Review – Killing Floor 2 (Xbox One)

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EXPLOSIONES, VÍSCERAS Y SANGRE A BORBOTONES EN LÍNEA, ADEREZADAS CON MÚSICA METAL

En noviembre del 2016, Tripwire Interactive hizo algo bastante sensato: que su proyecto de PC, Killing Floor, llegara también a consolas, específicamente al PS4. Su obra alcanzó niveles inesperados pues, aunque comenzó como un mod de Unreal Tournament, rápidamente ascendió entre la escena indie de la plataforma Steam, creando una legión de seguidores en PC.

Para ello su estrategia fue bastante astuta: alimentaron su shooter con elementos de horror y una mecánica de supervivencia, eventos especiales en verano, Navidad y Halloween donde los jugadores podían hacerse de skins especiales para los personajes, apariencias de armas y logros únicos, mientras que los enemigos también cambiaban según la temporada. Esto, aunado a las bajas especificaciones técnicas, el uso de mods (como su naturaleza lo dicta) y servidores dedicados para el juego marcaron el camino para su arribo a las consolas, incluso con algunos spin-offs para móviles que no han tenido la misma repercusión que las entregas principales.

Ahora que este juego llega a Xbox One, nos volvemos a manchar las manos y la pantalla con su sangre a borbotones para asesinar a un montón de Zeds  en esta disección que tiene como fin conocer si han aprendido de su mayor error en el pasado: la falta de contenido en su momento de lanzamiento.

APUNTA Y DISPARA; DESPUÉS PREGUNTAS

Aunque Tripwire afirma tener un trasfondo para toda esta balacera, lo cierto es que el juego nunca se toma el tiempo para hacer que te preguntes qué diablos está pasando, pero la historia es sencilla: el mundo se encuentra sumido en el caos después de un accidente biológico; pocos han sobrevivido y, entre ellos, quedan los que han organizado guerrillas contra los Zeds, nombre que reciben nuestros retorcidos y violentos enemigos. Así, el juego rápidamente te introduce en lo que llaman Perks, que no son más que las clases que puedes utilizar en el juego.

A diferencia del primer Killing Floor, la interfaz ha sido renovada y es más intuitiva, aunque no destaca mucho por su diseño; esto es algo que los jugadores deberán tener en cuenta, pues, aunque se trata de un juego publicado por Deep Silver, el desarrollo corre por parte de Tripwire Interactive, resultado en una especie de modelo Indie AAA, como el que vimos en Hellblade: Senua’s Sacrifice. Dicho esto, entrarás a una sala donde tienes opciones sencillas de configuración de la partida (dificultad, longitud del enfrentamiento, votar por uno de sus mapas y hasta entrar a una partida ya en progreso) y eliges una de sus Perks, que van desde el dominio de los explosivos, pasando por las armas y ataques cuerpo a cuerpo, otros que se enfocan en los rifles y armas de largo alcance, el médico, en fin. Si lo que deseas es echarle un vistazo a sus mecánicas básicas o solo calar de qué va esta masacre, también puedes jugar en solitario.

DÁNDOLE IDENTIDAD A UN MOD EN FORMA DE SECUELA

Como buen título enfocado en el multijugador, te verás atendiendo una serie de confrontaciones contra los Zeds, en formato de olas de supervivencia, donde todas y cada una de tus actividades te otorgarán experiencia en equipos de hasta seis jugadores. Nuestros acechadores también tienen rasgos diferenciadores, los cuales son enemigos gordos y enormes que vomitan ácido (alentando tus movimientos) demonios que gritan y disminuyen tus puntos de vida a pesar de tener escudos o protección; los hay también pequeños y ligeros, pero que en conjunto pueden hacer que mueras rápidamente, incluso arañas gigantes y otros que tienen enormes cuchillas por brazos.

Entre ronda y ronda el juego te permite acudir al mercader, que no es más que una inteligencia artificial omnipresente (no, ya no es una chica como en el juego anterior) a la que puedes comprar protección extra, armas, munición y hasta vender otras armas que hayas encontrado en el mapa. Es importante que notes que cada una tiene un peso, lo cual afecta la rapidez con la que te mueves, y no te será posible traer más de lo que admite tu Perk o clase. Los personajes también pueden correr con la palanca izquierda, un aspecto que mejora el dinamismo en el modo de juego (antes solo cambiabas por el cuchillo y caminabas relativamente más rápido) así como la inclusión de una mira, la cual no existía hasta esta iteración. Por si fuera poco, cuando ciertos Perks del equipo (o tú) tienen activada esta opción, los tiros a la cabeza al enemigo crean momentos tipo cámara phantom que incluso pueden ser alargados por los jugadores que han logrado una acumulación mayor de experiencia.

