Review – Dishonored: Death of the Outsider

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Honrando una maravillosa saga

Desde hace ya varios años, los juegos en primera persona se han convertido en auténticos lienzos en blanco que cualquier interprete puede moldear a su antojo, incluso dejando casi por completo de lado el tema de los disparos para presentar ideas totalmente frescas desde esta misma perspectiva. Durante la generación pasada de consolas lo anterior se marcó de manera muy significativa y prácticamente de la nada, apareció Arkane Studios como una compañía nueva apoyada por Bethesda para presentarnos algo llamado Dishonored, título que desde que uno lo veía, podías notar que había algo distinto. A pesar de que lamentablemente esta franquicia nunca ha podido despegar del todo en lo comercial, su publisher la sigue apoyando y luego de haber alcanzado su pináculo el año pasado con Dishonored 2, nos llega Dishonored: Death of the Outsider, una expansión standalone de dicho juego que justo como nos lo esperábamos, hace honor al fantástico legado de la serie a la que representa.

El tema de sacar expansiones o DLC que se puedan disfrutar sin la necesidad de tener otro juego completo, más bien tiene que ver con asuntos de negocios, sin embargo, al comercializar estos productos de tal forma, los consumidores esperamos recibir más contenido del que tendríamos por pagar $20 dólares por una descarga, por ejemplo. Arkane entendió muy bien lo anterior y podríamos decir que Dishonored: Death of the Outsider es un nuevo juego de la serie hecho y derecho tanto por su duración, como por los cambios que trae a la franquicia, esto sin mencionar que básicamente estamos hablando del capítulo que cierra con toda la historia que se nos ha venido contando desde 2012 y muy probablemente, que termina con la vida de esta saga que como te comentaba, nunca fue aceptada por las masas seguramente gracias a su intimidante, pero fantástico sistema de gameplay.

Cambios concretos

Dishonored: Death of the Outsider es un juego bastante sincero que no tiene problema en dejar claro que a pesar de venderse por separado, se basa por completo en assets, concepto, controles, motor gráfico y prácticamente todos los elementos que le dieron forma a Dishonored 2; no obstante, lo anterior no lo frenan de ser un título que viene con varios cambios muy marcados respecto a sus antecesores, esto en un claro intento por tener su propia personalidad.

Lo primero que hay que decir es que ahora tomamos el control de Billie Lurk, una asesina muy importante para el lore de Dishonored de quien conocimos mucho más en Dishonored 2 y de la cual, te contaré un poco más adelante. Al tratarse de un personaje entrenado en las artes de matar que incluso no cuenta con la marca del Outsider, obteniendo sus poderes directamente del Void, tenemos cambios a nivel de gameplay bastante interesantes que seguramente le gustarán a algunos, pero que inevitablemente harán que otros sientan algo de incomodidad.

Vamos por partes. Una de las características más importantes de los dos primeros Dishonored lleva por nombre Chaos System, el cual, básicamente era un algoritmo dentro del juego que hacía que los niveles que recorremos fueran mutando dependiendo de nuestras decisiones. Entre más violentos fuéramos, el mundo se iba pudriendo, presentando más peligros. Caso contrario si hacíamos las misiones sin matar a nadie. En Dishonored: Death of the Outsider lo anterior fue removido por completo, dejando que nosotros como jugadores básicamente hagamos lo que queramos sin verdaderas consecuencias. Me parece que lo anterior tiene dos caras: por un lado se fomenta que usemos distintos estilos de juego y que experimentemos más, pero por el otro, siento que le arrancaron algo muy importante a la serie, pues al menos en mi caso, me encontré jugando como siempre lo había hecho, es decir, siendo muy sigiloso y no matando al menos que fuera total y completamente necesario.

Al no haber sido marcada por el Outsider, Billie cuenta con la ventaja de no necesitar elixires para reponer el mana necesario para utilizar sus poderes. Esta decisión, además de estar bien justificada en lo narrativo, creo que simplifica bastante el sistema de juego de Dishonored: Death of the Outsider, y definitivamente sí te invita a ser mucho más alocado al momento de explotar tus habilidades, pues ya no tienes que estarte preocupando por encontrar botellas para reponer tu barra de poder. Ahora, ésta se rellena de manera automática después de unos segundos de no usarla. La salud sí sigue necesitando pociones para recuperarse.

