Review – Eastward

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De China para el mundo

Review EastwardLo accesibles que se han vuelto muchas herramientas de desarrollo han provocado que el diseño profesional de videojuegos comience a crecer exponencialmente en regiones que hace unos cuantos años, para nada figuraban en la industria. Si a esto le sumas el boom que se está viviendo en China dentro de todos los sectores conocidos de la economía, tienes como resultado que solo era cuestión de tiempo para que la nación de oriente comenzara a levantar la mano dentro del gaming de una u otra manera. Eastward es una de esas primeras señales que nos indican que los chinos están listos para competir de tú a tú con cualquiera que se les ponga enfrente, demostrando que se pueden saltar muchos años de maduración para comenzar a presentar experiencias que sientan hechas por desarrolladores con muchísima experiencia. Sí, estamos frente a uno de los mejores juegos estrenados en 2021, uno que desafortunadamente, muchos están pasando por alto a pesar de que cuando fue revelado, sí llamó la atención gracias a su impresionante trabajo de pixel art.

Resulta imposible estar al pendiente de absolutamente todo lo que se estrena en un año. La cantidad de lanzamientos de nuevos videojuegos que tenemos en cortos periodos de tiempo es tan grande, que sí o sí se te tiene que pasar más de uno. Y acá ni siquiera estamos hablando de pequeñas producciones sin importancia, no, hablamos de excelentes propuestas que sí merecían mucha más atención. Eastward entra perfectamente en esta categoría, pues luego de haber causado bastante sensación cuando fue revelado en uno de los Indie World de Nintendo en 2021, básicamente el interés que levantó, se vino difuminando poco a poco y perdiendo entre tanto estreno, al punto de que cuando finalmente se estrenó en el Switch y PC en septiembre, la gran mayoría simplemente lo pasó por alto. Sí, salió en uno de los meses más intensos del año, mala decisión a nivel comercial por parte de su publisher y del pequeño estudio detrás del proyecto. Pero bueno, siempre nos gusta decir que nunca es tarde para jugar algo, por lo que acá te va nuestra reseña formal de una de las grandes joyas que nos dejó el año antes mencionado.

Hacia el este

Una de las grandes ventajas del desarrollo independiente de videojuegos es la manera en la que se pueden contar historias. No solo los temas que se tocan, sino la propia narrativa y estructura que lleva cualquier relato. Al tener compromisos no tan altos ni demandantes como sí pasa con las súper producciones AAA, este tipo de títulos pueden tomar caminos verdaderamente distintos que suelen impresionarnos en más de una forma. Además de ser lo anterior, Eastward viene de mentes que no solemos ver expresadas dentro de la industria del gaming, de hecho, te podría decir que éste es el primer juego hecho en China completamente que juego de inicio a fin y sí, muchas de sus formas te dejan claro que estás frente a un producto sumamente distinto.

Eastward nos cuenta la historia de Sam y John, un peculiar duo de personajes que se encuentra en una situación sumamente complicada que los lleva a emprender un gran viaje hacia el este para encontrarse con su verdadero destino. Sí, de inicio es claro que la inspiración más importante en cuanto a personajes que tiene este juego, viene directamente de algo como The Last of Us, sin embargo, ni el tema ni la forma en la que se comportan los personajes, tienen algo que ver con el famoso blockbuster de Naughty Dog. Acá te vas a topar con un relato mucho más optimista y sobre todo fantasioso que se llega a meter con temas de ciencia ficción. Lo anterior no hace que el cuento de Eastward sea más plano o menos humano que lo crudo y súper realista que llega a ser la historia de Eli y Joel, simplemente son aproximaciones muy diferentes a la relación que vive una pequeña niña sin ningún tipo de lazo sanguíneo con este adulto que la está cuidando.

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Al inicio de la historia, te enteras que nuestros dos protagonistas viven en una ciudad subterránea en la que la idea de ir a la superficie, espanta a cualquiera. Algo terrible pasó con el mundo y causó que parte de los sobrevivientes, se tuvieran que recluir al subsuelo para intentar reconstruir la civilización. Debido a cierto evento que prefiero no contarte para no arruinarte nada, John y Sam deben de iniciar con un gran viaje para buscar una ciudad mítica en el este al borde del mundo conocido. A lo largo de nuestro camino, conoceremos a un sin fin de alocados personajes, cada uno con sus propias motivaciones, traumas y defectos que poco a poco sirven como piezas para darle forma a lo que en realidad hay detrás de todo. Prepárate para sorprenderte cuando finalmente se te revele quién es Sam y por qué cuenta con esos misteriosos poderes.

