Movie Review – Get Out

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Cada cierto tiempo sale una película que brinda una fresca perspectiva al género de horror, comúnmente saturado de producciones genéricas y banales. Si bien Get Out no trae a la mesa un concepto creativo transgresor o disruptivo, sí cuenta con una soberbia forma que tajantemente la pone entre lo mejor de la década.

Los fans de horror no podemos quejarnos, ya que todo el tiempo tenemos una constante línea de producción para satisfacer nuestros deseos. Incluso, de vez en cuando salen películas que deleitan un gusto en particular o un sub-genero, desde el gore más fuerte y crudo hasta el suspenso más frío y mordaz.

Sin embargo, son aquellas películas que abollan los estándares las que quedan como las obras sobresalientes de una época y se convierten en banderas de una generación. Por año siempre tenemos una de este tipo, como en 2015 lo fue It Follows y en 2016 con The Witch.

Ahora, en este año en definitiva tenemos a Get Out, una obra como ninguna otra hasta el momento.

De la retorcida mente de un comediante

Get Out es una obra de autor, dirigida y escrita por el actor estadunidense Jordan Peele. Él ha adquirido fama en los últimos años por sus tenaces sketches en la serie de Comedy Central, Key & Peele, en donde a través de una gran variedad de tonos de humor –  desde el ácido al rosa – te saca una carcajada hasta incluso hacerte llorar. ¿Cómo es posible que un cómico como Peele pueda ser capaz de maquinar una obra tan impecable de horror?

Quien ha visto sus cortos, podrá percibir su sensibilidad para transmitir ideas complejas acerca de interacciones humanas a través de su actuación. Una persona capaz de entender “qué es lo que nos mueve” para hacernos reír, también puede hacerlo para llevarnos hacia sensaciones opuestas como el miedo.


Además, en sus cortos, Jordan Peele aborda una gran variedad de temas que van desde cuestiones políticas, sociales hasta de cultura pop. Sin embargo, ejecuta estos temas desde una perspectiva general, haciendo que nos identifiquemos con lo que estamos viendo aunque no tengamos el contexto exacto.

Esta simplicidad en la ejecución está presente en Get Out,  con lo que parecería ser una historia sencilla, pero que rápidamente se convierte en un lugar sombrío y espectacular.

El lugar común pero con un giro…

La trama de la película es bastante directa. Un joven afroamericano va a conocer a la familia de su novia y está consciente que habrá una inquietud en que él es de un color diferente. Lo sobresaliente de la película es que nunca presenta el tema del “racismo” de las personas blancas en Estados Unidos, sin embargo, es un fantasma incomodo que habita en las interacciones entre los personajes.

Inteligentemente la producción se mueve hacía un thriller en donde el protagonista se ve metido en un complot relacionado a cuestiones de manipulación e hipnotismo, en donde su vida está en claro riesgo. Y la razón que su vida peligra es claramente porque es negro,  pero no por discriminación, sino por un concepto bastante sofisticado que Peele desarrolla con maestría.

Aquí Get Out se llena de creces ya que aborda un tema social importante, pero de una forma indirecta y sagaz. Sin ser una película acerca del racismo, Get Out habla más acerca de él que una película “independiente de arte europea” acerca del mismo tema. Es debido a esta crítica social lo que ha llevado a muchos a compararla con el libro The Stepford Wives (1972) de Ira Levin, del que también se han realizado dos adaptaciones a cine.


Incluso, algunos de sus cortos ya habían tenido un contexto de crítica social como en Get Out. Aun así, es una diferencia bárbara entre lograr un desarrollo de una idea en una filmación de minutos a en un largometraje.

Una película “auto-consciente”

Otro gran acierto de Get Out es el tono de la película, ya que los personajes están conscientes de la situación en la que viven. Clásico de las películas de horror en donde uno como espectador se hace preguntas como: “por qué no usaron el teléfono” o “por qué no salieron  corriendo inmediatamente”.

Get Out refuerza la autoconsciencia de los personajes solucionando estas situaciones y haciendo que las acciones de estos sean lo más coherentes con lo que uno haría en la “vida real”. Esto hace que el grado de auto consciencia sea incluso superior al de películas como Scream (1996) o The Cabin in the Woods (2011).

