Review – Ninja Gaiden: Ragebound

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    El Año del Ninja

    En 1988, Tecmo nos entregó Ninja Gaiden de NES. El clásico de 8-bits logró convertirse en uno de los títulos más populares de esta plataforma, ofreciendo un gran reto de plataformas combinado con el primer acercamiento a las cinemáticas para muchos. A lo largo de los años, la serie se expandió con más secuelas, logrando posicionarse como una propiedad amada por muchos. En el 2004, Team Ninja reinventó esta franquicia al llevarla al mundo del 3D, elevando la dificultad y agregando una historia tan complicada como es amada por los fans. Sin embargo, esta obra pasó más de una década en silencio total, y no fue sino hasta principios del 2025 que Ninja Gaiden anunció su triunfal regreso con una remasterización y, no uno, sino dos juegos nuevos. El primero de estos, Ninja Gaiden: Ragebound, ya está aquí.

    Desde el lanzamiento de Blasphemous en el 2019, The Game Kitchen ha ganado un alto reconocimiento dentro de la industria. Mientras el equipo español desarrollaba la secuela, Koei Tecmo y DotEmu se acercaron a esta estudio con la intención de crear una nueva entrega en 2D de Ninja Gaiden, tarea que los responsables del Penitente aceptaron. Su objetivo estaba claro, traer de regreso la acción y el reto que caracterizan a las entregas de NES, pero con un estilo de juego que logre reflejar el refinamiento que este género obtuvo desde la última vez que un Hayabusa visitó esta dimensión. El resultado es una experiencia que llamó la atención de muchos desde el instante en que fue revelado.

    En lo que Koei Tecmo denomina como el Año del Ninja, el trabajo de The Game Kitchen se posiciona como uno de los proyectos más interesantes de Ninja Gaiden en mucho tiempo, y funciona como un gran aperitivo, aunque tal vez es más que eso, en lo que el trabajo de PlatinumGames llega a nuestras manos. ¿Es Ninja Gaiden: Ragebound el juego que todos estábamos esperando? ¿Acaso el estudio español ha demostrado que saben hacer algo más que solo metroidvanias? Descubre las respuestas a estas y más interrogantes en nuestra Atomix Review.

    Dos hacen uno

    Aunque puede parecer extraño, la serie de Ninja Gaiden siempre nos ha ofrecido grandes y complicadas historias que combinan a los ninjas con el mundo actual. Cada entrega ha expandido, no solo el viaje de Ryu Hayabusa, sino la mitología creada originalmente por Tecmo, ofreciendo disputas entre diferentes clanes, organizaciones militares, y hasta el mundo de los demonios. Ninja Gaiden: Ragebound toma todo esto en consideración al momento de ofrecer una aventura que se suma al extenso legado de la franquicia, pero que al mismo simplifica estos elementos lo suficiente para que cualquier persona pueda disfrutar lo que The Game Kitchen nos presenta.

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    Mientras que Ryu Hayabusa emprende su viaje a los Estados Unidos para buscar a su padre, Japón es invadido por un ejército de demonios que busca liberar a su líder. Aquí es donde entran en acción Kenji Mozu del clan Hayabusa y Kumiro del clan Black Spider, quienes, tras un terrible accidente, fusionan sus almas con el objetivo de prevenir que sus enemigos, tanto humanos como espirituales, logren dominar el mundo. La premisa es sencilla, pero efectiva. El conflicto es fácil de entender, y toma en consideración múltiples elementos que hemos visto a lo largo de los años, con lo cual llega a formar parte del extenso legado de la serie. El resultado es un trabajo que todos pueden apreciar.

    Gracias a que la estructura es lineal, el juego hace un gran trabajo al presentarnos diferentes capítulos enfocados en cada uno de los protagonistas, en donde podemos ver claramente sus personalidades y motivaciones. Una vez que Kenji y Kumori se unen, es muy divertido verlos interactuar y descubirir que son como el agua y el aceite, pero es gracias a esta aventura que descubren que tienen más en común de lo que al principio se puede apreciar. Es una premisa sencilla, pero una que se mantiene como el corazón de Ninja Gaiden: Ragebound. Es interesante ver cómo es que cada uno de los héroes reacciona a los eventos de la historia, y su relación va creciendo de una forma orgánica.

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    Por el otro lado, encontramos todos los elementos sobrenaturales y relacionados con la intriga militar que asociamos con Ninja Gaiden, los cuales son usados a la perfección. En ningún momento sientes que la narrativa se aloca al introducir múltiples elementos, pero estas organizaciones se oponen a los protagonistas con la suficiente seriedad para que sean tomadas como un verdadero problema. El juego recorre el camino correcto para ofrecer la severidad necesaria, aunque no se olvida de los momentos clase B que han formado parte de la serie desde su concepción.

