Review – Cronos: The New Dawn

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    Abandon all hope ye who enter here

    Aunque Bloober Team abrió sus puertas en el 2008, y desde el 2010 han desarrollado videojuegos, no fue sino hasta el 2016 que el estudio de Polonia logró atraer la atención del público en general con Layers of Fear. Después de esto, el equipo se enfocó por completo en juegos de horror psicológico, ganando una gran reputación dentro de este género. Poco a poco, los desarrolladores obtuvieron un renombre que los llevó a colaborar directamente con Konami en el remake de Silent Hill 2 que vimos el año pasado. En casi una década, Bloober Team pasó de ser un pequeño grupo independiente, a una de las caras del desarrollo europeo. Estaba claro que cualquier título que nos entregaran después de reimaginar la pesadilla de James sería algo que atraería la atención de millones de personas. 

    Después de la mixta recepción de The Medium en 2019 y comenzar a trabajar junto con Konami en el remake de Silent Hill 2, Bloober Team decidió cambiar su dirección, y en lugar de crear juegos de horror de nicho, se enfocarían en el mercado global. Aunque esto puede sonar como algo negativo, la realidad es que esto también les dio la oportunidad de explorar ideas que no se alineaban con sus previos proyectos. Es así como en el 2021 comenzaron el desarrollo de Cronos: The New Dawn, un título que, más que inspirarse en Silent Hill, toma como punto de partida a Resident Evil para ofrecer un survival horror tradicional, pero que está dispuesto a experimentar con un par de ideas originales.

    A solo un año de su revelación, Cronos: The New Dawn ya está en nuestras manos, y se posiciona como una experiencia que todos los fans del survival horror no se pueden dar el lujo de ignorar. Inspirado en un miedo colectivo para Polonia, el trabajo de Bloober Team se posiciona como uno de los grandes lanzamientos del 2025 y, de llegar a ser un éxito, el equipo podría llegar a un nivel de popularidad comparable con CD Projekt Red. ¿Acaso Cronos: The New Dawn es lo que todos estábamos esperando? ¿El estudio europeo nos presenta ideas originales o es simplemente una colección de otros juegos en el género? Descubre las respuestas a estas y más interrogantes en nuestra Atomix Review.

    Such is our calling

    La mayoría de las obras originales de Bloober Team se han caracterizado por tener una clara inspiración, ya sea en eventos reales o en otros juegos. En el caso de Cronos: The New Dawn, el estudio europeo nos lleva a una realidad alterna en Nowa Huta, un barrio de Cracovia, Polonia, en donde una terrible infección ha convertido a la humanidad en una terrible masa de carne que busca la unión. La experiencia nos ofrece múltiples preguntas interesantes, y si bien entrega un par de respuestas, deja mucho a la interpretación del jugador, algo que es deliberado. Lo que al principio se nos presenta como una misión encomendada por un ente desconocido, eventualmente se convierte en una exploración de la personalidad, la causalidad y los bucles temporales, con todo y el ya característico horror psicológico al que este equipo nos tiene acostumbrados.

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    Cronos: The New Dawn nos transporta a un futuro desconocido en Polonia. La humanidad ha desaparecido a causa de una misteriosa infección, conocida como el Cambio, la cual ha convertido a las personas en monstruos conocidos como Huérfanos. Asumimos el papel de The Traveler, un ente misterioso que ha sido encomendada a recolectar la esencia de algunos individuos de interés para The Collective. Para cumplir nuestro objetivo es necesario viajar en el tiempo a la década de 1980, antes, durante y después de esta epidemia, esto gracias a las Anomalías. Sin embargo, mientras más avanzamos, queda claro que este viaje va más allá de una simple tarea, y en medio de todo se encuentra Weronika Kamiński, una científica que es más importante de lo que aparenta.

    Cronos: The New Dawn es una fantástica pesadilla. Una de las razones por las cuales la historia logra enganchar al jugador desde el primer instante, es gracias a todos los misterios que aquí encontramos. Bloober Team nos lanza a un mundo hostil que, aunque puede lucir similar al nuestro, ha cambiado de una forma sustancial. Para esto, el estudio hace uso de elementos narrativos clásicos del género, los cuales son ejecutados de una forma efectiva para crear una imagen viva de un mundo que claramente ha dejado de existir desde hace mucho tiempo. 

