Review – The Rhythm of Fighters

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The Rhythm of Fighters cumple las razones por las que existe: sirve de homenaje a SNK y mantiene ocupados a los fans de KOF 

review_rhythmfEl solo nombre basta para dar escalofríos a más de un puñado de fans. The King of Fighters cumple 20 años y es muy probable que hayas esperado un juego canónico para celebrar el acontecimiento. Sin embargo, lo más reciente que SNK Playmore nos ha dado es, mejor dicho, un homenaje musical al legado que la Shin Nihon Kikaku construyó desde 1978. Hablamos, claro, de The Rhythm of Fighters para móviles.

Los aficionados más clavados de la franquicia (que en América Latina se cuentan por miles y miles) seguro recordarán los diversos spin offs que SNK ha hecho de la saga en sus diversos periodos de auge. Durante dos décadas, hemos visto un RPG (The King of Fighters: Kyo), un bullet hell a lo Touhou Project (Sky Stage), juegos de cartas, pachinkos, pachinslots y demás; con semejantes antecedentes, este experimento no resulta tan escandaloso, aunque es necesario hacer algunas acotaciones.

El baile del Iori loco

Que no te engañe el nombre. Esto es ritmo puro. La pelea es un elemento decorativo que le da más feeling y ayuda a forjar las referencias a diversas series de SNK que aparecen en el juego, pero no interviene en el gameplay. Se trata de seguir el paso de las diversas melodías, del mismo modo que lo harías en  Theatrhythm o la expansión Equestria Girls de My Little Pony: Friendship is Magic (si no lo digo, reviento). Vamos, el género de ritmo ha aprovechado las características del móvil y su sencillez conceptual para ganar algo de público ahí.

En cada juego del género tenemos una manera particular de marcar el ritmo, cada una acorde a su temática. En este caso, un óvalo a mitad de la pantalla sirve de espacio para colocar las notas a seguir. Para marcar cada una de ellas, deberás presionar el pad, mantenerlo o deslizar el dedo, muy al estilo de Theatrhythm.

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La temática de combate tiene más que ver con la reacción de tu personaje ante tus aciertos y errores al seguir la melodía. Si aciertas, golpearás a tu oponente y encadenarás hits. Si fallas, verás pateado tu táctil trasero. Al ejecutar secuencias específicas de pasos, realizarás el movimiento especial de tu personaje (el mítico “quinto”). Tres personajes (Kyo, Athena, Ryo) están desde el inicio en el juego. Otros como Iori o Nakoruru se adquieren por separado.

Cabe resaltar que tu barra de vida tiene como única función delimitar los fallos que puedes cometer. Si se acaba, pierdes. Si se termina la del rival, otro personaje seguirá la pelea pues el objetivo no es otro que terminar la canción. Al lograrlo, como es costumbre, recibirás un puntaje y una calificación que te animarán (si quieres) a mejorar.

El juego base, que consigues a un dólar, cuenta con 14 canciones. Son versiones renovadas de tonadas que no sólo conocimos en la saga KOF, sino que ahí empiezan los homenajes de los cuales te hablaba: Samurai Shodown, Fatal Fury, Art of Fighting y hasta series como Sister Quest (juego de pachinko-RPG) tienen presencia en esta selección. Si quieres más canciones, bien puedes comprar paquetes adicionales muy al estilo de -sorpresa- Theatrhythm.

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También podrás recibir ayuda de personajes que han aparecido en juegos de SNK, como Buriki One, Nam-1975 o World Heroes (y sólo hablamos de los primeros que desbloqueas). Dicho apoyo consiste en recuperar tu barra de vida o causar más daño al enemigo en pantalla, entre otros detalles por el estilo y se obtienen completando niveles en el modo “Arcade”. Si bien ninguno de ellos aparece en combate, el premio es verlos con el arte original con el que el mundo los conoció.

Los escenarios son versiones fijas de fondos que vimos en juegos clásicos de SNK, algunos incluso son reconocibles a la primera. En tanto, los sprites son reutilizados de diversos juegos de arcade. Este detalle puede parecerte genial o chocante, todo depende de qué tanto cariño le tengas a los títulos originales.

