Review – Cocoon

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Por los indies

Review CocoonLa escena independiente se ha convertido en uno de los pilares más importantes del medio. Mientras las súper producciones pasan por complicados momentos gracias a temas financieros y de negocios, los llamados indies lucen sus mejores cartas, impulsando a la innovación y a los verdaderos valores del gaming. Para prueba de lo anterior lo que hemos visto en este 2023, año plagado de grandes entregas que han salido de los rincones menos esperados y con recursos verdaderamente limitados. El nombre de Jeppe Carlsen es uno de los más importantes de todo este movimiento, pues no solo fue un pionero con cosas como Limbo, sino que nos hizo entender que este tipo de producciones podían competir en calidad con cualquier otra. Tras su salida de Playdead tras terminar a la también joya de Inside, el creativo danés se unió a una nueva compañía para trabajar en su nuevo proyecto, el cual, finalmente nos está llegando bajo el nombre de Cocoon.

Como te lo decía hace unos momentos, una de las grandes ventajas del desarrollo independiente o de bajo costo, es que se pueden tomar riesgos importantes sin grandes consecuencias, es decir, hacer pruebas con alocadas ideas tanto a nivel conceptual y de generación de una nueva IP, como de las propias mecánicas de juego. Al igual que vimos en los pasados dos trabajos de Carlsen, Cocoon es un juego que toma un camino brutalmente distinto a todo lo que se está haciendo actualmente, presentando una interfaz de controles totalmente minimalista y sencilla, que funciona en un entorno de puzzles altamente sofisticado, dando como un resultado un videojuego verdaderamente particular y muy especial que desde que tomas, te impresiona con ideas que cuesta trabajo imaginar cómo es que fueron concedidas y después ejecutadas de tan buena forma.

Menos es más

Conforme los años han ido avanzando, los videojuegos han seguido un ciclo natural de sofisticación en todos los apartados. Las gráficas son más realistas que nunca, los controles cada vez tienen más botones y claro, las mecánicas se han vuelto complejas y por momentos, difíciles de abordar sobre todo para los nuevos. A pesar de lo anterior, también existe un grupo de desarrolladores que han encontrado belleza en la simpleza y justamente sobre eso, han construido nuevas ideas sumamente especiales. Cocoon es prueba de que menos es más y que inclusive usando solo el análogo y un botón, puedes construir grandes dinámicas que nunca antes habíamos visto.

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Hablar de la narrativa de Cocoon es bastante complicado por lo ambigua que llega a ser. Al igual que en los otros trabajos de Jeppe Carlsen, acá no tenemos una sola línea de diálogo. El juego arranca cuando nuestro personaje parece aterrizar del espacio exterior en un mundo desconocido, el cual, comienza a explorar con el objetivo de eliminar a una serie de monstruos que lo aquejan. El final no hace mucho más, dejándonos con un sentimiento de vacío importante con el claro objetivo de que nosotros mismos saquemos conclusiones y demos nuestras propias interpretaciones. Si no te gustan las historias tan poco concretas, seguramente que en este juego te sentirás perdido, pero repito, ese es el estilo del autor.

Además de la forma en la que carga con su narrativa, Cocoon es un juego al que claramente le pesa llevar consigo cualquier elemento que no sea total y completamente indispensable. A lo que me refiero con esto es que estamos ante un título que no tiene ninguna clase de interfaz gráfica; es decir, en ningún momento te dice “con tal botón haces esto”. El título se apoya enteramente de lo que te va presentando dentro de su propio mundo para que tú mismo vayas deduciendo qué hacer a continuación. ¿Y todo esto funciona? Sí, mejor de lo que debería de hecho. A pesar de lo anterior, la experiencia fluye como nada y con que tan solo tengas el más mínimo sentido de lógica, te podrás ir abriendo camino en sus intrincados puzzles.