    Ninja Gaiden: Ragebound es una aventura muy entretenida. En ningún momento trata de cambiar los conceptos que todos reconocemos o presentarnos con una aventura con una escala enorme. En su lugar, The Game Kitchen nos ofrece un viaje que bien pudo formar parte del SNES y ser conocido como Ninja Gaiden 4. Kenji y Kumori son grandes protagonistas que, con el poco tiempo que tienen en pantalla, logran convertirse en grandes adiciones para este mundo, y no puedo esperar para ver más de ellos en un futuro.

    Contraste armonioso

    Con Blasphemous y su secuela, The Game Kitchen se consolidó como un equipo capaz de dominar el pixel art de una forma detallada. Con Ninja Gaiden: Ragebound llevan su maestría a un nuevo nivel gracias a que en esta ocasión nos ofrecen niveles contenidos que logran ofrecernos un recorrido por antiguas villas japonesas, catacumbas de todo tipo, bases militares infestadas de demonios, y más. El resultado es una experiencia visual espectacular que nos demuestra por qué el estudio español ha logrado obtener el renombre que goza actualmente.

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    Cada uno de los niveles que visitamos es simplemente espectacular, ofreciendo la ya característica combinación entre Japón feudal y el mundo moderno. El juego nos presenta una evolución constante de este concepto. Kenji, el representante de la tradición, protagoniza niveles en donde las villas, bosques y cavernas son los protagonistas. Por su parte, Kumori es la delegada del avance tecnológico, por lo que ella recorre zonas industriales, un gigantesco edificio lleno de criminales y tiene que escapar de un tren que la persigue. Sin embargo, una vez que el juego une a los protagonistas, los dos conceptos estéticos también se unifican de una forma que es difícil de ignorar.

    Las cavernas dan pie a bases militares, y las zonas de construcción terminan en bosques. Es una gran representación visual que utiliza los conceptos narrativos y mecánicos de una forma que logran completar a la perfección el resto de la aventura. Todo esto está acompañado de espectaculares diseños de personajes que hacen un gran uso del pixel art. Una vez más, los protagonistas logran robarse la atención del jugador en todo momento. Uno de mis detalles favoritos es ver cómo la bufanda de Kenji se mueve constantemente, incluso en locaciones cerradas en donde el viento probablemente no es lo suficientemente fuerte. Si bien los sprites son más que suficientes para dejar en claro el talento de los desarrolladores, Ninja Gaiden: Ragebound también cuenta con cinemáticas que utilizan las composiciones de las entregas de NES.

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    Aquí encontramos tomas abiertas y close ups que están enfocados en las expresiones de los personajes, en donde el movimiento de la cámara es simulado al mover una gran imagen de lado a lado, o al introducirla rápidamente. Estos son elementos que eran revolucionarios en el NES, y Ninja Gaiden: Ragebound los utiliza como un homenaje al trabajo de Tecmo, pero con una serie de composiciones más complejas, agregando elementos más detallados en pantalla. El resultado final le da una personalidad única a la entrega, la cual también hace referencia a películas clásicas de samuráis. 

    A la par, el título nos presenta con un gran repertorio de enemigos que logran sobresalir al instante. Cada uno de los rivales que nos encontramos cuenta con un diseño único que dejan en claro que el infierno tiene más que solo criaturas de color rojo con cuernos. Los más sobresalientes son los jefes, los cuales logran impresionar al jugador por medio de una serie de detalles extravagantes, como Rhyvashi, quien porta joyería en todo su cuerpo, y su pose de estatua deja en claro su alto rango en el inframundo. Todo lo que The Game Kitchen ha creado es simplemente fenomenal, y cuando crees que ya lo has visto todo, el juego te sorprende con criaturas que expanden el universo que ya todos conocemos.

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    Ninja Gaiden: Ragebound es una experiencia visual de primer nivel. The Game Kitchen ha creado un mundo que logra ser único, y al mismo tiempo se siente parte del extenso legado de Tecmo y Team Ninja. Incluso cuando hablamos de rendimiento el título es fenomenal, ya que en PS5 nos ofrece 60fps a 4K. La evolución visual del juego es algo que se puede apreciar fácilmente. El diseño de los protagonistas y cada uno de los enemigos es cautivador, y la entrega está llena de pequeños detalles que sorprende constantemente a todos aquellos que decidan prestar un poco de atención a su alrededor.