Algo que se hace verdaderamente bien con Eastward es darle volumen y tridimensionalidad a los personajes a través de puros diálogos con texto y claro, a animaciones perfectamente bien logradas. Puede que no haya nada de actuación de voz dentro del juego, pero es muy fácil imaginarse el timbre de voz de Sam o de cualquier otro individuo que se cruce en nuestro camino. John es punto y aparte, pues es un personaje completamente silencioso pero que con un par de gesticulaciones, te puede expresar todo un arcoíris de sentimientos e ideas. Su relación con la pequeña Sam es simplemente entrañable. Prepárate para también conocer a un auténtico grupo de locos que aparecerán sin previo aviso en tu camino, muchos de ellos que de solo recordarlos, hacen que en automático se me dibuje una gran sonrisa en el rostro.

La historia es uno de los elementos más importantes en la experiencia que Eastward pone sobre la mesa, lo que nos lleva a un punto que tal vez podría alienar a algunos: la enorme cantidad de texto con el que cuenta el juego. Habrá momentos en los que podrás pasar más de 10 minutos solo presionando A para pasar por los diferentes diálogos. La buena noticia acá es que están muy bien escritos y son sumamente divertidos e interesantes, sin embargo, también es cierto que por momentos, se llegan a sentir excesivos y que le están matando un poco el ritmo al juego de manera general. Algo que es importante mencionar es que al menos hasta el momento, el juego no cuenta con traducción al español, asunto que deberías tomar en cuenta al igual que si eres un tipo de jugador poco resistente a leer mucho dentro de un título.

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Un Zeldalike 

Los videojuegos se han vuelto tan diversos en todas sus partes que el uso de viejos términos como ciertos nombres de géneros, se han venido quedando atrás y cada vez son menos prácticos para describir de manera rápida a tal o cual título. Si a esto le sumas la falta de formalidad para definir estas palabras, tienes como resultado un verdadero lío difícil de resolver. Para prueba, toparte con el hecho de que el artículo de Wikipedia de Eastward, lo describe como un RPG, cuando en realidad, te encuentras con un juego que poco tiene que ver con el rol. Es cierto que porta algunos elementos de dicho género, pero la realidad es que dista mucho de la esencia que le da forma a esta peculiar forma de diseño. No por tener mucho texto eres un RPG. Importante tener nota de eso.

Pero bueno, entonces ¿qué tipo de juego es Eastward? Como te decía, la falta de formalidad en estos términos no ayuda, pero creo que la manera más simple de describirlo es diciéndote que estamos frente a un Zeldalike en toda la extensión de nuestra palabra inventada. Sí, el trabajo del estudio chino está fuertemente inspirado en la fórmula de los The Legend of Zelda, en donde tenemos una experiencia de acción  y aventura fuertemente cargada de historia en donde además, se echa mano de algunos bien elaborados puzzle para refrescar al gameplay en general, esto claro, con cierta pizca de RPG muy, pero muy ligera. Y no, para nada, Zelda nunca ha sido un RPG. Zelda es su propio subgénero aparte. 

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Creo que la mejor manera de comenzar a hablarte de Eastward como videojuego, es contarte sobre su estructura y forma de progreso. El título de Pixpil es uno completamente lineal en donde sí se te invita un poco a la exploración, pero en realidad solo hay un camino. A lo largo de nuestra aventura, vamos a recorrer varios pueblos en los que puedes interactuar con diferentes NPCs, los cuales, estarán felices de contarte más sobre el mundo en el que te encuentras, pero no esperes toparte con cosas como quests secundarios ni mucho menos. En dichos lugares, también podrás comprar ítems para recuperar tu salud o munición, así como invertir algo de la sal y engranes que encuentres para mejorar las capacidades de tus armas o qué tanto puedes llevar en tu mochila. Sumado a lo anterior, tenemos una serie de estaciones en las que te puedes detener a cocinar algunos de los ingredientes que traigas contigo. Este sistema está totalmente inspirado en el de Breath of the Wild, pues tus platillos además de recuperar tu salud, puede que mejoren algunos de tus stats.

