El momento por fin ha llegado: Gokú ha arribado llegado a la Tierra para hacerle frente una vez más al temible emperador del espacio, Freezer. Luego de todas las sorpresas de los episodios previos y de varios momentos que ya han dejado mucho de qué hablar, Dragon Ball Super ha colocado la mesa para que, a partir de esta semana y durante los siguientes capítulos disfrutemos de un nuevo enfrentamiento entre dos los combatientes más afamados del anime. (SPOILERS)
Luego de la “trágica” muerte de Picoro a manos de Freezer y de un llamado desesperado por parte de Gohan, el capítulo de esta semana reinicia con nuestro héroe saiyajin, el cual se encuentra listo para pelear con uno de sus más afamados némesis el cual también ha tomado sus debidas precauciones como la de transformarse directamente a su fase más poderosa. Es así como, tras demostrarse el uno al otro el incremento de su poder y de cruzar sus miradas de manera desafiante, inicia el enérgico combate.
Durante la primera mitad del capítulo vimos como el saiyajin y el revivido villano cruzaron ataques y golpes de manera rápida y explosiva. Sin embargo y en comparación al ya legendario enfrentamiento de ambos en Namekusei, en ésta ocasión éste contó con un tono un tanto distinto.
Desde el inicio, pudimos observar a un Freezer desesperado por encestar golpes directos en el saiyajin, el cual para su desgracia siempre mostró llevar la batuta de la pelea al bloquear y esquivar cada uno de sus embates. Por ello y tras percatarse de que este detalle, el conquistador de planetas optó por hacer varios movimientos sucios y cobardes con los cuales pudiese tomar desprevenido a nuestro héroe, tales como el lanzar ataques hacia los amigos de Gokú (Krilin y Bulma) quienes no podrían reaccionar o defenderse ante estos.
Aunque esta despreciable estrategia tomó desprevenido a Gokú en un par de ocasiones, esto no fue impedimento para que tanto él como Vegeta pudiesen acudir a su rescate. Sin embargo esto dejó a nuestro héroe con su defensa baja en varios momentos, mismos que Freezer aprovechó para golpearlo sin piedad alguna.
Conforme pasaban los minutos la pelea fue subiendo de intensidad de manera paulatina. Para todos los ahí presentes, el enfrentamiento comenzó a tornarse en un combate difícil de seguir con la simple mirada. Sin embargo y aunque en apariencia éste lucía como una afrenta seria, Vegeta comenzó a desesperarse rápidamente debido a que, pese a todo, tanto Gokú como Freezer se lo estaban tomando como un simple calentamiento.
Con la desesperación y furia a tope, Vegeta se lanzó hacia su compañero para regañarlo a su manera por no tomarse en serio su pelea. Freezer, Gokú y los demás se mostraron atónitos por la actitud del príncipe guerrero ya que lo hacía parecer como si todavía sintiese un poco de lealtad hacia su exlíder. Para la tranquilidad de todos (y decepción del emperador), esto solamente fue un acto derivado de las propias ansias del saiyajin por querer llevar la pelea al siguiente nivel.
Gokú rápidamente captó el mensaje por lo que le ofreció a Freezer mostrarle su más reciente transformación a cambio de que él expusiera todo su potencial. El villano, aunque intentó aprovecharse de la honestidad de nuestro héroe, acabo por aceptar el trato y se dispuso a observar lo que su adversario era ahora capaz de alcanzar.
Es así como, tras un breve momento de concentración y de irradiación de energía, Gokú le mostró a todos los presentes la fase de Super Saiyajin más reciente que había alcanzado, misma que había derivado del entrenamiento que sostuvo con Vegeta por varios meses en el planeta de Bills: la fase del Super Saiyajin Dios Super Saiyajin. Los guerreros Z pudieron percibir el enorme cambio de su amigo ya que ahora su ki se había vuelto prácticamente imperceptible, como si fuese un dios. Freezer por su lado demostró enojo pero emoción por ver a su adversario dado el salto su máximo, mismo que lo motivó a tomar la decisión de hacer lo mismo.