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    Si bien The Traveler, la protagonista, interactúa con algunos personajes que logran proporcionar más detalles sobre la situación y la misión principal, el mundo de Cronos: the New Dawn cobra vida por medio de diarios, periódicos y pequeñas notas tiradas en las calles que nos hablan sobre una epidemia en la Navidad de 1980 en Polonia, de un terrible accidente en una acería, y de un extraño visitante que ha causado el fin del mundo. Cada fragmento de información es una pieza más en un rompecabezas incompleto, en donde tienes que llenar los espacios en blanco por medio de teorías que bien podría ser o no ciertas. 

    Gracias a su estructura, el juego es capaz de crear una sensación de miedo constante. Cronos: The New Dawn tiene una división muy marcada entre secciones, y cada una de estas construye una imagen específica que es capaz de llevar al jugador a una pesadilla sin verla. Por ejemplo, la segunda zona se lleva a cabo en una acería destruida. Al llegar hay pancartas que exigen la liberación de los trabajadores, y a lo largo de esta zona encontramos más información sobre la forma en la que los empleados fueron encerrados tras el brote de una enfermedad misteriosa. Se habla sobre un visitante que ha llamado la atención del gobierno, y cada nota o reporte es capaz de transportarnos a un lugar a nada de explotar. La escala es perfecta y cuando llegas al final de esta sección es imposible no sentir un miedo que trasciende al control y todo lo que The Traveler ha vivido hasta ese momento.

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    A la par, el título hace uso de los viajes en el tiempo para transportarnos a diferentes locaciones antes, durante y después de la epidemia que provocó el Cambio. Es un gran elemento narrativo que logra ofrecer un contexto adicional que funciona junto a todas las notas que vamos encontrando. Regresando a la acería, múltiples reportes hablan sobre cómo un par de empleados encontraron algo que no deberían haber visto, y cuando eventualmente viajas al momento indicado, sabes qué algo va a suceder, pero no tienes idea de exactamente qué. Esto da pie a una sensación hostil que te paraliza constantemente. 

    Más allá de esto, la trama principal es igual de entretenida. La estrella en Cronos: The New Dawn son los misterios. El juego constantemente nos presenta preguntas relacionadas con The Traveler, el Cambio, la verdadera naturaleza de la misión, y la forma en la que todo se conecta. Si bien el título ofrece un par de respuestas, nunca tenemos una solución clara. Lo interesante es llegar a una conclusión personal. Por si fuera poco, hay un claro desarrollo para la protagonista, algo que funciona en múltiples niveles narrativos. Todos los eventos que transcurren la afectan de diferentes formas, cambiando no solo nuestra percepción de ella, sino que ella misma se va cuestionando sobre quién en realidad está detrás del casco.

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    Similar a la manera en la que The Witcher toma el folclore del este de Europa para resaltar la identidad de Polonia, Cronos: The New Dawn emplea un miedo colectivo que nos habla sobre la cultura y sociedad de la región. Parte importante de la historia involucra revueltas por parte de trabajadores socialistas, un Estado que oprime cualquier tipo de pensamiento fuera de lo que consideran correcto, y el incidente de la acería bien puede verse como un caso similar a Chernóbil. Bloober Team toma todos estos elementos, que para un gran público occidental tal vez no tengan la misma importancia, y los plasma en una historia que habla sobre el terror de la uniformidad de carne y mente. Al igual que los desarrolladores hablan sobre lo personal que fue recrear los barrios Nowa Huta en los que crecieron, más de una persona del país seguramente se logrará identificar con algunos de los miedos que yacen en la profundidad de esta narrativa.

    Hay algo para todos en Cronos: The New Dawn. La trama principal es cautivadora, con una protagonista que evoluciona de una forma consistente frente a nosotros. El mundo que Bloober Team nos presenta está construido de una manera natural, en donde cada pieza de información no solo nos pinta una viva imagen de la humanidad antes del Cambio, sino que también es capaz de infundir terror con tan solo unas líneas de texto. Claro, el hecho de que deja mucho a la interpretación del jugador es un elemento que seguramente no será del agrado de todos, pero el resultado final sigue siendo una pesadilla que se quedará contigo durante mucho tiempo después de llegar a los créditos y ver uno de los finales. 

