Los videojuegos se han convertido en un medio increíblemente diverso que actualmente está compuesto por tantos géneros que hasta cierto punto, causan que el término empiece a perder algo de sentido. A pesar de que lo anterior seguramente se seguirá agudizando con el paso de los años, podríamos decir que algunos estilos clásicos sobrevivirán gracias a su enorme legado. Podemos estar seguros de que uno de esos serán los FPS, obras que nos han regalado varias de las experiencias más memorables de todos los tiempos y que hoy en día, se mantienen sólidos y sin planes de perder protagonismo. Como saga, Wolfenstein es uno de los grandes nombres de la industria y hoy en día vive una nueva época dorada gracias al espectacular trato que Bethesda le ha dado poniéndola en manos de MachineGames. En un par de semanas tendremos entre nosotros a Wolfenstein II: The New Colossus, secuela del fantástico Wolfenstein: The New Order que pudimos probar por un buen rato y que la verdad, nos fascinó.
Traer de regreso a una franquicia tan importante para el medio entero siempre se antojó como una tarea increíblemente compleja que difícilmente podría ser completada por un pequeño estudio sin tanta experiencia como MachineGames, sin embargo, su trabajo con The New Order y posteriormente con The Old Blood, sorprendió a propios y extraños, dejándonos claro que ellos eran los indicados para traer a la modernidad a B.J. Blazkowicz y compañía, por lo que la idea de una secuela nos tiene enormemente emocionados. Durante la QuakeCon 2017 pudimos jugar una nueva demostración de The New Colossus, la cual, una vez más demuestra que el estudio sueco entiende perfectamente cómo es que un FPS de antaño puede funcionar con mecánicas modernas sin perder en ningún momento de vista a la esencia que hace tantos años lo convirtieron en una verdadera revolución para la industria entera. A continuación te cuento por qué es que este título definitivamente será de lo más destacado de este 2017 que tantos buenos juegos nos está dejando.
Al igual que con cualquier forma de arte, la gran mayoría de videojuegos tienen como objetivo transmitirnos algún tipo sentimiento a través de su música, visuales o por supuesto, mecánicas de juego; no obstante, muchas obras no lo logran o simplemente terminan siendo algo genérico que se nos olvida en poco tiempo. Justo como su antecesor, Wolfenstein II: The New Colossus tiene un sabor sumamente especial que se percibe en todo momento gracias a una enorme personalidad que se ve apoyada por un guión muy bien llevado que crea escenas memorables de las que seguramente se hablará dentro de un muy buen tiempo en el futuro.
En E3 2017 no pude ponerle las manos encima a la demostración que se hizo de The New Colossus, por lo que cuando me senté para la sesión en QuakeCon 2017 y vi que esta parte estaba disponible, no me pude resistir a probarla. De manera bastante somera y concreta, te puedo decir que me parece fascinante cómo es que MachineGames tiene locas ideas como la de poner a B.J. en una silla de ruedas para darle un giro limpio al gameplay base de su FPS. Es impresionante cómo es que algo tan simple, hace que toda la experiencia se sienta tan distinta, pues la forma en la que disparas y en general te mueves cuando estás en dicha situación, funciona de otra forma que cuando estamos en sobre nuestras dos piernas.
Ya con la adrenalina en niveles bastante elevados y tras completar dicha sección, fue momento de pasar a lo nuevo. Antes que nada, te comento que no se me dijo exactamente a qué parte del juego corresponde la misión que jugué, pero sospecho que es muy cerca del inicio. Después una reunión con los que parecen serán los personajes principales de esta nueva historia, se nos pide llevar una bomba atómica a la famosa Área 51… sí, leíste bien, el objetivo es llevar una bomba de destrucción masiva al lugar en el que supuestamente se recuperaron cuerpos extraterrestres de una nave espacial estrellada en Roswell, Nuevo México en los años cincuenta. Para llegar hasta ahí, B.J. debe cruzar por varias ciudades americanas entre las que está esta versión de los sesenta de un clásico suburbio estadounidense que hemos visto en varios tráilers de The New Colossus.
Llegar a esta sección pasiva de Wolfenstein II me produjo un sentimiento verdaderamente mágico por el grandísimo detalle de cada uno de sus rincones. Fue algo parecido a empezar a caminar en Columbia al inicio de Bioshock: Infinite, en donde a pesar de saber que en realidad no podías ir a cualquier lado esta micro área abierta, algo de su estructura hacía que el teatro que la soportara fuera prácticamente invisible. Correr para ver cómo es que una multitud observaba con emoción el desfile de las fuerzas nazis invasoras o algo tan simple como escuchar a una pareja discutiendo, son toques que ya no se ven siempre dentro del medio y que la verdad, son totalmente necesarios para que todo este asunto siga siendo tan especial.
Al ver que llevaba casi 20 minutos recorriendo este lugar sin lograr “progreso”, decidí que era tiempo de seguir adelante, pues evidentemente mi tiempo con Wolfenstein II: The New Colossus se agotaba. Luego de haber vivido esta escena de los tráilers en los que un oficial nazi entra a un restaurante a pedir una malteada de fresa, misma que tiene cambios marcados respecto a lo que se ha mostrado, conocí a un personaje muy interesante pero del que mejor no te hablaré para no arruinarte nada y el cual, le dio pie a la verdadera acción.
Esta especie de base de investigación nazi a la que me infiltré, me deja claro que la estructura general de The New Colossus será muy similar a lo que vimos en The New Order. Lo que quiero decir con lo anterior es que al menos esta misión que probamos, estaba compuesta por distintas secciones. En ciertos puntos, estos módulos eran pasillos muy bien delimitados con algunos momentos cinemáticos planeados y en otros, llegaba a arenas semi abiertas en las que podía aproximarme a la situación desde distintas perspectivas, desde buscar el sigilo para matar primero a los oficiales que pudieran encender las alarmas para pedir refuerzos, hasta aparecer con las armas más poderosas a mi disposición para acabar con todos.