Hasta ahí tenemos las bases del juego. Sin embargo, como en todo, el diablo está en los detalles.

Al ritmo del Hao Sho Ko Ken

Hay dos modalidades principales. La primera es el modo Arcade, en donde debes cumplir ciertos objetivos para completar el reto y subir de nivel a tu personaje. La mayoría de estos consiste en terminar la canción aunque, si bien hay otro tipo de tareas a cumplir, siempre dependen de seguir el ritmo correctamente; éstas están divididas por caminos dependiendo de su dificultad. Al ir superando cada fase, desbloquearás un nuevo personaje de respaldo o la posibilidad de jugar la canción en una dificultad superior como parte del modo libre.

El modo libre, como su nombre lo indica, te deja practicar las canciones en las dificultades que hayas desbloqueado en la modalidad Arcade. Como hemos dicho, son 14 temas cuya variedad depende de la dificultad. Si necesitas más, están a la venta por 3 dólares. Si se te olvida, no te preocupes, el juego te recordará constantemente las adiciones más recientes.

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El juego tiene su principal aporte en el cascarón que brinda la temática de Fighting; sin embargo, no encontrarás mayor novedad respecto a su símil más cercano, Theatrhythm (incluso las similitudes alcanzan el estilo gráfico de las notas a seguir). Por momentos, parece que tomaron las bases del juego de RPG-Ritmo y sólo lo ubicaron en una planilla ovalada para aparentar una distancia que en la realidad no existe.

No es inteligente pedir variedad en la jugabilidad a un título de ritmo. Pero, al menos, sí detalles que le quiten algo de monotonía. Al cabo de un rato, ver a los peleadores en pantalla deja de ser una novedad y terminas obviando aspectos como los movimientos especiales. No se nos olvide, eso sí, que estamos ante un entretenimiento que vale sólo un dólar.

Los personajes disponibles para jugar son tres, al tiempo que puedes adquirir más por tres dólares cada uno. Esto es un aspecto común de los juegos de móviles y no haría tanto ruido si no fuera por dos razones. La primera es que el corte para los peleadores de pago incluye a personajes fundamentales como Iori y Terry. La segunda es que peleas contra el elenco completo. Es decir, los personajes están y sólo pagas por el derecho de utilizarlos.

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La música es, en sí misma, un documento. La única queja es que un no iniciado en los juegos de SNK podría no tomarles el gusto y sentirlas un tanto pesadas para jugar. En su defensa, la mayoría son versiones remasterizadas bien realizadas y acordes a la temática del título.

En conclusión, estamos ante un juego que vale el dólar que pagas por él. Son 14 canciones con un jugabilidad que no aporta, pero entretiene. Del mismo modo, está envuelto en un cascarón que seguro amarán los fans de KOF o del Fighting en general, pero que no brinda mayor beneficio que un atractivo visual y de servir de variación temática. Además, su estrategia para vender añadidos es inteligente -al punto de tocar lo evil-, pero resulta comprensible dado el contexto de la plataforma en la que se ha lanzado.

Para esta reseña se utilizó la versión de iOS, pero también está disponible en Android.×

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No es un mal juego; de hecho, The Rhythm of Fighters cumple las razones por las que existe: sirve de homenaje (breve) a SNK, mantiene ocupados a los fans de KOF y ofrece material para hacer dinero. Sin embargo, para sobresalir, incluso en el espectro de iOS/Android/etc., se queda un tanto corto.

En tanto, la serie cumple 20 años y sólo se vislumbra una reedición de The King of Fighter 98 en iOS para el futuro. Quizá, más que llenar el vacío, los fans terminen preguntándose si no se pudo realizar un esfuerzo más grande para honrar la ocasión.

 

Ernesto (Neto) Olicón
Colaborador en Atomix.vg. Amante de la pelea videojueguil, en cualquiera de sus presentaciones. Aventurero en mundos mágicos y contador de historias. Periodista de tiempo completo.