    Carne y metal 

    Cronos: The New Dawn, a primera instancia, toma muchos de los tropos del survival horror para presentarnos su mundo. Afortunadamente, Bloober Team va más allá de estos puntos de partida que todos conocemos, ya que los moldea hasta crear una representación única de locaciones que hemos visto mil veces en este género. Gracias a una estética retrofuturista y arquitectura brutalista, la interpretación de Polonia nos lleva a un periodo específico en la Unión Soviética que logra resaltar al combinar concreto con carne, en donde todo lo que nos rodea es un golpe a la vista. El resultado es algo que rápidamente logra demostrar su propia identidad al presentar ideas interesantes ejecutadas de una forma acertada.

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    El mundo que visitamos es hostil en todo el sentido de la palabra. Una espesa bruma nos impide ver más allá de un par de pasos frente a nosotros, y la falta de energía ocasiona que constantemente estemos rodeados por oscuridad cuando nos incursionamos en algún edificio. Si bien una pequeña linterna logra demostrar parte del terror que hay aquí, el sentimiento de que en cualquier instante puede aparecer una criatura que está fuera de nuestra periferia es algo que nunca desaparece. Esta sensación se eleva gracias a que casi todas las locaciones en Cronos: The New Dawn están infestadas por carne que se ha apoderado de cada superficie posible, dando la idea de que nos adentramos al cuerpo de un enorme, por falta de una mejor palabra, ser viviente. El concreto que tanto definió a la arquitectura de la Unión Soviética desaparece poco a poco conforme avanzamos en la aventura. 

    Esto es algo que se puede ver también en los enemigos a los que nos enfrentamos. Inspirados por The Thing de John Carpenter, más que hueso o piel, las criaturas que habitan este mundo están hechas de carne. Sus movimientos son irregulares y es imposible no pensar en que cada parte de sus cuerpos son una identidad propia y, al mismo tiempo, parte de un colectivo. Este es uno de los elementos únicos del juego, y es que Cronos: The New Dawn introduce un sistema en donde estos monstruos pueden absorber a otros para crecer y hacerse más fuertes. Cada evolución no solo los hace un mayor reto, sino que sus diseños demuestran un crecimiento antinatural. 

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    Pequeños monstruos sin cabeza crecen y obtienen espinas, mientras que otros consiguen algún tipo de coraza que, una vez más, no es hueso, sino carne reforzada. Sin embargo, hay algo que no cambia entre ellos, y son sus ojos. A donde quiera que vayas, siempre es posible ver dos puntos blancos que logran resaltar del rojo músculo que se ha podrido con el paso del tiempo. Las lumbreras nos siguen a todos lados, e incluso cuando te encuentras a un Huérfano sin vida aparente, es imposible no sentir terror ante la idea de que, aunque ya lo derrotaste y no se va a levantar, en cualquier momento podría regresar a terminar su trabajo.

    Parte de lo que hace terrorífica a esta aventura, es la forma en la que Cronos: The New Dawn nos da la oportunidad de recorrer algunas locaciones clásicas del survival horror, como una estación de policía, un hospital y una iglesia. Si bien estas áreas logran ir más allá de sus elementos básicos, gracias a la forma en la que la carne se apodera de estos lugares, al grado de que los transforma sustancialmente, la estrella aquí es la acería. Esta área es considerada la zona cero de la infección y las Anomalías. El cielo azul que usualmente nos acompaña, es sustituido por un resplandeciente naranja, resultado de una grieta temporal que ha ocasionado que la gravedad no esté atada a las leyes tradicionales, y es imposible no pensar en Chernóbil en todo momento. 

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    Para contrastar todo esto, el juego también nos permite viajar al pasado y ver algunas locaciones antes del Cambio. Después de pasar horas y horas rodeadas de carne en la oscuridad, es inquietante regresar a un mundo con verdadera vida. La electricidad produce una iluminación que ha desaparecido en el tiempo del que provenimos, y los copos de nivel dejan en claro que esta es la última víspera de Navidad para la humanidad. Es un sentimiento muy deprimente que el juego no sobreutiliza, y solo vemos en momentos clave para la historia.