Algo sumamente curioso de Eastward y que podríamos decir, es uno de sus grandes sellos, es que el juego cuenta con su propio JRPG por turnos dentro de la propia experiencia. En ciertas estaciones te podrás detener un rato a jugar Earth Born, una parodia de Dragon Quest y claro, Earthbound, que básicamente es un juego de rol completo muy curioso. Además, hay máquinas de gashapon en donde puedes sacar unas figuras del juego tipo Amiibo que te ayudarán en tu aventura. Importante mencionar que este apartado del juego es totalmente opcional y lo puedes casi ignorar por completo si es que no te atrapa.

Una vez que te embarques en territorio menos seguro, Eastward nos presenta lo que podríamos considerar sus calabozos o dungeons. Estos lugares repletos de diferentes enemigos, guardan distintos secretos y puzzles muy a la Zelda que deberás de resolver para poder progresar. John está armado con un sartén, sí, un sartén, que hace las veces de espada o arma melee. Conforme vayas avanzando en la historia, se te darán otras herramientas como una escopeta, un lanzallamas y hasta un disparador de engranes, esto sin mencionar la variedad de bombas que vas obteniendo y que normalmente sirven para resolver los puzzles de los que te hablo. ¿Y qué hay de Sam? Pues bien, Sam es un personaje también completamente controlable, de hecho, hay partes en las que debes coordinar muy bien a ambos para poder resolver cierta situación. La pequeña de cabello blanco puede lanzar un rayo que congela a la mayoría de los enemigos y que puede acabar por completo con otros, así como interactuar con ciertas partes del escenario.

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¿Cómo se sienten todas estás mecánicas? La verdad es que genial. A pesar de que podríamos decir que el combate en Eastward es sumamente sencillo, la forma en la que funciona está muy bien lograda. Dar golpes con el sartén de John se siente increíble y cuando lo empiezas a combinar con los poderes de Sam, desarrollas formas de agresión mucho más creativas, esto sin mencionar el gran trabajo que hace el juego al todo el tiempo estarte presentando a nuevos enemigos. De igual forma, el diseño de sus puzzles es sencillo, pero muy bien elaborado en su diseño, al igual que la manera en la que fueron construidos sus niveles. No, Eastward para nada es un juego complicado ni mucho menos. Veo difícil que te vayas a atorar de manera importante en algún punto de sus poco más de 20 horas de duración, pues además, siempre  es muy claro sobre hacia donde es que tenemos que ir para seguir con la historia.

Eastward es otro de esos juegos que en la parte de su gameplay, diseño de niveles y estructura en general, para nada busca encontrar el hilo negro ni revolucionar a un género. Las prioridades del pequeño estudio desarrollador más bien estaban puestas en usar fórmulas ya probadas  y ejecutarlas de la mejor manera. Como te decía, estamos frente a un Zeldalike, uno que entiende bien qué hace tan especial a este tipo de juegos pues todo lo que pone sobre la mesa, lo presenta de una gran forma para elevar la experiencia y no perderse en riesgos que probablemente eran innecesarios. ¿Nos hubiera gustado algo de innovación y justamente de riesgo? Por supuesto, pero como ya te lo había comentado, creo que también estamos siendo un poco irrazonables al todo el tiempo estar esperando que cada nuevo juego, llegue a cambiar las reglas que ya se habían establecido.

Amor por el detalle

El llamado Pixel Art se ha convertido en toda una tendencia que muy probablemente, siga entre nosotros para siempre. Ha quedado claro que a este estilo visual simplemente no le pasa el tiempo y que más que solo nostalgia por aquellos grandes momentos de la era de los 8 y 16 bits, es una forma de expresión tan legitima y hasta compleja como los gráficos más realistas que uno pueda encontrar en la actualidad. Otro lado de la moneda podría ser el hecho de que en más de una ocasión, vemos a desarrolladores independientes creer que interpretar esta forma visual es algo simple que cualquiera puede hacer, entregando trabajos sumamente deficientes. Para fortuna de todos nosotros, Pixpil no es uno de ellos, pues básicamente desde que mostró Eastward, sabíamos que estábamos frente a algo muy especial.

