Review – Final Fantasy XVI

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Con una enorme responsabilidad 

Review Final Fantasy XVIHay ciertos nombres dentro de este medio que intimidan a cualquiera. Indudablemente, Final Fantasy pertenece a esa élite de series históricas que siempre que estrenan una nueva entrega de su línea principal, hacen que el medio entero voltee a verlos, más si tomas en cuenta que Square Enix suele experimentar y probar nuevas formas con estos títulos, esto claro, con todo el riesgo que implica. Para prueba de todo lo anterior, tenemos que lo pasó con Final Fantasy XV en 2016, juego fantástico que finalmente llevaba a la serie a un sistema totalmente de acción, pero que precisamente por estar probando nuevas tecnologías e ideas, se terminó entregando un producto claramente incompleto. Ahora con un equipo totalmente nuevo que para muchos, se ha convertido en uno de los pilares de la empresa gracias a su trabajo con Final Fantasy XIV, nos llega el súper esperado Final Fantasy XVI, el cual, fiel a como siempre ha funcionando la serie, se lanza a la aventura con conceptos nunca antes vistos y a la vez, retoma muchas de las tradiciones que se habían dejado de lado, esto claro, en una súper producción AAA que busca competir de tú a tú con los títulos más sofisticados del mercado.

Planear un nuevo Final Fantasy debe ser verdaderamente complicado pues como ya te lo platicaba, la saga suele tomar direcciones muy distintas con cada una de sus entregas numéricas; es decir, no existe un molde ni fórmula para seguir. Es claro que muy difícilmente se regresará a un sistema de combate por turnos, pero la realidamd es que todo puede pasar, pues igualmente se pensaba que dejar de lado el tema de la fantasía y ciencia ficción, no sería posible. Final Fantasy XVI vuelve a sorprender al dar un fuerte giro para volver a los fundamentos más añejos de la serie basados en formas muy clásicas de la fantasía medieval occidental, esto con claros toques inspirados en historias modernas como la de Game of Thrones, coronando todo con un súper sofisticado sistema de combate que vuelve a cambiar nuestras definiciones de JRPG de acción. La nueva obra del Creative Business Unit III encabezado por Naoki Yoshida, es una que no pasará por alto gracias a todo lo anterior y a valores de producción verdaderamente altos que ratifican al desarrollo japonés de videojuegos como parte de la punta de lanza en cuanto a innovación.

El mejor relato de la saga

Las historias y por supuesto, la manera en la que éstas se cuentan, se han convertido en parte esencial y muchas veces focal de los videojuegos modernos de gran producción. Podríamos decir que en realidad, el primer género que se adentró en narrativas mucho más complejas con personajes tridimensionales fue el de los RPG. Prácticamente desde que este tipo de diseño nació dentro del medio, se puso especial énfasis en cautivarnos con relatos que en más de una ocasión, se han quedado grabados en nuestras memorias para siempre. Evidentemente, Final Fantasy ha sido uno de los principales contribuidores de todo esto, aportando técnicas, conceptos y todo tipo de ideas para que los videojuegos sean mucho más que solo juegos, al punto de que hasta la fecha, es complicado decir qué título de la saga cuenta la mejor historia.

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Antes que nada, ¿tengo que haber jugado algún otro Final Fantasy para entrarle a este nuevo? No, la respuesta es un rotundo no. Como casi siempre ha funcionando la serie, acá estamos ante un relato totalmente independiente que si bien, toma algunos elementos y referencias de sus antecesores, no tiene nada que ver con ellos, por lo que en efecto, éste podría ser tu primer Final Fantasy sin ninguna clase de problema.

En Final Final Fantasy XVI tomamos el control de Clive Rosfield, primogénito del Gran Ducado de Rosaria, unas de las seis principales naciones que habitan el mundo de Valisthea, el cual, a su vez, está separado por dos continentes principales. Son tiempos sumamente complicados para la región, pues una maldición conocida como el Blight, está consumiendo extensas partes de tierra, dejándolas completamente estériles y sin vida. Dicho asunto pone muy nerviosos a los líderes de cada uno de los territorios, haciendo que las tensiones entre ellos se vuelvan cada vez más intensas y con fuertes riesgos de un conflicto armado. Además, tenemos una compleja sociedad en donde las personas que pueden controlar magia sin la necesidad de cristales, son tratadas como esclavos y como una especie de infrahumanos. En contraste están los Dominants, seres capaces de invocar a los Eikons que son básicamente criaturas de gran poder que por supuesto, están basados en los summons clásicos de Final Fantasy.