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Dicho lo anterior, te cuento que Cocoon es un juego totalmente centrado en los puzzles con una vista área que en más de una ocasión toma un punto isométrico bastante interesante, dejando de lado la perspectiva 2D de Inside y Limbo. No hay combate como tal, pero sí hay enfrentamientos contra jefes en los que tenemos que usar diferentes elementos para vencerlos que en realidad, nos presentan un elaborado problema que tenemos que resolver bajo presión. Lo interesante del asunto es que como ya te lo mencionaba, todo funciona con el simple uso del análogo y un solo botón. Sin más. Me vuela la cabeza cómo es que con una interfaz tan simple, se hayan logrado cosas tan avanzadas.

Pero bueno ¿qué hace entonces tan especial al gameplay de Cocoon? En un inicio sentirás que el juego se va por un camino divertido, pero bastante normal. Los problemas que nos pone a resolver son cosas como mover una esfera de lugar, cambiar unos switches o activar una plataforma movible. Todo muy bien diseñado, pero nada fuera de lo común. La cosa se empieza a poner verdaderamente loca cuando te das cuenta que esa esfera que llevas tiempo cargando, en realidad es todo un mundo al que te puedes meter en ciertos momentos para resolver situaciones que afectan al otro mundo en el que estabas. Dicha idea se sale de la estratosfera cuando encuentras otro mundo, en el cual, puedes meter la primera esfera que habías encontrado. Sí, un mundo dentro de otro mundo. Ya te imaginarás cómo se pone la cosa cuando encuentras una cuarta esfera.

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Es bien complicado explicar solo con palabras cómo es que funciona todo lo que te estoy diciendo, pero por ahora, solo velo como puzzles que necesitan de acciones en diferente mundos que se pueden contener a sí mismos y que nosotros como jugadores, decidimos cuándo y cómo hacer esos cambios. Sí, sé que suena verdaderamente complicado y la verdad es que no me imagino la forma en la que Jeppe Carlsen planteó todo esto a por ejemplo, su equipo de programadores. Ni siquiera puedo pensar cómo es que concibes ideas tan abstractas para después llevarlas a un documento de planeación para su posterior ejecución. Lo mejor de todo este asunto es que Cocoon no usa una sola palabra para explicártelo, simplemente lo presenta y confía en la inteligencia del usuario.

Además de lo anterior, tenemos que cada esfera o mundo que encontramos, nos da una nueva especie de poder. Por ejemplo, la primera permite que ciertas plataformas aparezcan cuando la estamos cargando, mientras que la segunda hace que ciertos objetos aparezcan o desaparezcan cuando interactuamos con ellos. Como seguro ya te estás imaginando, estas mecánicas combinadas con otros puzzles y claro, con todo el asunto del cambio de mundos, convierten a Cocoon en un juego altamente sofisticado en diseño que parte de ideas y de fundamentos muy simples. Creo que pocas veces estamos ante un ejemplo tan claro de lo que quiere decir ser elegante cuando se trata de diseño de videojuegos. Simplemente brillante.

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Explorando el color

Indudablemente, una de las cosas que más llamó la atención de Limbo cuando se estaba lanzando hace ya 13 años, era lo especial de su estilo gráfico y artístico. Todo este blanco y negro lúgubre, simplemente nos atrapó gracias a la profunda atmósfera que creaba alrededor de toda la aventura. Dicho asunto se mantuvo en Inside, pero ahora con toques de color precisos que igualmente causaban algo dentro de nosotros. Ya fuera de Playdead, el creativo danés decidió irse por un camino marcadamente distinto con Cocoon, uno mucho más colorido y con intenciones claras de no solo ser estético, sino de aportar a la experiencia de juego como tal.

La decisión de insertar tanto color en Cocoon es clara. Al no contar con ninguna clase de interfaz gráfica, el juego requiere de toda la ayuda visual posible para que nosotros los jugadores no nos sintamos perdidos. Para lograr lo anterior, a cada uno de los mundos del juego se les asignó un color. El primero es un desierto naranja, el segundo una especie de pantano lluvioso donde reinan los tonos verdes y así, cada espacio es fácil de reconocer para que siempre sepas claramente en dónde estás parado y sí, funciona de una gran forma como ejemplo de cómo es que inclusive las gráficas y estilo visual de un juego, pueden ser usadas para mejorar el gameplay.

