y uno normal. Acá, la verdad es que la diferencia no es tanta. Sí es notable, claro, pero no algo del otro mundo.
Por supuesto, tenemos que si por ejemplo, te acostumbras a los botones traseros, el regresar a uno que no los tenga sí será algo. Hablando de este asunto, en lo personal sigo sin verles tanto sentido. Fuera de haberlos usado en un par de FPS para por ejemplo, lanzar granadas o agacharme, los probé en algo como Elden Ring para por ejemplo, poder correr y girar la cámara sin torcer los dedos, o para tomar una poción sin separar mi atención de los sticks. Igualmente en Returnal los encontré útiles para hacer dash y tirar granadas, o el clásico poder cambiar de velocidades con ellos en Gran Turismo 7. En Hogwarts Legacy, juego con el que más lo usé, aproveché esta característica para poder lanzar hechizos sin dejar de moverme al momento de un combate. Repito, creo que esta particularidad en especial, está pensada para quien busca mayor rendimiento en el ámbito competitivo, y no tanto para quienes solemos jugar en solitario.
¿Qué tanto me afectó el tema de la batería? Te diría que no tanto, pues la verdad es que ya estoy acostumbrado a vivir casi siempre pegado a un cable porque mi control de PlayStation está sin energía, sin embargo, la verdad es que cuando uno gasta lo que vale un DualSense Edge actualmente, sí esperas que este tipo de cosas mejoren sustancialmente. Sobre los precios y como ya te los mencionaba, en Estados Unidos el control aparece listado en $200 dólares, mientras que en México, en sitios como Amazon, lo puedes encontrar en poco más de $4,700 pesos. Sí, es muy, pero muy costoso, básicamente el triple de un DualSense estándar, asunto que indudablemente tiene mucho qué decir al momento de tomar una decisión.
Mi tiempo con el DualSense Edge ha sido sensacional, sin embargo y como ya te lo contaba, la realidad es que la diferencia no es tan marcada con lo que es un DualSense estándar, al menos no si lo ponderas con su muy elevado precio. ¿Para quién es este tipo de producto? Creo que fácilmente te diría que es para alguien que sí depende mucho de botones traseros y que claro, sea considerablemente rudo con los análogos y que los quiera cambiar constantemente. También claro está quien simplemente busca un control premium porque quiere jugar con lo mejor y punto.
Me parece que si tú te encuentras dudando y el precio es una barrera, te diría que mejor vayas por un nuevo DualSense estándar y que la diferencia la uses en más juegos. Por el contrario, si estás buscando lo mejor de lo mejor y el dinero no es problema, acá vas a encontrar algo muy interesante. Cosas como el tema de la batería me frenan a recomendártelo mucho más, pero creo que en general, es un muy buen primer intento de Sony por entrar a este mercado.