    Si bien los enemigos representan una enferma unidad carnal, The Traveler se encuentra al otro extremo. La protagonista es la viva imagen de un ser del espacio, con guantes que parecen creados para manejar plutonio, enormes botas que dejan una distintiva huella en la tierra, y tubos que dan la alusión de que hay vida dentro de este espacio confinado. Su traje de submarino es una armadura que no solo la protege de cualquier infección, sino que también la aleja de cualquier contacto. Nunca sabemos qué hay detrás del enorme casco que porta. ¿Acaso hay un humano aquí? Sin un rostro, sus movimientos corporales son los encargados de presentarnos una personalidad por medio de pequeños gestos y articulaciones que no se deciden entre ser robóticas y naturales.

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    La personalidad es algo que desborda en Cronos: The New Dawn. Su mundo, enemigos y personajes logran destacar inmediatamente, incluso cuando es muy fácil ver las inspiraciones de Bloober Team. Sin embargo, esto no quiere decir que la experiencia técnica sea perfecta. Para hacer realidad este juego, el equipo polaco ha utilizado el Unreal Engine 5, y el resultado, aunque varía ocasionalmente, es positivo por lo general. En mi primera partida, la cual jugué siendo tan precavido como fuera posible, no note algún gran problema, más allá de la caída de cuadros en zonas muy específicas. Sin embargo, en mi segunda y tercera partida, en donde avance a una mayor velocidad, me encontré con constante pausas, en donde parece que el título necesita cargar por un par de segundos antes de avanzar., 

    No es un problema tan grave, pero sí es muy notorio cuando sucede, y es algo que me ocurrió varias veces. Si van a jugar de una forma tradicional, teniendo cuidado y avanzado lento, es probable que este no sea un inconveniente para ustedes, pero aquellos que vayan rápido, es probable que se topen con este y más problemas. Más allá de esto, el juego ofrece dos modos de desempeño, y mi recomendación es jugar en la opción de Rendimiento, la cual ofrece 60fps bastante estables en PlayStation 5.

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    Cronos: The New Dawn es un deleite visual. El contraste entre carne y metal le da una gran personalidad al juego, y es algo que expande las ideas narrativas que el título nos presenta. Si bien es cierto que su desempeño pudo ser mejor, al menos en la versión que llega día uno, la experiencia que Bloober Team nos presenta es terrorífica y bien diseñada. Ideas que claramente toman como punto de partida cosas que ya conocemos, se transforman y le dan una identidad única a esta entrega. El resultado final es un ente que se apodera de tus pesadillas, y será imposible no ver tentáculos y muros que respiran en cualquier lado.

    Ciencia ficción y terror

    Como juego de horror, Cronos: The New Dawn le da un gran énfasis a su apartado sonoro. La música no solo funciona como un acompañante para los momentos de acción, sino que también es capaz de llevarnos a un mundo de ciencia ficción espacial. Junto a esto, las actuaciones de voz son la vida de los personajes con lo que interactuamos, y el diseño sonoro es capaz de transportarnos a un mundo hostil que nos encarcela en una prisión de paranoia.

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    Algo que no esperaba de Cronos: The New Dawn es el gran énfasis en los sintetizadores para su soundtrack. Si bien el juego tiene composiciones que funcionan de maravilla en los momentos de mayor tensión, en donde esto nos alerta de la presencia de algún ser hostil, su trabajo más interesante lo encontramos en los clímax narrativos de cada zona. Al acabar la primera sección, por ejemplo, el trabajo de Arkadiusz Reikowski es melancólico, en representación de los últimos momentos de la humanidad. Cuando nos acercamos a la Anomalía de la acería, se nos presentan tonadas típicas de la ciencia ficción, algo que suena como Stranger Things, y complementa a la perfección esta zona. Es una grata sorpresa que logra distinguir al juego dentro del género.

    Si bien los protagonistas de Cronos: The New Dawn son entes envueltos en trajes metálicos, sus voces aparentan ser humanas. Cada uno de los actores hace un fantástico trabajo al momento de encapsular personajes que, aunque a primera instancia lucen muy sencillos, evolucionan frente a nuestros ojos. Aunque me gustaría hablar sobre The Warden y Weronika, prefiero evitar algún spoiler. Sin embargo, el caso de The Traveler es especial, puesto que la actriz encargada de este papel hace un fenomenal trabajo al pasar de una interpretación robótica, a una con mucho sentimiento en las últimas horas. Esta transición es lenta, pero con cada pequeña interacción es posible ver cómo una sensación de curiosidad la va transformando, dándonos una idea de qué o quién está detrás de la máscara, sin nunca tener una respuesta clara.

