Breve Crónica Pokémon

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CrónicaPokemon2 2Esa tarde, me disponía a abandonar la oficina cuando Irving me pidió una tarea especial: un texto que hable sobre la evolución de Pokémon, y obvio él no se refería a ninguna Megaevolución. Pensé que sería sencillo recurrir a mis amigos para esta tarea, amigos que sí han seguido paso a paso la serie. El resultado: la mayoría de ellos estaban ocupados y no pudieron ayudarme.

Creí que alguien volvería a explicarme la importancia de tener 25 pokémon iguales, pero de diferente carácter, para poder elevar sus habilidades de un tipo específico. Pensé que alguien intentaría explicarme porqué ya hay más tipos que en mis tiempos y su nueva relación de superioridad al ataque. Supuse que alguien me diría qué tan pequeño es Pueblo Paleta y lo mucho que hay traspasando esa frontera. Asumí que alguien llevaría su pokewalker para explicarme con peritas y manzanas cómo se da eso del apareamiento. Supuse que alguno de mis amigos intentaría cantarme en un rap pokémon la lista actualizada, con megaevoluciones, evoluciones y preevoluciones. Nada de eso pasó, y miren que conozco a alguien cuyos contadores de poketiempo ya llegaron al límite.

Seguramente no me contestaron porque ya están jugando X o Y, quizá por un momento se quedaron pensando qué era la serie para ellos y en vez de contestarme, fueron por el suyo. Quizá ya están empezando una aventura y no pensaron en que quería una experiencia y no lo que me podía decir The Pokémon Company. No me extrañaría tampoco recibir en el transcurso de la noche algún mensaje de disculpa, pero invitándome a recuperar el camino en esta serie.

Así que, no tendré más que recurrir a mi limitada experiencia y apelar a mi memoria para compartir algunos pensamientos con ustedes. Quizá sería más fácil hablar sobre porqué personas como yo estamos un poco perdidas en los pokeasuntos y de porqué ahora nos parecen medio random, pero ese no es el tema de hoy.

 

“A mí me tocaron los tiempos en los que Mewtwo era superpoderoso (algo más parecido a un mito)”

 

Recuerdo la primera vez que vi a ese necio pokémon amarillo al que no le gustaba estar dentro de una pokebola, recuerdo que Ash se quedó dormido en ese día tan importante (esas cosas siempre pasan), recuerdo que, de alguna manera, el primer episodio de esa serie, me insinuó que las grandes amistades no siempre empiezan de la mejor manera.

Ash-and-Pikachu-Fanart-pokemon-29202646-500-462Recuerdo a la enfermera Joy y a la oficial Jenny (eso sí que era tener rasgos familiares marcados) que siempre estaban ahí para ayudar, pero nunca entendí por qué razón sólo eran chicas las que desempeñaban el rol de cuidar. Tampoco entendí cómo el Equipo Rocket era, a veces, tan torpe y cómo Ash era aún más torpe como para vivir diario sin pensar que esa tarde, como todas las tardes, al equipo Rocket se le ocurriría una nueva manera de sabotearle el día. Pensándolo bien, el mejor logro de este intento de criminales fue convertirlo en un héroe en cada ciudad o pueblo o camino por el que pasaban.

Por supuesto tampoco recuerdo muy bien en qué momento la pokediversidad aumentó tanto. Es decir, a mí me tocaron los tiempos en los que Mewtwo era superpoderoso (algo más parecido a un mito) y cuando Zapdos y Moltres eran unos de los más grandes y misteriosos. Luego, a esa primera lista le sumaron otros cien y, de alguna manera, muchos tenían relación con los primeros: eran la evolución o la preevolución. Ahora con eso de las megaevoluciones el reto para los de mala memoria es aún más grande.

Por eso no dejes de ver el programa. ¡Atrápalos ya! —Sólo tienes que atraparlos ya— Hay que atrapar los Pokémon… Hemos de decir que en este país, el Pokerap al final de cada episodio, no fue la única herramienta didáctica. Para aprender, tanto nombre como el tipo, hasta los tazos aparecieron para los niños que jugaban a la salida, en el patio de la escuela, para que tuvieran algo en qué entretenerse mientras llegaba mamá por ellos.

Recuerdo que al día siguiente del estreno de la serie muchos a la hora del recreo, mientras comían su sándwich o estaban formados en la fila de la cafetería, hablaban de ese primer capítulo, intentando adivinar qué habilidad tendrían los otros. Y unos días después se hablaba de que mamá se enteró de que en el periódico relacionaron a la serie con el diablo. Seguramente algunos papás prohibieron que la hora de la televisión fuera las ocho, otros más pidieron a los niños que se alejaran de quienes la seguían viendo. Y al final, como todo ese tipo de noticias, dejó de importar y todos se apuraban para hacer sus tareas antes de que el equipo Rocket intentara llevarse a Pikachu.

