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Terrible Toybox
Terrible Toybox
22/08/2017
La forma en la que los videojuegos han ido cambiado a través de los años, resulta verdaderamente complicada de estudiar, pues las mutaciones que se han dado fueron a velocidades considerables y muchas veces condicionadas por factores que poco tenían que ver con creatividad artística. A mediados de los ochenta y buena parte de los noventa, fuimos testigos de cómo es que los llamados juegos de aventura point & click vivían épocas doradas gracias a mentes como las que trabajan en LucasArts creando verdaderas obras de arte. A pesar de que claramente dichos tiempos han quedado atrás, este género tan especial se aferra a la vida y para fortuna de todos los que lo amamos, sigue contando con autores que están dispuestos a arriesgar bastante con tal de entregarnos de vez en cuando una nueva experiencia que nos regrese a esos días en los que se contaban maravillosos cuentos a través de este medio. Thimbleweed Park de Ron Gilbert y Gary Winnick es justamente lo que te acabo de describir.
Siempre resulta complejo hablar de un juego verdaderamente retro que está intentando replicar el sentimiento que algunos títulos nos daban hace más de dos décadas, pues como te comentaba, la industria entera ha cambiado en un sin fin de formas que la convierten en un medio multifacético que tiene algo qué ofrecer para casi cualquier tipo de persona, a diferencia de cuando era una forma de entretenimiento de nicho que no todo el mundo podía consumir. Como sea, uno de los grandes beneficios de la modernidad es que al menos por el momento, estos legendarios diseñadores y verdaderos artistas que no se unieron a un gigantesco conglomerado empresarial, se pueden seguir expresando gracias a plataformas como Kickstarter que permiten que proyectos como el de Thimbleweed Park puedan ver la luz del día, asunto que por supuesto, algunos de nosotros agradecemos infinitamente.
Es normal escuchar que algunas personas aleguen que los point & click de aventura siempre fueron más experiencias interactivas que verdaderos videojuegos, sin embargo, me parece que el género es de los pocos que encontró cómo hacer que sus mecánicas encajaran a la perfección dentro de narrativas sumamente bien elaboradas. Thimbleweed Park es un total y completo homenaje a cómo es que funcionaban estos títulos clásicos, y en caso de que te estés preguntando a qué obra de Ron Gilbert se parece más, sin temor a equivocarme diría que básicamente estamos frente a una secuela espiritual de Maniac Mansion, aunque claro, vemos fuertes referencias a cosas como The Secret of Monkey Island y Day of the Tentacle.
En Thimbleweed Park tomamos el control de cinco diferentes personajes, cada uno ligado de alguna forma a la historia que se nos está contando y por supuesto, esencial para que la narrativa no pierda sentido. Al igual que vimos en Maniac Mansion o en el más reciente Broken Age de Tim Schafer, llega un punto en el que podemos cambiar de personaje en cualquier momento, esto en caso de que nos hayamos atorado con alguno o simplemente necesitemos que cierta persona haga algo para que otra pueda seguir progresando. Esto suena más complejo de lo que en realidad es, pues a pesar de que al igual que en otros juegos de Gilbert se nos pide poner mucha atención, aquí todo se siente con un poco más de orden.
Uno de los sellos más característicos de los juegos de Ron Gilbert eran los complicados puzzles que la gran mayoría de las veces, requerían de absurdas soluciones que estaban lejos de funcionar bajo una lógica normal. Lo anterior provocaba que muchas veces los tuviéramos que superar por medio de prueba y error, lo cual, causaba bastante frustración en algunas personas. En Thimbleweed Park lo anterior se mantiene en buena medida, pero sin lugar a dudas, el autor entendió que estamos en otros tiempos y que para un título de este tipo moderno, se necesitaban hacer algunos cambios pertinentes, por más homenaje que le quisiera hacer a lo clásico.
Lo primero que te puedo decir de este asunto es que ahora, los puzzles se sienten un tanto mejor estructurados y con soluciones que apelan más a la lógica. Por supuesto que en más de una ocasión te encontrarás atorado sin saber qué hacer a continuación y cuando logres encontrar qué te faltaba, sería inevitable pensar en algo como “¿cómo esperaban que yo supiera eso?”; no obstante, te repito que esto fue reducido marcadamente. Otra red de seguridad de Thimbleweed Park es que cuenta con un modo casual que básicamente quita varios de los problemas que debemos de resolver. No recomiendo hacer uso de esta opción, pues literalmente le mete tijera para recortar una buena porción de la experiencia.
Sumado a todo lo anterior, cada personaje cuenta con la lista de tareas u objetivos que deben de hacer. Este elemento es sumamente útil, pues siempre te mantiene con la mente bien enfocada en más o menos qué es lo que debes de hacer para poder seguir progresando. La manera de interactuar con el escenario es usando las clásicas acciones de empujar, jalar, levantar, hablar con, usar, abrir y mirar. Te recomiendo hacer distintos experimentos con los objetos que vayas encontrando y por supuesto, poner mucha atención en los diálogos de los personajes, pues algunas veces, aquí es en donde se te dan pistas cruciales para poder resolver ciertas situaciones.
