Review – Dragon Quest I & II HD-2D Remake

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    Piezas históricas

    Ser el primero en algo no es fácil. Recorrer terreno inexplorado trae consigo una serie de retos que no tienen una solución clara. Lo único que uno puede hacer en estos casos es intentar lo mejor que se pueda. Esta fue la situación en la que Yūji Horii y Kōichi Nakamura se encontraban a mediados de la década de 1980. Con deseos de llevar el género de los RPG a consolas, e inspirados en la serie de Ultima y Wizardry, el dúo nos entregó Dragon Quest en 1986. El título fue una revolución para la industria. Los desarrolladores fueron capaces de trasladar las complicadas mecánicas que encontrábamos en PC al Famicom, simplificando la interfaz y centrándose en el sentimiento de aventura que tanto los cautivó en ese entonces. Esto fue un hito, uno que marcó a toda una generación y sentó las bases que hasta el día de hoy encontramos en estas experiencias, sin importar si vienen de Japón, Francia, Estados Unidos, o cualquier otra parte del mundo.

    Eso fue hace 39 años. A lo largo de casi cuatro décadas, el género ha evolucionado en todo tipo de direcciones. Por revolucionario que fue Dragon Quest en su momento, es innegable que la primera aventura en esta serie es poco atractiva para los jugadores contemporáneos. Esta entrega es una pieza de museo, algo que muchos pueden contemplar a la distancia, pero rara vez logra que alguien se acerque a él. De esta forma, no es una gran sorpresa escuchar que Square Enix se diera a la tarea de darle un completo remake al estilo HD-2D, similar a lo que vimos el año pasado con Dragon Quest III. Es así que esta entrega, así como su secuela, tienen la oportunidad de por fin llegar a las manos de un público que no está acostumbrado a lo arcaico que se pueden llegar a sentir las versiones de Famicom o Game Boy Color.

    A casi 40 años de sus lanzamientos originales, Dragon Quest y Dragon Quest II han regresado a nuestras manos. Los remakes que ha creado Square Enix y Artdink no solo nos ofrecen una bella capa de pintura nueva, sino que tienen la oportunidad de modernizar su estructura, sistema de combate, interfaz, dificultad y pulir estas aventuras tanto como sean posibles. ¿Dragon Quest I & II HD-2D Remake le rinde honor a dos de los JRPG más importantes del género? ¿Qué tan diferentes son estos remakes en comparación con sus versiones originales? Descubre las respuestas a estas y más interrogantes en nuestra Atomix Review.

    Más es más

    Dragon Quest es la base. La entrega de 1986 es un juego tan sencillo, en donde el objetivo es rescatar a la princesa y vencer al malo, que está casi exento de casi cualquier crítica. Es una pieza histórica que sirvió como el punto de partida con el que otros títulos construyeron historias más complejas. Tal es el caso de Dragon Quest II, el cual tomó más riesgos, sin alejarse de los conceptos que presentó su antecesor, optando por crear un mundo mágico que también sirvió como fundamento para futuras entregas de la serie y otras experiencias. Dragon Quest I & II HD-2D Remake toma esto en consideración, y decide expandir cada aspecto posible para darle un trasfondo y personalidad a todos los héroes y, en el camino, ligar de mejor forma cada evento dentro de esta trilogía.

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    Cientos de años después de las aventuras de Erdrick, tomamos el control de un nuevo héroe, uno que ha decidido seguir los caminos de su antepasado y hacerle frente al temible Dragonlord. Posteriormente, sus descendientes se embarcan en un viaje similar, una en donde el malvado Hargon amenaza con destruir el mundo y crear un reino solo para los demonios. En estas dos tramas, los protagonistas se convierten en la luz que combate a las tinieblas, protegiendo el legado que tanto les pesa y consiguiendo la paz que no fue fácil alcanzar en Dragon Quest III. 

    Dragon Quest I & II HD-2D Remake mantiene intacta la premisa de cada entrega en esta colección. La trama y el desenlace que recordamos no cambian mucho. Sin embargo, Artdink ha agregado un sin fin de novedades que le dan un mayor peso a todos los eventos que aquí ocurren. Unos de los cambios más importantes que los desarrolladores llevaron a cabo fue eliminar la necesidad del grinding. Esta es una decisión que no solo afecta al gameplay, sino que también cambia de forma sustancial la estructura de cada aventura. Al no obligar al jugador a participar en combates que no tienen un significado más allá de ver números más grandes, el equipo se vio en la necesidad de crear acontecimientos y expandir momentos de la historia para ofrecer duraciones similares, o mayores, a lo que vemos en las entregas originales.