Sin embargo, mientras que estas obras tiene un contexto más enfocado al humor negro directo, Get Out es sofisticada ya que tiene una dirección hacia la sátira. Es un nivel mucho más complejo de comedia, que permea cada escena de la película. Es curioso como la película logra sutilmente manejar este contexto, e incluso, lo podemos ver reflejado en ciertos memes que se popularizaron en internet de ciertas escenas. Son casi como guiños o migajas colocadas a propósito ahí por Peele.

También es importante mencionar que la producción capta perfectamente nuestro contexto actual en el que vivimos, con el uso adecuado de herramientas tecnológicas como el internet o los dispositivos móviles, ya que los personajes los utilizan correctamente a como acostumbramos y en la situación particular de Get Out.

De hecho, en la película hay un personaje que sirve como válvula de escape al público, ya que es la representación específica de lo que uno haría en esa situación. Esto resulta bastante agradable como espectador y coherente a diferente de la mayoría de las películas del género.

Mínimo presupuesto, perfecta ejecución

Es notorio, sobretodo en el cine de horror, cómo algunos creativos son capaces de producir soberbias obras con recursos sumamente limitados. De hecho, algunas de estas películas se vuelven brutales éxitos teniendo un retorno de inversión mucho mayor que el que incluso hubieran obtenido con una considerable inversión.

Algunos de los casos más sobresalientes a este fenómeno son The Blair Witch Project (1999) y Paranormal Activity (2007). Y para no ser una excepción, Get Out con un modesto presupuesto de $4.5 millones de dólares, este año ya ha generado más de $200 millones a nivel mundial. De hecho, para los que son fanáticos de datos de cine aquí hay uno interesante: esta película se ha convertido en el mayor éxito en taquilla de una ópera prima de un director.

Es increíble cómo Peele pudo dirigir una película así de sofisticada. Es una producción principalmente llevada por los diálogos e interacciones de los personajes, por lo que la actuación debe estar al punto… y así es. Es por eso que muchos actores cuando se vuelven directores tienen esta capacidad casi nata para poder montar una escena y conducir adecuadamente a los histriónicos.

De igual forma, la película tiene cuidado en la cinematografía, ya que en ciertas escenas se trata de crear una sensación turbia con respecto al tema del hipnotismo. En estas partes se juega increíble con la edición de audio y encuadres, haciendo que valga la pena volverlas a ver de forma independiente.

Un recorrido salvaje

Aunque Get Out no apela directamente a recursos de horror y más bien tiene una base de thriller, logra generar bastante inquietud y tensión durante su duración. Cuando por fin se hace la revelación de lo que está sucediendo, entendemos que es un concepto crudo y terrible, que nos hace empatizar inmediatamente con el protagonista, dándonos verdaderos escalofríos.

Aunque al inicio se abusa un poco de jump scares o sustos repentinos, la película por fortuna se enfoca en crear la ambientación malsana para llegar a un climax totalmente satisfactorio.

Incluso, ya hacia el desenlace del tercer acto, hay una escena sumamente potente que juega con las expectativas de la audiencia en donde el fantasma del “racismo” vuelve a hacer su aparición. Get Out nos manipula y contamina con este contexto haciéndonos pensar que la película va resolverse de cierta forma, para rápidamente dar un cambio y hacer una última jugada que nos quita el balance.

Esto hace que Get Out genere una catarsis especial en la audiencia, tanto por su contexto social como por todo el desarrollo como película de horror, en donde uno queda completamente satisfecho y difícilmente puede decir algo como: “es que me hubiera gustado que…” o “le hubieran cambiado esto”.

Con clásico contemporáneo

Para la increíble cantidad de películas del género de horror que se producen anualmente, es reconfortante saber que todavía hay espacio para películas innovadoras o creativas que verdaderamente se esfuerzan por brindar nuevas experiencias a la audiencia. Y viniendo Get Out de Hollywood, esto pesa aún más.

Get Out es una maravillosa película con múltiples significados, que se van revelando conforme pasa el tiempo y con cada nueva vista. Vale la pena ver tanto si uno es fan o no del género. Jordan Peele ha puesto la vara alta para él, pero afortunadamente, ha comentado que su próxima película estará en el mismo tono que ésta. Habrá que seguir de cerca su carrera como director.