PS3, XBOX 360, PC
Ubisoft Sofia
Ubisoft
11/11/2014
Desde su concepción, Assassin’s Creed fue ideado para convertirse en el tipo de franquicia que tenemos actualmente. Cuando se pensaba que simplemente sería imposible sostener una entrega anual sin desgastar la fórmula, Ubisoft nos mostró que incluso podría seguir con altas ventas lanzando dos juegos con menos de 12 meses de diferencia. Por supuesto que esto tendría algún impacto en la parte artística del trabajo, causando que Assassin’s Creed: Rogue se sienta como un producto increíblemente calculado, más que una obra que persigue algo diferente a solo cumplir con objetivos comerciales.
Esta secuela directa de Assassin’s Creed IV: Black Flag es una experiencia robusta y bien lograda en prácticamente todo aspecto, sin embargo, no se toma ni un solo riesgo importante en términos de gameplay y concepto en general, provocando que todo parezca una muy buena y larga expansión de lo que vimos hace un año. Los fanáticos de la saga quedarán más que satisfechos, sobre todo en la parte narrativa.
Como seguramente ya sabes, el protagonista de esta entrega es Shay Patrick Cormac, un asesino entrenado que vive un importante evento que lo hace cuestionarse a sí mismo y su posición dentro de la hermandad, para cambiar de bando y cazar a quienes consideraba su familia.
La historia nos ubica entre 1752 y 1761 durante la famosa guerra de los siete años en el norte de Estados Unidos y Canadá. Dentro de la línea del tiempo de Assassin’s Creed, Rogue funciona como eslabón entre Black Flag y Assassin’s Creed III. Los eventos narrados en esta entrega tiene un tinte obscuro, pues luego de vivir en la época dorada de los asesinos y la piratería, ahora se respira un ambiente pesimista, en el que la hermandad se encuentra en extinción y América al borde de una sangrienta revolución.
Durante prácticamente tres horas del juego, todo se desarrolla de manera muy similar a lo que vimos en la entrega pasada, haciendo misiones y tareas como asesino regular. Luego de las quejas por la larguísima introducción de AC:III, Ubisoft entendió que a pesar de que no puede considerar que todos los usuarios son veteranos de la saga, sí nos debe poner en un ambiente interesante y libre cuanto antes.
Luego de superar algunos retos, el título sufre un importante giro en la parte narrativa y de concepto en general. Antes de llegar a este punto, fácilmente puedes pasar 10 horas haciendo toda la clase de actividades, mismas que detallaré un poco más adelante.
Cuando todo este punto de inflexión se está desarrollando, el ritmo del juego se siente por demás extraño, pues justo después de que te sueltan para comenzar a avanzar a tu ritmo, la experiencia en general se vuelve a ver atada. A pesar de esto, te puedo decir que estos son los momentos más interesantes de toda la historia, pues la moralidad de Cormac es puesta a prueba.
En títulos pasados de la serie, fuimos testigos de algunos métodos por parte de la hermandad para alcanzar lo que ellos llaman, un bien mayor, no obstante, muchas de estas acciones podrían ser puestas en tela de juicio, asunto que esta vez sí ocurre con nuestro protagonista, el cual, decide cambiar de bando, pues simplemente no puede seguir cometiendo este tipo de crímenes. La verdad es que con todo esto, el juego hace un gran trabajo en cuestionar toda la base bajo la que se ha construido el fundamento de la saga, además de que seamos sinceros, resulta increíblemente interesante jugar con los malos o al menos, con el bando contrario. No puedo evitar pensar que todo esto tomó inspiración en cómo Batman se vuelve enemigo de la League of Shadows, o cuando Anakin Skywalker se convierte en Darth Vader durante Star Wars: Episode III.
Después de haberte contado un poco sobre los sentimientos que produce Rogue en materia de historia con todo este nuevo giro que se le dio, es buen momento para hablar de cómo se vio afectado el gameplay.
Los controles, composición de misiones principales, actividades secundarias e interfaz de Rogue, son una calca exacta de Black Flag. A pesar de esto, Ubisoft hizo un buen trabajo para hacernos sentir que en realidad, ya no somos un asesino, sino un templario. Probablemente, la parte más evidente es que ahora tendremos una mucho mayor cantidad de recursos a nuestra disposición, mismos que podremos usar a nuestro favor y de los que también, te hablaré con más detalle en las siguientes líneas.
