Review – Age of Empires: Definitive Edition

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Un clásico de la PC, renovado para la época actual

Creo que no exagero cuando digo que la serie de Age of Empires es una que, como pocas, puede presumir de ser reconocida – o al menos ubicada – por millones de personas alrededor del mundo, tanto por jugadores empedernidos como de aquellos que no son consumidores asiduos de videojuegos. Si bien dista de ser el mejor referente de su género (RTS) y cuenta con varias fallas que lo alejan de ofrecer una experiencia más pulida y profunda que otros exponentes – dígase Civilization o StarCraft -, nadie puede negar que ésta emana una personalidad única que no sólo logra cautivar a quien sea que le ponga las manos encima sino que, incluso, ofrece un esquema de controles muy accesibles que se acoplan perfectamente a su concepto y lo convierten en algo simplemente adictivo.

El pasado mes de octubre la serie celebró sus primeros 20 años de existencia y, aunque esto fue un motivo de felicidad entre los fans, ciertamente el festejo se vio afligido por el propio e irregular desempeño que ha seguido la franquicia. Con apenas tres entregas principales y de las cuales la más reciente dista de hace más de 12 años, unos pocos spin-offs y varias expansiones que no consiguieron estar a la altura de lo que muchos hubieran esperado, Age of Empires ha visto opacada su popularidad con el paso del tiempo a tal grado de que la misma ya no es ni la sombra de lo que llegó a ser en algún momento.

Microsoft, a sabiendas de que su IP aún cuenta con un enorme potencial que no ha sido aprovechado, decidió revivirla de un par de maneras: por un lado, desarrollando la más que aclamada cuarta entrega por la que muchos llevan esperando más de una década; y por el otro lanzando la Age of Empires: Definitive Edition, una versión remastarerizada del primer juego que inició con la saga. En apariencia ésta última se convierte en un gran aliciente con el que se busca tanto retornar a los seguidores que se fueron alejando de la serie como atraer a nuevos usuarios, pero también se convierte en una muestra más de que los juegos de antaño no siempre envejecen optimamente.

El Age of Empires que recuerdas, pero con una increíble presentación

Como ya mencioné, Age of Empires: Definitive Edition consiste de una remasterización de la primera entrega de la serie que se lanzó en 1997 y a la que se le dotó con gráficos mejorados, nuevas interfaces más simples y vistosas y algunos cuantos ajustes enfocados en el modo online, aunque todo se hizo respetando siempre la propia esencia y experiencia que el título ofrecía. Sinceramente, esto es lo que se podría haber esperado de una reedición como ésta, pero vayamos por partes.

Empezando por su apartado visual, muchos recordarán uno de los grandes encantos que tenía Age of Empires radicaba en sus gráficos en los que destacaban todos esos geniales sprites tanto de personajes como de edificaciones, medios de transporte y mecanismos de guerra que, aunque pixelados, daban una peculiar sensación de realismo. Obviamente esos gráficos ahora palidecerían ante cualquier otro título actual pero, para la ocasión, el equipo de Microsoft Game Studios se enfocó en mejorar y pulir aún más este rubro.

Age of Empires: Definitive Edition brilla por contar con elementos redefinidos para ajustarse a las resoluciones 4K de muchos monitores. Si bien se mantienen los diseños originales tanto de los assets como de los escenarios, en verdad sorprende la manera increíble con la que fueron elaborados pues retienen esa chispa del juego original. Con esto no quiero decir que el título luce fabuloso o a la par de juegos contemporáneos, pero sí que denota una clara mejora respecto a su contraparte de los noventa.

Otro aspecto que de igual forma fue trabajado fue su banda sonora. Para la ocasión las melodías que escuchamos en el juego cuentan con nuevos arreglos orquestales que buscan transmitir una sensación aún más épica de lo que percibíamos en su momento. Volver a oír esas tonadas históricas y apacibles con los cambios a las que se sometieron es todo un deleite, aunque también puedes disfrutar del título con la versión original del soundtrack. Además y como novedad para esta remasterización, se dotó con narraciones a algunos de los textos que acompañan a las misiones, todo al más puro estilo de AoE II y AoE III.

Como se esperaría, a la Definitive Edition también se le metió mano en el área del multiplayer, esto tanto de manera local como online. Si son de la vieja escuela les agradará saber que el título fue optimizado para así permitirnos disfrutar de partidas LAN con varios usuarios conectados en una misma red pero, si gustan de jugar contra el mundo, entonces les encantará la manera en la que opera el juego en línea pues aprovecha al máximo las funciones de Xbox Live para así dejarnos liberar sesiones de guerra con hasta ocho jugadores simultáneos y con reglas personalizables.

Algo que quiero destacar es que, pese a funcionar adecuadamente, el apartado online se siente algo roto desde el inicio debido a que ya hay jugadores con varios años de experiencia que no se tentarán el corazón al momento de entrar en conflicto contigo. Y si a eso le sumamos el hecho de que no es tan recurrente encontrar partidas tan rápidamente, la experiencia de apartado podría tornarse algo desesperante para varios, en especial para quienes están algo oxidados.