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    Esto significa que Dragon Quest, por ejemplo, mantiene su duración de 10 horas, pero cada segundo que pasamos en Alefgard es importante. Sin dar muchos detalles, esta entrega expande sustancialmente el rol de la Princesa Gwaelin, quien deja de ser la damisela en peligro arquetípica del género, y por fin tiene una personalidad. Su papel no cambia, pero tiene un mayor peso en la narrativa, y su amor devoto por el protagonista es muy carismático. El remake también agrega nuevas secuencias que conectan de mejor forma los eventos con sus dos secuelas. 

    Por su parte, Dragon Quest II por fin cumple su potencial. La entrega original se sentía como un experimento con resultados mixtos. Horii claramente quería ofrecernos una aventura a gran escala, algo que logró hasta el título de 1988, por lo que mucho de lo que nos ofrece el juego de 1987 nunca llega a tener el impacto deseado. Esto no ocurre en el remake. Una vez más, la travesía original se mantiene intacta, pero Artdink expandió cada pequeño elemento posible, lo cual tiene un resultado positivo que, me atrevería a decir, pone a la odisea de los descendientes de Erdrick al nivel de Dragon Quest III. 

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    No solo cada misión es más compleja, con motivaciones más claras para el elenco secundario y los antagonistas, sino que los protagonistas por fin tienen una personalidad. La Princesa de Moonbrooke es la estrella de la aventura. La tragedia que marca el inicio de Dragon Quest II es un evento que la define durante gran parte de este viaje, y el título explora de gran forma su deseo de venganza y repudio a los demonios. Su dolor es palpable y algo que vemos de gran forma en un par de momentos clave. De igual forma, el remake convierte a la Princesa de Cannock en un miembro del equipo, y es capaz de sobresalir constantemente.

    Cada misión principal y secundaria es más elaborada. Los personajes que encontramos en el camino dejan de ser simples cajas de texto con indicaciones, sino que se han transformado en individuos con pequeñas historias y tragedias. Uno de mis agregados favoritos fue el hecho de que cada uno de los lacayos de Hargon tiene una personalidad que va más allá de ser simplemente un general en nuestro camino. Gwaelin también es uno de los mejores cambios, al grado de que no hacer equipo con ella parece una oportunidad desperdiciada. 

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    Esto es lo que hace especial a Dragon Quest I & II HD-2D Remake. La colección no sustituye a las entregas originales, pero sí nos ofrece una actualización sustancial que convierte a este dúo en las versiones definitivas de estas aventuras. Cada una conserva sus bases, pero los desarrolladores toman todos los avances de los últimos casi 40 años y las capacidades actuales para entregarnos un producto que expande cada pequeño detalle posible. Es genuinamente mágico todo lo que aquí encontramos, y en ningún momento sientes que todos los agregados están de más, ya que cada uno es una pieza que encaja perfectamente en un bello rompecabezas.

    Dragon Quest se mantiene como una aventura en solitario, pero todos los agregados dejan en claro que el protagonista tiene un gran soporte detrás de él. Dragon Quest II aún nos ofrece una odisea por todo el mundo, pero ahora cada héroe tiene una razón por la cual detener a Hargon, exploran sus roles dentro del linaje de Erdrick y gozan de personalidades muy marcadas que por fin los transforman en algo más que avatares para el jugador. Incluso los silenciosos personajes principales logran expresarse por medio de pequeñas animaciones que transmiten de gran forma sus sentimientos, motivaciones, dudas y determinaciones.

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    Dragon Quest III ya era un juego completo, por lo que su reimaginación se encargó más de modernizar y pulir ciertos aspectos. Dragon Quest I & II HD-2D Remake, por su parte, nos ofrece la visión que, seguramente, Yūji Horii siempre tuvo para estas dos aventuras. Cada entrega fue tratada con una atención al detalle espectacular. Todo lo que se agrega se ha integrado de una forma magistral, y no hay un solo elemento que se sienta fuera de lugar. Artdink claramente ama esta serie, y estos trabajos dejan en claro su lugar dentro del legado de, no solo Erdrick, sino de Dragon Quest en general.

