Su apariencia es sencilla y muchos pudieran pensar que no es más que un juego de StreetPass empaquetado en una caja y con un precio elevado, pero Miitopia es mucho más que eso. Es fácil confundirse respecto a lo que ofrece este juego de 3DS que acaba de llegar a nuestra región luego de probar suerte en Japón desde finales del año pasado, pero no se preocupen pues en esta reseña trataremos de dejar claro todo lo que ofrece, sus bondades y desventajas para todos los que tengan curiosidad en su propuesta.

Los Mii surgieron como avatares desde que el Wii llegó al mercado y se convirtieron, por así decirlo, en personajes del universo de Nintendo; desde entonces los hemos visto practicando deportes, participando en alocados mini-juegos, visitando Nintendo Land, chismeando en nuestros celulares con Miitomo y hasta relacionándose con otros Miis gracias al StreetPass del 3DS o juegos fuera de lo común como el life-sim Tomodachi Life.

En esta ocasión su regreso con Miitopia más bien nos presenta un RPG, o mejor dicho una mezcla entre un RPG tradicional con un life-sim que busca ofrecernos una aventura épica en la que nuestros conocidos son los protagonistas, un juego bastante extraño con una fuerte carga de humor que principalmente en occidente pudiera verse como algo fuera de lo común.

Vamos pues a desentrañar las propuestas de Miitopia en esta reseña.

¿Qué propone? 

Miitopia es como una obra de teatro, puedes darle permiso al juego para que elija Miis de internet populares para que se conviertan en los protagonistas de la historia o agregar a quien tú quieras para que desempeñe todos y cada uno de los papeles de esta aventura. La Central Mii te ofrece una selección de los Miis mejor rankeados para que elijas entre ellos o puedes acceder a tu editor de Miis para colocar cualquiera que hayas guardado, importar personajes de tu archivo de guardado de Tomodachi Life, escanear códigos QR o importar a cualquier Mii que esté en tu lista de amigos; de esta manera tu mejor amigo puede ser tu compañero de armas, tu amor platónico la princesa en apuros, tu papá el rey y aquel bully de la escuela el máximo villano de la historia.

Para ayudar a seleccionar los mejores Mii que aparecerán en tu juego y en los de otros jugadores –si es que eligen llenar todos los huecos al azar–, Miitopia todos los días te hace un cuestionario si estás conectado a internet en el que votas por Miis con ciertas características, contestar esa pequeña encuesta te recompensa con algunos boletos de juego para la posada que explicaremos más adelante.

Las combinaciones que se derivan de lo anterior nos dejan ante muchas posibilidades, puedo contarles, por ejemplo, que en mi aventura Defa es el malo de la historia, el buen Mike Reyes es el rey del castillo, el buen David Berrones es sigiloso como Thief, el buen Franz es un científico y Didi un relajado clérigo entre mis compañeros de armas; llegan a suceder cosas loquísimas cuando el sistema elige a los Miis como que Jack Sparrow viva en un pueblo o que Jack Black y Gabe Newell sean los guardias del Rey “Mini-Ponch”.

En este sentido es un juego en el que seguramente los jugadores más creativos serán los que saquen mejor provecho del mismo pensando perfectamente en quiénes de sus héroes de la vida real estarán jugando un papel dentro del juego, y lo mejor de todo es que puedes cambiar el reparto cada vez que quieras para que siempre estés viendo las caras que desees.

Pasando al tema de su historia no nos alejamos mucho de la premisa de cualquier RPG o aventura épica en la que tierras medievales están en apuros, un malvado hechicero ha robado los rostros de muchos Miis y al ponerlos sobre monstruos, criaturas y objetos arma un ejército de enemigos a los que tendrás que ir derrotando en cada una de las batallas. Descubrir los misterios que hay detrás de este villano y ayudar a todos los personajes con los que te toparás terminarán presentándote una historia con la duración de cualquier RPG (al menos más de 35 horas) y además habrá montones de extras por encontrar, lugares adicionales por explorar, poderes por dominar, equipo que coleccionar, entre muchas otras actividades como en cualquier juego del género.