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    Sin embargo, la verdadera estrella aquí es el diseño sonoro. Parte de lo que hace terrorífica a esta experiencia, es el hecho de que constantemente podemos escuchar algo a la distancia. Nunca estás solo, y en las zonas en donde la carne nos rodea, hay una sensación de pavor siempre junto a nosotros. Al derrotar a un Huérfano, es imposible saber si has hecho bien tu trabajo o no, ya que sus entrañas siguen moviéndose y emitiendo un sonido. Por otro lado, cada una de las armas, aunque funcionan de una forma muy tradicional, emiten un sonido único que solo encontramos en la ciencia ficción. Explosiones y balazos son reconocibles, pero al mismo tiempo extraños.

    Cronos: The New Dawn es una gran experiencia sonora. Cada uno de sus tres pilares funcionan de maravilla, con una ejecución que logra elevar el trabajo final, es capaz de crear una sensación de terror única, y complementa de gran forma a la narrativa. Es una labor espectacular que sabe muy bien en qué momento ser la estrella del juego, y cuando dejar que otros elementos logren resaltar.

    Greatest hits 

    Cronos: The New Dawn es un survival horror en todo el sentido de la palabra. Bloober Team ha tomado todo lo que funcionó en juegos como Resident Evil 4 y Dead Space, y ha creado una experiencia que es atemporal. Al utilizar los conceptos clásicos del género, el estudio europeo nos ofrece un título que es muy reconocible, pero que no tiene miedo de agregar su propio granito de arena a la fórmula a la que todos estamos acostumbrados. Si bien los elementos presentes no van a sorprender a los veteranos, su ejecución es acertada, lo cual te hace olvidar que básicamente estás jugando algo con el mismo modelo que hemos visto desde el 2005.

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    Inspirado por los grandes exponentes del género, Cronos: The New Dawn nos pide explorar diferentes locaciones con un diseño interconectado, en donde no solo tenemos que resolver un par de acertijos, sino que hay que pelear contra horripilantes criaturas. Para esto, tenemos un sistema de disparos en tercera persona, el cual nos ofrece diferentes armas, así como dos tipos de ataques cuerpo a cuerpo. Los recursos son escasos, por lo que necesitas organizarte de la mejor forma posible para cargar con pistolas, balas, medicina e ítems importantes en tu limitado inventario. Nada de esto es nuevo. Todos los que han jugado un survival horror en los últimos años, probablemente han experimentado una variación de lo que acabo de mencionar.

    Lo que hace interesante a Cronos: The New Dawn es la ejecución de estos conceptos y las pequeñas variaciones que ofrece a la fórmula tradicional. Parte de esto se debe al diseño de niveles. Cada una de las secciones que visitamos, más que sentirse como laberintos, son casas de horror muy bien estructuradas que nos mantienen en constante movimiento, logrando que el jugador se enfrente a diferentes retos cada par de minutos. Ahora, esto significa que no hay mucho espacio para la exploración y los acertijos. Claro, aquellos que deseen recorrer cada rincón de este mundo van a tener que revisitar algunos cuartos en busca de ítems especiales, pero esto también se puede ignorar.

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    Es una aventura muy directa, con un fantástico ritmo que te mantiene al filo del asiento en todo momento, y aquí es donde el combate entra en acción. Al ser un third person shooter, Cronos: The New Dawn tampoco rompe terreno nuevo en cuanto a la forma en la que interactúas con los enemigos y The Traveler progresa. Sin embargo, sí hay un elemento único que le da personalidad a esta entrega, al menos en este apartado. Casi todas las armas tienen un tiro cargado que es más fuerte que un disparo normal, pero necesita tiempo para ser efectivo. Si bien estamos hablando de una espera de un par de segundos, esto es más que suficiente para crear una gran tensión al momento de enfrentarse a un monstruo.

