Con la llegada de octubre concluyó la temporada de anime de verano, la cual de manera general dejó más que satisfechos a los fans de la animación japonesa. Precisamente de entre todas las increíbles series que se transmitieron en la televisión nipona a lo largo de los últimos meses se encontró una comedia que, desde su aparición en manga en marzo del 2013, comenzó a cautivar a millones de personas por varios aspectos pero, sobre todo, por su carismática protagonista. Me refiero ni más ni menos que a Himouto! Umaru-chan.
Les seré sincero, aunque me encanta ver anime no me podría considerar a mi mismo como un fanático o ferviente consumidor de la animación nipona (otaku si quieren verlo de otra forma). Esto se los digo más que nada porque, más que otra cosa, no cuento con el tiempo necesario para poder disfrutar de las series que me gustaría en mi tiempo libre; menos aún si se trata de un anime que, pese a que sé que se encuentra recibiendo excelentes críticas, cuenta con una gran cantidad de episodios o lleva ya varias temporadas. Me resulta difícil pasar viendo anime de la manera como alguna vez lo llegue a hacer.
Sí, ya sé qué es lo que se están preguntando: “¿Entonces, por qué estoy escribiendo sobre un anime?” Porque precisamente para que yo me anime a ver un anime (valga la expresión), éste necesita contar con una combinación determinada de elementos que me atrapen y que me convenzan de seguir viendo cada uno de sus episodios: Himouto! Umaru-chan tuvo varios de ellos.
¿Cómo cuáles? Permítanme explicárselos.
De entre toda la gama de series y animaciones japonesas con diversas temáticas y tramas cautivantes que invadieron la televisión japonesa, Himouto! Umaru-chan fue una que logró atrapar a varias personas por muchas cosas menos por su historia ya que ésta resultaba de lo más simple y sencilla de entender. De hecho y si somos fríos, como tal este anime no cuenta con una trama compleja que tenga que seguirse de una manera predeterminada o en capítulos para que sea entendida y sea posible proseguir con ella.
Himouto! Umaru-chan nos cuenta la historia de Umaru Doma, una jovencita de 16 años que vive en un pequeño apartamento con su hermano, Taihei Doma, un joven profesionista sumamente responsable que se encuentra a la mitad de la década de sus veinte años.
En comparación a otras adolescentes, Umaru destaca de entre sus compañeros dada su gran belleza y sublimes destrezas y habilidades. En la escuela ella siempre obtiene excelentes calificaciones, es buena en deportes y diestra en cualquier actividad extra académica en la cual se enrola. Por muchos es vista como la chica perfecta y como un modelo al cual aspiran poder convertirse.
Si bien la hermosa Umaru parecería ser perfecta en todo lo que hace, cuenta con un fuerte secreto del cual solamente su hermano conoce. Cuando llega a casa, se transforma en una pequeña versión de ella misma (como una niña) que disfruta de usar una capita con capucha en forma de hámster mientras haraganea y no hace otra cosa más entretenerse en lo que resta de la tarde. Ya sea que lo haga mientras juega videojuegos, se la pasa en internet, viendo televisión, leyendo mangas, durmiendo, divirtiéndose con sus muñecos o comiendo papas fritas con refresco de cola (sus favoritas); mientras su hermano llega de trabajar para hacerle de cenar, ella siempre encontrará la forma de pasar el rato sin tener que salir de su hogar ni hacer algún tipo de quehacer o deber.
A lo largo de los 12 episodios que componen a la serie aprendemos a conocer cómo es el estilo de vida de Umaru, tanto en su faceta de estudiante modelo como de niña floja e incluso, aunque en menos ocasiones, como de una chica gamer que frecuenta las arcades y domina todos los juegos que ofrecen diversos premios. Así mismo, averiguamos su manera de actuar y de relacionarse con sus amigas, compañeras de clase, conocidos y, aún más importante, su hermano, quien cuenta con una actitud sumamente opuesta a la de ella.
Más que contar con un argumento que se desenvuelve constantemente a lo largo de los capítulos, la serie nos presenta diversos segmentos y situaciones que pueden ser vistos, entendidos y disfrutados sin un orden aparente. Resulta relativamente sencillo saber y comprender qué ocurre en estos con tan sólo contar con el contexto más general. Eso, al menos en mi caso, es algo que me convenció para seguir viendo la serie.
Aunque simple, mentiría si dijera que el principal atractivo y fuerte de Himouto! Umaru-chan es su trama. Si bien resulta divertida, ésta no cuenta con una gran profundidad como tal. Por otro lado y en donde si podemos ver un punto de interés es en su elenco de personajes.
Hasta ahora les he hablado solamente de cómo es Umaru, la protagonista y de quien prácticamente se desencadenan todos los sucesos del anime. Sin embargo el resto de los personajes que conocemos a lo largo de la serie logran darle una solidez al argumento que, desde lejos, parecería ser intrascendente.
