Por años se ha tenido la idea de que las caricaturas son para niños, producciones animadas sin mucho contexto ni argumentos profundos que hasta los más chicos podrían entender. ¡Terrible error! De entre toda la gama de animaciones que suelen salir, existen muchísimas que no intentan apelar en lo absoluto al público infantil, que abordan temas polémicos subidos de tono, políticamente incorrectos o que, simplemente, buscan demostrar un acercamiento más real de lo que es la vida, sin mucha fantasía de por medio.
Las caricaturas también son para adultos y eso, durante nuestra infancia, muchos lo descubrimos de la manera más cómica y extraña posible; fue prácticamente imposible no toparnos en nuestra niñez con alguna serie que, en definitiva, no estaba dirigidos hacia nosotros. Acompáñanos a recordar esos toons que nos desconcertaron en su momento por ofrecer fuertes contenidos, por mostrarnos el lado ácido del entretenimiento, que no se tentaban el corazón al momento de abordar temas tabú y que, en ocasiones, eran tan maduras que nuestro pequeña cabeza no era capaz de comprender y que hizo saltar a nuestros papás de la impresión. Y ustedes ¿vieron estas caricaturas para adultos?
Si de caricaturas irreverentes hablamos, una de las que ha marcado a una generación es South Park, cuyas primeras transmisiones sucedieron en 1997 a través del canal Comedy Central. Sin duda la vida de los cuatro niños y sus vecinos es muy rara y plagada de referencias y situaciones por demás adultas, por supuesto todo lo políticamente correcto no tiene cabida en un show que no tiene reparos en burlarse de lo que sea.
Difícilmente alguien puede negar que alguna vez durante su infancia disfrutó de los Simpsons, de hecho, fue durante esa etapa de nuestras vidas que aprendimos muchas de las frases que citamos en nuestra vida cotidiana. A pesar de ello la serie está llena de referencias bastante adultas y temas que quizá no eran muy adecuados para niños.
Lo que parecía una lindísima caricatura llena de animales tiernos en realidad era una parodia de lo “cute” dentro de los dibujos animados, destrozando literalmente a los adorables personajes de la manera más violenta posible. Más de alguna vez cuando eras niño seguro tu mamá vio detrás de ti el inicio de una caricatura de Happy Three Friends pensando en que sería un contenido familiar pero terminó arrebatándote el control remoto ante la primer gota de sangre derramada.
Aunque nos encantaba de niños la irreverencia y asquerosidad de Ren y Stimpy claramente no era una serie apta para un público infantil. Su temática absurda aunque no puede considerarse para adultos, sin lugar a dudas su explícita forma de presentar las cosas hacía que no fuera tan adecuada para públicos jóvenes.
Los que crecimos en los noventas éramos bastante jóvenes cuando estaba al aire Celebrity Deathmatch, seguro veíamos los videos de músicos como Backstreet Boys, N*Sync, Blink 182 y hasta Britney Spears para terminar nuestra tarde de entretenimiento viendo a esos mismos artistas romperse la cara en el ring de la serie animada. Su alto contenido de violencia dejaba claro que definitivamente no era una serie para niños
Beavis y Butthead fue prohibida para muchos niños. Si bien esta caricatura era el reflejo de la llamada generación X, los temas y personalidades de ambos protagonistas era algo que perturbaba a todos los adultos que evitaban a toda costa que sus hijos vieran este contenido. Por otro lado, esta caricatura se convirtió en una de las favoritas para todos los aficionados a la música de estilo heavy metal y rock en general ya que mezclaba fragmentos de videos musicales populares de la época, especialmente de metal y esa era otra razón para que se nos prohibiera verla.
