Admiro mucho a Gearbox. No sólo tuvieron las agallas de rescatar de la no publicación un título como Duke Nukem Forever, sino que son unos estupendos desarrolladores. Pero no me crean: corran a comprar la edición del año de Borderlands y juéguenla hasta hartarse. De todas formas no hay mejor calentamiento para Borderlands 2.
Solemos quejarnos de la falta de originalidad en la industria, pero —al mismo tiempo— negamos la oportunidad que merecen otros títulos de entretenernos. Hoy los invito a despojarse de sus pesados prejuicios y darle una oportunidad a Borderlands 2. Sigan leyendo.
Ocurre esto: Borderlands 2 ganó y fue nominado tanto por “Mejor FPS del E3 2012” como por “Mejor RPG del E3 2012”. ¿Qué deberían pensar los fans a morir de alguno de esos dos géneros? ¿Al adquirir Borderlands se llevan a su casa un frenético FPS o un meticuloso RPG? La respuesta es ambos. Entusiastas de Call of Duty, debo decirles algo: Borderlands es un excelente FPS; fanáticos de Skyrim, confieso que Borderlands es un magnífico RPG. La esencia de los juegos de rol radica en la capacidad del jugador para asumir un papel y representarlo en el juego; el punto central de un FPS consiste en qué tan divertido es apuntar y disparar a los objetivos. Borderlands 2 cumple cabalmente con las dos características.
Hace unos meses, tuve la oportunidad de jugar el modo cooperativo de Borderlands 2. Recuerdo que mi compañero me dijo, al terminar el demo, que le había parecido repetitivo. Respondí: no sé tú, pero yo me divertí mucho encontrando combos distintos con mis habilidades. La mentalidad con la que debemos aproximarnos al juego de Gearbox no puede ser una de FPS o de RPG. En esta época de mezcla de géneros y formatos, hay una imposibilidad de definir claramente la esencia de un título determinado. Mientras que “First Person Shooter” literalmente significa “juego de disparos en primera persona”, “RPG” es todavía más vago. En todos los juegos asumimos un rol. ¿Existe entonces una distinción formal? Todos los juegos utilizan fórmulas y números para definir parámetros. Exponerlos al jugador no convierte al juego automáticamente en un RPG.
Tal vez una buena línea de distinción sea si hay una capa de atributos entre la habilidad del jugador y otras dinámicas. En términos prácticos, y como comentábamos en un Atomix Live, en Fallout 3 no importa qué tan buena sea tu puntería o si disparas a medio centímetro de un enemigo, si los números del sistema de combate no te favorecen, puedes fallar tu disparo. Borderlands 2 aprovecha un complejo sistema de personalización de armas y de atributos para los personajes, pero, a fin de cuentas, la habilidad del jugador es la que determina si un disparo impactará o no al enemigo. Ahora bien, tengo entendido que los disparos críticos no dependen del lugar en el cuerpo del oponente al que atines, sino de ciertas habilidades y del azar inducido por el propio sistema. Lo anterior nos lleva a replantearnos fuertemente si son arbitrarios o no los géneros que utilizamos para agrupar los videojuegos.
Dejemos esa discusión para otro momento. Seguramente están leyendo esto porque quieren saber qué tan bueno es Bordelands 2. Respuesta corta: es increíble y deberían estar muriendo por jugarlo. Respuesta larga: todo lo que viene a continuación.
Para comenzar, ya había señalado que es un excelente FPS. El esquema de control funciona estupendamente y la sensibilidad de la mira y el movimiento del personaje están bien calibrados para permitir tanto precisión como respuesta rápida. Luego del tremendo avance que ha tenido este género desde Call of Duty 4: Modern Warfare, es raro ver FPSs que no tengan un control perfecto. El área de avance entonces se ha desplazado a elementos ajenos al sistema de juego como la trama, las cinemáticas, el presupuesto de mercadeo, etcétera. Sin embargo, Gearbox apostó porque ese extra fuera un profundo diseño de armas y de personajes. ¿De dónde extrajeron la inspiración? De varios recursos empleados por los RPGs: personalización de armas, árboles de habilidades para los personajes, marcadores visuales numéricos de daño, un sistema de experiencia y niveles, atributos distintos, clases, etcétera.
Gearbox ya señaló que en Borderlands 2 se enfocarán más en el aspecto RPG del título. No se preocupen, una buena habilidad con los controles seguirá siendo un factor determinante para su éxito. Sin embargo, todas esas dinámicas típicas de los RPGs (subir de nivel, especializar un personaje, personalizar armas, etcétera) tendrán una mayor relevancia. Un buen guión no es característica exclusiva de los RPGs, pero eso no quiere decir que Borderlands 2 no sea excelente en este ámbito. Claptrap es tal vez, junto con GLaDOS, uno de los robots más entrañables de esta generación. Para muestra este tráiler:
El mundo abierto del primer Borderlands era más bien una serie de áreas conectadas por caminos. Para la segunda entrega, Gearbox se ha encargado de mostrarnos en cada tráiler un mundo abierto y expandido. Aunque lo que he podido jugar transcurrió en un escenario cerrado, pues se trataba de cooperativo, podemos esperar ambientes mucho más abiertos y variados. El árbol de habilidades también recibió mejoras sustanciales, pues las distintas ramas tienen una relevancia real en las dinámicas del título. Dos personajes de la misma clase pueden tener estilos de juego muy distintos según las habilidades que tengan. A lo anterior sumen un sistema de armas que permite combinaciones infinitas.
En conclusión, mi emoción por Borderlands 2 está relacionada con el profundo sistema de personalización para las clases y su supremo esquema de control. Lo mejor de dos mundos en un sólo paquete con cell shading y un guión estupendo: eso es la nueva creación de Gearbox.