    De regreso al HD-2D

    Para este punto, el estilo HD-2D ha dejado de ser una novedad. Han pasado siete años desde el lanzamiento de Octopath Traveler, pero Square Enix, y en este caso Artdink, siguen encontrando formas de mejorar esta dirección de arte. Claro, ya no hay un salto visual muy notorio, pero los desarrolladores le han dado una identidad única a esta duología, incluso si mucho de lo que aquí vemos toma como base el remake del año pasado.

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    Dragon Quest I & II HD-2D Remake parte de las versiones de NES y Super Famicom para ofrecernos una evolución visual que va más allá de simplemente recrear las locaciones y diseños originales. Claro, la nostalgia juega un papel importante aquí, y ver el demacrado castillo del Dragonlord o recorrer la sala principal de Midenhall es algo mágico con este estilo visual. Sin embargo, el resultado va más allá de esto, y le ofrece nueva vida a las locaciones que muchos recuerdan con cariño. Aspectos como la iluminación, polvo, sombras, y aguas realistas nos transportan al mundo que Akira Toriyama y Yūji Horii crearon hace tanto tiempo de una forma que hace un par de años era solo un sueño. 

    Junto a esto, el movimiento de cámara, aunque limitado a solo un par de cinemáticas, es usado de una forma magnífica para elevar la narrativa en los mejores momentos de estas aventuras. Como ya lo mencioné, cada personaje ha recibido nuevas animaciones, y todos los descendientes de Erdrick se benefician de este agregado. Uno de mis momentos favoritos fue ver a la Princesa de Cannock patear a un enemigo. Esto no solo nos demuestra su personalidad, sino que es algo muy gracioso que captura a la perfección el estilo que caracteriza al trabajo de sus creadores.

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    Por si todo esto no fuera suficiente, los castillos, interiores de cada edificio, el fondo de los pozos, iglesias y demás estructuras cuentan con una atención al detalle que solamente se pueden definir como espectacular. Aunque es cierto que mucho de lo que Dragon Quest I & II HD-2D Remake nos presenta ya lo vimos hace un año, estos títulos también logran destacar por un par de ideas únicas. El primer Dragon Quest transmite a la perfección la decadencia de un mundo que ha sido azotado por la maldad. Pueblos que en Dragon Quest III los vimos llenos de vida, se han transformado en ruinas que dejan en claro el paso del tiempo, y las nuevas locaciones son un pequeño bastión que tratan de combatir la terrible situación en la que Alefgard se encuentra.

    Dragon Quest II, aunque también es una aventura que se desarrolla a lo largo de un extenso mundo, nunca imita a su predecesor, o sucesor. Aquí destaca la posibilidad de sumergirse y explorar el fondo del océano, una enorme sección completamente nueva que nos muestra un ambiente único. El coral multicolor sale a relucir entre el abrazo azul que encontramos por todos lados, y cuando nos incursionamos aún más en las profundidades, la luz desaparece casi por completo para crear una sensación de claustrofobia que se convierte en un enemigo más en este viaje.

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    Hablando de nuestros rivales, cada uno de los diseños clásicos de Akira Toriyama cobra vida de una forma espectacular. Si bien los pequeños monstruos que vemos en todos lados tienen el carisma suficiente para presentarse ante nosotros un millón de veces, son los generales de Hargon los que logran sobresalir. Belial, por ejemplo, se ha transformado en una enorme bestia que intimida solo con su tamaño. El trabajo original se mantiene, pero el remake moderniza su escala, animaciones y presentación, al grado de que es imposible no sorprenderse por el fantástico trabajo que se ha logrado con el HD-2D.

    Lo mismo se puede decir de cada protagonista. Todos sus diseños clásicos se mantienen intactos. Desde la armadura azul y naranja que porta el héroe de Dragon Quest, hasta las túnicas de sus descendientes. A la par, la Princesa de Cannock ha recibido un rediseño que en ningún momento se siente fuera de lugar. Su tono, color de cabello y prendas logran ser similares a las de su hermano, pero con una serie de detalles que le otorgan una personalidad única que es capaz de resaltar en todo momento. 

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    Por último, pero no menos importante, el rendimiento también ha mejorado bastante. Después de los pequeños problemas de Dragon Quest III HD-2D Remake en Switch, el Nintendo Switch 2 le ofrece a estos títulos un desempeño similar a lo que vemos en el resto de las plataformas. Esto significa que hay un modo para 60fps, y otro de 30fps con una mayor resolución. Mi recomendación es jugar a 60fps, ya que estos títulos corren de maravilla, y la pérdida de detalle visual no es tan notoria.