Pasando al tema de los nuevos poderes, podríamos decir que Billie cuenta con variaciones de cosas que ya habíamos visto, pero me parece que son lo suficientemente distintas para sí hacer una diferencia notable entre Death of the Outsider y Dishonored 2. Primero me gustaría hablar de la habilidad que amplía nuestra visión de campo. Ahora, en lugar de solo poder ver a través de las paredes, se desprende una especie de fantasma de que hace las veces de drone de reconocimiento para poder explorar el entorno sin arriesgarnos, y para marcar potenciales peligros y oportunidades. No te voy a mentir, me parece que este poder tiene la intención de hacer mucho más accesible la experiencia, pues en efecto, te da una enorme ventaja en las misiones el poder saber exactamente qué te espera adelante, restándole bastante de esta improvisación de las que muchas veces teníamos que echar mano dentro de la serie. Claro que siempre está la opción no usar esta habilidad o de ocuparla con mesura.

El segundo poder es el de movilidad. Ahora, este movimiento funciona en dos tiempos. Primero le tenemos que decir en donde queremos aparecer, dejando una proyección de Billie estática en el lugar, incluso se nos permite movernos hacia otros puntos para después, activarla y hacer la teletransportación. Esta habilidad se puede mejorar con un bone charm para que cuando la usemos, quede un señuelo de la protagonista que ayude a distraer a los NPCs. Me parece que esta posibilidad funciona, pero la verdad me quedo más con la agilidad del blink clásico que habíamos visto antes.

Sumado a lo anterior, tenemos un poder totalmente nuevo que la verdad, me pareció fantástico. Con éste le podemos robar la identidad a cualquier NPC que esté dentro del escenario, incluso a algunos que son claves para la historia. En una de las misiones se me pedía robar unos documentos que serían entregados a cierto personaje para que éste los destruyera. Antes de que el individuo en cuestión fuera a la reunión para recibir el importante paquete, lo intercepté, me convertí en él para recibir los papeles y salí como si nada con ellos en mi poder. La verdad es que se siente genial ver a los personajes pensando que eres otra persona. Este poder también puede ser usado para pasar desapercibido por un checkpoint bien resguardado, entre muchas otras cosas más.

La adición de un sistema de contratos será otro cambio que seguro notarás de manera inmediata dentro de Dishonored: Death of the Outsider. Éstos son básicamente un montón de misiones secundarias dentro de cada nivel que sí amplían de manera considerable el tiempo que le puedes invertir a este juego. Normalmente se te pide secuestrar, interrogar o matar a cierto personaje y la verdad, funcionan muy bien, pues las formas de completarlas son por demás variadas y nunca me vi aburrido haciendo alguno de ellos. Estoy seguro de que buena parte de los esfuerzos de Arkane dentro de este título, se invirtieron en el diseño de estos sidequests.

Fuera de todo lo que te acabo de contar y de que ahora el combate mano a mano también se siente más fluido, Dishonored: Death of the Outsider es un juego completamente fiel a la serie a la que pertenece, tanto en controles, como en estructura y sistema de progreso en general. La campaña está separada en misiones muy bien delimitadas que pueden ser resueltas de distintas maneras, mientras que a través de bone charms podrás ir agregando perks a lo que Billie puede hacer dentro del campo de batalla. Sí, el juego se siente como una expansión de Dishonored 2 todo el tiempo, dándole precisos toques de refresco a una fórmula que ya funcionaba casi a la perfección. Acabar con dos o tres NPCs después de haber pensado en un elaborado plan, o salir de un edificio increíblemente custodiado sin ser detectado, sigue siendo tan placentero como siempre.

Niveles rompecabezas

Me parece que la mejor manera de describir a todo Dishonored es diciendo: “magistral diseño de niveles”. En mi opinión, por más divertido que es usar los poderes que tenemos a la mano y por mejor logrados que están sus controles al momento de entrar en combate o de movernos con sigilo, la verdadera estrella de la franquicia siempre han sido los maravillosos escenarios que recorremos, los cuales, cumplen con su cometido de hacer que las mecánicas base del juego en cuestión, resalten en todo momento. En este aspecto, Dishonored: Death of the Outsider es mucho más conservador si se le compara con Dishonored 2, sin embargo, hay varios momentos en los que no pude evitar estar con la boca abierta ante los logros de Arkane Studio.