La historia de Clive arranca cuando él apenas tiene 15 años. Su familia no tiene más opción que responder a las agresiones del Sagrado Imperio de Sanbreque, y justo cuando está por embarcarse en la campaña militar junto con su padre y hermano, sufren de una grave traición que básicamente destruye a su familia y causa un par de enormes tragedias, haciendo que el protagonista caiga en manos enemigas y pase de básicamente ser un respetado príncipe, a un esclavo, pues precisamente, cuenta con poderes mágicos. 

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¿Te suena como una historia demasiado clásica? Me sorprendería si no. Algo que tiene Final Final Fantasy XVI en casi cada uno de sus apartados, es que por un lado suele ser muy vanguardista y por el otro, sumamente tradicional. Sí, puede que la premisa de su relato del camino del héroe sea algo ya conocido, pero créeme cuando te digo que la forma en la que se desarrolla para nada lo es. Algo sumamente interesante es que estamos ante un cuento que pasa de eventos mayores que involucran a naciones enteras, hasta asuntos sumamente personales con personajes brutalmente bien construidos que están cambiando de manera constante. Sobre todo Clive, es un protagonista sumamente complejo, interesante y que está evolucionando con cada evento que se le presenta. De igual forma, quienes lo rodean, siempre suelen aportar algo de relevancia y se consigue que formemos un lazo bastante intenso con todos ellos.

La historia de Final Final Fantasy XVI es una de traición, redención, amistad, venganza y de fuertes contrastes. Su inspiración claramente está puesta en cómo es que muchas veces funciona Game of Thrones, pues además de todo este asunto de las familias, tenemos que en cualquier momento y sin previo aviso, un importante personaje puede perder la vida, dejándote en completo shock. A su vez, la forma en la que el relato en escala macro se va desarrollando, hace que todo el tiempo te mantengas al filo de tu asiento, pues en prácticamente todo momento, algo importante está ocurriendo. De mencionar que en efecto, este es uno de los Final Fantasy más enfocados en la parte narrativa y de historia, estando fuertemente cargado de espectaculares cinemáticas con tonos muy violentos y oscuros, además de que la gran mayoría de conversaciones, cuentan con actuación de voz, misma que te puedo decir, está sumamente bien lograda.

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Es complicado decirlo, pero creo que luego de las poco menos de 40 horas que me tomó completar el quest principal del juego, te puedo decir que Final Fantasy XVI cuenta la historia más fuerte, intensa e importante de toda la historia de la saga. La manera en la que desarrolla a su propio mundo y complejo lore, solo se ve superado por cómo es que sus personajes están en constante evolución, haciendo que en todo momento sientas interés por ellos y por lo que les está pasando. Por todo lo anterior, también pienso que sea sin duda, esta es la mejor historia que se nos va a contar dentro de un videojuego al menos en este 2023.

Cambiando al JRPG de acción

Las tradiciones siempre serán importantes, pero la innovación y buscar nuevos horizontes, puede que tenga mucha mayor relevancia al final del día. Luego de todos los experimentos que se hicieron con las secuelas de Final Fantasy XIII, Square Enix decidió que finalmente era momento de que la serie dejara el famoso combate por turnos para apostar de lleno por la acción. Los resultados de Final Fantasy XV a nivel de core gameplay fueron verdaderamente destacados, por lo que continuar con ese camino era lo lógico. Para lograr algo distinto y que llevara a la franquicia hacia nuevas cosas, el Creative Business Unit III decidió echar mano de los servicios de Ryota Suzuki, antiguo diseñador del sistema de combate de Devil May Cry 5.

Final Fantasy XVI es un JRPG de acción de que se acerca peligrosamente a más bien ser un hack & slash, esto gracias a su muy sofisticado sistema de combate y a cómo es que gran parte de la experiencia, precisamente recae en las peleas y muy poco en cosas como por ejemplo, estadísticas y personalización, es decir, en elementos más propios de un juego de rol. Vayamos de lo más sencillo a lo más complejo. Clive cuenta con dos formas de agresión básicas. El golpe con su espada usando cuadro, y el poder lanzar magia a distancia con triángulo. Conforme golpeas a un enemigo y vas mezclando estos dos movimientos, puedes armar combos que claro, generan mucho más daño. Además, podemos saltar con X para poder atacar en el aire.

