
De un experimento
La era del GameCube fue una sumamente complicada para Nintendo. La generación pasada se había perdido rotundamente contra el debut de Sony con el primer PlayStation, dejando claro que el formato tradicional de cartuchos simplemente no podía seguir adelante y sobre todo, que el nombre de Mario y compañía parecían haber dejado de ser relevantes ante un mercado que más bien se inclinaba cada vez más por juegos altamente realistas. En un movimiento que cuesta trabajo imaginarse hoy en día, los también padres de Samus apostaron por una máquina sumamente potente y avanzada en términos técnicos que simplemente no pudo despegar. Justamente como parte de los múltiples intentos por mejorar la situación, se hicieron experimentos como el de Kirby Air Ride, el cual, de forma muy sorpresiva, este mismo año tendrá su propia secuela en el Switch 2.
Desde sus inicios como diseñador de personajes y de videojuegos en HAL Laboratory, Masahiro Sakurai se ha caracterizado por presentar propuestas sumamente nutridas de contenido y que busquen nuevas cosas que no se hayan hecho dentro de la industria. Justamente eso pasó en 2003 con Kirby Air Ride en el GameCube, el cual, intentó revolucionar al género de juegos de carreras, pero que por su muy corto tiempo de desarrollo, quedó como un producto con ideas a medio cocinar. Es claro que uno de los principales objetivos de Kirby Air Riders en este 2025, año de estreno de Switch 2, es el de aterrizar todos esos conceptos perdidos hace ya más de 20 años. Durante el marco de PAX West 2025, tuvimos la oportunidad de probar la nueva exclusiva de Nintendo. ¿Qué tal está y cómo es que funciona todo lo que busca poner sobre la mesa? Te lo contamos en este previo especial.
Raro y diferente
Como ya lo hemos platicado en múltiples ocasiones, nos encontramos en medio de un momento raro para la industria en donde tomar riesgos y hacer experimentos, es algo que aterra a gran parte de los desarrolladores, es por eso que cada que alguien decide dar un salto de fe hacia algo diferente, lo tenemos que aplaudir, esto bajo el entendido de que la innovación para nada garantiza calidad o buenos resultados. Kirby Air Riders toma como base lo que construyó su antecesor en el GameCube, sin embargo, agrega una enorme cantidad de ideas nuevas que derivan en un profundo y muy raro gameplay al que indudablemente tienes que acostumbrarte.
Comencemos con la pregunta más importante. ¿Qué es exactamente Kirby Air Riders? ¿En qué género lo podríamos colocar? Pues de entrada es fácil decir que estamos ante un título de carreras y ya, pero la realidad es que es más complicado que eso. Los representantes de Nintendo lo llaman “Juego de combate sobre vehículos” y a pesar de que podría sonar demasiado rebuscado el término, en cuanto empiezas a jugar cualquiera de sus modos, te puedes dar cuenta de que en efecto, la parte del combate es igual o más esencial para la experiencia que lo que es el racing como tal.
Nuestro encuentro con Kirby Air Riders fue más breve de lo que nos hubiera gustado, sobre todo tomando en cuenta que estamos ante un juego que presenta una muy marcada curva de aprendizaje. De hecho, durante nuestra sesión, se nos pidió superar algunos tutoriales para podernos familiarizar con los básicos, pues para nada hubiera sido práctico simplemente lanzarnos al ruedo así nada más, ya que incluso con la práctica, todavía me quedaron bastantes dudas sobre cómo es que funcionan algunas de sus mecánicas. Ten muy en cuenta que para nada es un título condescendiente por más que tenga todo este look inocente y muy tierno de la famosa bola rosa y sus amigos.
Dicho todo lo anterior, te cuento que el esquema de control y core gameplay de Kirby Air Riders es lo que más salta cuando le pones las manos encima por primera vez. Acá no tenemos un botón para acelerar como tal, simplemente tenemos que mover el stick de izquierda a derecha para mantenernos sobre la pista. De lo que tienes que estar muy atento es que para tomar curvas cerradas correctamente, deberás de mantener presionado B el tiempo justo. Esto hace que nuestra nave baje de velocidad y pueda cambiar de forma más abrupta de dirección y además, carga un boost que se dispara una vez que sueltas el botón. Ésta mecánica en particular se siente sensacionalmente bien y para nada se parece al power drift de Mario Kart por ejemplo, por más que pueda sonar similar.