La historia no es mala, su presentación tampoco, pero no es como para considerarlos como puntos claves de este juego; todos los que hemos seguido los juegos de la Plaza Mii podemos darnos una idea del humor de los Mii, dirección de arte, y el clásico argumento de la lucha entre el bien y el mal en su escena que disfruta de algunos giros a la trama agradables pero en general se mantiene de forma muy plana y genérica.

¿Cómo se juega?

Inicialmente tendrás únicamente a tu Mii en la aventura, con el paso del tiempo se te irán uniendo otros personajes para armar tu party de 4 héroes que luchan al mismo tiempo contra una gran cantidad de criaturas que han robado las caras de los Miis que habitan en todo su universo.

Como en todo RPG clásico hay clases de personajes, un equipo bien balanceado puede ser la clave para la victoria, puedes elegir tanto para tu Mii como para los amigos que se te unen entre las siguientes clases: Guerrero, Hechicero, Clérigo, Ladrón, Cantante y Chef (además de otros desbloqueables). También es posible elegir varios tipos de personalidad, misma que será casi tan importante como la elección de la clase pues de ella dependerán muchas de las acciones que explicaremos más adelante.

Un día de juego en Miitopia inicia con la elección de un punto de desplazamiento en el mapa, si eliges espacios sociales como los pueblos o el castillo puedes entrar y salir sin que avance el tiempo pero al elegir cualquier locación en los caminos es cuando comienza la acción y el juego como tal. Una vez que has elegido a dónde quieres viajar tu grupo de Miis camina automáticamente de forma similar a como sucede en el minijuego Mii Trek o Streetpass Explorers en el que veíamos al grupo de Miis caminando en pantalla y lo único que teníamos que hacer de forma ocasional era simplemente decidir a dónde ir al bifurcarse las rutas que también se muestran en la pantalla inferior.

Mientras tus Miis caminan explorando nuevos destinos suceden varias acciones aleatorias que van desde encuentros con enemigos hasta encontrar cofres al azar o interactuar entre sí. Al iniciar una batalla el combate sucede por turnos como en cualquier RPG clásico y tú tienes el control únicamente sobre tus Mii mientras todos tus amigos reaccionan de forma automática según su inteligencia artificial, un arma de dos filas pues aunque resulta muchas veces impredecible su comportamiento también le da un toque general sumamente lineal y automatizado al juego. Otro detalle interesante del sistema de combate es que se nutre con montones de habilidades correspondientes a cada clase y personalidad de los Mii, por lo que los resultados de las múltiples combinaciones de ambas variables son mucho más profundos de lo que pudiéramos imaginar; además de ello están los poderes divinos en los que una deidad te va brindando diferentes saleros para que independientemente de tus objetos de curación o reestablecimiento de puntos mágicos, o las habilidades de recuperación propias de los Mii, puedas tener otra opción manual de fortalecer las barras de vida, de magia o incluso levantar a un compañero caído. Entre los poderes divinos también está un santuario detrás de la línea de batalla a donde puedes mandar a cualquier aliado débil en medio de la batalla para que se recupere

En la exploración de cualquier camino llegará el fin del día que equivale al fin de la jugada, los Miis siempre llegan a una posada donde pueden realizar varias acciones que tienen que ver con el toque de simulador de vida del juego y que describiremos en el siguiente apartado; al terminar de hacer todo lo que quieras en ese espacio será momento de iniciar un nuevo día, buscar alcanzar los objetivos que tengas en ese instante, explorar más, buscar subir de nivel, conseguir dinero para mejorar tu equipo y en general progresar hasta completar la campaña y todos los límites que te pongas como jugador.