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Hasta ahí, todo va por un camino mayormente conocido. La cosa se empieza a poner interesante cuando te das cuenta que usando círculo, puedes hacer un dash casi instantáneo hacia un enemigo para golpearlo con gran fuerza, ya sea con tu espada o con la propia magia. Para defenderte, es posible usar R1 para moverte de posición y evadir agresiones del contrario. En caso de que lo hagas en el momento exacto, la cámara se vuelve lenta por un par de segundos para que puedas contraatacar. De igual forma, si mueves tu espada justo después de que un rival está por atacarte, le cancelas su acción y lo aturdes para tú contraatacar. Evidentemente, la mezcla de todas estas acciones te van permitiendo ser mucho más dinámico al momento de los enfrentamientos.

Como ya te lo contaba, Clive cuenta con el poder de lanzar y hacer magia en general. Al inicio, solo tienes poderes de fuego por haber sido bendecido por el fénix, lo cual, te da acceso a cosas como el dash del que ya te conté, pero también a una serie de artes especiales. Usando R2 y posteriormente triángulo o cuadrado en el DualSense, podrás ejecutar cosas como invocar una columna de fuego o hacer un remolino de llamas para dañar a varios enemigos a la vez. Conforme progresas en la historia, el protagonista se hará acreedor a los poderes de otros Eikons, lo cual, le da ataques diferentes con otros elementos. Importante mencionar que estas nuevas magias son marcadamente distintas entre cada una de ellas, dándole muchísima variedad al propio sistema de combate. Por cierto, es sumamente dinámico el poder estar cambiando entre ellas con solo presionar L2 en el control.

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¿Eso es todo? No, en realidad no lo es y si lo fuera, la verdad es que de todos modos estaríamos ante un súper avanzado juego de acción. Además de todo lo anterior, Clive cuenta con la ayuda de su fiel canino Torgal, el cual, usando el D-Pad, nos puede asistir con cosas como atacar al enemigo, lanzarlo por el aire o por qué no, reponer algo de nuestra salud. Hablando de reponer salud, cosas como pociones y demás ítems están de regreso para asistirnos en batalla cuando así sea necesario, esto incluso por medio de solo un comando en el D-Pad. La verdad es que a pesar de que todo esto podría sonar demasiado complejo, la manera en la que se construyó la interfaz del juego hace que cada acción que demos se sienta natural.

Pasando al tema de los enemigos, te cuento que además de que existe una enorme variedad, cada uno con sus fortalezas y debilidades, Final Fantasy XVI te dejará muy sorprendido por la gran cantidad de sub jefes y jefes que nos presenta. Estos enemigos de mayor poder y tamaño, cuentan con una barra de stagger, la cual, se va bajando conforme armamos combos. En caso de que se vacíe, el enemigo queda aturdido y a nuestra disposición. Indudablemente, en estos momentos es cuando el juego más brilla, pues nos presenta enfrentamientos sumamente épicos, memorables y sobre todo, muy bien diseñados. La verdad es que rara vez sentí que me estaba enfrentando contra el mismo monstruo.

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Un último truco que Clive tiene bajo la manga es el clásico Limit Break. Una vez que nuestras barras de este poder se hayan llenado, podemos hacer que el protagonista entre en esta especie de modo berserk para que sus ataques sean mucho más rápidos y fuertes, además de que cada que conectas uno, recuperas un poco de salud. De este lado, nada innovador, pero vaya que es divertido usarlo.

¿Y qué hay de las peleas entre Eikons que tanto se han mostrado durante la promoción del juego? Pues bien, cada determinado tiempo durante la historia, será momento de que tomes el control de Ifrit o de algún otro summon clásico de Final Fantasy para protagonizar una épica batalla de grandes dimensiones, muy inspiradas en cintas de kaijus como Pacific Rim. Algunas de estas escenas son meras cinemáticas con QTEs de vez en cuando, o con alguna mecánica básica, pero también hay otras en las que tomamos completo control del monstruo para dar acciones directas, punto en el que más brilla parte del sistema de combate del juego.