Recuerdo también que mi hermano tenía un Pikachu en una especie de Tamagochi (juguetito que también estaba muy de moda). Sólo tenías que salir a caminar y él iba haciendo de todo: dormir, correr, jugar, comer. Yo creo que fue un antecesor al pokewalker, con la diferencia de que éste era independiente de cualquier juego.

Recuero los primeros títulos que salieron para gameboy: todo era cuestión de pixeles. Todos los pokémon podrían ser trasladados fácilmente a un patrón de punto de cruz, aunque quizá sea mejor el siguiente comentario:

“Mi primer experiencia con pokémon fue cuando compré la versión azul, todavía lo recuerdo: estaba en cuarto de primaria y no tenía idea de cómo funcionaba. La verdad, ese juego con gráficas tan arcaicas hacía que uno echara a volar su imaginación. Ahora con la nueva generación X y Y las gráficas se acercan mucho a lo que yo imaginaba de niño, a como imaginaba que serían las batallas pokémon” Hugo Lezama @nerdtronic.

pokemans_131Mi hermano y yo también nos dimos una oportunidad con Pokémon Snap, pero creo que lo mejor que logramos fue darnos cuenta de que no seríamos fotógrafos, aunque, para las gráficas de ese momento, era increíble emprender un viaje por ese mundo y encontrar a estas peculiares criaturas en su ambiente. Fue Pokémon Stadium uno de los títulos frente al cual pasamos varias horas de entretenimiento, entrenamiento y retos. Nunca faltaron Raichu ni Lapras en mi equipo de batalla (It’s super effective!) Y era muy divertida la clase de memoria de los Clefary o no ser un Metapod aplastado por una piedra, hasta comer un montón de sushi.

Pokémon llegó también a los juegos de mesa. Había uno en el que ibas avanzando, capturando conforme las tarjetas que ibas obteniendo. Y cómo olvidar los miles de peluches, juguetes y preguntas que saturaron las tiendas y que los papás no podían entender a la primera: ¡Qué curioso ese ratón amarillo! ¿Por qué esa tortuga tiene cañones? ¿Por qué ese globo tiene patas? ¿Cómo dices que se llama? En ese entonces era un poco más fácil decir a qué se parecían. Ahora el reto es mayor.

Recuerdo que tuve la oportunidad de jugar la versión Perla y bauticé a mi primer amigo Piplup como “Pichitu”, era lindo y con él fui recorriendo ese mundo virtual en el que todos mis amigos se desenvolvían con facilidad, mundo en el tardé bastante en adaptarme. Para ser sincera, creo que no pensaba en tener a los más fuertes, sino en los que me parecían bonitos. Sí, mala estrategia (Come back!) Así que, mi camino como entrenadora pokémon se veía reducido a ser como uno de los muchos personajes femeninos de la serie que llevaba sólo a los lindos. No tenía muchos, pero de alguna manera hice que mi pequeño equipo no fuera tan malo, aprendía las fortalezas y debilidades de mis amigos pokémon.

Con el tiempo, quizá no seguí la serie porque no tenía consola portátil, pero siempre me asombró llegar a las tiendas y ver cómo el catálogo se iba expandiendo con tal prisa. Era un hecho: estaban rompiendo muchos horizontes y le perdí la pista.

Para cuando recuperé contacto con la serie, ya era demasiado tarde. Mi memoria ya no recordaba a muchos de la primera generación como para intentar aprender los nombres, tipos y la relación de los nuevos miembros. Todo un reto para los que no seguimos en contacto (y sigue sin haber un rap para ello). Entonces el destino y mi entonces trabajo me llevaron a distribuir a Keldeo en algunas tiendas del DF. Y gracias a esto pude conocer Monterrey (¿y tú por qué hablas cantadito?).

—¿Es aquí lo de pokémon?
—¡Sí, conmigo!
—Ay, qué emocionante. ¿Y tú si sabes mucho?
—No tanto como quisiera.
—Pregúntale a mi hijo. Él lo sabe todo.
—No, señora, no sabría que preguntarle.
—¿Ya lo tienes? Ay hija, le has dado el mejor día de su vida.

 

“De alguna manera, puedes obtener otro tipo de beneficios si eres un verdadero maestro Pokémon.”

 

Durante mi experiencia, me tocó ver a grupitos de amigos que llegaban para recibir a su pokémon especial, a parejas que llegaban con sus dos versiones, a papás que llevaban a sus niños y hasta jóvenes que llegaban solos y se iban en bola por un helado después.

Lo que más me llamó la atención es que quienes respondieron a mi llamado de auxilio coincidieron en algo: la convivencia. Ya fuera en el patio de la escuela o gracias a la tecnología wi-fi incorporada a los sistemas de videojuegos portátiles, muchos fueron conociendo más personas.