Antes que nada es importante mencionarte que como nos lo temíamos, Dishonored no se podrá recuperar de la obra maestra de nivel que fue la Clockwork Mansion que vimos en la segunda entrega, pues a pesar de presentar niveles muy elaborados y que en general funcionan, la verdad es que en Dishonored: Death of the Outsider no vemos nada parecido al escenario que te menciono. No me mal interpretes, el diseño de niveles de esta expansión es sumamente sólido, dejando que nosotros tomemos nuestras propias decisiones de cómo es que más nos conviene resolver estos auténticos rompecabezas.

Si tuviera que elegir un nivel dentro de Dishonored: Death of the Outsider, creo que sin lugar a dudas me quedaba con el banco del que nos tenemos que robar un objeto clave para la historia. Desde la forma en la que tienes que acceder a él y por supuesto, su espectacular interior, se hace gala de nueva cuenta de lo que este estudio francés es capaz cuando se trata de construir espacios virtuales. Sin arruinarte nada, te cuento que esta edificación cuenta con una bóveda principal que está dentro de una especie de elevador que en cierto punto podemos mover entre pisos. Para acceder a ella, tenemos que hacer varias coas que implican estarla cambiando de lugar dependiendo de que lo necesitemos. Una estructura increíblemente creativa que me dejó muy contento. El resto de los niveles del juego no son tan complejos, pero sí muy funcionales y estéticos.

Dishonored: Death of the Outsider una vez nos invita a ser creativos cuando resolvemos sus misiones, por esto te mencionaba que la estructura de rompecabezas o puzzle de sus niveles, se mantiene intacta para gusto de todos los que amamos a la serie. Algo curioso es que ahora podemos escuchar a las ratas hablar, esto para recibir pistas de misión muy útiles que nos abren el panorama, o tan sólo para saber el chisme de cierto personaje de la trama. Elegante adición que si bien no modifica del todo la forma en la que jugamos, sí le añade algo de sabor a la experiencia.

Si bien Dishonored: Death of the Outsider no alcanza los altos estándares dejados por Dishonored 2 en cuanto a diseño de niveles, podemos decir que sí se hace un trabajo totalmente digno de esta franquicia que siempre ha brillado por la forma en la que construye los escenarios en los que nos pone.

Como dato puntual, te comento que pasar la campaña completa sin hacer todos los contratos, me tomó poco más de 10 horas, las cuales fácilmente se pueden duplicar si te dedicas a hacer todas las actividades secundarias dentro de las misiones. Además, cuando acabas Death of the Outsider se abre un “old game plus”, el cual te deja volver a pasar todas las misiones utilizando algunas de las habilidades que Emily y Corvo lucieron en Dishonored 2.

El cierre de un ciclo

Dishonored siempre ha sido una serie enfocada mayormente en el gameplay, incluso te puedo decir que uno de sus desarrolladores me contó que primero se propone una mecánica de juego y después se ve cómo justificarla en la parte narrativa, sin embargo, lo anterior no ha evitado que vivamos una maravillosa historia llena de contrastes, traiciones políticas y relaciones humanas muy estrechas. Dishonored: Death of the Outsider representa el cierre de este ciclo en muchos sentidos, uno de ellos es la forma en la que le da conclusión a estos hechos que se nos han venido contando en los últimos cinco años.

Los eventos de Dishonored: Death of the Outsider se ubican un par meses después de cómo fue que cerró Dishonored 2, es decir, con Emily retomando el trono de Dunwall después de la forma en la que fue traicionada por su propia tía. Ahora tomamos el control de Billie Lurk, quien empieza a encontrar redención en un último intento desesperado, en el que se lanza en una misión por encontrar a su viejo mentor, Daud, a quien seguro recordarás por haber sido el asesino de la emperatriz Jessamine Kaldwin en el primer Dishonored, hecho que le dio forma a toda la historia de la saga.

Una vez que hacemos contacto con dicho personaje, éste nos cuenta que es momento de acabar con el Outsider de una vez por todas y que ha encontrado la forma de hacerlo. A partir de ese momento, la vida de Billie cobra sentido de nueva cuenta y regresa a sus hábitos de asesina para intentar terminar con lo que muchos consideran una fuerza divina, esto claro, teniendo que atravesar por una Karnaca que sigue muy afectada por la revolución fallida de la tía de Emily.

