Review – Yakuza 6: The Song of Life

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La leyenda del dragón de Dojima llega a su fin

La serie de Yakuza no ha sido precisamente exitosa… o al menos en Occidente. Surgida en el 2005 para el PlayStation 2, la franquicia nos introdujo a una gama de juegos que exploraban el mundo de la mafia japonesa desde los ojos de uno de sus integrantes, Kazuma Kiryu, quien con cada entrega se iba adentrando más en este vicioso mundo. Desde entonces y durante los últimos 13 años, la historia del famoso Dragon de Dojima se fue desarrollando con cada nuevo capítulo y, con ellas, lo vimos madurar hasta convertirse en el respetado hombre y la leyenda que actualmente es.

Resulta lamentable que una genial historia y travesía como la de Kiryu haya pasado desapercibida por millones jugadores fuera de Japón por más de una década, y lo digo porque ahora nos llega la sexta entrega de su saga, la misma con la que se concluye la memorable trama de uno de los mejores protagonistas de videojuegos que hayamos visto en los últimos años. Dicho juego es Yakuza 6: The Song of Life, título exclusivo de PlayStation 4 y uno de las cartas más fuertes que SEGA tiene para este año. ¿Cumple con las expectativas? Siendo honestos, más de las que debería.

Una canción a la vida

La serie de Yakuza siempre se ha distinguido por ofrecernos títulos con increíbles y profundas narrativas que ahondan minuciosamente en la historia de todos sus personajes, sobre todo en la de su protagonista y elenco principal. The Song of Life no es la excepción a este principio aunque lo hace de forma un tanto más serie (sin tanta comedia) y centrada en el buen Kiryu, pero con un tono muy solemne.

La trama de esta sexta entrega se sitúa poco tiempo después – tres años para ser más precisos – tras los sucesos con los que concluyó Yakuza 5. Luego terminar malherido de su última batalla, Kiryu es llevado al hospital para así ser atendido. Aunque éste logra recuperarse y todo apunta a que por podrá salir para así volver a su vida cotidiana lejos del mundo de la mafia que tanto ha intentado abandonar, durante su estadía llega la policía para arrestarlo por algunos de los recientes actos que cometió y que, por desgracia, las autoridades han decidido no pasar por alto. En un inicio, varios de sus amigos y compañeros más allegados intentan persuadir a los oficiales para que no se lo lleven pero, tras meditarlo fríamente, nuestro héroe decide acceder a ir a la cárcel ya considera que sólo de esta manera podrá desprenderse de todas esas penas que carga y que le han impedido vivir en paz con sus seres queridos.

Pasados tres años tras las rejas, Kiryu por fin sale de prisión decidido a rehacer su vida junto a los niños que ha criado en el orfanato que él fundo. Para su desgracia, en su retorno el exyakuza pronto descubre que durante su ausencia se suscitaron dos fuertes acontecimientos: que Haruka, la joven que crió como su a propia hija, sufrió un aparatoso accidente que la llevó a estar en coma en el hospital; y que la chica tuvo un bebé en los años que perdieron contacto.

Es así como, con un mar de incógnitas por responder y con nuevos pesares sobre sus hombros, que Kiryu iniciará una nueva travesía que lo conducirá otra vez hacia el bajo mundo de la mafia, y todo la firme intención de buscar la identidad tanto de quien lastimó a Haruka como de la del padre del pequeño Haruto. Debido a esta aproximación, la trama se enfocará casi por completo en él, brindando apenas cierto peso en algunos personajes (tanto conocidos como debutantes) que resultan fundamentales para la narrativa.

La pregunta obligada: ¿al ser ésta la sexta entrega, debo haber jugado los juegos previos de la franquicia para entenderle? Si he de ser honesto diría que no, aunque no recomendaría por completo que éste se convierta en la primera aproximación que los jugadores tengan con el mundo de Yakuza. Y es que si bien el The Song of Life es un juego accesible y su trama comprensible, en definitiva te estarás perdiendo de mucho si es que no llegas a él con un conocimiento previo; es decir, los momentos fuertes no te impresionarán tanto, las partes tristes no te conmoverán, e incluso sentirás que el final no es tan memorable ni te impactará de la manera que debería.