    Del pasado al presente 

    La gran presentación de Ninja Gaiden: Ragebound no se detiene con su apartado visual, ya que la música es igual de espectacular. Sergio de Prado ha creado un soundtrack que, al igual que la historia, es la evolución natural de las entregas originales de NES, conservando toda la energía que encontramos en los clásicos, pero con una serie de composiciones y técnicas contemporáneas que logran darle una identidad única al título y, al mismo tiempo, le rinde honor al trabajo de Keiji Yamagishi, Ryuichi Niita y Kaori Nakabai, los compositores originales, quienes decidieron apoyar al equipo español en esta ocasión. 

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    El trabajo de Sergio de Prado logra combinar a la perfección elementos tradicionales japoneses con la electrónica y el rock, utilizando instrumentos como el shamisen como la base de una composición, y construyendo sobre ella empleando guitarras eléctricas, bajos pesados, y una batería que hará que cualquier fan del metal se alegre. Cada canción logra balancear a la perfección su rol como elemento atmosférico que nos transporta a cierta locación, y al mismo tiempo saben cuándo tomar el protagonismo para que las secciones de acción logren resaltar aún más.

    Si bien mucho del trabajo que aquí se nos presenta es completamente original, esto no significa que The Game Kitchen se ha olvidado del legado de la serie en la que está trabajando. Monster Attack!, por ejemplo, utiliza el riff de guitarra que encontramos en el tema de jefe del clásico de NES. De igual forma, Unbreakable Determination y otras canciones más utilizan elementos que encontramos a lo largo de la trilogía original, los cuales son implementados de una forma que va más allá de la nostalgia o simples referencias, ya que son actualizadas de tal manera que evocan un sentimiento de legado, algo que funciona como el fundamento para esta aventura. 

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    The Game Kitchen y Sergio de Prado nos ofrecen un fantástico apartado sonoro que todos pueden apreciar. El soundtrack toma las bases que muchos conocen, y construye sobre ellas para crear una serie de composiciones que logran ofrecer la atmósfera perfecta para cada nivel, y son el acompañante perfecto para todos los momentos de acción. Es una gran continuación de la trilogía original de NES, la cual logra sobresalir por sus propios méritos.

    Dos ninjas, un camino

    Después de años de espera, The Game Kitchen ha logrado hacer realidad el sueño de muchos, y ha creado un nuevo plataformero de acción en 2D. Ninja Gaiden: Ragebound es una modernización de los conceptos clásicos del género, ofreciendo una experiencia adictiva por medio de un fantástico diseño de niveles, un reto que va aumentando de forma natural, y un gran énfasis en mejorar tus habilidades para obtener el rango más posible. El resultado es una de las experiencias más entretenidas del año, y un ejemplo más de por qué el estudio español está ganando una gran posición en esta industria.

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    A diferencia de lo que vemos en Blasphemous y su secuela, Ninja Gaiden: Ragebound no es un metroidvania, sino un juego lineal, con niveles predeterminados que limitan la exploración a un par de secretos. Este enfoque permitió que los desarrolladores le dieran vida a un diseño de niveles que nos mantiene en constante movimiento, ofreciendo un gran balance entre los retos de plataformas y los enfrentamientos contra el ejército de demonios. Cada personaje comparte las mismas bases, pero con una serie de diferencias únicas. Kenji, por ejemplo, se enfoca en ataques cercanos con su katana, mientras que Kumori utiliza kunais para golpear a distancia. Junto a esto, cada uno puede escalar paredes y techos, lo cual expande sustancialmente su movilidad.

    Notablemente, Ninja Gaiden: Ragebound ofrece dos mecánicas únicas que los protagonistas comparten. La primera es la guillotina, un movimiento que nos permite rebotar sobre enemigos, funcionando como una especie de doble salto. Esto comienza sencillo, pero eventualmente el diseño de niveles se complica lo suficiente hasta presentarnos secciones sin plataformas en donde tienes que utilizar a los rivales para atravesar los pozos sin fondo. Una vez que logras entender a la perfección este ritmo, es posible saltarse algunos obstáculos, algo que llevará a los speedrunners a encontrar formas únicas de terminar el juego lo más rápido posible.

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    La segunda mecánica única son los golpes hipercargados. Estos son ataques devastadores que Kenji y Kumori pueden realizar al dejar presionado el botón de ataque a cambio de un poco de vida. Sin embargo, también es posible obtener este poder al derrotar a ciertos enemigos con aura de color específica. Si bien todos los rivales pequeños desaparecen con un solo espadazo, algunos son más persistentes y funcionan como grandes obstáculos en los niveles. La única forma de derrotarlos instantáneamente es por medio de los golpes hipercargados. Lo interesante es cuando el juego nos presenta con múltiples enemigos de este tipo, y necesitas encontrar la forma más óptima de vencerlos rápidamente.