Otro apartado sumamente popular que volvió con mejoras es el del editor de niveles. En éste y como su nombre lo indica, es posible pasar horas creando nuestras propias campañas con misiones y escenarios que podremos compartir con otros jugadores. Lo malo de éste es que, a pesar de ser completo, la manera en la que se publican y descargan las creaciones de los jugadores no es tan óptima como debería. Vaya, su estructura podría haber sido más simple.

Tristemente, retiene los mismos errores que el juego original

A todo esto seguramente te preguntarás, ¿y qué hay del lado de su jugabilidad? A decir verdad preferí postergar este punto hasta ahora debido a que las modificaciones presentes en este apartado no son tan destacables a las vistas en su área audiovisual.

Para bien o para mal, la fórmula del gameplay se mantiene prácticamente intacta a la original, con todo y las virtudes y defectos que esto conlleva. Empezando por lo bueno, el juego retiene esos controles básicos que son sencillos en apariencia pero que, en conjunto a sus demás elementos, ayudan a erigir un título con cierta profundidad y, sobre todo, reto. Una vez más los objetivos principales por desarrollar nuestras civilizaciones y hacerlas evolucionar a través de las eras mientras recaban recursos, crean nuevas tecnologías, generan conocimientos y las usan para hacerle frente a otros imperios siguen estando presentes y de la misma forma tan adictiva.

Que el juego retenga una aproximación más apegada al juego original no es algo necesariamente malo. Reconozco que pese a que los controles se sienten muy básicos y hasta limitados para los estándares actuales, que éstos sean delimitados no merma en lo más mínimo al juego ya que sigue brindando un gran nivel de profundidad y hasta reto, tanto así que todo hasta los más veteranos recordarán los motivos por los que el juego lograba engancharte tan rápidamente. Adicionalmente, lo que le da un poco más de frescura a esto es la expansión del límite de la población a más de 25o unidades, lo cual se agradece y se convierte en un punto importante a considerar mientras llevamos a cabo nuestras estrategias.

Lamentablemente, el juego retiene dos grandes fallos que, increíblemente, siguen estando presentes (y hasta intactos) desde hace más de 20 años. El primero de ellos y el más notable es la inteligencia artificial de nuestras unidades, las cuales por momentos llegan a mostrar comportamientos extraños y torpes que afectan nuestra estrategia, especialmente cuando se encuentran en combate. Créeme que será más común de lo que te imaginas ver caer a varias de tus unidades no tanto por el hecho de tus decisiones, sino porque éstas mismas a veces reaccionan de maneras tan impredecibles e incoherentes en las que acaban por exponerse innecesariamente al enemigo.

De ésta última falla se deriva la segunda que es el Pathfinding. Como seguramente recordarás, otro elemento icónico de la serie recaía en la exploración de los mapas que, conforme más los recorrías, nos iban mostrando su relieve. El problema de esto es que, ante la torpe inteligencia de las unidades, se volverá muy común ver que tus aldeanos empiecen a tomar rutas completamente complicadas en las que llegarán a atorarse o peor aún, a ponerse en riesgo frente a algún bando enemigo o criatura salvaje. Aparentemente esto fue un punto que se corrigió para la remasterización pero, no les miento, parece que no fue así.

En cuanto a contenidos los jugadores no tendrán nada de qué preocuparse ya que la Definitive Edition incluye todos los materiales presentes en el primer juego y su expansión; es decir que, a la par de los modos online, podremos pasar horas en cualquiera de sus diez extensas campañas y controlar a las más de 16 civilizaciones clásicas que van desde los egipcios y los romanos hasta la mesopotámica o los yamato.

Age of Empires: Definitive Edition es una remasterización peculiar que brilla en algunos apartados (como su presentación o en el aspecto audiovisual), deja un sabor un tanto agridulce en otros (el esquema y fórmula de sus controles) y que decepciona en unos más (la inteligencia artificial de sus unidades y el pathfinding). En sí podría decir que es una buena reedición que logra replicar la  experiencia del juego original, con todo y las mismas fallas que la misma tenía.

No voy a mentir, se nota a leguas que el título está más dirigido hacia los jugadores veteranos que disfrutaron del primer AoE ya que cuenta con todo lo necesario para hacer rememorar a los usuarios toda esa nostalgia, aunque claro, con sus debidas correcciones y mejoras propias de la actualidad. Por otro lado y aunque retiene una fórmula muy básica, la Definitive Edition también se convierte en una gran opción para todos aquellos que jamás habían probado un título de la serie ya que les deja comprender los puntos más fundamentales que hicieron de ella un hit en el mundo.

A todo esto y para finalizar, es importante destacar que pese a sus mejoras el título no es cuenta con requisitos tan altos para poder ser jugados; es más, con que tengas un equipo con procesador Intel i3, más de 4GB  de memoria RAM y Windows 10  bastará para que lo puedas correr. Obviamente y para sacarle mayor provecho a todo, lo más recomendable será contar con un mejor equipo como lo fue en nuestro caso, ya que jugamos en una Predator 15 de Acer con una pantalla de resolución 1920 x 1080p, chip Inter Core i7 6700 HQ, 16 GB de RAM y una tarjeta Nvidia GTX 980 M. Con este equipo, logramos exprimir aún más el título y disfrutar de él de manera más que fluida y con un desempeño más que óptimo.