Desde su concepción, Assassin’s Creed fue ideado para convertirse en el tipo de franquicia que tenemos actualmente. Cuando se pensaba que simplemente sería imposible sostener una entrega anual sin desgastar la fórmula, Ubisoft nos mostró que incluso podría seguir con altas ventas lanzando dos juegos con menos de 12 meses de diferencia. Por supuesto que esto tendría algún impacto en la parte artística del trabajo, causando que Assassin’s Creed: Rogue se sienta como un producto increíblemente calculado, más que una obra que persigue algo diferente a solo cumplir con objetivos comerciales.
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