Es así como concluye el episodio de esta semana de Dragon Ball Super, con la nueva transformación de Gokú en pantalla y con la emoción de éste por dar inicio a la pelea seria con Freezer. Aunque durante buena parte de este tuvimos buenas dosis de acción, por algún motivo sentí que éste fue un capítulo sumamente desbalanceado debido, principalmente, a la carencia de detalle y poca atención con la que se trato a las pelea.
Muchos recuerdan al primer combate de Freezer y Gokú como uno de los más épicos de todo el anime debido a que, desde el inicio, plasmaron a este como un enfrentamiento serio, de altura y sumamente tenso. En este nuevo round Toriyama y su equipo están haciendo ver a la pelea como algo simple, son esencia e incluso como una burla. No sólo eso sino que además la actitud que denota el propio Freezer por su anhelada pelea lo hace ver más como un niño berrinchudo que como un villano que busca vengarse.
Sabemos que la propia desesperación del villano lo está haciendo recurrir a movimientos sucios de los cuales quizá en el pasado nunca habría realizado para sacar ventaja. Pero una cosa es exponer a peste como alguien sediento de venganza a toda costa y otra como un villano que no tolera otra cosa que no sea ganar. ¿Qué le pasó a ese Freezer despiadado y de corazón frió que actuaba con cierta elegancia? ¿Por qué ahora lo pintan como alguien ansioso y berrinchudo que quiere que se haga lo que él pida? Hasta ahora sentimos que se están yendo al extremo en la manera en como pintan al atormentado conquistador.
Otro aspecto que se siente le resto intensidad al combate fueron las diversas secuencias cómicas o fuera de contexto que se presentaron. En Dragon Ball Z cuando Freezer atacaba o se entrometía con los demás personajes que no participaban en la pelea, se sentía como una verdadera amenaza hacia Gokú y su intento por mantener a raya a su adversario. Ahora dichas amenazas se sienten más como intento forzado por hacer ver al villano como un ser peligroso, uno que hasta ahora no se ha sentido como tal.
Quizá el mejor ejemplo que ilustra este aspecto es la fallida intervención de Vegeta durante la pelea. Conociendo al personaje, resultaba más que evidente que en algún momento mostraría desesperación por ver que el combate no pasaba a mayores niveles de intensidad. Sin embargo y aunque su disparo instintivo y desesperado contra Gokú fue algo sorpresivo, la manera en como este se desarrollo acabo por ser uno de los momentos más incongruentes de la saga. ¿Por qué Vegeta le aplaudiría a Freezer por haber resucitado? ¿Por qué en lugar de regañar a Gokú y exigirle que pelee bien (como si fuera madre enojada), éste simplemente no se lanzó hacia su rival? Eso va más acorde con el Vegeta que conocemos.
Este último momento en lugar de intensificar la tensión de la pelea, terminó por enfriarlo de manera abrupta y lo condujo a una plática que de poco o nada ayudo al episodio. La plática entre los saiyajines y el conquistador se sintió tan fuera de contexto que no comprendemos los motivos por los que los animadores decidieron incluirlo.
Si a todo esto le añadimos el escaso repertorio de melodías que se está usando para la serie, los momentos clave como estos terminan por sentirse vacios y sin esa energía que deberían de proyectar. ¡Vaya que a Dragon Ball Super le está haciendo mucha falta una buena banda sonora que pueda acompañar a esas secuencias importantes!
Finalmente no podía dejar de mencionar el hecho de la calidad de las ilustraciones. En lo personal no me gusta enfocarme mucho tan quisquilloso como lo es éste. Sin embargo, he de admitir que en esta ocasión fue más que perceptible el bajón de calidad en varias de las secuencias; no tan drásticos como sucedió en el infame episodio cinco, pero si dignos de mencionarse. Seguramente esto dará mucho de qué hablar entre los fans.
Hasta aquí llegamos con nuestro resumen semanal. ¿Qué les pareció? ¿Creen que la pelea comenzó muy bien o de plano sienten que ésta no fue tan épica como muchos hubiésemos esperados? Compártanos sus impresiones en la sección de comentarios.
Nos vemos la próxima semana dragonboleros.