    Incluso cuando el HD-2D se puede llegar a sentir como algo del pasado, por extraño que suene, el estilo visual sigue impresionando. Dragon Quest I & II HD-2D Remake deja en claro que esta dirección de arte es perfecta para los juegos de NES y SNES. Artdink ha logrado mantener intacto el legado de Akira Toriyama, y al mismo tiempo han sido capaces de modernizar cada aspecto posible de estas entregas, sin dejar de lado todo lo que las hizo especiales en su momento.

    Los héroes cobran vida 

    El apartado visual no es lo único que ha sido modernizado. Para acompañar el gran uso del HD-2D y las expansiones a la historia, Dragon Quest I & II HD-2D Remake nos ofrece con una presentación sonora de primer nivel, en donde no solo escuchamos ediciones sinfónicas del trabajo original de Koichi Sugiyama, sino que también encontramos un extenso trabajo de voces. El resultado final es asombroso, aunque hay una pequeña inconsistencia que se transforma en el único problema que estos remakes tienen.

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    Aunque Dragon Quest y Dragon Quest II no tienen un soundtrack tan fuerte como el que encontramos en la tercera entrega, el trabajo de Sugiyama sigue siendo de primer nivel. Una vez más, el objetivo es transportarnos a un mundo de fantasía medieval, algo que Dragon Quest I & II HD-2D Remake logra a la perfección. Si bien la selección no es tan grande, cada composición ofrece una experiencia sonora que es atemporal. Es imposible aburrirse de la tonada de combate y el tema del overworld, las cuales han sido magistralmente recreadas gracias a la Orquesta Sinfónica de Tokio, dejando en claro su lugar en esta industria.

    Junto a la música, estos remakes nos ofrecen actuaciones de voz de primer nivel. Su presencia hace que cada interacción con personajes clave cobre una mayor importancia, y los protagonistas de Dragon Quest II son los que más se benefician de este agregado. Cada uno de sus momentos clave en la historia es elevado de mayor forma gracias a las interpretaciones del elenco, quienes logran mantener un gran balance entre la seriedad de la aventura, y los tonos cómicos que algunas secuencias ofrecen. De igual forma, destaca que en esta ocasión encontramos un diálogo de inglés medieval, el cual ayuda a crear la ambientación deseada.

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    El único problema, y verdaderamente el único del juego, es una inconsistencia en este apartado. No está claro que cinemáticas y secciones de la historia ameritan las voces. Hay momentos en donde los juegos nos presentan momentos que sobresalen por la participación de cada actor, solo para después tener una conversación en silencio, e inmediatamente regresar a otra en donde cada personaje vuelve a hablar. No es el fin del mundo, pero es lo suficientememte notorio para sacar de la inmersión a más de uno.

    Similar a su presentación visual, el apartado sonoro de Dragon Quest I & II HD-2D Remake le da nueva vida a estos clásicos. La música es simplemente fenomenal. El diseño de audio es capaz de hacernos sentir que un Kacrackle, por ejemplo, puede destruir todo a su paso. Si bien el uso de las actuaciones de voz es inconsistente, el trabajo final es sublime. Cada personaje sale de la pantalla y sus nuevas personalidades relucen con cada línea de diálogo que sus actores interpretan. Es magistral la forma en la que Artdink ha modernizado este aspecto. 

    Reinventando dos clásicos

    Más que su historia, música o presentación visual, Dragon Quest I & II HD-2D Remake nos ofrece un salto monumental cuando hablamos de su gameplay. Las entregas originales, por revolucionarias que fueron en su momento, son arcaicas hoy en día. Dragon Quest es un festival de grinding con una evolución de personaje muy sencilla. Dragon Quest II no está balanceado, por lo que las últimas horas son una pesadilla y el Príncipe de Cannock se vuelve un inútil. Aunque no es imposible disfrutar de las versiones de NES o Game Boy Color, estos títulos requieren de una mentalidad adecuada. Todo esto desaparece en estas nuevas versiones, las cuales expanden sustancialmente cada pequeño detalle del sistema de combate, progresión y diseño de niveles.