Es importante recalcar que Yakuza 6 cuenta desde el inicio con un práctico apartado dentro del menú principal en el que podemos leer el resumen de la trama de cada uno de los juegos previos de la serie (salvo Yakuza 0) para refrescarnos la memoria o, en su defecto, para conocer lo que sucedió en ellos y comprender mejor los acontecimientos en este capítulo. Sin embargo ésta resulta demasiado general, carece de todo tipo de impacto y se limita a exponer lo más básico de la historia.

Por lo anterior creo conveniente sugerir que, en la medida de lo posible, jueguen primero los otros seis títulos anteriores y dejen Yakuza 6 hasta el final para que así lo disfruten como se debe. Pero si sienten que esto se vuelve algo complicado, cuando menos recomendaría que le entren a Yakuza 4 y 5 ya que son los que más relación guardan con la entrega en turno. Además vamos, con las más recientes reediciones de los primeros juegos, la serie principal se encuentra disponible en su totalidad entre el PS3 y PS4.

La fórmula consagrada de Yakuza con algunas novedades

El gameplay del juego sigue siendo el mismo que ha distinguido a la serie desde sus inicios y que ha fascinado a millones de fans por tantos años. No obstante, al mismo se le añadieron algunos cambios que, aunque ligeros, no dejan de ser interesantes e influyentes dentro del esquema de controles.

Yakuza 6: The Song of Life consiste de un título de acción y aventura de semi mundo abierto en el que exploraremos libremente nuestro entorno que, en este caso, consiste de dos mapas: el ya conocido distrito de Kamurocho en Tokio y el nuevo pueblo de Onomichi, ubicado en Hiroshima. Comparado con otros juegos similares las dos ciudades no están conectadas entre sí y, aunque es posible trasladarse entre ellas, la propia historia tenderá a no dejarnos salir de una u otra hasta que lleguemos a determinado punto de la trama; solamente es hasta el final cuando se nos deja ir y venir libremente entre ambas locaciones.

Como se esperaría, en ambos mapas contaremos con una amplia gama de actividades por hacer y que van más allá de las misiones principales de la trama central. Las primeras y más importantes de ellas consisten las historias alternas en las que nos conoceremos a una amplia gama de personajes a los que habremos de ayudar con sus excéntricas problemáticas. Dichos objetivos pueden activarse de múltiples maneras y que van desde la interacción directa con los personajes que se encuentran localizados en alguna parte en particular de los mapas, hasta la aparición repentina de las mismas o, incluso, a través de una app especial (llamada Troublr) localizada en el teléfono celular.

Un sello distintivo de la franquicia de Yakuza siempre ha sido su humor que suele abarcar tanto los espectros de los simplón y ameno, hasta de lo más estrafalario y absurdo. Como ya mencione, la historia principal cuenta con un tono más serie y dramático en el que apenas y se abordan situaciones de gracia; por suerte, las misiones alternas logran llenar ese hueco de comedia por medio de sus múltiples y divertidas premisas. Por mencionar algunas, te toparás con personas que tiene problemas maritales o con malandros, hasta otros que dicen venir del futuro, que quieren cumplir sus sueños de ser famosos e, incluso, que quieren salvar negocios pocos convencionales (como un café de gatos) de estar al borde de la quiebra.

Pero como se esperaría, el juego también tiene otro actividades recreativas que variarán dependiendo del lugar en el que nos encontremos. En el caso de la Kamurocho, aquí hallaremos cosas con un perfil más metropolitano como lo son las salas de arcade (con juegos clásicos de SEGA de la talla de Puyo Puyo, Virtua Fighter, Space Harrier entre otros), los bares de karaoke o con hostess, los chats en vivo con mujeres bellas, juegos de azar, centros nocturnos de baile y más. Por su parte, Onomichi es un tanto más pacífica y sólo cuenta con algunos restaurantes, interacción con estatuas y rocas labradas o pesca al estilo salvaje. En fin hay gran variedad.

Como tal el juego cumple con el objetivo de brindarnos varias actividades adicionales para entretenernos pero, si las comparamos con la gama que veíamos en sus predecesores, se perciben un tanto más limitadas y hasta reducidas. Aunado a ello, la extensión de los mapas es algo reducida e, incluso, hay algunas partes que pese a que eran accesibles en el el pasado, ahora están completamente bloqueadas. Desconozco la razón por la que SEGA habría decidido cerrar partes de Kamurocho, pero admito que esto es algo que sólo los fans más veteranos notarán más fácilmente.

