PS4, XBOX ONE, PC
PS4
Blind Squirrel Games
2K Games
13/09/2016
El concepto de reeditar videojuegos para lanzar supuestas versiones mejoradas de ellos varios años después de que su primera edición vio la luz del día, es una práctica que tiene más tiempo en la industria de lo que muchos se podrían imaginar. Desde haber porteado grandes clásicos del arcade a consolas como el Atari 2600 o NES, hasta las remasterizaciones HD que vemos actualmente, este tipo de actividades seguirán su curso dentro del medio con todo y esa resistencia por parte de un sector mucha veces mal justificada. Para fortuna de todos los que amamos con locura el trabajo de Ken Levine, BioShock: The Collection es un producto que respeta a las obras originales de una manera muy especial.
Dicho trabajo de curación no podía ser llevado a cabo por cualquier estudio por más que éste tuviera experiencia remasterizando este tipo de contenido. Por tal motivo, 2K decidió que alguien de su propia casa se hiciera cargo de tan importante trabajo. Los elegidos fueron los de Blind Squirrel Games, desarrolladores que tuvieron una muy activa participación en la construcción de BioShock Infinite al lado de Irrational Games y que como te comentaba, fueron sumamente respetuosos al momento de retocar cada uno de estos tres juegos que tanto nos marcaron. Casi en cada esquina de BioShock: The Collection se respira perfección y amor por este increíble universo.
Cuando la generación pasada de consolas tuve la oportunidad de jugar esta maravillosa trilogía, entendí de nueva cuenta que al final, los grandes videojuegos tienen que ver con los sentimientos que nos generan al momento de recordarlos. Justamente, creo que BioShcok y todo lo que se desprende de ella, tiene que ver con las sensaciones tan intensas que se producen cuando recorremos los pasillos de estas dos ciudades imposibles, algunas de ellas agradables y otras no tanto pero al final, todas ellas fáciles de distinguir y muy placenteras en su propia forma.
Soy de los que no tienen ningún problema con las reediciones de juegos siempre y cuando tengan una razón de ser, pues pienso que no tiene absolutamente nada malo que más personas pueden tener experiencias que se perdieron en su momento o por qué no, que tengamos la oportunidad de revivir algunas de que disfrutamos mucho. Por tal motivo, cuando BioShock: The Collection fue anunciada, no pude evitar sentir un hueco en el estómago ante la posibilidad de revisitar Rapture y Columbia en sus mejores versiones.
Escuchar de nueva cuenta la voz de Andrew Ryan dando una introducción de su complicada filosofía en la creación de esta sociedad utópica en una impresionante ciudad en el fondo del mar, es sin duda, uno de los mejores momentos que he pasado con un videojuego en este 2016, esto sin mencionar que regresar a Columbia y escuchar de fondo “Will the Circle Be Unbroken”, me puso de nueva cuenta en medio de uno de los momentos más especiales en toda mi vida como consumidor de este medio.
Antes de pasar a contarte qué tanto se le hizo a los tres juegos de esta serie, te comento que BioShock: The Collection incluye BioShock, Bioshock 2 con sus dos DLC y BioShock Infinite igualmente con sus DLC. Además, se incluyen un par de extras bastante interesantes de los que te hablaré un poco más adelante.
Cuando hablamos de remasterizaciones de videojuegos modernos, nos tenemos que ir con bastante cautela, pues la realidad es que a lo largo de los últimos años, hemos visto como es que varias veces, se le ha faltado el respeto sin ninguna clase de problema a grandes títulos. Por fortuna, 2K eligió muy bien y el resultado final de BioShock: The Collection es muy destacado por dónde se le mire.
Lo mejor será hablarte primero del juego al que sin duda alguna, más trabajo se le metió. Al ser una entrega que se lanzó en 2007, el primer BioShcok sí necesitaba de una buena manita de gato para poder lucir actual. Desde que sales del agua con Jack tras el accidente aéreo con el que arranca el juego y volteas a ver el famoso faro, te puedes dar cuenta de que en efecto, la gente de Blind Squirrel Games pasó una muy buena cantidad de tiempo rehaciendo texturas, iluminación y hasta polígonos.