Cuando los Miis se relacionan…

Lo que hace especial a Miitopia no sólo es el hecho de que tú tienes el control sobre los personajes que tomarán los distintos roles, sino que además de ellos las relaciones entre los Miis y otros elementos que nos recuerdan propuestas como Tomodachi Life se mezclan con las mecánicas de RPG para lograr un resultado sumamente curioso y extravagante.

Todas las noches en la posada debes decidir en qué habitación dormirán tus Mii y eso fortalecerá sus relaciones personales y su amistad, entre más fuerte sea ese vínculo irás desbloqueando habilidades únicas para las batallas; de vez en cuando los Mii incluso te pedirán estar en la habitación de un personaje en específico para ofrecer regalos o apreciar curiosas escenas sociales entre ellos que también fortalecen sus relaciones personales.

En la posada también es importantísimo alimentar a los Mii, después de cada combate además de recibir dinero también una parte de la criatura que derrotaste se convierte en un platillo con el que los Mii podrán cenar al final del día; lo interesante de esta mecánica es que las diferentes comidas te subirán estadísticas de los personajes en específico y debes tomar en cuenta que cada uno de ellos tienen gustos personales que debes ir conociendo, por lo que si aman cierta comida recibirán bonos especiales o si las odian realmente el beneficio que te queda es muy ligero.

Otra de las actividades que tienes en la posada son juegos adicionales en los que se te cobran boletos que puedes encontrar dentro de cofres o por contestar el cuestionario diario al iniciar el juego, estas actividades son básicamente el giro de una ruleta con premios como equipo, comida o hasta vacaciones para que mandes juntos a un par de Miis y regresen con un crecimiento considerable en sus relaciones personales; la otra actividad es un juego de “Piedra, Papel o Tijeras” en el que apuestas un boleto a cambio de la posibilidad de obtener dinero para poder gastarlo en lo que quieras.

Ya que hablamos de dinero y de compras conviene señalar que es también muy interesante lo que sucede con la forma en que compras armas o armamento, pues es algo que deciden los Mii de forma impredecible; en la posada de vez en cuando verás que los personajes tienen ganas de comprar algo, tú decides si les das el dinero que piden, lo cual no garantiza que vayan a traer el objeto que sugieren en la compra y en ocasiones llegarán con otras cosas como objetos de recuperación; no les digo que fui completamente fan de esa forma de progresión del equipo de los Mii en la que tú como usuario tienes muy poca libertad, pero también debo decirles que tiene su encanto que el juego así lo haya decidido.

Ahora bien, las relaciones entre los Mii pueden también funcionar a la inversa, habrá ocasiones en que algo los motive a estar disgustados entre sí –como sus chismes la noche anterior en la posada–, lo que provocará que se saboteen en medio de una batalla o incluso que se llegue a armar un pleito tan grande frente a los demás que termine eliminando a los enemigos en un combate.

Finalmente es muy importante hablar de las personalidades y su importancia para las relaciones y el sistema de juego mismo. Los Mii que son amables muchas veces donarán sus objetos a sus semejantes, los indiferentes pueden llegar a ignorar un ataque rival y esquivarlo –por absurdo que pueda sonar eso–, los prudentes quizá guardan un turno para prepararse y al siguiente desencadenan un ataque mucho más poderoso, los vivaces pueden animar con porras el ataque de un aliado haciéndolo más efectivo mientras que los relajados pueden ser perezosos en plena batalla pero eso les da ventajas en turnos futuros. Lo anterior son sólo ejemplos de montones de cosas que pasan en los combates por las personalidades de los Mii, y si a eso agregamos el hecho de que las relaciones generan acciones como que los Mii se consolen entre sí luego de ser atacados, que se apoyen en un ataque combinado, que se elogien por una buena acción entre otras muchas variantes, estamos ante un juego en el que todo ese toque de life-sim nos entrega una mezcla interesante que tiene sus buenas sorpresas, enormes cargas de humor, eventos impredecibles y en general algo fuera de lo común.