Tras tantos juegos utilizando las habilidades de un asesino, resulta bastante interesante ahora tener que lidiar con todo esto en nuestra contra. Perseguir a un individuo que te va lanzando bombas de humo y que también es muy bueno para escalar paredes, es bastante divertido y retador. Los Stalkers son una interesante adición. Estos personajes aparecerán de la nada para acuchillarte por detrás, provocando que tengas mucho cuidado en cada esquina.
Una situación curiosa es que ya que eres templario y entras a una zona restringida, en lugar de que Cormac se coloque la capucha, tan solo alza el cuello de su traje, cosa que se ve bastante tonta para mi gusto.
Personajes históricos en medio de situaciones ficticias siempre han sido una tradición en los Assassin’s Creed. En esta ocasión, nos toca convertirnos en amigos de Benjamin Franklin, importante personaje de la revolución norteamericana.
Esta carismática persona con la que rápidamente sentirás empatía, juega un papel por demás importante en la historia principal de Rogue. Sin arruinarte nada, te podemos decir que Franklin en una personalidad memorable de la que querrás saber más y más conforme todo se va desenvolviendo.
Desde que el primer Assassin’s Creed fue anunciado, una de mis principales quejas fue que toda la historia girara alrededor de Abstergo, esta empresa de entretenimiento e investigación que busca darle un toque bastante innecesario de ciencia ficción a toda la saga. Escenas en primera persona con pobres actuaciones de voz, puzzles que un niño de cuatro años podría resolver con los ojos cerrados, solo han causado que mi disgusto por estas secuencias aumente.
Un virus de computadora es la línea principal que se utiliza en Rogue para justificar de nueva cuenta estas secciones. Repito, Assassin’s Creed no necesita ni ha necesitado ciencia ficción de baja calidad para alargar la experiencia.
Ubisoft decidió enfocarse completamente en el PS4 y Xbox One con Unity, no obstante, difícilmente dejaría escapar las oportunidades de ventas en la enorme base de usuarios que siguen activos en el Xbox 360 y PS3, por esta razón, decidió publicar Rogue, título que estoy seguro, tendrá una gran recepción en la parte comercial.
Esta entrega de la famosa saga luce muy bien la mayor parte del tiempo, sin embargo, por momentos nos deja muy claro que nos encontramos jugando en consolas que salieron hace casi 10 años. Sombras muy mal logradas, texturas de baja calidad, bugs constantes y movimientos erráticos de los personajes, opacan el gran trabajo que se realizó con la apariencia del mar, lagunas, ríos, cielo y montañas.
Un punto que es increíble que les haya pasado es la continuidad del tiempo, pues en algunos momentos, cumples con cierto objetivo con plena luz solar a todo lo que da, y cuando entra la cinemática, mágicamente todo se ha hecho de noche, dejando claro que estos títulos son más bien manufacturados, en lugar de desarrollados.
Uno de los puntos que hicieron tan interesante a Black Flag, fue el importante enfoque naval y de exploración, asunto que está de regreso en Rogue. A pesar de que el control de nuestro barco y combate en general, fueron mejorados, la realidad es que la falta de ese sentimiento de piratería y rebeldía, no tiene presencia en esta entrega.
El Morrigan será nuestra fiel nave en la que recorreremos las heladas aguas del Atlántico Norte. Como pasaba en la entrega anterior, podremos ir mejorando las armas, casco y velas del barco para hacerlo más poderoso en todo sentido, además de que su apariencia física también podrá modificada a nuestro gusto.
Como templario, tendremos acceso a nuevas tecnologías y recursos a los que los asesinos simplemente no pueden acceder. La mayor adición a Rogue fue la introducción de un cañón que emula a una ametralladora, la cual, nos marca los puntos débiles de nuestros rivales para hacer el mayor daño posible. A pesar de que el sentimiento de superioridad se logra de buena forma, creo que esta nueva arma se siente muy poderosa, quitándole algo de reto al combate naval.
