PS VITA
d3t Ltd
SCEA
27/05/2014
A Rockstar North todo el mundo le debe reconocer la creación de una de las franquicias más importantes de los videojuegos. No estoy hablando de Grand Theft Auto, sino de Lemmings, que vio la luz hace más de 20 años gracias al estudio británico antes conocido como DMA Design. Decenas de ports y varias secuelas después, estos diminutos humanoides con una incontrolable tendencia suicida y falta de sentido común conservan un lugar importante en nuestro corazón.
Ahora llegan al PlayStation Vita con Lemmings Touch, que trae los niveles clásicos del juego original (que ya hemos visto incontables veces en distintas plataformas), más nuevos y divertidos mundos donde podremos interactuar con distintos elementos para evitar que mueran nuestros simpáticos amiguitos de cabello verde. Así, podremos recorrer más de 100 niveles a través de Candy Land, Space, Ancient Egypt, Crystal Caves y Fiery Hell a un módico precio de 10 dólares americanos (disponible en PlayStation Store).
Varios pasos evolutivos después llega Lemmings Touch sin alterar la fórmula clásica del puzzle. Lo más evidente es el cambio de controles físicos a táctiles, donde tendremos aun más presente la sensación de ser Dios y tener en nuestro poder el destino de las criaturas. Con tan sólo un dedo podremos manipular a nuestro antojo la cámara, los elementos interactivos y las habilidades de los Lemmings, aunque con los controles físicos limitados a pausar o adelantar el tiempo o ir al menú.
Si bien el concepto es buena idea, falla en su ejecución debido a la falta de precisión al aplicar los comandos. Los Lemmings muchas veces se encuentran muy pegados unos de otros o son demasiado pequeños para seleccionarlos con nuestros inmensos dedos. Más de 20 años de jugar este título con controles físicos son difícilmente superados por esta encantadora presentación que, por muy bien que se vea, es difícil de manipular. La manera en que funciona es la siguiente: seleccionamos un Lemming al presionar con el dedo la pantalla táctil, posteriormente se despliega una burbuja gigante que abarca casi la mitad de la pantalla con todas las habilidades disponibles, ejecutamos la habilidad al presionarla y ¡voilà! Suena sencillo, pero el hecho de ya no contar con la barra de habilidades en la parte inferior de la pantalla y tener que lidiar constantemente con la burbuja gigante de habilidades (que incluye estar abriéndola y cerrándola cada vez que queramos hacer algo) sí se convierte en una tarea frustrante, además de que los controles en general son imprecisos.
Otra de las adiciones importantes de esta nueva entrega son los Mischievous Lemmings (Lemmings Traviesos) que funcionan como “enemigos”, los cuales hay que ahuyentar o eliminar para que no lleguen a la meta al igual que los demás. Esto añade una gran variedad de posibilidades y puzzles más difíciles en los que los Mischievous Lemmings se mezclarán con los normales y harán que nos rompamos la cabeza identificando oportunidades para quitarlos del camino. Obviamente, no podremos manipularlos ni darles órdenes: queda solamente en nuestras manos el salvar a nuestros amigos y separarlos de las manzanas podridas. La franquicia toma un nuevo giro con estos malvados impostores y podría, incluso, crearse una nueva rama de gameplay solamente con esta adición que se agradece.
Al más puro estilo de juegos para dispositivos inteligentes, Lemmings es altamente social y nos invita a compartir nuestros resultados en Facebook y Twitter en cada nivel, lo que nos recuerda que, en efecto, este título fue planeado en primera instancia para otros aparatos y no para el PlayStation Vita. Tendremos varios “mundos”, que en realidad son paquetes de niveles clasificados de acuerdo a su dificultad, y dependiendo de nuestro desempeño en cada nivel, nos darán estrellas con las que iremos desbloqueando los nuevos paquetes hasta alcanzar los más retadores (¿alguien recuerda Cut the Rope?).
Siguiendo la línea de los juegos casuales para teléfonos, Lemmings Touch nos ofrece objetivos secundarios, como usar una herramienta específica, provocar un caos vial, explotar a todos nuestros Lemmings o salvar a determinada cantidad, para obtener monedas. Con el dinero podremos ir desbloqueando elementos de personalización para modificar la apariencia de las criaturas. Así, podremos cambiarles el color de cabello, la cara, el peinado y ponerles accesorios, como gafas o bigotes, lo que le da un sazón extra al aspecto visual del juego.
El juego luce bien a secas. Si bien el fuerte de la franquicia nunca ha sido lo visual, las tonalidades y las texturas llegan a ser extremadamente coloridas e infantiles, hasta el punto de recordarnos la paleta de colores de Candy Crush (de hecho el nivel “Candy Land” no está muy lejano a éste).
Cañones, trampolines, plataformas móviles y bloques gigantes estarán presentes para interactuar con ellos y así añadir un reto extra a la fórmula. ¿No quieres dejar pasar al Mischievous Lemming? ¡Aplástalo con un bloque! ¡Tíralo de una plataforma! ¡Dispáralo lejos con un cañon! Al mismo tiempo, estos elementos servirán para llevar a nuestros amigos a su destino de forma segura, equilibrando el gameplay entre las habilidades de los Lemmings y nuestra interacción con los escenarios.
Donde el juego sí peca de deficiente es en su apartado sonoro, donde simples y repetitivas melodías acompañarán de manera aleatoria los niveles, quitándole profundidad y provocando (invariablemente) que juguemos sin sonido. Se pudo haber hecho un excelente trabajo al modelar cada escenario con su respectiva música, sin embargo, existe una lista de reproducción de un par de melodías que simplemente se reproducen de manera aleatoria y en muchas ocasiones chocan con los elementos encantadores del juego.
Lemmings Touch es una recopilación de los mejores niveles de la franquicia con un lavado de cara. Si no fuera por aquellos aspectos innecesarios o mal cuidados (que en realidad nadie pidió), la adición de elementos pudo haber hecho del juego uno excelente. Se agradecen los objetos para interactuar y los Mischievous Lemmings, pero no se perdonan la música ni los controles.