Para ganar velocidad en cualquier carrera de Kirby Air Riders es necesario estar siempre a la ofensiva. Cuando llegues a golpear a un rival haciendo un spin attack moviendo el stick rápidamente de un lado a otro, tu nave irá más rápido para ganar lugares, igualmente si logras impactar a otro competidor luego de haber copiado su habilidad. Sí, ahora es posible copiar habilidades además de ejecutar un movimiento especial. Las carreras se sienten brutalmente caóticas y muy emocionantes, pero te podría decir que en efecto, es un sentimiento extraño por cómo es que Sora Ltd. y compañía, desechan casi por completo los conceptos ya probados dentro del género.
¿Y qué hay del modo City Trail? Pues como seguro recordarás, en la entrega del GameCube teníamos una modalidad llamada City Trail, en la cual, competías en una especie de batalla campal que te preparaba para un mini juego. En Kirby Air Riders esto está de regreso y aumentado. La forma en la que funciona es que al inicio se te coloca en una especie de mundo abierto junto con el resto de los 16 competidores. Nuestro objetivo es recolectar la mayor cantidad de upgrades para mejorar cosas como nuestra vida, potencia de ataque, velocidad de nuestra nave o su capacidad para volar.
Durante este proceso, también deberemos de evitar que los rivales consigan estas mejoras. Algo muy interesante además del claro aumento del tamaño de este mapa si lo comparamos con lo que vimos en Kirby Air Ride, es que ahora existen eventos espontáneos como un jefe al que debemos de vencer, o una carrera corta ahí mismo que tendrás que ganar. Una vez que terminan los tres minutos de “preparación”, nos aparece un mosaico en el que podemos seleccionar entre cuatro diferentes mini juegos. Dependiendo de qué mejoras obtuvimos, Kirby Air Riders nos sugerirá cuál seleccionar. Estos van desde carreras como tal, pruebas de vuelo para obtener puntos o retos de puro combate, esto claro, contra los mismos con los que estabas en el mapa abierto. Así se juegan diferentes rondas hasta definir al ganador.
Sobre todo al inicio, esta modalidad puede ser un poco caótica y si todavía no estás familiarizado con las mecánicas base del juego, puede que te sientas un poco perdido y sin saber qué hacer exactamente. Espero que esto se reduzca sustancialmente una vez que tengamos más tiempo con el juego. Igualmente te diría que el tiempo de “preparación” en el mundo abierto se llega a sentir muy extenso, creo que debería de durar la mitad; no obstante, te puedo decir que los pocos mini juegos que probamos nos parecieron sumamente creativos y muy divertidos.
¿Para quién es?
Me parece que la mejor manera de definir a Kirby Air Riders luego de este primer encuentro con su propuesta, es usando los términos “raro y diferente”. Justo como pasó con su antecesor de GameCube, Masahiro Sakurai y compañía están básicamente intentando reinventar el género de las carreras, uno de los más puros de todo el medio, esto a través de un alocado concepto que básicamente está mezclando a Super Smash Bros. con Mario Kart. Aún es muy temprano para dar un veredicto, pero parece ser que en esta ocasión que sí se tuvo tiempo suficiente de desarrollo, se está logrando.
Nos queda la pregunta de “¿Para quién es?”. La respuesta a esto es compleja, pero de entrada te diría que si estás buscando algo genuinamente fresco y diferente, acá vas a encontrar algo de mucho valor. Igualmente si eres de los que vio potencial en Kirby Air Ride hace dos décadas, te aseguro que Kirby Air Riders te encantará. Por ahora solo nos toca esperar a que esté llegando el próximo 20 de noviembre como otra gran exclusiva de Switch 2, probablemente cerrando el año debut de la nueva consola de Nintendo, misma que si de lanzamientos first party hablamos, nos parece que está teniendo un desempeño de auténtico alarido y con grandes luces de lo que será su futuro.