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A diferencia de todo lo que pasa con el combate, la progresión y personalización de nuestro personaje toma el camino de la simplicidad, asunto que seguro alegrará a algunos, pero que disgustará a quien tal vez esté esperando una experiencia de RPG mucho más compleja. Cada que ganemos una batalla o completemos un quest, Clive ganará puntos de experiencia para subir de nivel, asunto que su vez, aumenta sus stats básicos como salud, fuerza, defensa, velocidad, etc. Además, obtenemos puntos que pueden ser cambiados en los árboles de habilidades para mejorar o desbloquear movimientos. Otro punto a destacar es que solo tenemos control de Clive tanto en combate, como en la parte de personalización. Sí, constantemente tenemos acompañantes, pero éstos funcionan de forma completamente independiente a nosotros.

Sobre el equipo del personaje principal, le podremos cambiar cosas como su espada, brazalete y parte de su armadura, esto a través de encontrar objetos en los mapas, comprarlos con un mercader, o por qué no, fabricarlos nosotros mismos en una forja. Importante mencionar que lo único que tiene impacto estético es la espada. Sumado a lo anterior, tenemos tres slots para equipar colguijes o anillos que pueden mejorar algunos de nuestros stats o bajar el cooldown de nuestros movimientos especiales. Aquí entra un elemento bastante llamativo para hacer a Final Fantasy XVI un juego más accesible. Verás, además de que se te permite elegir un modo “enfocado a la historia” que básicamente hace al juego más fácil, tenemos unos pendientes especiales que pueden hacer que tu salud se recupere sola, que la ventana para esquivar agresiones sea mucho más grande o que tus combos se hagan automáticamente. Por supuesto, esto está hecho para quien quiere una experiencia sin reto de ningún tipo. Para nada te recomiendo tomar este camino.

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El sistema de combate de Final Fantasy XVI es simplemente brillante. Sin temor a equivocarme, te puedo decir que es uno de los mejores que me haya tocado experimentar dentro de un RPG, y mira que en los últimos años cosas como Tales or Arise, Scarlet Nexus o el propio Final Fantasy VII Remake, hicieron avances verdaderamente importantes en este apartado, pero creo que Square Enix ha logrado dar un paso más allá con un gameplay que simplemente fluye y que sobre todas las cosas, es brutalmente divertido y satisfactorio. Claro que en la parte de personalización me habría gustado tener mucha más libertad y que el juego se comportaba más como un RPG hardcore que como un hack & slash, pero también entiendo que precisamente, el enfoque del equipo desarrollador está más bien puesto en un juego dinámico de acción, más que en uno de rol en el que tengamos que pasar mucho tiempo en menús.

De estructura clásica

A pesar de que la tendencia de los mundos abiertos ha perdido bastante tracción en los últimos años, esto gracias a que finalmente está habiendo un entendimiento de que un diseño lineal no tiene menos valor, seguimos viviendo un poco bajo el estigma de que cualquier producción AAA, tiene que darle libertad de elección y movimiento al jugador. El experimento presentado en este apartado con lo que fue Final Fantasy XV dio resultados mixtos, pues a pesar de su gran core gameplay, la realidad es que el supuesto mundo abierto en el que nos ponía, no terminó por cuajar y muy probablemente, fue el causante de que el proyecto tuviera tantos problemas antes, durante y después de su lanzamiento. Con todo esto en mente, el equipo de Naoki Yoshida decidió tomar otro rumbo con Final Fantasy XVI, presentando una estructura mayormente clásica para un JRPG.

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Lo primero que hay que decir es que no, Final Fantasy XVI no es un juego de mundo abierto ni mucho menos. Al ser un producto tan apegado a su narrativa e historia, las secuencias totalmente lineales y guiadas son una constante a lo largo de nuestra aventura con Clive. Sobre todo durante las primeras 10 horas, te sentirás altamente contenido en escenarios en los que solo tienes que llegar de punto A a punto B. Puede que este asunto vaya a desesperar mucho a los más impacientes, pues estamos hablando de un auténtico túnel tal y como pasó con Final Fantasy XIII.