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    Las dos entregas toman como base lo que vimos en Dragon Quest III HD-2D Remake, por lo que tenemos una interfaz y menú similar. Junto a esto, las ayudas al momento de indicar el siguiente paso para la historia y las diferentes dificultades están de regreso, para que puedas disfrutar de las aventuras principales de una forma más amena. Esto también significa que aquí encontramos un JRPG muy clásico, con combates por turnos, y un enorme mundo para explorar. Si bien esta duología comparte el mismo ADN, cada una nos ofrece una estructura lo suficientemente diferente para que nunca sientas que estás jugando lo mismo.

    En el caso de Dragon Quest aún controlamos a solo un personaje, el cual tiene que enfrentarse a un ejército de demonios y bestias. Afortunadamente, los combates son más dinámicos en esta ocasión, y es que ya no peleamos solo contra un rival, sino que hay varios enemigos en cada riña. Para nivelar esto, el protagonista tiene a su disposición más hechizos y habilidades que no solo le dan una mayor fuerza, sino que son capaces de golpear a más de un contrincante al mismo tiempo, lo cual ayuda a balancear muy bien la experiencia. A la par, el remake ha realizado una serie de cambios importantes a la dificultad.

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    Al comenzar la aventura, el Héroe ya tiene un equipo decente, por lo que ya no es necesario pelear contra Slimes por una hora para comprar una espada que pueda hacer verdadero daño. De igual forma, las semillas que mejoran ciertos atributos, las cuales vimos por primera vez en las versiones de SNES y GBC, están de regreso. En general, nunca sientes que necesitas pelear más de lo necesario, lo cual ayuda mucho al ritmo, y permite que disfrutes de mejor forma todo el nuevo contenido que Dragon Quest I & II HD-2D Remake tiene para nosotros.

    Cuando hablamos de Dragon Quest II, hay dos mejoras notables. Para comenzar, el balance de los enemigos por fin tiene sentido, por lo que nunca sientes que estás a la merced de una errática inteligencia artificial. Cada enfrentamiento tiene la dificultad necesaria y las nuevas habilidades nos dan las suficientes herramientas para superar cada reto. Esto significa que esta entrega por fin tiene una curva de dificultad, en lugar del ridículo pico que encontramos en la versión original. El segundo gran punto son los miembros del equipo. Considerando que el grupo es predeterminado, es bueno ver que todos los integrantes de la familia real cumplen muy su rol, y en ningún momento dejan de crecer.

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    En la entrega original, el Prince de Cannock era un chiste. Si bien subsecuentes versiones lo arreglaron un poco, este personaje moría constantemente y se volvía una carga al final de la aventura. En Dragon Quest I & II HD-2D Remake, todos los héroes se convierten en verdaderos descendientes de Erdrick, consiguiendo habilidades de forma constante, y destacando en áreas en donde otros pueden flaquear. Hay incluso enfrentamientos en donde los hermanos de Cannock resultan ser más efectivos que el Príncipe de Midenhall o la Princesa de Moonbrooke.

    A la par, los títulos se benefician de dos nuevas mecánicas. A lo largo de nuestras aventuras encontramos pergaminos con encantamientos y habilidades. Si bien en Dragon Quest no hay mucho qué manejar, puesto que todo funciona con el Héroe, en la secuela hay que pensar bien qué poder es mejor para cada miembro del equipo. De igual forma, las crestas que recolectamos en las dos entregas nos ofrecen una serie de beneficios, como la posibilidad de recuperar MP al defender o realizar golpes críticos cuando la vida de los personajes está en rojo.

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    Notablemente, esto también permite que ciertas habilidades tengan un efecto adicional. Esto significa, por ejemplo, que un ataque que realiza mucho daño a los enemigos de tipo dragón, ahora realice dos golpes devastadores a todos los rivales en pantalla. Es una mecánica de riesgo y recompensa, ya que los protagonistas deben de estar en peligro. Dragon Quest es en donde más se usa esto, ya que solo hay un personaje, pero en Dragon Quest II, en donde tienes a todo un equipo curando y atacando al mismo tiempo, este sistema no tiene el mismo impacto.

    Más allá de las nuevas mecánicas y el rebalanceo al combate, la estructura de cada aventura ha cambiado bastante. Si bien los objetivos son los mismos, la forma en la que cumplimos cada tarea tiene modificaciones interesantes. Dragon Quest I & II HD-2D Remake agrega nuevas misiones que expanden la historia, nos presentan calabozos nunca antes vistos, y hay una enorme cantidad de contenido opcional que nutre este mundo y liga cada entrega con el resto de la trilogía. Los viajes han crecido en escala y las pequeñas viñetas que encontramos en los pueblos dejan de ser solo líneas de diálogo que le dan contexto a la travesía. Claro, este siempre fue el objetivo de las entregas originales, pero los remakes por fin logran cumplir la visión original de Horii y compañía.

