Bioshock Infinite: Trascendiendo

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“Somos del mismo material del que se tejen los sueños…” – William Shakespeare

Como estudiante de artes, una de las primeras enseñanzas que recibí fue también una de las más importantes: En las bellas artes, todo existe por una razón. Debido a ello, existen en ellas “capas de profundidad de interpretación”.

¿Qué significa esto?

*Pongan play a la siguiente pieza para acompañar su lectura. *

La obra en cuestión puede interpretarse y gozarse a varios niveles; empezando en un nivel superficial, en el que escuchamos a Bach y movemos el pié al ritmo del compás, hasta penetrar en los lugares más secretos e íntimos del alma humana, en el que escuchamos a Bach y nos preguntamos ¿qué somos? mientras lloramos por veinte minutos.

Aquí estoy hablando de dos extremos dentro de los cuales existen infinitas posibilidades de comprensión. A menudo no somos capaces de apreciar cada detalle, pero ahí están, esperando a ser entendidos. BioShock Infinite es una obra de esta altura.

De aquí surgen dos preguntas: ¿Cómo alcanza BioShock esa profundidad y cómo hago YO para entenderla y disfrutarla?

La respuesta es en apariencia sencilla, y eso es lo bello: en las bellas artes, todo existe por una razón. No hay detalle en BioShock Infinite que esté ahí porque sí. Todo es un trabajo arduo con propósitos clarísimos, y cada elemento con el que te encuentras es un pequeño escalón que te facilita alcanzar la cima. Allí podemos apreciar el panorama desde el mayor nivel de entendimiento posible. Aquí la cuestión es, al jugar ¿estás subiendo los escalones, o estás caminando por el camino recto?

Cada escalón que subo lo hago con una pregunta: ¿por qué?
¿Por qué estoy escuchando un arreglo de “God Only Knows” de los Beach Boys? ¿Por qué entro a un jardín escuchando “Aria en la cuerda de Sol” de Bach?
¿Por qué ese par de hombres curiosos me piden que lance una moneda al aire y escoja un lado?
¿Por qué uno de ellos carga un pizarrón en donde sólo tiene marcado “cara” con respecto al resultado de lanzar la moneda?
Estén seguros de que todas estas preguntas llevan a una respuesta cuyo resultado será que te digas a ti mismo “Ken Levine, maldito genio”.

Volvamos brevemente al ejemplo de Bach.

¿Por qué está su música dentro del juego? ¿Por qué en ésta parte precisamente? ¿Querían simplemente música clásica para ambientar su jardín? ¿por qué no Mozart? ¿o Beethoven? ¿o Debussy, o Brahms, o Tchaikovsky? No sabemos la respuesta, pero podemos acercarnos a ella fácilmente si conocemos la obra de Bach. Él era un hombre sumamente religioso, y pese a que esta pieza le fue encomendada por el príncipe Leopold de Anhalt-Köthen, Bach siempre, sin omisión, compuso para la gloria de Dios. Bach es uno de los compositores más profundos, pues él nunca se interesó por ser popular. No fue un compositor reconocido mientras vivió, y su música siempre estuvo fuera de moda. Todo esto precisamente porque utilizó su impresionante dominio del lenguaje musical exclusivamente para componer música que fuese bella ante los ojos de Dios. Tarea colosal, si me preguntan. ¿Cómo haces que algo sea bello a los ojos de Dios? ¿qué es lo que le vas a decir? ¿qué armonía usarás para comunicárselo? ¿qué instrumentación es la correcta? ¿qué motivos ritmico-melódicos aluden a Dios y te ayudarán en esta tarea? Todas estas preguntas, entre miles de otras se hizo Bach, y por eso su música trasciende al tiempo. Empieza a parecer un poco más relevante la aparición de esta obra aquí, ¿no?

Bioshock Infinite es una obra de esa altura. Si algo aparantemente tan insignificante como música de fondo en una habitación tiene tanto peso narrativo y produce tanta inmersión, ¿qué otros cientos de cosas no se ocultarán en este rico universo? Por eso existen capas de profundidad de interpretación en BioShock, porque es un juego en donde el jugador posee un papel importante en la obra, y conforme el jugador madura (conoce), el juego también “evoluciona” para él.

BioShock Infinite es un juego que recompensa, entre otras cosas, la contemplación, la cultura, y el pensamiento. Columbia es tan detallado, estudiado y pensado, que es una ciudad virtualmente viva. Existe, y no hay momento en donde no se esfuerce por mantenernos atrapados en esa ilusión. La gente viviendo el jolgorio de las festividades, los carteles anunciando productos o alguna propaganda, los niños fumando en una esquina en donde nadie los ve, los radios que comentan las noticias y les acerca la música a la gente, el cuarteto de coristas que viaja de lugar a lugar alegrando a la gente con la que se encuentra.

¿Alguna vez han tenido un sueño en donde despiertan tristes, enojados, o contentos? el sueño pudo no haber sido real, pero la emoción que te creó sin lugar a dudas lo fue. Eso es Columbia, un sueño lúcido que existe porque nuestra imaginación hace que exista.

 

COMUNIDAD: Este artículo fue una colaboración de nuestro buen amigo @BrianRoke, a quien seguro reconocerán por su participación -tanto con su opinión como con sus arreglos musicales- en Score.vg. Dejen sus comentarios para él y no olviden checar su canal de YouTube.

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