Thimbleweed Park es un representante de los point & click de aventura clásicos en toda la extensión la palabra. Su funcionamiento será completamente familiar para cualquiera que haya consumido los grandes títulos de LucasArts, mientras que quienes sepan qué onda con cosas como lo que está haciendo Telltale Games actualmente, seguramente entenderán buena parte de sus mecánicas, además de que se enterarán de dónde es que vinieron las ideas de estos juegos modernos que también están ayudando a que el género siga con vida.
Sí, los locos puzzles y cómo es que se resuelven son algo sumamente importante para estos juegos, sin embargo, tenemos que aceptar que muchos de nosotros adoramos el trabajo de Ron Gilbert por la forma en la que cuenta una historia, esto a través de un fantástico guión lleno de matices y un humor fino que muy pocos saben construir. Si concuerdas con lo que acabo de mencionar, entonces te diría que en este momento te levantes de donde estés y vayas a descargar Thimbleweed Park.
La historia de Thimbleweed Park se desarrolla en el pueblo del mismo nombre durante 1987, año que por cierto, fue en el que se lanzó Maniac Mansion, esto cuando dos agentes del FBI empiezan a investigar un extraño asesinato. El sabor que tiene toda la narrativa es muy parecido al de los capítulos de la primera etapa que vimos de The X-Files en la televisión hace algunos años; es decir, el misterio y hasta suspenso está presente en todo momento a lo largo de las 10 horas que dura la aventura, esto con toques de comedia totalmente precisos que estoy seguro, te harán soltar una carcajada en más de una ocasión.
Me sigue pareciendo impresionante la forma en la que Ron Gilbert construye guiones que no pierden el sentido con todo y que podemos ir progresando con cada uno de los cinco personajes como nosotros mismos vayamos queriendo. A pesar de que al inicio cuesta un poco de trabajo entender cómo es que se están relacionando todas las partes que se nos están presentando, poco a poco vas siendo testigo de cómo es que el guión va conectando todo para hacer una historia coherente increíblemente divertida en todos los aspectos. Thimbleweed Park es un lugar que no es lo que parece y que tiene guardados un montón de secretos para todo el que se adentre en su mundo.
Es verdaderamente sensacional poder tener a Ron Gilbert como guionista en algo como Thimbleweed Park, juego en el que por supuesto, no se limitó de ninguna manera para imprimirle todo su estilo a la historia que nos cuenta, la cual, además de ser un increíble relato totalmente original, cuenta con una inmensa cantidad de referencias a sus juegos pasados. No es necesario de ninguna manera que hayas jugado Maniac Mansion o Secret of Monkey Island para disfrutar de este nuevo juego, pero estoy seguro de quienes tengan ese background, disfrutarán mucho más este juego.
El look de los juegos de LucasArts siempre ha sido muy fácil de reconocer. La forma en la que trabajan Pixel Art y cómo es que lo animan, es algo que no se ve en ningún otro lado. Gary Winnick, quien también es un veterano del medio y del género, estuvo a cargo de toda la dirección artística de Thimbleweed Park, además de que por supuesto, contribuyó en gran medida con Ron Gilbert en el diseño general de la experiencia, dando como resultado un producto precioso y muy consistente en todos sus apartados estéticos y sonoros.
El nivel de detalle en cada uno los niveles, diseño de personajes y en general ambientación, es impresionante. Me resulta muy llamativo que en tan poco tiempo y con recursos tan cortos, Gilbert y su equipo hayan conseguido crear un motor gráfico propio que funcionara de tan buena manera. Lo anterior es otra prueba de que Thimbleweed Park es un juego no solo de autor, sino una obra hecha completamente a mano en la que constantemente estamos siendo testigos del gran amor con el que trabajaron sus creadores.
Por su parte, la música compuesta por Steve Kirk consigue transportarnos a este suburbio estadounidense ambientando en los años ochenta en el que ha pasado algo verdaderamente extraño que casi nadie entiende. Thimbleweed Park es una preciosa representación y teatro muy bien armado que por medio de una estética que podría ser considerada vieja, logra transmitir una atmósfera verdaderamente profunda que no siempre nos toca ver dentro del medio.
Las formas en las que se desarrollan videojuegos actualmente son por demás variadas, y por más que hablemos de independientes, difícilmente veremos una tendencia o linea de trabajo que se repita entre distintos títulos. Thimbleweed Park es un juego que se creó con pocos recursos materiales pero con grandísimos talentos que dieron como resultado una experiencia sólida, bien aterrizada y que en ningún momento pierde de vista los objetivos que se planteó desde un inicio. Claro que al ser un título tan de nicho, no todos entenderán las implicaciones que hay detrás de él, pero en realidad justamente se trata de no buscar a las masas para poder dejar contento al pequeño grupo de consumidores que apoyaron al proyecto desde que estaba en Kickstarter, o que ahora que ya salió, están dispuestos a pagar por él.
Te puedo decir que esta versión de Thimbleweed Park para PlayStation 4 se comporta de gran forma, pues a pesar de que lo ideal sigue siendo jugarlo con teclado y mouse, el control convencional funciona muy bien. Estamos frente a un videojuego hecho de manera artesanal y con la visión de pocas personas, misma que creo, se cumplió con creces en todo momento. Estoy seguro de que si eres fan de Ron Gilbert y compañía, ya estás jugando este título. En caso de que sientas tentación por saber cómo funcionaban los point & click clásicos pero no quieras complicarte demasiado, entonces creo que esta es una gran puerta de entrada a este maravilloso género que espero, siga entre nosotros por mucho más tiempo.