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Lo primero que vale la pena resaltar de las gráficas de Eastward es la absurda atención al detalle que se le puso a cada escenario y personaje que vemos en pantalla. Ver que cada objeto de por ejemplo, una cocina, fue trabajado a mano con muchísimo cuidado, solo se ve superado por las expresiones y diferentes movimientos de los personajes que conocemos. Sí, este juego no solo es una saturación de objetos y detalles, sino que también, es uno que todo el tiempo está en movimiento. Cosas como la manera en la que se mueve el cabello de Sam cuando camina, o las múltiples expresiones sin palabras que le vemos a John a lo largo de la aventura, son elementos que no todo el tiempo se pueden apreciar en juegos de equipos tan pequeños. Si algo demuestra este título en su presentación gráfica, es que existe una fuerte pasión por el llamado Pixel Art.

Que Eastward se vea como se ve, no es obra de la casualidad. Lo primero que es importante resaltar es que el estudio está usando su propio motor gráfico, asunto total y completamente atípico en la industria, incluso entre desarrolladores AAA. El llamado Gii Engine deslumbra por la manera en la que despliega pixel art y sobre todo, por cómo es que puede animar sprites de todo tipo. De igual forma, uno de los elementos más impresionantes del juego es su iluminación dinámica. Esta técnica que tanto deslumbro en títulos como Octopath Traveler en donde los sprites se ven afectados por fuentes de luz en tiempo real, es aplicada con gran maestría por Pixpil, esto gracias al uso de un motor gráfico secundario y de código libre llamado MOAI, el cual, en realidad está diseñado para gráficas en tres dimensiones pero que con algo de creatividad, se puede aprovechar para lograr los impresionantes efectos de iluminación que vemos en Eastward.

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No todo es un dulce para la vista en Eastward, también hay lago para nuestros oídos. A cargo del ya afamado Joel Corelitz, este título nos presenta una banda sonora de verdadero alarido, la cual, funciona como parte fundamental de la experiencia para expresar un tono o humor especifico de los personajes o de la situación en general que se nos está presentando, ya sea un momento cómico lleno de optimismo, o la revelación de algún dato importante de la historia. El trabajo de Corelitz es sumamente destacado y definitivamente queda a la altura de lo que ya había conseguido en cosas como The Unfinished Swan, Hohokum y en producciones más grandes como Death Stranding, o recientemente en Halo Infinite.

Como te puedes dar cuenta, el trabajo de Pixpil es uno en el que se respira pasión y mucho cariño en cada uno de sus rincones. Algo que me sigue impresionando es la cantidad de assets que se hicieron para el juego, pues a lo largo de la aventura siempre estás visitando nuevos lugares con exteriores e interiores cuidadosamente detallados en donde la consistencia se mantiene de inicio a fin. Eastward es uno de esos juegos que incluso si su tema y género no te atraen, valen por completo la pena solo por la manera en la que fue construida su presentación audiovisual.

¿Parte de la realeza indie?

atomix-score-88La cantidad de juegos que se publican día con día en todas las plataformas de la actualidad es complicado de dimensionar. Incluso quienes nos dedicamos a esto, todo el tiempo estamos viendo títulos siendo compartidos en redes sociales o en tiendas de los cuales no tenemos ni la más remota idea. Esto, como todos ya sabemos, tiene el efecto colateral de que muchos juegos con grandes propuestas, queden sepultados entre auténticas montañas de basura, lo cual, cada vez hace más complicado depurar qué vale la pena y qué no. Eventos como los Indie World definitivamente ayudan a esa filtración de calidad, sin embargo, también es imposible seguirle la pista a todo. A lo largo de los últimos años se ha venido formando una especie de club elite de independientes, uno en el que indudablemente podemos colocar a cosas como Hollow Knight, Super Meat Boy, Owl Boy, Hades, Stardew Valley, Cuphead, Celeste, Shovel Knight, ente muchos otros, y en el cual, creo, Eastward se ha ganado un puesto.

Los logros en todos los apartados de Eastward opacan por completo a cualquier defecto con el que te puedas encontrar a lo largo de su extensa duración. La pasión del pequeño estudio chino es palpable a lo largo de toda la obra, una que sí o sí se te graba en la memoria y que ha quedado para la posteridad. Sí, es cierto que los riesgos y la innovación a nivel de gameplay es poca, y que por momentos, la experiencia pierde ritmo, pero recordemos que no siempre se puede encontrar el hilo negro de las cosas para crear nuevos géneros de la nada, menos si estamos hablando de un desarrollador nuevo de un país que justamente se encuentra en medio de una fuerte transformación en búsqueda del reconocimiento global en esta súper competida industria.

Alberto Desfassiaux
Editor en Jefe de Atomix. No me gustan los videojuegos... ¡adoro los videojuegos!