Review – PlayStation Classic

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Un clásico con alto potencial desperdiciado

review_pokemonletsgoLa nostalgia siempre ha sido un factor importante en muchos mercados, entre ellos el de los videojuegos. Sin embargo, en los últimos años ésta ha adquirido mayor peso dado al aumento de edad de los consumidores, los cuales durante las décadas de los ochenta y noventa solían ser niños o adolescentes y ahora son adultos, es decir, potenciales compradores con un alto poder adquisitivo. No por nada y de acuerdo a diversas estadísticas, se coloca que más del 75% de quienes adquieren juegos son personas con más de 18 años.

Con un mercado tan atractivo como éste que no solo adquiere lo más nuevo de la industria sino que incluso añora las épocas pasadas del gaming, las compañías han comenzado a apelar más hacia la nostalgia con múltiples productos que permitan tanto a los jugadores veteranos revivir viejas glorias como a los más jóvenes conocer algunos clásicos; remakes, remasterizaciones, compendios y colecciones son sólo algunos ejemplos de ello. No obstante, uno de los artículos que más fama y popularidad han conseguido en los últimos años son las mini consolas retro que ofrecen una pequeña colección de juegos incluida dentro de una replica a escala del hardware original en el que se jugaban. Vaya, se alzaron como un genial artículo de colección  altamente preciado entre los gamers con más edad que disfrutaron de dichas consolas en su momento.

Si bien estas consolas mini no son algo nuevo, su popularidad explotó en 2016 cuando Nintendo lanzó el NES Classic Edition y, un año después, el SNES Classic Edition. En cuestión de meses tras sus lanzamientos, los dos sistemas se agotaron rápidamente e inclusive, consiguieron rebasar las ventas de equipos de juego actuales en múltiples regiones por varios meses. Con semejante éxito, era de esperarse que otras compañías decidiesen replicar la fórmula al lanzar su propia versión de una consola retro.

Precisamente y para hacerse con una rebanada de ese jugoso pastel, Sony nos trae el PlayStation Classic, una versión a escala de su primer consola que lanzó en 1994. Cuando ésta fue anunciada el pasado mes de septiembre, la misma causó enorme revuelo ya que se postraba como la respuesta obvia y atractiva para hacerle frente al dominio retro de Nintendo. Tristemente, su propuesta terminó siendo una enorme oportunidad desperdiciada al hacer de ésta un producto con varios desperfectos, fallos y una ejecución que deja demasiado a desear.

Bonito pero incompleto (e incómodo) paquete

Pero empecemos diciendo qué es este mini Play. El PlayStation Classic es una replica a escala del primer PlayStation con un tamaño 45% menor respecto al sistema original. Ésta cuenta con 20 juegos “clásicos” de la consola precargados en su interior que pueden accederse desde una interfaz sencilla. Obviamente el hardware está adaptado para los monitores y televisores actuales por lo que en su paquete incluye un cable HDMI para conectarse a éstos sin problemas, así como un cable micro USB para conectarlo a su fuente de corriente. De igual manera y no menos importante, viene con dos replicas de los controles originales de la consola (no Dualshock con sticks análogos o vibrador) que facilitan disfrutar de aquellos títulos multijugador.

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A primera vista el PlayStation Classic luce como una consola completa que cuenta con lo necesario para ser encendida fácilmente y disfrutar así de todos sus juegos. Por desgracia esto no es del todo cierto ya que, incluso desde su empaque, el equipo cuenta con una carencia por demás importante: la ausencia de un adaptador AC para corriente.

En verdad sorprende negativamente ver que Sony decidiera prescindir de algo tan fundamental como lo es este adaptador que facilitaría aún más su proceso de conexión, sobre todo porque el cable USB que incluye no es capaz de alimentarse eficazmente de la energía de muchos monitores. Si no cuentas con dicho adaptador (que se vende por separado) o con uno similar (como los que sí incluyen el NES/SNES Classic) , requerirás de hacer uso de alguna computadora u otra consola con entrada USB cercana para que funja como la fuente de poder de la consola, lo cual es por demás inconveniente.

Pero esto no es el único desperfecto que tiene el PlayStation Classic en términos de sus contenidos. Salvo por el cable HDMI de cuya longitud es de 2 metros, la extensión de sus cables USB y de los controles es de apenas 1.5 m; es decir, son demasiado cortos. Me resulta incomprensible que Sony optará por hacer demasiado pequeños estos cables ya que, por lo general, las personas suelen colocar las consolas a una distancia cercana de su televisión pero mayor respecto a las sillas, sillones o asientos que usen para jugar con ellas. Por ello y si eres de los que gusta jugar a una distancia considerable del televisor, puede que te la vayas a pasar un tanto incomodo con el PS mini.