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    En ningún momento llegas a sentir que la aventura dura demasiado, o que alguna parte es innecesaria. Todo lo que nos presenta Dragon Quest I & II HD-2D Remake, tanto nuevo como original, es utilizado de manera espectacular para presentarle al jugador un viaje que es muy familiar, pero que está dispuesto a sobresalir por sus propios méritos al final del día. El gameplay deja esto muy claro. Estamos frente a un sistema muy, pero muy tradicional de JRPG, pero las nuevas habilidades y el rebalanceo de enemigos hacen que cada enfrentamiento sea divertido, y cuando llega el momento de enfrentarse a un jefe, es imposible no concentrarse y empezar a danzar en los menús para encontrar la mejor forma de alcanzar la victoria.

    Dragon Quest I & II HD-2D Remake es un trabajo perfecto en muchos sentidos. Artdink y Square Enix han tomado dos piezas de la historia del medio y las han modernizado, al grado de que ya no es necesario ver estos juegos como piezas que encapsulan cierta época, sino que se pueden disfrutar como cualquier otro título contemporáneo. Los cambios a la dificultad, balanceo, habilidades y enemigos hacen que cada enfrentamiento sea divertido, que la exploración logre cautivar a los jugadores, y que cada reto tenga el impacto necesario que merece la historia. Revolucionar el género nunca fue el objetivo de este paquete, pero sí modernizar todo lo que hizo especial a las entregas de 1986 y 1987, y este proyecto cumple su tarea de una forma magistral.

    El legado de Erdrick 

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    Dragon Quest I & II HD-2D Remake es uno de los mejores remakes del medio. Es un trabajo fenomenal que le da la más que merecida atención a dos juegos que marcaron al género y la industria. La historia mantiene intacto el carisma de cada aventura, y nos ofrece mucho contenido nuevo que transforma a estos títulos en parte fundamental de una trilogía inolvidable. Los protagonistas tienen una mayor personalidad, y sus arcos, aunque pequeños y simples, logran explorar de formas interesantes los diferentes arquetipos de estas travesías.

    El HD-2D sigue impresionando. El estilo visual que popularizó Team Asano es perfecto para este tipo de juegos, y nos ofrece una evolución estratosférica cuando vemos a las entregas originales de Famicom. Los diseños de Akira Toriyama cobran vida, y las nuevas animaciones hacen resaltar a los diferentes personajes con los cuales interactuamos. Cada locación es única y los escenarios para los enfrentamientos dejan en claro la escala de nuestras aventuras. 

    La música de Koichi Sugiyama nunca se había escuchado tan bien. Los efectos de sonido son tan icónicos que cualquiera puede reconocerlos, incluso si nunca han tocado un Dragon Quest. El único detalle es la inconsistencia en las fantásticas cinemáticas con voz, en donde no está del todo claro por qué ciertos momentos sí tienen este agregado y otros no.

    Hay un cambio sustancial en la estructura, dificultad y balanceo en cada entrega. Las aventuras llenas de grinding y momentos frustrantes son sustituidas por espectaculares viajes con enfrentamientos cautivados, exploración de primer nivel y una progresión en donde cada personaje tiene las suficientes herramientas para vencer a cada villano. Si bien los títulos originales aún tienen un lugar en la industria, Dragon Quest I & II HD-2D Remake deja en claro que aquellos que desean experimentar la historia de los descendientes de Erdrick deben de hacerlo por medio de este paquete.

    No sé cuál será el siguiente paso para la serie. Si bien Dragon Quest XII es algo inevitable, me encantaría que la cuarta, quinta y sexta entrega tengan este mismo tratamiento. Aunque ports de las versiones de Nintendo DS también es algo que me gustaría ver, el formato HD-2D crea el espacio perfecto para ofrecernos aventuras inolvidables que no solo sean del agrado de los nostálgicos fans, sino que también sean la puerta de entrada para una nueva generación. 

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    Sebastian Quiroz
    Sebastian Quiroz
    27 años. Editor en Atomix.vg. Consumidor de la cultura pop.
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