Me parece que esta combinación de estilos de diseño de niveles funciona excelentemente bien dentro de Wolfenstein II: The New Colossus, pues le dan el ritmo justo que la experiencia debe tener. Pasar de estar explorando un pintoresco pueblo a manejar dos ametralladoras a la vez para acribillar a una docena de nazis, es algo sumamente placentero. En cómo es que el juego se desenvolverá e irá presentando cada una de sus escenas, me parece que podemos estar totalmente tranquilos, pues MachineGames sigue una fórmula que ya sabemos que funciona a la perfección.
Puede que la atmósfera sea profunda, que la música compuesta por Mick Gordon sea memorable y que su dirección de arte esté impecablemente ejecutada, pero si los disparos dentro de Wolfenstein II no se sienten viscerales y poderosos, estaríamos hablando de una experiencia que simplemente no funciona. Afortunadamente te puedo decir que después de este tiempo con el título, me queda claro que a pesar de todo lo anterior, la gran mayoría de los esfuerzos del estudio desarrollador, fueron enfocados en que el gameplay se convirtiera en la verdadera estrella de la experiencia, esto para entregar un FPS brillante por la forma en la que sus mecánicas se entrelazan con un control que se siente preciso y responsivo sin importar la situación en la que nos encontremos.
Las nuevas ametralladoras y pistolas son sensacionales, pero cuando de verdad sientes el poder, es cuando manejas por primera vez uno de los rayos láser que algunos de los soldados especiales traen consigo. Este pedazo de hardware militar que B.J. tiene que cargar con ambas manos y que por supuesto, limita tu movilidad bastante, es una verdadera locura. Lo primero que hay que decir es que a cualquier enemigo que alcances con él, será pulverizado en un segundo, esto con una espectacular animación, pero lo que de verdad me impactó, fue el efecto sonoro que hace esta arma cuando la activas y por supuesto, cuando su rayo choca contra algún nazi.
Al saber que nuestras armas dentro de cualquier Wolfenstein adquieren cierto valor sentimental, MachineGames decidió agregar un sistema de progresión en el que podemos hacerles mejoras y modificaciones a nuestro arsenal. En el demo que probé tenía tres puntos para ejecutar cambios sobre el equipo que tenía a la mano. Tras revisar mis opciones, me di cuenta de que estos upgrades eran bastante tradicionales, es decir, a un rifle le puedes agregar miras, reductores de sonido o agarraderas para aumentar su precisión, nada del otro mundo. Me parece que estamos frente a una buena adición para la serie, pero algo no tan significativo, al menos por el momento. Falta ver cómo es que todo esto se comporta dentro del juego completo.
Como seguramente ya sabes, la historia de Wolfenstein II: The New Colossus se ubica en los años sesenta. El régimen nazi tiene doblegado al mundo, entre ellos a un Estados Unidos que se ha rendido y que ahora se encuentra ocupado por las fuerzas alemanas. Una vez más, B.J. Blazkowicz despierta después de un largo tiempo en coma, sólo que en esta ocasión, tendrá que pelear en casa en un intento por recuperar la libertad que le ha sido arrebatada. Así es, este juego sigue por el mismo camino que su antecesor, asunto que de ninguna manera es malo, pues más allá de la narrativa general, estamos frente a un título que más bien se sustenta de su guión.
Las cinemáticas, momentos guiados y todos los diálogos que tuve la oportunidad de escuchar dentro de este demo de The New Colossus, estaban perfectamente bien ejecutados, dejándome entrever que tendremos una historia memorable con personajes entrañables llenos de personalidad. Algo de lo que tenía duda era de si MachineGames mantendría estos toques de comedia y humor negro dentro de la serie para este nuevo juego. Me alegra decirte que al menos lo que probé, estaba repleto de esta autentica burla a cómo es que los racistas piensan y actúan, pues viví varios momentos “over the top” sumamente divertidos que automáticamente me dibujaron una sonrisa.
Claro que la seriedad o momentos crudos también estuvieron presentes, por lo que seguramente tendremos una mezcla con mucho sabor para lo que será la narrativa de The New Colossus. También te puedo comentar que según lo que vi, el juego se tomará algunas libertades bastante interesantes, pues se tocarán temáticas relacionadas a conspiraciones extraterrestres y a los clásicos encubrimientos gubernamentales que se hicieron tan famosos a mediados del siglo pasado. Me vuela la mente imaginarme las locuras que nos esperan dentro de este juego. Estoy seguro de que los capítulos avanzados serán verdaderamente memorables, incluso superando a momentos mágicos de The New Order como llegar a una base en la Luna.
Hemos repetido hasta el cansancio que 2017 se está convirtiendo en uno de los años más especiales para el medio en mucho tiempo, y lo mejor es que tenemos por delante un montón de lanzamientos que no se podrían ver de mejor manera. Al menos en mi caso, Wolfenstein II: The New Colossus es uno de los juegos que más ansió tener entre mis manos para sumergirme en su maravilloso universo por todo el tiempo que sea posible. La demostración que recién jugué sólo confirmó lo que ya sospechaba: lo nuevo de Bethesda y MachineGames será maravilloso, por lo que creo, deberías de tenerlo muy presente en tu radar. Te recuerdo que este título se estará lanzando de manera oficial el siguiente 27 de octubre para Xbox One, PlayStation 4 y PC.