Mi sorpresa fue aún mayor cuando por fin entré a Rapture. Es increíble lo bien que luce esta ciudad submarina gracias al trabajo de verdadera remasterización que se le hizo. Ver los rayos de luz entrando por esas ventanas gigantes, los letreros neón y en general, todo el art deco, es una maravilla que le llenará el ojo a cualquiera. Otra de las cosas que más me llamó la atención fue que claramente se retrabajó la mezcla de sonido, logrando un ambiente aún más profundo y tétrico que el que vimos en la versión original del juego. No notarás que BioShock es un producto que se lanzó hace casi una década.
Por su parte, BioShock 2, título que vimos en 2010, recibió también trabajo de reconstrucción en muchos de sus assets, pero por alguna razón, esto no es tan notable como lo que pasó con su antecesor. No me mal interpretes, este juego luce muy bien dentro de BioShock: The Collection, sin embargo, me queda claro que la verdadera prioridad del equipo a cargo de la remasterización, era la de hacer que la primera entrega de la franquicia luciera lo mejor posible, esto claro, sin descuidar a esta segunda parte que para muchos, no está a la altura de su antecesora por la falta de profundidad narrativa, con todo y que sus mecánicas como FPS fueron mejoradas sustancialmente.
Antes de pasar al que para algunos de nosotros, es la verdadera joya de la corona, tenemos que tomar en cuenta que en realidad, BioShock Infinite es un juego bastante actual, al cual, lo vimos siendo estrenando hace tan sólo tres años. Por tal motivo, se decidió que la versión de éste dentro de BioShock: The Collection, fuera la de PC con sus atributos en las especificaciones más altas. Si fuiste de los que jugó este título en Xbox 360 o PS3, notarás de manera inmediata el fuerte cambio visual gracias a su impresionante iluminación, finas texturas y envolvente mezcla de sonido. Si lo consumiste en su momento en una computadora capaz, tal vez sólo notes que ahora corre un poco más suave.
Muchos se están quejando de que prácticamente todos los esfuerzos de Blind Squirrel Games se fueron en arreglar BioShock como si esto fuera algo malo. Creo que sin duda alguna les faltó checar con más detalle la también evidente remasterización que se hizo con BioShock 2. Por su parte, BioShock Infinite es un juego que en realidad, no necesitaba de grandes arreglos, pues su inigualable dirección de arte jamás se verá fuera de contexto por más que pasen los años.
Todos sabemos que una de las cosas más importantes de cualquier remasterización es el apartado visual, el cual, llega con algunos costos técnicos que el estudio que está haciendo la curación, debe de sortear muy bien para entregar un producto verdaderamente digno. Es un placer poderte decir que cada uno de los tres juegos que vienen dentro de BioShock: The Collection, corren sin ninguna clase de problema, al menos en su versión de PlayStation 4.
Al igual que me sorprendí al ver la nueva cara de Rapture en el primer BioShcok, no pude evitar sentir asombro cuando me di cuenta de que el juego se desempeñaba sin ninguna clase de problema a 60 cuadros por segundo, esto claro, mientras que sus bellas gráficas se despliegan ante ti a una resolución nativa de 1080p. Lo anterior, por supuesto que no sólo mejora la experiencia en el apartado visual, pues gracias a su gran performance técnico, el gameplay se vuelve más preciso y dinámico.
Tanto la resolución nativa, como los cuadros por segundo constantes que te acabo de describir, aplican para las versiones de BioShock 2 y BioShock Infinite que vemos dentro de BioShock: The Collection. Evidentemente, este hecho es los suficientemente sólido para decir que en efecto, estamos frente a las mejores versiones de estos tres juegos.
Cuando se nos habla de una colección que hará tributo a una trilogía tan importante como lo es BioShock, para muchos de nosotros resultó inevitable pensar en el contenido extra que se nos estaría entregando además de cosas como los DLC o expansiones.
