Review – Tumbleseed

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Uno de los juegos más difíciles de este año

El universo de los juegos independientes es un lienzo en blanco en el que se vale experimentar con montones de mecánicas distintas, y eso es un arma de doble filo pues podemos tener obras sumamente originales y también muchos otros juegos que no valgan la pena; lo que sí es un hecho es que también es un universo tan extenso que no es sencillo estar al pendiente de todo lo que va llegando al mercado.

¿Por qué entre todos esos juegos elegí a Tumbleseed para hacer una reseña? En primer lugar por la advertencia de su dificultad, en segundo lugar por su presentación visual –ciertamente “de la vista nace el amor”– y en tercer lugar por varias personas involucradas en el proyecto.

Tumbleseed es un esfuerzo de cinco personas, Benedict Fritz, el diseñador gráfico Greg Wohlwed (Indie Game The Movie, Threes, Ridiculous FIshing), el músico Joel Corelitz (The Unfinished Swan, The Tomorrow Children, Hohokum), David Laskey y la diseñadora Jenna Blazevich. El resultado es un juego de un género que ha sido sumamente explotado entre los títulos independientes, el roguelike, que quiere decir que te enfrentas a partidas en las que no se puede guardar y te enfrentas a una serie de desafíos generados de forma aleatoria.

Vamos pues a revisar lo que incluye, sus bondades y debilidades.

Gameplay experimental y muy original

Ya sabemos que Tumbleseed es un roguelike, pero ¿en qué otro género podemos hacerlo encajar? Podríamos decir que es un juego de plataformas pero sumamente especial por la forma en que se controla.

El personaje al que manejas es una pequeña semilla circular pero jamás tienes control sobre la misma, más bien, lo que manejas con los dos sticks análogos del control es un barra que abarca toda la pantalla y sobre ella nuestra semilla viviente rodará para que la lleves a donde tú quieras; imagínate que pones una canica sobre una regla de madera y no tienes permitido tocarla, pero si mueves la regla también controlarás un poco para dónde se moverá dicha canica.

Dicho lo anterior, en el juego estamos ante una montaña dividida en 6 mundos, tendrás que irte desplazando desde su parte más baja hasta la cima sorteando una serie de peligros que encontrarás en tu camino.

Un pequeño tutorial nos muestra sus coloridos y bellos gráficos que nos invitan a jugar, ayudándonos a conocer las físicas del juego y un poco de sus mecánicas más allá del simple hecho de ir balanceando la barra para que nuestra semilla vaya ascendiendo hacia la cima.

Para poder lograr el objetivo de nuestra redonda semillita tenemos que defendernos de enemigos y superar escarpados territorios, eso lo logramos con una gran variedad de poderes adicionales que sobre la marcha podemos ir usando. Tendrás que concentrarte en la recolección de cristales que puedes ir sembrando en pequeños cuadros de suelo fértil que te encontrarás en tu camino, tú decidirás que hacer en cada uno de ellos porque son escasos y únicamente puedes usarlos una sola vez.

La economía del juego es bastante castigadora, pues aunque encuentras uno que otro cristal por el camino, más bien tendrás que cultivarlos “desperdiciando” la oportunidad de usar un cuadro de suelo fértil para contribuir a la cosecha de más cristales para tu cuenta personal, un proceso difícil por lo escarpados que están los terrenos donde puedes encontrar suelo fértil y la decisión de sacrificar los necesarios poderes para proteger a tu semilla a cambio de tener un poco más de cristales para los niveles finales que se convierten en un vil infierno de dificultad.

Los poderes básicos de tu semilla son los siguientes y se manifiestan por formas distintas del personaje en las que lo puedes transformar en el momento en que desees.

Bandera: La forma predefinida de tu semilla te permite sembrar un cristal en un cuadro de tierra fértil a cambio de un checkpoint al que regresarás en caso que caigas a uno de los abundantes hoyos que son la mayor constante entre los peligros del juego.

Cosechador de cristales: Es el único poder gratuito del juego que te permite luego de pasar por 3 cuadros de tierra fértil cosechar dos cristales.

Atacante: El arma básica del juego, cuando pasas por un cuadro de terreno fértil te permite plantar un cristal a cambio de una pequeña lanza que rodeará tu cuerpo en constante movimiento automático para poder atacar y defenderte de los distintos enemigos que te toparás.

Cosechador de corazones: Funciona de forma muy similar al cosechador de cristales con la diferencia que deberás plantar cuatro cristales en distintos cuadros de terreno fértil para recuperar uno de tus tres corazones; al ser atacado o caer en un hoyo con un checkpoint cerca, por lo general pierdes un corazón, si se te acaban los tres se habrá terminado la partida y tendrás que comenzar desde cero.

Fuera de lo anterior, hay una gran variedad de poderes que irás adquiriendo sobre la marcha; por ejemplo, una devastadora bomba que acabe con todo lo que hay en un radio de explosión –incluido tú si no eres cuidadoso– una vez que la has plantado con cuatro cristales; también hay una tormenta que inunda los hoyos cercanos para que pases sobre ellos sin peligro; cañones con rayos de energía que te defienden, escudos adicionales, saltos especiales, y montontes  de cosas, cerca de 30 poderes adicionales que te costará muchas horas aprender a usar, dominar y sacarle jugo a sus ventajas para poder pasar el juego. Como en todo roguelike, todo el proceso de progresión se da únicamente por partida, por lo que si se acaba tu vida no tendrás más remedio que volver a empezar desde cero con las habilidades básicas aunque ya hayas logrado tener una gran variedad de poderes en tu posesión.

