Los juegos olímpicos se alejan de los videojuegos

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Las olimpiadas son uno de los eventos deportivos más apasionantes que suceden cada cuatro años y que han dado la vuelta al mundo desde su primera edición en Atenas durante el año de 1896, brindando la oportunidad a diversas empresas para explotar los derechos de esta gesta deportiva.

En el mundo de los videojuegos, dicha serie de competiciones emana de manera oficial en 1984, cuando Konami publicaba Hyper Olympic ’84 en los salones arcade japoneses. Posteriormente, desde 1992 hasta 2020 existieron producciones con licencias oficiales que estuvieron a cargo de diversos estudios.

SEGA se dio el lujo no sólo de publicar títulos que recreaban la competencia de manera formal, sino también estableció un estándar con las aventuras de Mario y Sonic en diversos escenarios olímpicos tanto veraniegos como de invierno, desde 2008 hasta 2020, en plataformas domésticas y portátiles de Nintendo.

De igual modo, hubo esfuerzos por generar otro tipo de diversión sin perder el espíritu de la mítica antorcha, siendo el caso de Izzy’s Quest for the Olympic Rings (1996) para Sega Genesis y Super Nintendo, donde el jugador encarnaba a la mascota de la edición de Atlanta, en una travesía de plataformas.

Por otro lado, en el mercado han estado presentes un sinfín de productos que sin tener la licencia oficial, marcaron un parteaguas en la industria del entretenimiento, tal y como ocurrió con la añeja saga de Konami, denominada Track & Field que tuvo sus momentos de gloria en la década de los noventas.

Actualmente y para sorpresa de muchos, los juegos olímpicos de París 2024 no tuvieron presencia en el sector de los videojuegos, debido a que ningún equipo desarrollador accedió a firmar un contrato con el Comité Olímpico Internacional, por las altas pretensiones económicas de este organismo y porque decidió enfocarse en nuevas formas de tecnología como los NFT.

Las elevadas condiciones comerciales de las instancias ligadas al deporte no es un tema nuevo, toda vez que lo mismo le sucedió a EA Sports cuando decidió concluir el contrato con la FIFA para dar cabida a su nueva producción EA FC 24, que continúo siendo un éxito de ventas y eliminó una gran carga asociada a regalías y derechos.

Si bien no existió un videojuego oficial de las olimpiadas para el presente año, algunas compañías podrían haber apostado por un experimento de corte independiente como ya ha ocurrido en el pasado, pero es una realidad que las preferencias del consumidor han ido evolucionando hacía las famosas temporadas bajo servicio y cada día, se alejan más del modelo tradicional de negocios.

José Celorio