La comunicación en equipo puede hacerse a través del canal de voz que incluye el juego per se o comandos escritos, los cuales creemos que deberían trabajarse más, pero cumplen una función básica. Si sobrevives hasta la ronda final, tu equipo y tú ganan la oportunidad de enfrentarse a uno de sus dos jefes finales, Si amaste la dificultad en el juego anterior quizás pienses que ha sido diluida, ¡pero no tan rápido! En efecto, ya no necesitas hacer actividades exclusivas de tu clase para alcanzar un nuevo nivel, aunque la dificultad Infernal sin duda te pondrá en aprietos a pesar de haber alcanzado el nivel máximo, que es el 25. Si te estás preguntando qué clase de música oirás en plena masacre, algo que nos encanta desde el primer juego es su banda sonora, la cual está llena de temas de metal y rock industrial en inglés que le dan un toque especial y que le agradará al oído de los jugadores de Quake o Doom.

EXPLORANDO NUEVOS MODOS DE JUEGO

La progresión te otorga nuevos atributos cada cinco niveles alcanzados, en lo que es una especie de árbol de habilidades bastante escueto que te da a escoger entre una opción izquierda o derecha, pudiendo cambiar entre una y otra sin perder tus puntos de experiencia. Otro detalle es que los niveles más altos por supuesto que tienen ventajas en comparación a los primerizos, pero esto no suele afectar la experiencia de juego, al menos en la modalidad estándar. Tripwire se aventuró a realizar otro tipo de juego en el que, también en equipos de hasta seis miembros, podrás enfrentarte a otros usuarios como Zeds; sinceramente este modo no lo encontramos muy divertido, pues la ejecución del cómo utilizas a los enemigos es bastante frustrante. Verán, mientras eres un humano puedes sobrevivir como en una ronda común y corriente, pero si eres un Zed, tendrás respawns limitados y, en la última ola, podrás enviar a tu jefe final a crear una verdadera masacre. Cuando jugamos este modo (cerca de siete partidas) seis las ganamos con los Zeds hasta el momento del jefe final. ¡Falta balance en este aspecto!

UNA EXPERIENCIA MÁS ELABORADA

Técnicamente y, como ya lo habíamos mencionado, no es un juego que te quite el aliento, pero sí mejoró bastante en comparación a su antecesor. Si lo comparamos rápidamente contra la versión estándar de PS4, el Xbox One tarda apenas uno o dos segundos más en cargar algunas texturas en los mapas, no siendo así a la hora de encontrar otros jugadores o simplemente iniciar una partida; es decir, el sistema de matchmaking funciona a la par.

Tripwire actualizó el juego cuando el PS4 Pro llegó al mercado; con ello, la imagen original pasó de 1080p a 2160p, cuya mejora se aprecia de inmediato en una TV con salida 4K nativa. En Xbox One sí notamos más cortes de sierra que en PS4 (estándar) lo que nos hace pensar que la resolución es todavía más baja; ¿quizás 900p? En lo que respecta a los cuadros por segundo, no sentimos que se viese afectado respecto al PS4, pues ahí suele jugarse entre 50 y 60 cuadros, como un juego de su tipo lo amerita.

Tampoco tuvimos problemas para encontrar otros jugadores, pero debe tomarse en cuenta que en PS4 fue uno de los títulos para PlayStation Plus de junio, por lo que la comunidad creció mucho en comparación a su temporada de lanzamiento. Los que decidan jugar Killing Floor 2 deben analizar que lo interesante es ver los borbotones de sangre y el cuidado que ha tenido Tripwire en el apartado de sonido, donde cada bala y aplastamiento de cerebros alimentó nuestra emoción. Otra característica de esta edición es que incluye un paquete de nuevas apariencias gratuitas para tus armas, aunque Tripwire sigue con su apartado de Tienda; aquí solo se ofrecen materiales para poder crear tus propias skins o personajes, ya sean por tiempo limitado (como es el caso de la edición para Xbox One) o variantes en los colores.

Killing Floor 2 ha mejorado con el tiempo para satisfacer una de nuestras más grandes quejas durante su lanzamiento, la falta de contenido, esto debido a que sus eventos previos llegan en esta versión para Xbox One y se mantienen en la de PS4. Quizás no esté buscando la atención de otros éxitos del multijugador en línea como Tom Clancy’s The Division o Destiny, incluso el de GTA Online, pero es una alternativa interesante para todos los amantes de la brutalidad y las vísceras.

No es una maravilla gráfica, pero tampoco busca serlo; por el contrario, la segunda parte de Killing Floor desea entretenerte mientras eliminas hordas de Zeds en compañía de amigos o extraños, sin baches de matchmaking, y una progresión más amena con el público en general, sin abandonar a los usuarios de antaño gracias al modo Infernal y sus eventos de temporada.