¿El juego se termina abriendo? Sí, llega un punto en el que se nos da muchísima más libertad, sin embargo, te puedo decir que la exploración o un sofisticado diseño de niveles, para nada son uno de los objetivos de Final Fantasy XVI. El mundo está dividido en diferentes escenarios que en ciertos puntos de la historia podemos visitar y explorar con libertad. El overworld es un bonito menú con el que nos podemos mover a través de las diferentes regiones, haciendo fast travel en puntos específicos, sin embargo, debes de tener muy en cuenta que al final, esto es precisamente eso, un menú y no una área en la que nos podamos mover como tal.

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Cuando finalmente se te suelta un poco de la mano y se te deja en una de las áreas que podríamos considerar abiertas, te das cuenta de que más allá de eliminar enemigos y encontrar uno u otro tesoro, no hay mucho más qué hacer, justamente como normalmente funcionaban los overworlds en JRPGs de antaño. Con lo que sí te puedes llegar a topar es con sidequests, los cuales, por desgracia, en su gran mayoría son de los llamados fetch quests que consisten de una estructura sumamente básica en la que debes de hacerla de mandadero y en el mejor de los casos, tendrás que eliminar a un grupo de enemigos para completar la actividad. Existen un par de ellos que indudablemente aportan en la parte narrativa, pero en general, te diría que son cosas que te puedes saltar sin mayor empacho. Solo te diría que si ves algunos con el símbolo de “+”, sí los vayas a investigar, pues uno de ellos te libera la posibilidad de montar un Chocobo.

La verdad es que sí he quedado un poco decepcionado con lo estériles que se llegan a sentir éstas áreas de Final Fantasy XVI y sobre todo, lo planos y faltos de diseño que son sus sidequests. Creo que la decisión de no ser un juego de mundo abierto es la correcta, pero de igual forma, me habría encantado que la exploración tuviera más sentido. La buena notica acá es que los quests principales son una auténtica maravilla. Como ya te lo había comentado, nada de lo que hacemos con Clive para progresar en su historia, se siente como algo de relleno. Todo el tiempo sientes que estás haciendo algo relevante o épico como enfrentar jefes de gran tamaño. Pero sí, puedes esperar un juego mayormente lineal en el que vas siguiendo una línea perfectamente delimitada.

Sublime experiencia audiovisual

Square Enix se ha topado con bastantes obstáculos siempre que hablamos de tecnologías para sus grandes producciones. El uso de su propio Luminous Engine ha sido un auténtico dolor de cabeza, mientras que apostar por Unreal parece ser una solución solo de corto plazo. A pesar de que tenemos muy poca información sobre el motor gráfico en el que está corriendo Final Fantasy XVI, te podemos decir que indudablemente se tomó la decisión correcta, pues se nos está entregando un juego que no solo se ve y se escucha espectacularmente bien, sino que tiene un gran desempeño y que está impecable a nivel de bugs y glitches.

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Comencemos con el tema de los números fríos. Final Fantasy XVI ofrece dos modos de visualización distintos. El primero de ellos se enfoca en la calidad visual y despliega una hermosa imagen a 4K nativo y 30 cuadros por segundo brutalmente estables. El segundo es el de rendimiento, el cual, busca los 60 cuadros por segundo sacrificando resolución y en general, calidad visual. ¿Cuál de ellos recomiendo? Totalmente el de calidad visual. Verás, a pesar de ser un juego altamente cargado de acción que indudablemente se beneficia de un framerate más alto, la verdad es que los 30 cuadros están tan bien logrados en temas de estabilidad, animación y uso de cosas como el motion blur, que para nada extrañas los 60 cuadros, los cuales, según mi percepción, ni siquiera son tan estables y sí sacrifican bastante la calidad de imagen. Te podría decir que el juego está diseñado para jugarse a 30.

Del lado de bugs y glitches tenemos a un juego impecable como ya lo platicábamos. La seguridad en dicho aspecto del equipo de desarrollo es tal, que ni siquiera se tiene planeado lanzar uno de los famosos parche de día uno. Final Fantasy XVI es un juego que sí fue terminado y que está listo para ser disfrutado. A lo mucho podríamos decir que notamos ligeras caídas de framerate aquí y allá, pero en realidad es nada.