    Si bien Kenji y Kumori comienzan como dos entidades diferentes, eventualmente los protagonistas se fusionan, y el miembro del clan Hayabusa asume el rol principal, obteniendo las habilidades de su rival. Esto también permite que el diseño de niveles sea más complejo. Esto se puede notar fácilmente con el hecho de que los enemigos con el aura del golpe hipercargado aparecen en dos tonos: azul para la katana y rosa para los kunias, lo cual crea secciones en donde tienes que balancear perfectamente cada uno de los poderes a tu disposición para obtener la victoria.

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    Junto a esto, Kenji también obtiene dos nuevos ataques especiales, cada uno ofreciendo diferentes formas de superar los retos que se nos presentan. Ahora, esto no significa que Kumori desaparezca por completo, es solo que la chica ahora protagoniza secciones específicas dentro de cada nivel, en donde tenemos que llegar a cierto punto o vencer a un enemigo en un límite de tiempo. Estas áreas también toman en consideración sus habilidades, lo cual nos ofrece desafíos únicos que nos piden dominar casi a la perfección el movimiento de este personaje.

    Más allá de llegar al final de alguna zona y vencer al jefe correspondiente, Ninja Gaiden: Ragebound nos presenta diferentes retos que extienden nuestro tiempo en este juego. Cada nivel nos pide recolectar escarabajos dorados, cráneos plateados y antiguos pergaminos que desbloquean más habilidades pasivas para Kenji, nuevos artes para Kumori, y nos dan acceso a niveles adicionales. Junto a esto, el título nos ofrece objetivos específicos que, al completarse, aumentan el rango que es posible obtener al final. Todo esto es completamente opcional, pero nos ofrece un desafío adicional que pone a prueba tu dominio sobre el control, y es muy divertido intentar obtener todo en una sola partida.

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    Ninja Gaiden: Ragebound es diversión pura, no hay otra forma de describir el trabajo de The Game Kitchen. Es una obra que todos los fans de los plataformeros de acción en 2D deben de jugar. Cada nivel está diseñado para enseñarle algo nuevo al jugador o presentarle un gran reto que pone a prueba sus habilidades. Kenji y Kumori, aunque comparten las bases, se sienten únicos, y una vez que se fusionan, el juego toma esto en consideración para ofrecer un diseño de niveles que aprovecha de mejor forma todas las habilidades del protagonista. La dificultad nunca llega a ser imposible, pero tampoco es algo que puedes acabar con los ojos cerrados. El título encuentra un balance perfecto, y es un digno regreso a una de las series más importantes del género.

    Yin y yang

    The Game Kitchen ya había demostrado su talento, pero con Ninja Gaiden: Ragebound llevan sus habilidades a un nuevo nivel. Su trabajo es simplemente impresionante en todos los sentidos posibles. La historia es entretenida y fácil de entender. Dejando de lado cualquier complicación para ofrecer una aventura que se siente parte del extenso legado de la serie, tomando como punto de partida el primer título de NES y expandiendo su universo sin olvidar lo que las secuelas, e incluso el trabajo de Team Ninja, lograron subsecuentemente.

    Ninja Gaiden: Ragebound es un deleite visual y sonoro. The Game Kitchen ha logrado capturar la esencia de las entregas clásicas, dejando el espacio suficiente para que el trabajo del estudio logre resaltar por su propia cuenta. La manera en que el título utiliza la idea de combinar dos elementos opuestos como punto temático es algo que eleva la experiencia al grado de que vas a encontrar algo nuevo en cada partida.

    Aunque Ninja Gaiden: Ragebound toma como punto de partida lo que se logró con las entregas de NES, The Game Kitchen toma en consideración todos los avances del género en las últimas décadas, ofreciendo una experiencia que es diversión pura. El diseño de niveles nos mantiene en movimiento constante, entregando un gran reto que utiliza sus ideas originales para jugar con el concepto de plataformas y obstáculos de una forma llamativa. El resultado final es una entrega que nos demuestra un gran refinamiento para los plataformeros de acción en 2D. 

    Como punto medio en el Año del Ninja, el estudio español nos entrega una gran experiencia que todos los fans de Ninja Gaiden deben de experimentar, y me imagino que más de una persona tendrá en mente Ragebound cuando sea el momento de elegir a los mejores juegos de este año. 

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    Sebastian Quiroz
    Sebastian Quiroz
    27 años. Editor en Atomix.vg. Consumidor de la cultura pop.