A pesar de lo predecible que puede ser la historia de Death of the Outsider desde un principio, me parece que su verdadero valor tiene que ver con lo que se nos cuenta entre el inicio del juego y cómo es que este culmina. Conocer mucho más del culto que hay por el Outsider y las implicaciones sociales que esta especie de religión tiene, es verdaderamente interesante, pues a diferencia de los otros juegos de la serie en la que casi todo tenía que ver con lo político, ahora se usaron motivaciones mucho más humanas e irracionales para darle forma a la historia.

La verdad es que cuando llegó el momento de ver el final de Dishonored: Death of the Outsider, no pude evitar sentir mucha nostalgia, pues sabía que muy probablemente sea lo último que veamos de esta franquicia al menos en un largo tiempo. Creo que la forma de darle conclusión a la historia fue correcta, sin embargo, también hay que mencionar que algunos cabos quedaron sueltos. Por supuesto que no te mencionaré más sobre este asunto, pues es increíblemente sencillo caer en los spoilers y, sobre la pregunta de “¿es necesario haber jugado los otros Dishonored para entender este?”, me parece que la respuesta es un rotundo “sí”. Por más que que el marketing nos diga que no pasa nada si este es nuestro primer Dishonored, te aseguro que entenderás muy poco del contexto y por qué es que ciertas cosas están ocurriendo si no cuentas con ciertas bases.

Impecable apartado artístico

Del tema estético de Dishonored: Death of the Outsider no hay tanto qué decir, pues se utiliza la misma versión del Void Engine que vimos en Dishonored 2. La dirección artística del juego sigue siendo impecable y el nivel de detalle de sus escenarios es totalmente sorprendente. Todo este ambiente de la revolución industrial del siglo XIX se siente excelentemente bien representado en cada rincón del juego, mientras que las notas musicales muy mediterráneas encajan a la perfección con el contexto que Arkane está intentando representar.

Algo que me encantó fue el diseño de personaje de Billie Lurk, pues al igual que lo que vimos de ella en Dishonored 2, tenemos a un individuo desgastado que ha vivido toda clase de atrocidades y que ahora, el propio Void se encuentra encarnado en su brazo derecho, el cual, luce espectacular con este look que le dieron como de hueso formado por una magia que no comprendemos del todo. El uso de colores cálidos en los escenarios que contrastan con grises y negros muy marcados que nos recuerdan la decadencia de esta ciudad, funcionan a la perfección en todo momento. Ese raro sentimiento de salir de la podredumbre de la calle para entrar a un edificio impecable y muy lujoso de la burguesía, está más presente que nunca.

De nueva cuenta espero que Arkane y Bethesda se tomen la molestia de publicar un libro de arte de Death of the Outsider como lo hicieron con los dos juegos pasados de la franquicia. Tener a ese increíble rediseño que le dieron a cosas como los Clockwork Soldiers impreso en papel, sería algo que seguro todos los fans agradeceríamos muchísimo.

¿Qué sigue?

Dishonored: Death of the Outsider representa la conclusión de una franquicia amada intensamente por un nicho de fanáticos. Sus no tan altos números en lo comercial nos hacen pensar que la magistral creación de Arkane Studios no podrá seguir adelante, aunque claro, con un publisher tan interesante como Bethesda, todo puede pasar. Haber echado mano de una expansión standalone para cerrar con este ciclo fue correcta, pues como te comentaba al inicio de esta reseña, Dishonored 2 es por mucho el pináculo de la saga, por lo que usar sus bases para darle fin, sonaba como lo más lógico del mundo.

Es bien complicado saber qué es lo que sigue para este estudio considerando que Prey tampoco fue un éxito en ventas, pero te puedo decir que si nunca has probado su trabajo, tienes que hacerlo en cuanto tengas la oportunidad. No, Dishonored: Death of the Outsider no es la mejor puerta de entrada a este universo, no obstante, si es una conclusión que le hace honor al enorme legado del nombre con el que carga. Como fanático de esta serie estamos frente a un imperdible que probablemente ya estés jugando. En caso de ser nuevo, mi recomendación es iniciar justamente por el principio, o sea, por el primer Dishonored, el cual tiene una Definitive Edition muy bien lograda disponible para consolas de actual generación. Sólo me queda agradecerle a Dishonored por tantos momentos épicos gracias a un gameplay sin igual y a una historia que se quedará en mi memoria para siempre.

Alberto Desfassiaux
Editor en Jefe de Atomix. No me gustan los videojuegos... ¡adoro los videojuegos!