    Por ejemplo, un Huérfano toma entre cinco y seis tiros normales en ser derrotado. Esta es una cantidad absurda para un juego en donde los recursos son limitados. Sin embargo, con tiros cargados, cada enemigo tomará entre dos y tres balas. La cuestión es qué estás dispuesto a sacrificar. ¿Acaso disparas normal para evitar que el enemigo tenga el tiempo suficiente para acercarse a ti? ¿Te esperas a que cargue tu pistola y así ahorrar recursos? Cada respuesta tiene resultados positivos y negativos. Junto a esto, conforme avanzamos en la aventura, los rivales se vuelven más y más complicados.

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    La gran propuesta de Cronos: The New Dawn, es el hecho de que los Huérfanos se pueden fusionar para crear versiones más poderosas y resistentes. Con cada unión se vuelven más complicados y se adaptan a tu estilo de combate. Por ejemplo, en el nivel uno, no tendrán más que solo un ataque y una bala cargada los puede derrotar. En el nivel dos pueden lanzar sus entrañas para inmovilizarse. En el nivel tres obtienen una coraza que evita que la mayoría de las balas les hagan daño, algo que se vuelve un problema cuando cubren sus piernas y cabeza. Al final nos encontramos con una criatura enorme, con un gran rango de ataque, capaz de escupir veneno y que es básicamente indestructible. Si esto llega a suceder, tu única alternativa es correr o morir. 

    Lo que hace interesante a este sistema, es que los Huérfanos se van a fusionar con enemigo que has derrotado o que forma parte del escenario. Usualmente, cada pasillo y área de combate está repleto de cuerpos que son inofensivos por sí solos. Sin embargo, si te descuidas por un solo segundo, uno de estos monstruos puede ver esta carne inmóvil como una forma de evolucionar. El juego no solo te pide estar al tanto del peligro inmediato, sino que también tienes que considerar la posibilidad de que el bulto que está en la esquina de un cuarto se convierta en tu mayor problema si te descuidas un solo instante. 

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    A la par, la economía de tus armas es muy importante. Una bala en la cabeza puede causar la mayor cantidad de daño, pero un disparo en los pies puede dejar a los enemigos vulnerables a un golpe o una patada, daño que es mínimo, pero que puede hacer la diferencia entre la vida en la muerte. Si tienes suerte, por cada monstruo vas a encontrar una o dos balas para cada una de tus armas, por lo que tienes que considerar qué tan efectiva es cada una para los diferentes enfrentamientos que te esperan. Junto a esto, el título también nos presenta con bombas de fuego, las cuales son aún más limitadas, pero son muy efectivas, ya que no solo inmovilizan a los enemigos, sino que eliminan por completo a un Huérfano muerto, lo cual reduce la opciones para que se fusionen. 

    De igual forma, es posible utilizar engranajes y químicos para fabricar municiones y otros ítems, lo cual nos da una herramienta con lo cual reaccionar a diferentes situaciones al instante. A la par, el título introduce un sistema en donde puedes recolectar diferentes esencias, las cuales te otorgan algún beneficio, como un golpe cuerpo a cuerpo más fuerte, pero solo puedes cargar tres en todo momento. Por último, pero no menos importante, el título nos presenta un sistema de progresión muy clásico, en donde utilizas dinero y recursos para ampliar el espacio de tu inventario, mejorar tu vida, y aumentar las estadísticas de daño de las armas. Una vez más, todo es lo suficientemente escaso para que tengas que hacer malabares con todo lo que tienes a tu disposición. Como ya lo mencioné, Bloober Team no cambia la fórmula ni trata de encontrar el hilo negro. En su lugar, nos ofrece una experiencia muy bien construida.

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    Nunca sientes que estás en control, y si bien siempre hay una forma de obtener la victoria en cada enfrentamiento, cada pelea te quita algo. El ataque de un enemigo quizás te hizo el daño suficiente para utilizar una de dos cápsulas de recuperación. Gastar una sola bala puede ser el peor pecado que cometas. El miedo es constante. No solo las locaciones que recorres son parte de una terrible pesadilla, sino que cada enfrentamiento te pone lo suficientemente tenso para que una sesión de 10 minutos se llegue a sentir como una batalla campal que duró horas. 