Fuera de eso, el resto de la experiencia en alta mar es muy similar a la de Black Flag. El control del Morrigan se siente preciso y bien logrado, pues a pesar de lo complejo que podría ser controlar una nave con tantas armas y cosas por hacer, el mando del Xbox 360 y PS3 es más que suficiente para no perderte.
Es difícil percibir verdaderos cambios en materia de gameplay al momento de navegar, pero podría decir que todo fluye de manera más ágil. Sobre los famosos cánticos que escuchamos en Black Flag, pocos de ellos fueron añadidos, no obstante, esta situación sigue funcionando para sumergirnos en toda la experiencia.
Rogue cuenta con un gran sonido, sobre todo cuando estás navegando. Cada splash de las olas golpeando el casco del Morrigan, combinados con los cánticos de una ballena, sirven para aumentar la inmersión dentro del juego. La banda sonara es buena, pero bastante olvidable, muy alejada de lo que escuchamos en Black Flag.
Por cierto, ten cuidado, que en esta ocasión, tu nave podrá ser abordada por un grupo de bandidos o casacas rojas que querrán tus recursos y a tu tripulación.
Tal y como te comentaba en párrafos anteriores, el escenario de Rogue se encuentra en el norte de la costa este de Estados Unidos y sur de Canadá, por lo que las bajas temperaturas, aurora boreal y fuertes ventiscas, se convierten en el sello característico de esta entrega.
El overworld de este título es más o menos del mismo tamaño que el caribeño ambiente que vimos en Black Flag. Nueva York, River Valley y el Atlántico Norte, serán las principales zonas en las que estaremos desempañando todas nuestras tareas.
Cada una de las locaciones que visitaremos está llena de detalles y muy bellas imágenes, sobre todo las que están congeladas. Romper el hielo con el caso del Morrigan, es un gran sentimiento, mientras que sobrevivir a una tormenta ártica mientras esquivas icebergs, se sentirá como un verdadero logro. Un punto muy interesante es que si caes al agua en una de estas heladas zonas, te congelarás en poco tiempo, provocando que tengas especial cuidado cuando atraviesas por estas aguas.
River Valley es un lugar muy bello en todo sentido, sin embargo, su composición natural de ríos lo hace una zona bastante complicada por la cual navegar, pues todo se sienten como pasillos, en los que llegar de un lugar a otro, resulta un tanto molesto.
Cuando te encuentras en Nueva York, es inevitable recordar Assassin’s Creed III. Dicha ciudad está muy bien recreada y a diferencia del juego antes mencionado, en esta ocasión podremos verla funcionando en su totalidad.
Algo que no me gustó de todo este tema del mapa y locaciones, es que rara vez se dan situaciones en las que verdaderamente te sientes en mar abierto completamente solo. Las zonas de exploración presentan un excesos de tráfico naval, esto seguramente para incentivar el combate, sacrificando un poco esta intimidad que podríamos tener con nuestro barco y tripulación. A pesar de que los nuevos Assassin’s Creed siempre han sido vendidos como juegos de mundo abierto, creo que la ilusión se destruye por completo cuando una pantalla de carga entra al cambiar de zona; ¿dónde quedó este sentimiento de largos viajes en alta mar?.
A pesar de que el título no tarda en dejarte en libertad, éste exige sin sentido que avances en la historia para acceder a ciertos lugares. Durante mis primeras horas con Rogue, quise entrar a un bar, mismo que se encontraba cerrado porque no había hecho ciertas misiones.
Recolectar tesoros, salvar rehenes, acabar con bandas de rebeldes, cazar una gran variedad de fauna (obtener recursos para mejorar tu equipo), luchar contra ballenas jorobadas o narvales, atacar fuertes armados hasta los dientes, interceptar palomas con información de nuestros enemigos, renovar edificios destruidos y recolectar pedazos del animus, serán algunas de las variadas actividades que podrás desempeñar a lo largo de toda tu aventura en Rogue.
Justo como en Black Flag, no solo seremos responsables del barco que nos transportará a diferentes locaciones, sino que tendremos que administrar a toda una flota, la cual, en caso de cumplir con sus objetivos, nos recompensará con grandes riquezas, no obstante, las malas decisiones en este apartado nos castigarán sin piedad.