En primer lugar se encuentra Taihei, el hermano de Umaru y el segundo personaje más importante de todos. Al ser él un joven profesionista que comienza su vida laboral, viene a fungir como la figura paternal de su hermana y como un contrapeso a la actitud desinteresada, perezosa, mimada y hasta abusiva de la misma. Mientras que la colegiala buscará siempre obtener la propia satisfacción personal, por diversos momentos será él quien la centre y haga entrar en razón… la mayoría de las veces.
A la par de Taihei, las amigas de Umaru también vienen a enriquecer la manera en cómo actúa la protagonista y se desenvuelven sus aventuras.
Por un lado se encuentra Nana Ebina, una joven provinciana de actitud sumamente tímida que poco a poco se irá abriendo con Umaru y generando confianza tanto con ella como con su hermano. Junto a ella se encuentra Kirie Motoba, una chica solitaria de aspecto sumamente intimidante que, pese a su apariencia, su principal deseo es ser mucho más abierta con la protagonista; ella es de los pocos personajes que logra conocer la faceta chibi y ociosa de Umaru. Así mismo, también estará Sylphynford Tachibana, compañera de clase sumamente hiperactiva y alegre y quien ve en Umaru a una rival a vencer en todo lo que haga; ella también conoce en algún momento a UMR, el alias con el cual se hace pasar la protagonista cuando acude a las arcadias.
Básicamente el elenco de personajes se reduce a las personas con las cuales suele convivir Umaru. Aunque también hay otros dos más dentro del anime (los amigos de Taihei), la trama siempre se centrará en estos pocos.
¡Pero que este factor no te desanime! Si bien el repertorio es escaso, precisamente su poca variedad de individuos provoca que los pequeños y breves arcos argumentales se enfoquen en estos mismos, permitiéndoles así desenvolverse de una mejor manera con sus semejantes. En otras palabras, te permite conocer a cada uno de ellos de una mejor manera.
Aunado a todos los elementos anteriores, otro factor que hace única a Himouto! Umaru-chan es el hecho de que éste busca convertirse en una ligera parodia de la realidad. Al ser una historia basada en una niña con diversos hobbys relacionados con la cultura otaku (juegos, anime, manga, figuras, juguetes o internet), será muy frecuente observar varias referencias a diversos detalles que muchos de quienes comparten estos gustos podrán identificar. Por mencionar algunos ejemplos, de manera oculta se encuentran esparcidas menciones a juegos como Street Fighter, Final Fantasy, Mario Kart, Dragon Quest, Resident Evil o Pokémon; fenómenos culturales como lo son los videos de animales y burlas en internet; animes como Precure o One Piece; marcas de renombre y de la talla de Coca-Cola, Calbee, PlayStation, ANIMATE, Pocky; e incluso a personajes ficticios como Hatsune Miku.
Ahora bien, como tal Himouto! Umaru-chan no busca ser una parodia de la cultura otaku y todo lo que gira alrededor de ella, así como en su momento lo llegaron a ser Lucky Star, Excel Saga o Gintama. Más bien lo que busca hacer con ello es realizar una burla del estilo de vida himono (alguien que aparenta ser alguien en sociedad pero es sumamente flojo en su casa) al tiempo que intenta darle un mayor grado de identidad a su argumento con elementos propios de la vida misma.
Finalmente no podíamos dejar de mencionar su apartado visual y estético. Al ser esta una comedia sencilla sobre la vida diaria el creador de la serie, Sankaku Head, la dotó con un estilo artístico y un concepto que se asemeja al moe. Por ello podemos esperar que todos sus personajes cuenten con un estilo que se asemeje a lo tierno e inocente, aunque en su manera de acruar y ser pudiesen no reflejarlo. Lo mismo ocurre con sus situaciones las cuales suelen caer en el rango de lo lindo. Para muestra, basta con que vean el opening de la serie el cual, si toleran este estilo de producciones, les demostrará claramente de que va toda su premisa:
Con esta combinación de elementos y un argumento sumamente sencillo, Himouto! Umaru-chan se convierte en una serie que fácilmente puede ser disfrutada por muchas personas. Más allá de querer impresionar a la audiencia con una historia profunda repleta de giros inesperados o con secuencias impactantes repletas de acción o drama, este anime busca ofrecer mera diversión y simple entretenimiento, directo y sin mucha complejidad.
Como en muchos casos hubo un aspecto dentro de la serie que desató mi interés por ella y que me animó a averiguar sobre lo que trataba; en este caso fue el diseño de Umaru, del cual no pude más que pensar que se me hacía simpático y del que me sorprendía ver que en internet se había convertido en tema recurrente. Cuando comencé a verlo, nunca me imagine encontrarme con un anime que, pese a su sencillez, lograse divertirme mucho, me hiciera encariñarme con sus personajes (¡con todos!) y que me provocará tristeza al saber que ya había concluido.
Qué no te espante su apariencia tierna y de cierta forma infantil. Si le das una oportunidad a Himouto! Umaru-chan te aseguró que encontrarás en ella una serie sumamente entretenida que te hará pasar un buen rato. Si te animas a verla podrías terminar amando u odiando la manera de ser de Umaru, pero nunca negando que la ociosa chica tiene un carisma que la convierte en un personaje digno de ser recordado.