El primer BioShock cuenta con algo muy interesante llamado Museum of Orphaned Concepts. Este espacio virtual que podemos explorar en una vista en primera persona, justamente es un museo en el que se exhiben varios modelos que fueron recortados o modificados de la versión final del juego. Lo mejor es que cada uno cuenta con una explicación bastante detallada de por qué es que se decidió hacer el cambio y las implicaciones que esto tuvo. Sin lugar a dudas, oro molido para los fans.
El segundo y creo yo, más interesante extra de BioShock: The Collection, es un documental llamado Imagining BioShock dividido en varias entregas que se desbloquean al encontrar unos videos en el primer juego de la serie. En estos, Geoff Keighley, reconocido periodista de videojuegos, se sienta con el mismísimo Ken Levine y Shawn Robertson ha charlar sobre todos los conceptos e ideas que hubieron en la creación de este universo que tanto nos ha maravillado.
Puede que la cantidad de verdaderos extra dentro de BioShock: The Collection no sea tan extensa como a muchos nos hubiera gustado, no obstante, creo que este par de adiciones están muy bien logradas y se disfrutan enormemente cuando estás tan interesado en el trabajo de alguien como Ken Levine. Si eres de estos, seguro que sólo este elemento será suficiente para que te intereses en la colección.
Desgraciadamente y por más que la he estado disfrutando, BioShock: The Collection no se salva de haber cometido un par de pecados que la verdad, me parecen sorprendentes, pues saltan la vista de manera inmediata, esto claro, sin arruinar la experiencia ni mucho menos, tan sólo la mantienen al margen de la perfección.
El primero de ellos es que los logotipos de inicio de BioShock 2 y BioShock Infinite, están a una resolución bastante menor a la que deberían, luciendo borrosos y lejos de la definición que esperaba. Mismo caso del cinemático de introducción del segundo juego, el cual, al no estar en tiempo real, fue dejado en su resolución original, asunto que por supuesto, lo hace ver bastante mal. Todo lo anterior se te olvida cuando ya estás dentro de ambos juegos.
Otro detalle que muy probablemente sea solo una nimiedad, es que cuando entras a alguno de los juegos desde el menú principal, ya no hay marcha atrás si quieres saltar a otro de ellos. Es necesario cerrar la aplicación y volverla a abrir para poder acceder a una parte diferente de la BioShock: The Collection. Asunto minúsculo, pero que creo, valía la pena mencionar.
Afortunadamente, los detalles negativos de BioShock: The Collection están apartados de temas de performance o estética dentro de los juegos. A pesar de esto, no pude evitar sentir algo de frustración, pues son elementos que se pudieron haber arreglado de manera bastante sencilla para que pudiéramos haber hablado de un producto verdaderamente impecable en todo sentido.
Las razones por las que podríamos decir que los videojuegos son en realidad, el medio de entrenamiento definitivo, son por demás variadas. Creo que una de las más importantes es que son obras que nos dejan participar de manera directa en su narrativa, asunto muy especial sin importar qué tan simple sea esta historia. Además de contar con mecánicas de juego sólidas, cada una de las entregas de BioShock te sumergen en una atmósfera increíblemente profunda que muy pocas veces nos toca vivir. Sabiendo todo esto perfectamente, BioShock: The Collection se convirtió en el tributo que los fanáticos estábamos esperando con tanto deseo.
Por supuesto que al final, BioShock: The Collection no es perfecta ni mucho menos, sin embargo, podemos decir sin ninguna clase de problema que es algo que guarda mucho respeto por las obras que esta interpretando, dándoles un toque de frescura que las hace sentir como si hubieran sido lanzadas hace tan sólo unos meses. Probablemente me falten palabras para seguir expresando lo importante que es esta serie par el medio y lo mucho que te la recomiendo si es que nunca le has dado la oportunidad. Ahora, nos toca esperar para ver cuál será su futuro tras la más que lamentable desaparición de Irrational Games.