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Del lado de la dirección de arte igual tenemos a un título que dista mucho de los trabajos anteriores de Jeppe Carlsen. Tanto nuestro personaje, como los mundos que visitamos y quienes los habitan, tienen todo estilo de insectos que son parte orgánicos y parte mecánicos. Parece que una civilización construyó hace muchos años casi todo lo que vemos, haciendo que la experiencia se sienta más misteriosa. La música ayuda muchísimo a todo esto, pues es bastante ocasional y cuando aparece, suele transmitir un fuerte sentimiento de desolación. Importante mencionar que el juego está hecho en Unity y sobre todo, el efecto que se crea cuando cambias a placer entre un mundo y otro, es verdaderamente impresionante.

Para esta reseña usamos la versión de Xbox Series X, la cual, se despliega en una preciosa resolución nativa de 4K y a 60 cuadros por segundo total y completamente estables. Por supuesto, la más reciente máquina de Microsoft está fuertemente sobrada para este tipo de juegos, por lo que se suelen tener grandes resultados en cuanto a calidad de imagen y sobre todo, rendimiento. Me queda la enorme duda de cómo es que funciona la versión de Switch, sobre todo del lado de cómo es que cambias instantáneamente entre mundos. Lo más seguro es que Cocoon corra bien en la híbrida de Nintendo, pues seguro que ahí encontrará a su más grande mercado, pero habrá que confirmarlo.

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Puede que el shock de ver por primera vez Cocoon no sea tan fuerte como sí lo fue con Limbo, pero te aseguro que Geometric Interactive está entregando un precioso juego lleno de color que precisamente usa su estilo artístico para favorecer al diseño de su core gameplay, asunto que no siempre vemos dentro del medio. El diseño tanto del personaje principal, así como de enemigos, es muy destacado y te hace sentir como que estás en un lugar en el que no deberías de estar, pero que guarda un enorme secreto que simplemente no puedes dejar de perseguir.

Forjando leyenda

score-90La escena independiente ha pasado de ser un apartado más del medio, a toda una institución de donde han salido varios de los desarrolladores y creativos más importantes de todos los tiempos. Creo de que desde hace rato el nombre de Jeppe Carlsen ocupa un lugar de privilegio entre todo esto, y ahora con Cocoon, simplemente afirma lo especial que es al momento de crear videojuegos, pues en un estudio completamente diferente al que lo lanzó a la fama, entrega probablemente su trabajo más sofisticado y avanzado. Lo interesante de todo este asunto es que no estamos ante un título pretencioso y sobre complicado como podía ser The Witness, por ejemplo, no, acá tenemos un juego sumamente divertido que parte de fundamentos muy simples para maravillarnos con grandes ideas, poniendo siempre la diversión por delante.

Gracias a su impecable y muy elegante diseño, profunda atmósfera y críptica historia, Cocoon se convierte en una nueva joya del medio que está viviendo un 2023 de auténtico alarido, y en un nuevo triunfo del desarrollo independiente que involucra presupuestos modestos con equipos pequeños. De nueva cuenta se nos deja claro que tal vez, buena parte del futuro de esta industria no está tanto en las súper producciones AAA de cientos de millones de dólares y procesos de años, sino en títulos con objetivos alcanzables usando recursos mucho más realistas. Otro juego que simplemente no te puedes perder por nada y que además, por su duración que no supera las cinco horas, es ideal para tomar cualquier fin de semana y pasarte un rato no solo muy divertido, sino altamente memorable y que indudablemente te dejará algo si es que amas esta forma de entretenimiento que claro, es arte en toda la extensión del término. 

Alberto Desfassiaux
Editor en Jefe de Atomix. No me gustan los videojuegos... ¡adoro los videojuegos!