Si eres un veterano de la saga, te sentirás como en casa desde que el juego comience a correr en tu consola o PC. La interfaz es un calca de la de Black Flag, mientras que el combate, a pesar de haber sido un poco refinado, se sigue sintiendo de la misma manera, con todos sus defectos y virtudes. Los combos lucen bien, pero los duelos se pueden sentir poco fluidos por momentos, esto a pesar de que el excelente trabajo de animación en el movimiento de los personajes, vuelve a brillar de manera intensa en Rogue.
En el apartado de las misiones principales, Ubisoft hizo un gran trabajo para hacernos sentir que siempre estamos desempañando actividades diferentes a pesar de que en realidad, las cosas no cambian mucho. Perseguir a un enemigo y limpiar un área determinada sin ser detectado, serán la base de todo el juego, solo que con cambios menores para darle frescura.
Por ejemplo, en una de las misiones principales, tendrás que escoltar a uno de los personajes principales por un pequeño cañón lleno de vegetación. A pesar de que se podría pensar que esto es radicalmente diferente a todo lo que habíamos estado haciendo, la realidad es que tan solo se trata de limpiar un área de enemigos de nueva cuenta, con el toque de tenerlo que hacer en poco tiempo y sin tanto margen de error.
Uno de los principales atractivos de esta serie es la enorme variedad de armas y juguetes que tendremos a nuestra disposición. En Rogue, podrás contar con espadas y las clásicas dagas para matar discretamente, mismas que podrás ir mejorando con los recursos y dinero que obtendrás por cumplir con ciertos objetivos.
Como parte de las innovaciones, se introdujo el Rifle de Dardos y un lanza granadas. El primero de ellos nos sirve para dormir enemigos sin ser detectados, así como para volverlos locos o llamar su atención. Por su parte, el lanza granadas tampoco aporta gran cosa al desarrollo del gameplay, pues funciona justamente para lo que te imaginas con un toque explosivo.
Nota: El juego está completamente doblado al español, solo que es castellano.
-Mecánicas de juego bien logradas.
-Interesante historia que dejará muy satisfechos a los fans.
-Bellas locaciones llenas de cosas por hacer.
-Gran combate naval.
-Combate familiar.
-Aparente variedad de misiones.
-Sonidos y visuales muy aceptables para estar en generación pasada.
-Gran variedad armas.
-Buenas adiciones de gameplay al jugar como templario.
-Cientos de horas de juego.
-Benjamin Franklin es interesante y carismático.
-Muy pocas innovaciones.
-Pobres actuaciones de voz.
-Secuencias de Abstergo rompen el ritmo del juego.
-Las nuevas armas aportan muy poco a nivel de gameplay.
-Ser templario pudo haberse sentido mucho más distinto a ser asesino.
-Bugs contantes y pobre trabajo en la iluminación y sombras.
-Rogue es un producto muy calculado que no se arriesga a nada.
-Banda sonora poco memorable.
-Cormac es un personaje débil a comparación del resto.
-El Atlántico Norte no es tan interesante como otras zonas visitadas por la serie.
-Zonas bloqueadas sin sentido.
-Personajes repetidos con demasiada frecuencia.
-Inteligencia artificial torpe y fácil de engañar.
Assassin’s Creed: Rogue es prueba tangible de cómo es que Ubisoft lleva años manufacturando juegos de esta exitosa saga. Estamos frente a un producto fríamente calculado que no toma un solo riesgo y que sabe perfectamente hacia qué mercado quiere llegar. A pesar de los problemas de gameplay que no se han resuelto desde la primera entrega, la fórmula de la serie está bien aterrizada.
Si eres fanático de Assassin’s Creed y no te has cansado de jugar más de uno de ellos al año, Rogue te dejará más que satisfecho, pues funge como verdadera secuela a lo que fue el querido Black Flag, incluso sintiéndose como solo una expansión de la misma. El trabajo de Ubisoft no es malo, pero repito, es algo que se sigue sintiendo por demás artificial la mayor parte del tiempo, dejando claro que su principal objetivo es colocar mercancía en manos de los consumidores, teniendo todo para aportar mucho más a esta industria que tanto lo necesita.
Te recordamos que nuestra reseña de Assassin’s Creed: Unity también ya está disponible, solo tienes que dar clic en la imagen de abajo.