El combate tampoco se queda atrás en cuanto a calidad. Éste mantiene su esquema de peleas relativamente sencillo en el que apenas y usamos unos cuantos botones para realizar combos con puñetazos o patadas y que podemos combinar con movimientos especiales, agresiones con objetos del entorno o hasta con golpes vistosos (de tipo Quck Time Event) en los que Kiryu le revienta la cara a sus oponentes de maneras alocadas y muy violentas. Vaya, el sello de Yakuza en su máxima expresión.

Sobre las novedades que se implementaron en el esquema de batallas, llama la atención que en esta ocasión las habilidades y ataques a los que Kiryu tiene acceso se van adquiriendo por medio de puntos de experiencia en múltiples áreas (fuerza, agilidad, resistencia, entre otros) y que obtenemos tras realizar diversas tareas además de las peleas. Tal cual y como si se tratara de un RPG, los puntos que adquiriremos variaran dependiendo del tipo de actividad que hagamos y todas las habilidades que liberemos las administraremos dentro de un apartado especial.

Siguiendo con el esquema de las peleas, Kiryu ahora sólo hace uso de un estilo de combate, pero lo complementa con las Heat Actions (que están de regreso) y con la fase del Extreme Heat Mode en el que, por un tiempo limitado, el protagonista aumenta su fuerza y puede encadenar combos aún más devastadores o terminar a sus rivales con golpes más que violentos. En sí el sistema de batalla se mantiene casi intacto, aunque los fans seguramente lo percibirán un tanto más reducido pero muy funcional.

También hay un modo nuevo llamado Clan Creator que se sale por completo de la estructura conocida de los enfrentamientos. Similar a un juego de estrategia, en éste tomaremos el control de una pequeña plantilla de pandilleros y yakuzas con múltiples fortalezas, debilidades, habilidades y hasta roles que adoptarán una vez se lancen al ataque. Nuestra labor como jefe de esas pandillas, será la de administrar e ir lanzando a los duelos a nuestras unidades mientras buscan erradicar al clan rival. Se ve y suena como algo raro de jugar, pero ya que le agarras la maña es muy divertido.

Un nuevo motor que le hace justicia a la actual generación.

Gráficamente hablando el título luce fabuloso y como un juego digno de la actual generación de consolas. Para la ocasión SEGA utilizó una nueva versión de su motor Dragon Engine el cual hace ver al juego increíble y con una calidad nunca antes vista en la serie. Puede que sus gráficos no se equiparen a los de otros juegos AAA como God of War o Uncharted, pero créeme que se ve increíble en todo momento y que siempre habrá algo que te dejará con la boca abierta, sobre todo por el alto grado de detalle que tiene el mundo.

Sobre su banda sonora, te encontrarás con melodías propias de la serie: rock pesado, electrónica, POP  jazz y más. Y en cuanto a sus voces, el título solamente puede ser jugado con voces en japonés y subtítulos en inglés. Si eres de los que no les gusta leer mucho o les cuesta trabajo el inglés, entonces puede que te la vayas a pasar un poco mal.

Yakuza 6 es un juego increíble y uno que culmina de manera sublime con una saga tan maravillosa como la de Kazuma Kiryu. Tras ser testigos de cada una de sus entregas y de ver la manera en la que la serie y su protagonista fueron evolucionando con el paso de los años, ésta se convierte en un punto culminante con el que SEGA demuestra la madurez queha alcanzado la serie.

El juego es increíble y altamente disfrutable y todo gracias a su profunda historia, elenco de memorables personajes, jugabilidad consolidada y funcional, gráficos increíbles y sus dos coloridas locaciones plagadas de cosas por hacer. Sin embargo, éste no es perfecto y sus fallas, aunque mínimas, llegan a afligir un poco al producto como tal. Su clara inclinación por lo gráficos sublimes sobre el contenido y lo limitado que se perciben su repertorio de misiones, minijuegos y actividades respecto a sus predecesores, son sólo algunos de esos puntos que impiden al juego alcanzar una mejor valoración.

Peri aún y con sus fallas, Yakuza 6: The Song of Life es un gran juego y uno con el que se cierra de manera digna la genial historia del dragón de Dojima. El viaje ha sido largo pero su conclusión no podría haberme dejado más que satisfecho. Si son fans de la serie, créanme que el título es un indispensable para su colección.