“¿Qué experiencias he tenido con Pokémon? Muchísimas, la más destacada es el haber conocido a mis mejores amigos gracias al juego en línea y posteriormente en los eventos presenciales. Juntos fundamos una liga de jugadores de alto nivel representando a la web Pokémon STATS (hasta tuvimos un equipo de futbol con el mismo nombre, sí, de futbol). Nunca faltamos a los torneos y hemos logrado varios campeonatos por Wi-Fi, y siempre estamos al pendiente de todo lo que ocurre en el mundo Pokémon.” Edson Prado (@_Rose_Hood_)

Por supuesto, también asistí a un torneo organizado hace varios meses. ¡Nunca vi a tantos jugadores en un solo lugar! Y tampoco esperé moverme en una sala donde mis pasos tenían el soundtrack de la serie, más que reconocible al momento de pelear. Yo sólo iba de apoyo, pero me impresionó bastante ver a los papás que llevaban a sus hijos a competir. De hecho, los ganadores del torneo a nivel internacional de este año, cuya sede fue Vancouver, recibieron becas para sus estudios, así que, de alguna manera, puedes obtener otro tipo de beneficios si eres un verdadero maestro pokémon. Claro, cabe decir que pese a que la euforia en nuestro continente llegue a niveles altos, tampoco alcanzamos el nivel de vida pokemon de Japón, donde ser entrenador sí es una ocupación de tiempo completo y no un juego o mera diversión.

“Me encanta el tema de pokemon, no sólo como fan de la saga, sino también como espectador de una realidad que une a más de uno: el ver que aunque no son comunidades TAN unidas, poco a poco se conocen y se contactan. Esa facultad de amistar y entablar algo por un tema, por una experiencia, enriquece y te da vida (muchas vidas a decir verdad)”.
Fernando Chartt @Fer_oz_Chartt

 

“Pokémon seguirá vigente siempre y cuando se desarrolle bajo la misma línea de fomentar la interacción entre los jugadores, sin importad edad, procedencia, gustos; lo importante es que se unen en la meta de ser el mejor y compartir.”

 

“Pokémon, sin duda alguna, ha tocado la vida de muchos que, como yo, han establecido vínculos emotivos no sólo con los monstruos virtuales, los lugares, la música, los personajes; sino con todo lo que implica. Contrario a lo que se da por sentado, Pokemon no va de peleas, no va de capturar, ni de competir… El verdadero espíritu de estos juegos es compartir. Desde el inicio ésta fue la idea principal, compartir la experiencia de jugar, volver una actividad alienante en algo de comunidad. Competir, capturar, intercambiar… eso venía después, y al hacerlo, interactuabas no con el juego, sino con personas como tú, personas que se convertían en conocidos, rivales… amigos.” Armando S @Alkoriz

CrónicaPokemonPokémon no sigue vivo por agregar más nombres a la lista, ni por el sistema de juego o el modo de batallas, si puedes o no cambiarlos con más personas, si las películas siguen siendo emocionantes o por las gráficas. La serie maneja un protagonista que busca ser el mejor, meta que todos compartimos en algún área de nuestras vidas. Pero lo importante es que los personajes de la serie, tanto de anime como de los videojuegos, siempre crean un vínculo de amistad (con quienes siguen el mismo camino, se reconcilian con sus supuestos contrincantes y por supuesto, con su pokémon).

La serie presenta en cada episodio un pokémon (a veces más) en su relación con su entrenador y un problema a resolver. Sin embargo, cada uno es dotado con una personalidad y una decisión importante, en la que, de alguna manera siempre la amistad inclinaba la balanza hacia la resolución del conflicto. Piénsenlo: Nada habría pasado si a Ash no le hubiese importado Pikachu, ni habría viaje en bola, ni una relación entre los mismos monstruos de bolsillo.

Entonces, desde mi punto de vista, Pokémon seguirá vigente siempre y cuando se desarrolle bajo la misma línea de fomentar la interacción entre los jugadores, sin importar edad, procedencia, gustos; lo importante es que se unen en la meta de ser el mejor y compartir.

¿Cuál ha sido tu mejor experiencia Pokémon? Si nos la cuentas, te puedes llevar un lindo regalo:

 

¡Gana un increíble póster de la región de Kalos que tengo para ti!

1. Escribe una breve anécdota contando tu mejor experiencia pokémon de cuando eras niño (únicamente una por participante).
2. La extensión máxima es de 500 palabras.
3. No se considerarán textos con palabras altisonantes u ofensivas.
4. Considera que la ortografía es un punto importante a calificar.
5. Envía tu texto a promo@atomix.vg
6. El plazo para recibir tu texto es el 31 de octubre.
7. De resultar ganador, te contactaremos para que pases por tu premio a nuestra oficina.

Staff Atomix
Equipo de editores de Atomix.vg