Se vuelve repetitivo pero también hay cambios de ritmo

Todo lo que hemos puesto sobre la mesa hasta este punto de la reseña nos deja darnos cuenta que Miitopia se siente muy diferente a otros juegos del género aunque desafortunadamente no todo es la dulce miel de ver a los Mii haciendo sus locuras que impactan en la manera de jugar.

Como les dije anteriormente, gran parte del juego puede sentirte muy automatizado ante las decisiones de tus Mii compañeros en los combates, algo que se va volviendo notorio con el paso de las horas. Las primeras sesiones con el juego se sienten muy frescas al presentarnos todas sus posibilidades, pero esa sorpresa se rompe luego de varias horas en las que el juego se vuelve sumamente monótono y aburrido si decides jugar mucho tiempo seguido.

Afortunadamente el juego también tiene una que otra sorpresa, algunos cambios de ritmo y otros elementos que tratan de sobrepasar un poco esa monotonía que llega con el tiempo. Aproximadamente luego de la hora 12 de mi partida hubo un giro a la trama que no sólo puso las cosas un poco más interesantes sino que me presentó nuevos elementos en el gameplay como nuevas clases por explorar, una nueva variedad de enemigos y hasta nuevos aliados que se unieron a la aventura. Posteriormente se volvió una vez más monótono con toques frescos ocasionales como el que les describí anteriormente, además de ello tenemos la buena noticia de que casi para el final del juego es cuando las cosas realmente se vuelven serias y donde descubrimos que muchísimas horas del juego casi fueron una escuela para aprender a dominar todas las variantes que el título presenta y que para ese clímax realmente nos dejan claro que Miitopia tiene su profundidad que no puede subestimarse.

Aquí la pregunta sería ¿sobrevivirán todos los jugadores al tedio de los momentos lentos y monótonos de la aventura? Quizá sí es un poco excesivo el tiempo que tarda Miitopia en realmente mostrar su potencial y parece que no está garantizado que todos los jugadores lleguen a disfrutarlo hasta su final.

Comentarios finales

Hay tantas cosas por decir de lo diferente que es Miitopia que esta reseña sólo se queda como una mirada superficial a todas las locuras que resultan de su mezcla entre un RPG y un life-sim, lo que sí queda claro es que detrás de un skin de un juego de Streetpass hay algo mucho más complejo que disfrutarán sobre todo aquellos usuarios creativos que cuenten una historia con la cuidadosa elección de su reparto de conocidos y desconocidos en esta aventura muy personal gracias a los Mii.

Debo decir que luego de tenerle poca fe a esta propuesta me sorprendieron algunas mecánicas que nos dejan ver que el juego no sólo es apto para ser el primer RPG de muchos, sino que también tiene elementos que buscan realmente hacernos recordar sus extrañas maneras de jugarse y sus extravagantes reglas que le dan un toque impredecible que puede llegar a dar buenas sorpresas.

Por otro lado Miitopia no está libre de errores fuertes, esa progresión con poca libertad apenas se equilibra con el sistema de alimentación que te permite subir ciertas estadísticas de forma más planeada; quizá su mayor error es que una vez que acaba la sorpresa del descubrimiento de todas las posibilidades la experiencia se puede volver monótona y aburrida por períodos prolongados, además de que problemas con su interfaz como no permitirte acelerar el paso de los Mii mientras exploran dejan mucho qué desear.

En resumen, Miitopia hace bien al ofrecernos un producto fresco y fuera de lo común con su extraña mezcla de dos géneros, pero desafortunadamente su historia plana y genérica para encajar con personajes propios y la monotonía de muchas de sus horas de juego nos deja frente a un juego de regular a bueno entre las propuestas del catálogo del Nintendo 3DS.

Si tienes dudas sobre lo que ofrece, te recomendamos descargar el demo gratuito de Miitopia desde la Nintendo eShop, incluso es posible importar tu archivo de guardado al juego completo si es que te agrada su fórmula y quieres seguir jugándolo.