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Dejando de lado lo anterior, te puedo decir que Final Fantasy XVI es un juego que se ve muy, pero muy bien, esto claro, apoyado por una dirección de arte de verdadero alarido, que hace que tanto los escenarios, como los personajes que los habitan, le llenen el ojo a cualquiera. Puede que mi única queja real de todo este apartado es que las animaciones faciales y corporales durante ciertas conversaciones, no están a la altura de una súper producción moderna siendo bastante acartonadas, asunto que cambia radicalmente en sus cinemáticas, las cuales, como ya te lo contaba, son muchísimas y tienen un cuidado muy especial. Sorprendente que la gran mayoría de ellas están corriendo en tiempo real. Importante mencionar que el tono altamente sangriento y oscuro, mezclado con elementos más clásicos de la serie, funcionó a la perfección.

¿Y la música, qué hay de la música? Pues bien, te puedo decir que estamos ante el mejor soundtrack del año y muy probablemente, ante una de las mejores bandas sonoras que el JRPG haya visto jamás, de verdad, una de las grandes estrellas de este nuevo juego es el impresionante trabajo que hizo Masayoshi Soken en la composición, pues además de tomar y arreglar muchas de las grandes tonadas y piezas del legendario, Nobuo Uematsu, nos presenta un amplio repertorio de nuevas composiciones que solo de recordarlas, me siguen poniendo la piel de gallina. Temas de acción, calma, angustia, tristeza, felicidad y demás sentimientos, indudablemente han quedado grabados para la historia de esta franquicia. De destacar el gran trabajo que también se hizo en la parte de la mezcla de audio, pues además de que la música es dinámica y una misma pieza puede cambiar de golpe de notas muy tranquilas, a mucha intensidad, todos los sonidos de Valisthea te abrazan sin importar donde estés.

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Regresando al tema de la tecnología y como ya te lo platicaba, no sabemos con exactitud qué motor se usó para Final Fantasy XVI, pero de acuerdo con algunas declaraciones de Yoshida, es tecnología propia. ¿Será una versión modificada del motor de Final Fantasy XIV o tal vez del propio Luminous Engine? No tenemos idea, de lo que estamos seguros es que el juego luce y se escucha justo como esperábamos que lo hiciera un Final Fantasy de nueva generación gracias a que se tomó la determinación de no incluir al PS4. Por cierto, el uso del DualSense es constante y está muy bien logrado. El control del PS5 no deja de vibrar en ningún momento y lo hace de forma muy especial.

Rock solid

score95Sacar adelante una producción hoy en día se ha convertido en un verdadero reto hasta para los más experimentados. Constantemente vemos juegos súper esperados que salen incompletos o con marcados problemas técnicos que sobre el paso, se intentan corregir. Tomando en cuenta lo anterior y claro, que buena parte del futuro de Square Enix está puesto en cómo le vaya a Final Fantasy XVI, me parece que es de aplaudir el producto tan pulido que se está entregando desde día uno. Es cierto que el tema de la exploración pudo ser mucho mejor, pero la realidad es que estamos ante un fantástico RPG de acción con un profundo sistema de combate, una de las mejores historias del año, y una presentación audiovisual que no solo nos deja satisfechos, sino bastante emocionados e ilusionados de lo que se podría venir para el futuro de la saga.

El Creative Business Unit III de Square Enix ha cumplido de nueva cuenta, entregando un título digno del nombre con el que carga para dejar clara su importancia dentro del medio y de paso, ser una puerta ideal de entrada para cualquiera que en su vida le haya puesto las manos encima a un juego de la serie creada por Hironobu Sakaguchi hace ya 36 años. Final Fantasy XVI no solo es uno de los mejores juegos del año, es uno de los mejores títulos de rol hechos en Japón en un largo tiempo y por consiguiente, uno de los exponentes más importantes de la legendaria franquicia a la que pertenece, esto gracias a grandes valores de producción y a ideas claras que mantuvieron a su ciclo de desarrollo por el camino correcto, asunto que claro, desemboca en un videojuego tremendamente sólido que a pesar de no ser perfecto, indudablemente tiene virtudes que opacan fuertemente a sus defectos.

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Alberto Desfassiaux
Editor en Jefe de Atomix. No me gustan los videojuegos... ¡adoro los videojuegos!