El juego se divide en cinco mundos con temáticas diferentes y cada vez más difíciles conforme te acercas a la cima, cuando llegas a acabar alguno de ellos pasas por un pueblo en el que hay tiendas de poderes, un banco donde puedes invertir tus cristales para que en el siguiente pueblo se hayan multiplicado, casas con habitantes que te dan tips útiles y hasta casas de apuestas con minijuegos en los que si eres lo suficiente hábil puedes convertir unos 5 cristales en una buena fortuna que te de más posibilidades de asegurar la partida comprando poderes fuertes cada que pases por terreno fértil.

Si bien el juego es completamente aleatorio y cada aventura es única, existe la posibilidad de participar todos los días en un desafío diario de un solo intento en el que todo el mundo compite en el mismo nivel para ver quién es el mejor.

La dificultad ¿desafío o injusticia?

Debo decirles que luego de jugar el tutorial no terminé por comprender el título por completo, y es natural si consideramos la enorme variedad de posibilidades que ofrece y estrategias una vez que te vas topando con los distintos poderes. Como sea, mi inocencia me hizo ser extremadamente precavido y bastante ágil en mi progreso, de manera que ignorando muchas de las cosas que pasaban a mi alrededor logré llegar hasta el tercer mundo, es decir, poco más de la mitad de la partida completa.

Una vez que lo volví a intentar y que estuvo la tentación de alcanzar los terrenos fértiles o recolectar cristales entendiendo a la perfección todas las mecánicas, comencé a morir una y otra vez en el primer nivel ¿qué fue lo que pasó? Me parece que ese temor de la primer partida se perdió y mi impaciencia provocó un pésimo rendimiento una y otra vez.

Cuando se me proporcionó el juego para la reseña se me advirtió que me lo tomara con calma y tomara descansos una vez que perdiera varias partidas y créanme, es el mejor consejo en un juego que es inmensamente difícil.

Resulta muy curioso que si bien las partidas son aleatorias, hay algunas que se sienten más accesibles que otras pues hay ocasiones que desde el primer segundo ya te estás topando con montones de enemigos y terrenos más escarpados que de costumbre. Lo anterior me hace pensar que para pasar el juego necesitas que se de la combinación perfecta entre toneladas de paciencia de parte del jugador, habilidades de montones de horas de práctica hasta conocer perfectamente las mejores estrategias y finalmente la suerte de un nivel que no sea tan complicado y que te haga más accesible llegar al objetivo final.

Amo el desafío, me gustan los juegos difíciles como el que hoy reseñamos, pero algo que noté en Tumbleseed es que los picos de dificultad llegan a ser enormes entre cada mundo y hay veces en que una partida perfecta se arruina por la mala suerte de toparse con uno de los mundos donde el algoritmo generó algo más difícil de lo normal para que en un segundo cambie esa partida por la frustración de volver a ver una vez más a sentir tus sueños rotos ante la muerte.

En esta ocasión sí debo decirles que la dificultad elevadísima en la que necesitas movimientos prácticamente milimétricos para sobrevivir y mucha práctica para sortear los peligros puede llegar a ser algo negativo ante picos que pueden sentirse injustos y que podría resolver mejor el algoritmo procedural de la generación de niveles, pues lejos de que el jugador hardcore vaya sintiendo que va mejorando, puede abandonar el juego ante la frustración de que la mala suerte en alguna de las secciones de la partida exageradamente difíciles acaba con todos sus esfuerzos con un margen muy mínimo de supervivencia.

El juego tiene un inteligente diseño lleno de variedad y posibilidades además de una gran presentación con un muy buen soundtrack y gráficos agradables, pero sus picos de dificultad que pueden llegar a ser muy extremos de un segundo a otro y más que provocar la adicción de no rendirse puede alejar hasta a los jugadores más valientes, y ese es un grave pecado que provoca que su calificación baje unos puntos. No criticamos el diseño del juego que quizo estar desde un inicio entre lo más difícil de la industria de los videojuegos actual, lo que sí puede criticarse es que no sea constante en su dificultad que en lugar de seguir una línea tenga saltos enormes a picos incomprensibles en los que la suerte parece ser el máximo verdugo que llega a superar tus habilidades.

Comentarios finales

Tumbleseed se siente como un producto único y original, su mecánica que pudiera parecer muy simple al usar únicamente los sticks análogos para mover una barra donde rueda una esfera se va volviendo compleja gracias al diseño del juego con una enorme cantidad de poderes y posibilidades.

Es bueno tener frente a nosotros un juego con agradable presentación y otro soundtrack memorable de Joel Corelitz, y es bueno que el juego no sólo se vende por la manera en que luce sino que detrás de todo lo visual hay un título muy interesante. Nos agradó mucho la creatividad detrás de cada mecánica que nos dejan ante un juego profundo y con horas y horas de juego para conocerlo, con todo y que sea posible acabarlo en menos de media hora, aunque la pregunta sería ¿podrán ser capaces de regresar los jugadores ante sus violentos picos de dificultad?

Tumbleseed tiene ese toque adictivo y variado que nos ofrecen los roguelike en el que cada partida es completamente distinta a la anterior, aunque no nos agradó que hay algunas ocasiones en que puede llegar a sentirse más injusto que divertido.

Sólo para jugadores muy pacientes, si no cuentas con esa cualidad, difícilmente te recomendamos acercarte a Tumbleseed.

Staff Atomix
Equipo de editores de Atomix.vg