El miedo forman parte de la naturaleza humana y, como tal, existe en todos y cada uno de nosotros. El cine ha aprovechado este temor como combustible para crear grandes películas, las cuales venían de la transición hacia la ficción de los años 60 y 70 tras la época de plata del género con los viejos monstruos de Universal. Tras el nacimiento de los videojuegos, las grandes productoras notaron el potencial de las consolas y arcades para hacer llegar sus productos a un público que sentía la necesidad de vivir sus pesadillas en casa. Así, cualquiera que haya sido niño en los años 80 y 90, pudo disfrutar de estas entregas desde su sala, algo que vamos a revisitar en esta ocasión.
Lanzado originalmente en 1992, el juego estaba inspirado en la película de David Fincher, en lo que sería un shooter side-scrolling con elementos de plataformas que marcaría a una generación. Si bien muchos recordamos en nuestra región su edición para NES, se creó para SEGA y su Master System, con versiones para el Genesis e incluso el Commodore 64. En cuanto a su dificultad, era un título que guardaba semejanzas (con sus propias proporciones) respecto a entregas como Contra, pues nuestro personaje, Ripley, no tenía más que sobrevivir y destazar a un montón de xenomorfos.
Volvemos a la época de los 8-bit en el Atari 2600 o, más o menos. La historia nos dice que el juego sufrió de un proceso tortuoso en el desarrollo, pues aunque se había inspirado en la película de 1984, Atari estaba en un momento crítico en el que luchaba por mantenerse a la vanguardia, algo que hizo que se lanzaran dos versiones distintas del juego. La original, para el Atari 2600, se retocaría y funcionaría de una manera ligeramente diferente en la de Atari 5200, aunque con una mecánica básica: evitar que el Mogwai no comiera más hamburguesas.
La nostalgia suele nublarnos la vista, especialmente cuando somos jóvenes o muy niños; este título para NES es considerado uno de los peores de la historia y es muy seguro que todo el que haya crecido en los años 90 lo jugó al menos una vez. El objetivo era simple: vencer tres veces a Jason Voorhees cerca del Crystal Lake, mientras utilizabas a uno de los chicos en el campamento.
Aunque también fue desarrollado para el NES, lo cierto es que apenas y tenía similitudes con la franquicia de películas que recién iniciaba su legado en la década de los 80. El equipo elegido para este proyecto fue nada menos que Rare, sí los creadores de Perfect Dark y Banjo-Kazooie, en el cual cambiaron las reglas de la película: aquí, tú y un grupo de jugadores debían incinerar los restos de Freddy Krueger para terminar definitivamente con él.
La franquicia iniciada por John Carpenter tuvo un camino accidentado con el paso de los años, pero en el caso del videojuego, el terror de Michael Myers no resonó tanto como muchos esperaban. Pero con el éxito de la película de 1978, crear un videojuego era el siguiente paso lógico. De nuevo, no nos vimos en la necesidad de tener una calca de lo que vimos en la pantalla grande, pues en el papel de una niñera, teníamos que proteger a varios niños de las garras del asesino de la franquicia en esta edición para el Atari 2600.
Los videojuegos violentos siempre han causado revuelo, así que cuando salió la película The Texas Chainsaw Massacre a mediados de la década de los años 70 y se iniciaba la diversificación en el entretenimiento electrónico, el público no aceptó de muy buen modo esta adaptación. Como un producto que nacería entre la primera y segunda película, es considerado uno de los primeros títulos de horror en la industria y que pone al jugador en un rol activo; en efecto, teníamos que controlar a Leatherface en su búsqueda por asesinar a otras personas.
Una de las entregas que menos se mencionan es la de la película Arachnophobia, lanzada en 1990 y que tampoco se salvaría a la hora de tener su propio videojuego. La película puede ser perturbadora (especialmente para todo aquel que no tolere a estos artrópodos) pero en el ambiente de los bits, los jugadores no teníamos más que ponernos a exterminar decenas de arañas. Así, Arachnophobia no era más que un shoot ’em up, con varios escenarios, que llegaría a uno de los antecedentes de la PC, el MS-DOS y sistemas como el Commodore 64.
Casi como una respuesta a Alien, Predator (o Depredador) iría de la mano con la acción, ciencia ficción y terror en el que la humanidad se vería acorralada por un acechador casi fuera de nuestro alcance. Pese a que la franquicia no gozó del mismo éxito comercial en los videojuegos, sí ha tenido muchas entregas con el paso de los años, especialmente en los 90 con el auge de las películas de acción con actores de la talla de Arnold Schwarzenegger. ¿Qué recordamos de este título? La acción descontrolada en su shooter side-scrolling para Amiga, NES, Commodore 64 y más.
Otra de las curiosidades perdidas entre el enorme catálogo del NES, el cual simplemente era una especie de Castlevania bajo la piel de Frankenstein. En el título desarrollado por el equipo Tose, a quienes se les atribuye la franquicia de Game & Watch, no teníamos más que atacar a todo el ejército de monstruos que la creación del Dr. Frankenstein había traído consigo y, si bien se combinan aspectos épicos, pinta más en la fantasía de Konami que en otro título en específico.
Otro título que se roba el concepto de Castlevania, pero que cambió debido a que llegó a muchísimos sistemas y adoptó diversas mecánicas de juego, así como presentaciones visuales. Las versiones más recordadas sin duda son las de el SEGA Genesis y el SNES, que eran prácticamente las mismas; aquí, nuestro personaje (Jonathan) tenía que enfrentarse al malvado Drácula en una batalla final. Al igual que Castlevania, existen ciertos elementos de plataformas y mejoras de armas.