La animación y estilo de vestimenta de la protagonista era bastante sugestivo para los niños en aquel entonces y ponía incómodo a los padres. Dejando a un lado lo anterior, este anime era fantástico ya que además de estar situado en el futuro, las escenas de acción y narrativa sin duda eran geniales y no apta para menores de edad pero muchos crecimos viendo Aeon Flux durante los 90 en la época dorada de MTV. Hasta el lenguaje era algo fuerte, pero nunca nos perdimos un episodio. Si nunca la vieron, se las recomendamos ampliamente.
Los Reyes de la Colina (como se le conoció en Latinoamérica) era una de esas caricaturas que veíamos no tanto porque nos apasionara su trama (que era sumamente aburrida), sino porque formaba parte del mismo bloque y horario cuando pasaban Los Simpson. Como si se tratara de un paquete todo incluido, tras divertirnos con la exitosa serie de la familia amarilla pasábamos a ver la cotidiana vida de Héctor Reyes, misma en la que veíamos lo aburrida que podía convertirse la vida adulta si es que no contábamos con algún sueño o ideal por cumplir.
Una caricatura sobre un hombre pato con lentes, ¿qué podría haber de malo en ello? ¡Muchísimo más de lo que te imaginas! Duckman fue una de esas series extrañas que nos presentó a un protagonista único, un pato detective, que no tenía miedo a decir lo que creía o pensaba. Junto a ello, también nos mostraba el lado satírico de lo que son las familias disfuncionales lo cual, en conjunto a la actitud del personaje, nos ofrecía una caricatura no apta para gente con poco criterio.
La vida del crítico Jay Prescott Sherman solamente tuvo dos temporadas pero fueron suficientes para presentarnos una historia sumamente divertida y llena de parodias sobre la industria del cine. Con bromas en doble sentido y situaciones que ridiculizaban a los actores del momento, todo esto con un humor bastante ácido.
Con el antecedente de Los Simpsons, cuando muchos vimos Family Guy pensamos que esta animación sería más que similar a las vivencias de la familia amarilla. Cual sería nuestra sorpresa cuando, con cada episodio y temporada, íbamos descubriendo que los Griffin eran todo menos un sinónimo de la familia modelo. Sin muchos pelos en la lengua o pudor de por medio, la caricatura se convirtió en una burla a la cultura pop que cuestionaba fuertemente los estándares morales de la manera más políticamente incorrecta posible. Digamos que era una versión más inmadura y adulta de lo que ofrecía la obra maestra de Matt Groening.
Para muchos Daria fue el primer acercamiento que tuvieron con caricaturas no infantiles. Aunque muchos de las situaciones que exponía estaban dirigidos hacia los adolescentes, había varios momentos en los cuales se abordaban tópicos que solamente un adulto podría entender luego de haber pasado por una etapa tan peculiar como lo es la juventud. Detrás de esas gafas, se Daria hablaba de temas tan maduros que, ahora como adultos, adquieren mayor sentido.
Ácido, racista, sexual, escatológico, grotesco, ofensivo, sangriento y oscuro, pero sumamente divertido, La casa de los dibujos (nombre latinoamericano) fue una animación surgida en la época donde los reality shows y los programas con contenidos políticamente incorrectos predominaban en la televisión norteamericana. Más que ser una animación para adultos per se, esta caricatura buscó burlarse y satirizar a todos esos programas al exponerlos dentro de una parodia con personajes que se inspiraban en las diversas corrientes y géneros de las caricaturas, lo cual se prestaba para una abordar amplia gama de temas que otras animaciones no podían darse el lujo de tomar.
Inspirada en caricaturas clásicas como Las Aventuras de Tintin y Jonny Quest, Cartoon Network nos brindó una genialidad llena de acción, comedia y violencia en Venture Bros. Usando los típicos clichés del género en el que un científico loco, sus sobrinos ingenuos y su temperamental guardaespaldas Brock, luchan contra el mal personificado por el supervillano The Monarch. Así es, el villano se disfraza de una mariposa monarca. Referencias sexuales, humor negro y mucha sangre, es lo que puedes esperar en cada episodio.