    En cuanto al terror que va más allá de los enfrentamientos, el juego hace un fenomenal trabajo al crear una ambientación terrorífica. Incluso los momentos alejados del combate son sumamente aterradores. Más allá del ocasional jump scare, Cronos: The New Dawn hace uso de alucinaciones que nos hacen cuestionar qué está frente a nosotros. Esto resulta en momentos en donde enemigos aparecen en un instante, y no sabes si gastar balas o esperar un golpe. Bloober Team hace que el jugador entre en un estado constante de paranoia que no solo tiene un peso en el gameplay, sino en la narrativa también.  

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    Claro, no todo es perfecto. El juego se enfoca mucho en el combate y en la ambientación, pero los acertijos son casi inexistentes. De igual forma, es fácil encontrar un patrón en los enemigos y abusar de su inteligencia artificial, y aunque aún conservan un gran reto, la última sección ya no infunde el mismo temor que encontramos al principio. Sigue siendo escalofriante, pero por diferentes razones. Junto a esto, el juego es tan honesto con sus inspiraciones, que es probable que esto pueda distraer a más de una persona, aunque no es un problema como tal de este título. 

    Afortunadamente, sus puntos positivos son más que los negativos. Cronos: The New Dawn es una experiencia que es tan entretenida como escalofriante. Las ideas únicas respecto a los tiros cargados y la fusión de enemigos introducen la suficiente complejidad al combate para que siempre tengas que estar al tanto de múltiples elementos en cada enfrentamiento. Bloober Team se para en hombros de gigantes, y en lugar de ocultar sus inspiraciones dice utilizarlas de una forma lo suficientemente efectiva para que el jugador se quede pegado al control por horas. Prepárate para gritar. Prepárate para sufrir. Prepárate para una aventura fenomenal de principio a fin.

    De lo mejor del año

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    Con Cronos: The New Dawn, Bloober Team se ha dado a la tarea de crear una experiencia con una aproximación universal, y lo han logrado. Todos los fans del género van a amar este título. La historia del juego te engancha desde el primer instante, y te presenta las suficientes preguntas para motivarte a seguir con este viaje. Los personajes están bien construidos, y la narrativa deja varias interrogantes al aire para que cada persona encuentre una respuesta única. El mundo que aquí se nos presenta es tan extenso, que no me sorprendería si ya hay planes para una secuela.

    Visualmente hablando, Cronos: The New Dawn toma algunos tropos generales del género, y les da nueva vida por medio del estilo retrofuturista, la arquitectura brutalista, y el contraste entre la carne y el metal. El mundo que aquí encontramos es horripilante y es capaz de crear una sensación en donde nunca estás cómodo. El diseño de personajes y los enemigos resaltan inmediatamente, y funcionan como dos caras de una misma moneda. 

    Cada uno de los elementos presentes en el apartado sonoro tiene algo especial. Las actuaciones de voz le dan vida a personajes que son incapaces de mostrar sus caras, mientras que la música nos transporta a un mundo de ciencia ficción que es misterioso y atractivo al mismo tiempo. Las palmas se las lleva el diseño sonoro, el cual es capaz de transportarnos al intestino de un animal vivo. Cada pisada de la protagonista tiene un gran peso, y el contraste entre la carne y el metal es algo que sientes en todo momento. 

    Aunque mucho de lo que nos presenta Cronos: The New Dawn es algo que ya hemos visto en otros juegos, Bloober Team ha implementado de gran forma mecánicas y diseños que han demostrado ser un éxito en el género. No es una copia, sino una interpretación con un par de ideas originales que le dan una mayor profundidad al combate. El resultado es una experiencia que te mantiene al filo del asiento por todas sus sorpresas y el terror que aquí encontramos.

    Después del remake de Silent Hill 2, todos estaban preocupados de si Bloober Team tenía lo necesario para brillar con una propiedad completamente original. Cronos: The New Dawn deja en claro que el estudio polaco es capaz de esto y más. Esta es una de las mejores experiencias del año, y algo que, espero, dé pie a una franquicia insignia para este equipo. Con este resultado, queda claro que Bloober Team se posiciona como una de las caras representativas del desarrollo de videojuegos, no solo en Polonia, sino en Europa.

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    Sebastian Quiroz
    Sebastian Quiroz
    27 años. Editor en Atomix.vg. Consumidor de la cultura pop.