Los 5 peores juegos de Dragon Ball

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Juegos de Dragon Ball hay muchos, pero son contados los que han logrado destacar por su gran calidad. De hecho y cuando revisamos los títulos de la franquicia, nos percatamos de que por lo general los juegos de Dragon Ball suelen tener una calidad entre regular y mala, siendo algunos incluso pésimos. El día de hoy, haremos un repaso por cinco de los peores juegos que Gokú y sus amigos han tenido el infortunio de protagonizar y de cuyo ki dejaría en vergüenza hasta al mismísimo Yamcha. Sin más, comencemos.

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Dragon Ball Z: For Kinect

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Cuando el Kinect estaba en pleno apogeo, muchas compañías decidieron darle una oportunidad a la cámara sensora de movimiento de Xbox 360 para así realizar proyectos con los que pudieran ofrecer nuevas experiencias de juego. El problema es que la gran y amplia mayoría de esas apuestas terminaron decepcionando terriblemente; y Dragon Ball Z: For Kinect estuvo precisamente entre esos garrafales fallos.

Dragon Ball Z: For Kinect prometía ser un juego que nos pondría en los zapatos de Gokú y sus amigos y dejarnos sentir en carne propia la emoción de los combates que vimos en la serie, todo al tiempo que nos invitaba a realizar con nuestro cuerpo muchos de los ataques y movimientos icónicos de los guerreros Z. El problema es que el reconocimiento que hacía el Kinect de nuestras acciones era terrible y en pocas ocasiones lograba reproducir en el juego lo que en verdad buscábamos hacer. Además, su gameplay se tornaba rápidamente repetitivo y su poca variedad de modos de juego lo volvieron rápidamente en algo que muchos prefirieron olvidar.

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Dragon Ball Z: Taiketsu

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El Game Boy Advance fue una de las consolas que más recibió juegos de Dragon Ball; tristemente, la calidad de muchos de dichos títulos dejaba mucho a desear o, de plano, caía en lo atroz. Sin embargo, de todos ellos el que fácilmente se lleva la palmas como el peor de todos fue Dragon Ball Z: Taiketsu.

Para quienes no lo conocieron, Dragon Ball Z: Taiketsu fue un juego de peleas en 2D de cuya fórmula buscaba asemejarse más a títulos semejantes como Street Fighter o The King of Fighters que a los de la serie Budokai. El problema es que su gameplay era mucho más lento y sus controles nefastos ya que jamás reconocían a la perfección los comandos que realizábamos. Esto derivaba en una jugabilidad rota en la que se necesitaba más que sólo buen timing para tan siquiera realizar un combo simple. Aunado a ello, lucía terrible visualmente ya que combinaba escenarios en 2D con intentos de modelos de personajes en 3D.

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 Dragon Ball Z: Sagas

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Aunque el fuerte de la franquicia son los juegos de pelea, Dragon Ball también ha recibido títulos de aventura que nos llevan a revivir la historia de Gokú con una perspectiva diferente. No obstante, de todos los juegos de este tipo, Dragon Ball Z: Sagas es por mucho de los peores exponentes que hayamos visto hasta ahora

El juego consistía de uno de acción y aventura en 3D que nos llevó a recorrer las primeras tres sagas de Dragon Ball Z (hasta el torneo de Cell) con un gameplay en el que combatíamos con tres diferentes estilos. El concepto suena interesante, lo sé, pero cuando lo vimos plasmado, éste era lento, torpe y los combates distaban de ser emocionantes. Vaya, se trató de un juego que no pudo hacerle justicia a la obra de Toriyama.

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Dragon Ball Z: Battle of Z

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Dragon Ball Z: Battle of Z es el claro ejemplo de cómo no levantar hype con un juego de Dragon Ball. Éste consistió de un título de combates en 3D con un fuerte enfoque en los combates por equipos y en el que se aseguraba que viviríamos batallas campales impresionantes. Paras nuestra desgracia, al final terminó convirtiéndose en algo totalmente diferente: en un proyecto incompleto en el que la inteligencia artificial de nuestros compañeros de combate era nefasta y cuyo apartado multiplayer no pudo transmitir esa emoción de peleas entre bandos que tanto pregonaba.

Es más, cómo habrá estado de incompleto e incómodo el gameplay que, ya cerca del lanzamiento del juego, se optó por promocionarlo como el primer juego en el que Bills, el dios de la destrucción, y Gokú en su fase de Dios Super Saiyajin aparecerían como personajes controlables. Por lo visto, ni siquiera los dioses lo salvaron de caer estrepitosamente.

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Dragon Ball Evolution

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Ya por el solo nombre te vas dando una idea de lo horrible que está el juego. Dragon Ball Evolution fue un fiel reflejo de lo nefasto que de por sí ya era su contraparte en cine: fue un título de peleas basado en la terrible adaptación live-action de la Fox en el que tomábamos el control de los mismos personajes del film. Obviamente todos ellos peleaban acorde a sus versiones de la película, lo cual provocaba que se omitiera cualquier tipo de referencia a la serie original.

Siendo honestos, el gameplay de Dragon Ball Evolution era funcional y dejaba disfrutar de combates veloces. El problema de esto es que no ofrecía nada que lo hiciera alzarse tan siquiera como un juego de peleas decente y sus errores pronto lo hacían ver como una propuesta genérica. Además y si somos estrictos con la propia serie, éste jamás se sintió como un juego de Dragon Ball en sí… ya sabes, como la película misma.