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Presentación funcional que apenas y evoca a la nostalgia

Tras ver una falla de empaquetado como ésta, uno podría pensar que la experiencia que ofrece la consola debería ser óptima y apantallante, más aún cuando tras encenderla se proyecta esa memorable pantalla de inicio con sus jingles característicos que todos recuerdan y que a muchos sigue erizando la piel; lamentablemente, esto no se cumple por completo. Una vez que encendemos el PlayStation Classic y pasamos de su genial animación de inicio, nos topamos con una interfaz seca, sobria y endeble que, aunque rememora la presentación de la consola original, no irradia personalidad alguna.

El catálogo de juegos se acomoda a manera de carrusel, pero todos cuentan con prácticamente las mismas opciones de navegación como lo son el botón para iniciar a jugar, un espacio para guardar el punto de suspensión (sí, sólo uno), la sección de instructivo digital, un ícono con forma de Memory Card en el que se guardan los archivos salvados (con todo y el logo de los juegos originales) y un rubro de opciones. Vaya, lo más básico. Y sí, de entre sus alternativas también permite cambiar el idioma del menú principal a español, pero sólo del menú, no los juegos.

En el sentido de su operación general, el PlayStation Classic cumple con lo más indispensable y está estructurado de tal manera que deja adentrarnos a cada título sin mayor esfuerzo. El problema es que, al ser todo tan básico, la experiencia que la consola brinda es escueta y la aleja de hacernos sentir que estamos reviviendo algo “clásico”. Además, el hecho de que sólo cuente con un punto de suspensión puede derivar en que fácilmente borremos o sustituyamos el último punto en el que nos quedamos en nuestra sesión de juego previa.

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Parte de la magia que tienen éstas consolas retro es que, con tal de garantizar que la experiencia sea lo más fiel a la de antaño, sus juegos incluidos se muestran con resoluciones ajustadas a las de los monitores actuales, pero intentando asemejarse siempre a los diseños visuales originales. En el caso del PlayStation Classic, la emulación de sus juegos incluidos no es la más adecuada ni óptima y deja muchísimo a desear, sobre todo porque en la gran mayoría de los casos los títulos no recibieron ningún tipo de tratamiento adicional más allá del estiramiento a mayores dimensiones.

Lograr que un juego antiguo logre verse retro y bien al mismo tiempo es algo complejo y es por ello que muchas otras compañías echan mano de algunas herramientas como opciones de filtros de proyección con scanlines, suavizado de texturas o pixelados perfectos para así hacerlos lucir lo mejor posible. Por alguna razón, Sony no incluyó ninguna de estas alternativas y se limitó a exponer los juegos de la consola con resoluciones estiradas que simplemente no los hacen ver bien (o hasta feos), especialmente en monitores 4K o de alta resolución. Y para empeorar todo, tampoco ayuda el hecho de que la proyección de éstos no abarque toda la pantalla, lo cual deja enormes espacios negros por llenar a los costados.

Curiosamente, en donde percibí un ingenioso y más efectivo intento por recrear la experiencia retro del mini Play no fue en el apartado gráfico de sus juegos, sino en el funcionamiento de su botón “Open” que en la consola original servía para abrir la charola en donde se colocaban los discos. Como seguramente recordarás, algunos títulos del sistema solían conformarse de varios CD y, llegado un punto de la aventura, solicitaban al jugador que insertara el siguiente disco del título. Obviamente y al tratarse de una mini consola la tapa del PlayStation Classic no se abre en lo absoluto, pero su botón puede presionarse para simular el cambio de CD de esos títulos que lo requerían. Curioso pero genial detalle.

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Un catálogo que no es tan “clásico”

Ahora sí, llegó momento de abordar el apartado que más polémica ha causado del PlayStation Classic: su catálogo de juegos. Como ya mencionamos éste tiene integrado 20 títulos por lo que resultaba imposible no incluir a todos y cada uno de aquellos juegos que hicieron del primer Play la consola tan memorable que es hoy en día. Sin embargo, decepciona ver la selección que Sony eligió dado que muchos de esos juegos, aunque geniales, distan de ser considerados como clásicos.

No nos malentiendan, en verdad estamos fascinados de contar con títulos de la talla de Final Fantasy VII, Metal Gear Solid, Twisted Metal, Resident Evil Directors Cut o Tekken 3, e incluso es agradable ver algunos otros juegos de culto de gran calibre como Wild Arms, Battle Arena Toshiden, Super Puzzle Fighter II Turbo u Oddworld: Abe’s Oddyse. Pero aún y con semejantes juegos, resulta imposible no extrañar a otros verdaderos clásicos que están ausentes del sistema como Crash Bandicoot, Spyro the Dragón, Castlevania: Symphony of the Night, Parappa the Rapper,  Tomb Raider, entre muchos, muchos otros.

