La semana pasada el tema en la comunidad internacional era el problema de las visas para algunos exponentes de GDC. Algunos de ellos denunciaron de forma pública en medios de todo el planeta la aparente discriminación que sufrieron por provenir de países que la administración Trump no considera amigos. Esto toma sentido cuando sabemos que dichos expositores pretendían tener una mesa de diálogo sobre el impacto social y la representación de las minorías en el videojuego, a saber, el juego como arma de difusión masiva. La razón por la cual abstuve mi opinión fue por la falta de información y sobre todo porque es un tema que ya había sido cubierto de manera suficiente… así que ya sólo daría vueltas en lugar de aportar algo.
Esa imposibilidad me llevó a sentarme en el sillón a disfrutar de un juego que había descargado unos días atrás. La verdad es que postergaba el jugarlo ya que sentía que sería toda una experiencia digna de disfrutar sin nada que me interrumpiera… Y ¡Cuánta razón tenía mi corazonada! Lo que estoy por contar es la historia de un título que merece más atención y que cumple con creces cualquier expectativa. Así comencé a escribir el borrador de este texto pero entre la caída de la selección nacional y lo aburrido de dicho partido mi mejor opción fue dormir y no seguir hasta los días feriados.
The Last Day of June está desarrollado por el estudio Ovosonico (Italia) publicado por 505 Games y fue lanzado el 31 de agosto de 2017 increíblemente a meses de su anuncio, que se dio en mayo de ese mismo año, y remarco lo sorprendente de esto ya que el juego cuenta con unas gráficas de muy alta calidad y que se convierten en parte de la narrativa pues no pudieron encontrar mejor diseño que el que tiene el título. Uno que nos hace sentir como en un verdadera tarde de junio, una de ésas donde todo es tan calmo. Tan cálido.
La historia se centra en un matrimonio, el de Carl y June; ya por acá podemos empezar a ver el juego de palabras entre el nombre de ella y el del título, el cual tiene un evento fatídico digno de una tragedia griega. La forma de comenzar este articulo no es azarosa como sí lo es el tema del que toma parte el juego, sin ánimo de pretensión comencé este escrito con cosas que a simple vista son inconexas pero que al final llevan a una sola resolución que fue encontrarme con este hermoso juego… quizás si hubiera hablado de Trump hace una semana nunca habría conocido la obra de Massimo Guarini, director del juego.
Cuando las condiciones iniciales de un evento no dan resultados similares en tiempo hablamos de sistemas caóticos y de la famosa teoría del caos, que en ámbitos más allá del de las ciencias exactas también se estudia como las condiciones de posibilidad de existencia. El ejemplo más claro lo pudimos ver en la película The Curious Case of Benjamin Button,(2008), donde se da una explicación larga de cómo todos los factores posibles e imaginables intervienen de un hecho final que no podría ser como es dos veces. De eso se trata The Last Day of June, a saber, de cambiar todos los factores posibles hasta intentar encontrar la forma en la que el hecho base cambie para evitar la tragedia.
Esta teoría también se explica en el famoso efecto mariposa, que dicta que el aleteo de uno de estos animales en una parte del mundo genera un tornado en otro punto distante. La forma más compleja de ver cómo todo está relacionado se encuentra en el Rizoma de Gilles Deleuze y Félix Guattari, el cual aborda toda clase de temas y los relaciona de las formas más increíbles posibles, ya que de hablar de temas geofísicos podemos llegar su impacto en temas médicos, como si todo fuera una red en la que todos los puntos afectan al desarrollo de los eventos que en ella suceden.
En The Last Day of June vemos una de esas historias que pudieron haber sido pensadas en la tragedia clásica pero que también existen en la actualidad. Pensemos que cualquiera de nosotros logra el trabajo de sus sueños, la paga ideal, una familia, perros e hijos, tal y como dictan los cánones del capitalismo, entonces de pronto un dolor le aflige y descubre que tiene una enfermedad terminal que le deja pocos días de vida. Es una situación fuerte en la que replantearíamos el valor de lo conseguido y si la existencia tiene un alguna clase de valor, pues al final todos terminamos muertos. Pero no demos aquí mucha vuelta que el valor de la existencia se encuentra en la experiencia estética, en buscar y crear los momentos que hagan vibrar a nuestro ser.
En el juego tomaremos distintos roles, para ser especifico tomaremos cinco, no todos a la vez sino que tendremos la opción de primero ver la perspectiva desde un personaje que en apariencia no tiene injerencia directa sobre la historia principal y ver cómo un pequeño cambio en su día también cambia la historia del universo de eventos alrededor. Entonces hacemos ese cambio y vemos cómo todo se transforma y ocurren cosas distintas… pero no es tan simple sino que tendremos que acomodar cuatro de las historias para evitar la tragedia y también para llegar al punto máximo de la narrativa del juego, a saber, la quinta perspectiva que sería la más simple y a la vez la más inevitable.
Cada una de las perspectivas tiene un desarrollo de personaje muy profundo y te hace entender lo que siente el personaje que ahora eres… lo vuelve humano y sensible. Mortal. Quita el velo de la ciencia ficción en la que el individuo viaja al pasado para cambiar eventos por sí mismo. Aquí de lo que se trata es de ver como hasta el jugueteo de un perro distraído puede generar un impacto sobre la vida y hacer que la historia sea diferente. La mecánica de estas regresiones en otras personas es fantástica y muy novedosa, pues no recurre a la regresión inducida que se ha visto en juegos como Halo:ODST en la que sólo vivimos lo que ya pasó para ir completando el rompecabezas… aquí lo vivimos y lo ajustamos hasta el punto de cambiar la historia.
Un gran acierto es darle un sentido a estas regresiones de algo más personal. Algo privado. Dichas vueltas en el tiempo se dan mediante pinturas que realmente le significan dolor y recuerdos de amor a Carl, esto nos dice mucho sobre el desarrollo pues al final lo que más desea es transmitir todas las emociones del amar. Cuando sea ama se sufre, y no es la frase que dice la abuela o los amigos cuando nos ha ido mal, porque el amar es sentir preocupación por lo amado. Tiene todos los momentos: el momento dulce y tierno, el momento doloroso y el de la frustración. Yo sé que quizás la explicación de amor que he dado aquí no es suficiente y se puede decir más desde otras perspectivas que me gustaría leer en sus comentarios. Pero podemos dejar esto como mera opinión y después armar una borrachera tipo El Banquete escrito por Platón. Una vez escrito mi mal chiste podemos seguir.
Y volviendo a lo de la teoría del caos también he de aceptar que en las últimas dos semanas me puse más receptivo con estos temas, ya que en una sola tarde vi The End of F***ing World y me gustó que al final todo se trataba sobre el aprender a amar y entenderse a sí mismo. De nuevo remarco que no tengo afán de pretensión cuando escribo, sólo pongo estas pausas para tratar de hacer notar un poco el azar detrás de las cosas.
Al final de The Last Day of June ya estaba maravillado con la narrativa, el tempo y la música del juego. Sin duda es una experiencia que vale mucho la pena vivir y aquellos que estén enamorados o tengan roto el corazón sin duda es un deber el probarlo porque los conmovería aún más. Aunque la música es perfecta he hecho una pequeña lista para acompañar esta publicación y el juego.