La curación de juegos hecha para el PlayStation Classic es desatinada, más cuando vemos que éste incluye otros títulos que difícilmente podrían catalogarse como clásicos. ¿O acaso alguien recuerda a títulos como Cool Boarders 2, Destruction Derby, Intelligent Cube, Jumping Flash! o Mr. Driller con el mismo cariño de alguno de los grandes ausentes ya mencionados? Y sí, se agradece que el mini Play traiga los primeros títulos de franquicias que actualmente son famosas (dígase Revelations: Persona, Tom Clancy’s Rainbow Six y Grand Theft Auto), pero su inclusión difícilmente logrará compensar a alguno de esos juegos que, por más que obvias cuestiones de mercadotecnia, fueron omitidos.

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Pero retornando al tema de los juegos incluidos, la emulación que hace el PlayStation Classic de éstos es buena… a secas. Y es que, por desgracia, muchos denotan el poco esfuerzo o trabajo que recibieron ya no tanto visualmente, sino hasta en sus controles y desempeño. Esto lo decimos ya que nueve de los juegos presentes en el paquete (Battle Arena Toshinden, Jumping Flash!, Resident Evil: Director’s Cut, Tekken 3, Cool Boarders 2, Destruction Derby, Grand Theft Auto, Oddworld: Abe’s Oddysee y Tom Clancy’s Rainbow Six) fueron retomados de sus versiones europeas (PAL), lo cual se traduce en juegos que corren a un framerate menor del actual (en hasta 10 cuadros por segundo) y, por consiguiente, en una menor precisión de algunos comandos.

A lo anterior debemos sumarle que muchos juegos no han envejecido muy bien en su gameplay y eso se percibe especialmente cuando tomamos el control. Títulos como Metal Gear Solid, Twisted Metal, R4: Ridge Racer Type 4, Syphon Filter, Tom Clancy’s Rainbow Six o hasta el propio Resident Evil resienten demasiado la ausencia de sticks análogos y jugarlos con los pads direccionales puede volverse demasiado incomodo… incluso más de lo que deberían.

Con semejante desempeño, se vuelve un tanto difícil ver al mini Play como la alternativa ideal para revivir mucho de estos clásicos, especialmente porque varios de dichos juegos pueden adquirirse a través de la PlayStation Store y jugarse con mejor resolución, framerate y controles en otras plataformas como el PS3 o PS Vita. Si tienes alguna de éstas, entonces es probable que disfrutes más de probarlos en éstos que en el propio PlayStation Classic.

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 Una buena idea muy mal ejecutada

Sony suele ser comparada con Nintendo ya que varios de sus movimientos toman como inspiración aquello que realizó la gran N y que le brindó excelentes resultados. El PlayStation Classic es una prueba de esto y una que en definitiva muchos añoraban que sucediera al considerar el gran legado que tiene la marca de videojuegos PS. Por ello, duele ver que al final lo que bien pudo haber sido un producto que superara a sus competidores como el NES/SNES Classic Edition, terminara por quedarse en un artículo escueto, seco, y mal trabajado, uno que parece fue sacado más a la carrera con tal de conseguir dinero rápido y no con la intención de rendirle tributo a la historia de la memorable consola.

Sí, queríamos un PlayStation Classic, pero no una así de descuidado. Uno que tuviera los juegos más queridos del primer PS, que los hiciera verse increíbles pese a los años que tienen, que se jugaran a la perfección y de cuya presentación nos hiciera volver en el tiempo. Queríamos una consola que en verdad apelara a nuestra nostalgia y que no se viera como un claro intento por querer sacarnos dinero “fácil”. Porque sí, el mini Play no vale los $100 dólares a los que originalmente se vendía.

Pese a no ser el producto que esperábamos y sus fallas opacan a sus virtudes, el PlayStation Classic sí tiene algunos puntos buenos. Por un lado, es un genial artículo de colección para los amantes de la marca de juegos de Sony; por el otro, éste se convierte en una oportunidad especial para revivir geniales clásicos en un formato que se asemeja al de la experiencia original; e incluso se alza como una opción ideal para que los más jóvenes conozcan un poco de los orígenes de PlayStation.

Si alguno de los puntos mencionados te atrae puede que el PlayStation Classic sea para ti… aunque ten en cuenta que te resultará imposible no toparte con algunos aspectos que podrían decepcionarte. Eso sí, si te animas a comprarlo te sugerimos a que baje aún más el precio de la consola ya que, en definitiva, no vale los $100 dólares a los que se vende.