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PS5
Omega Force
Koei Tecmo Games
17/01/2025
Dentro del gran repertorio de videojuegos, pocas son las experiencias que se pueden dar el lujo de decir que acuñaron algún subgénero. Casos como el de Metroid y Castlevania con Metroidvania son el ejemplo perfecto. Sin embargo, Nintendo y Konami no son los únicos que han alcanzado este honor, puesto que desde la época del PlayStation 2, Koei Tecmo y Omega Force han sido la cara de los Warriors, o Musou. Aunque en su momento estos juegos pudieron ser considerados de nicho, desde la generación pasada han ganado popularidad gracias a colaboraciones con The Legend of Zelda, Dragon Quest, Persona 5, y otras propiedades, permitiendo que, no solo los jugadores disfruten algo único, sino que los desarrolladores tengan la oportunidad de experimentar con conceptos e ideas que estaban alejadas de su serie principal: Dynasty Warriors. De esta forma, muchos se emocionaron cuando el año pasado se anunció una nueva entrega en esta franquicia, la cual seguramente será la primera para muchos.
Aunque Dynasty Warriors comenzó como un juego de peleas, desde la segunda entrega en adelante se han caracterizado por ofrecer experiencias de hack and slash, en donde el jugador es capaz de derrotar cientos y hasta miles de enemigos de una forma extravagante, en donde el estilo siempre supera a la sustancia. Pese a que cada nuevo título mejoraba la fórmula de la serie, el trabajo de Omega Force se llegó a sentir repetitivo, principalmente porque toma como punto de partida los eventos de Romance of the Three Kingdoms en China. Ahora, tras tomar un descanso de siete años, los desarrolladores nos entregan Dynasty Warriors: Origins.
Después de experimentar con diferentes ideas y conceptos en los spin-offs, Omega Force regresa a su serie principal con Dynasty Warriors: Origins. Esta entrega promete cambios importantes a su fórmula, así como un avance sustancial en mecánicas, narrativa y presentación, algo que seguramente será del agrado de aquellos que se adentrarán por primera vez al conflicto de los Tres Reinos, así como a los veteranos de los Warriors. ¿Es Dynasty Warriors: Origins la evolución perfecta de la saga? ¿Acaso los desarrolladores son capaces de ofrecer todo lo que los fans han estado esperando? Descubre las respuestas a estas y más interrogantes en nuestra Atomix Review.
Dynasty Warriors siempre se ha caracterizado por ofrecernos una adaptación de los eventos en Romance of the Three Kingdoms, uno de los libros históricos y novelas más importantes de China. Aunque cada entrega se ha encargado de representar los mismos eventos, todos los juegos ofrecen más contenido o una perspectiva única, pero siempre en un marco general que trata de abarcar todo lo que sucedió previo a la formación de los Tres Reinos en el año 220. Para algunos, los pequeños cambios y mejoras fueron más que suficientes, pero otros estaban ya aburridos de siempre someterse a la misma historia. De esta forma, Origins tenía la complicada tarea de ofrecer un giro fresco que no solo fuera fiel a los eventos reales, sino que fuera sencillo de entender para todos los jugadores. Afortunadamente, Omega Force logra esto con la inclusión de un elemento nuevo para la franquicia: un protagonista.
Dynasty Warriors: Origins nos pone en los pies del Wanderer, un guerrero que forma parte de un grupo de soldados especiales enfocados en preservar la dinastía Han. Sin embargo, tras un accidente pierde la memoria, y en lugar de cumplir su objetivo, comienza a interactuar con miembros de diferentes facciones, rebeldes, generales en busca de poder, y todo aquel que necesite de su ayuda en el campo de batalla. Eventualmente, el protagonista conoce a Cao Cao, Liu Bei y Sun Jian, líderes de las tres facciones que buscan controlar China, decidiendo si desea aliarse con alguna causa, o continuar por un camino solitario.
La inclusión de un protagonista, por sencilla que suena, le funciona de maravilla a Dynasty Warriors: Origins. Al presentarnos a un personaje alejado del conflicto principal, el jugador tiene la oportunidad de experimentar los momentos más importantes de los Tres Reinos de una forma orgánica, interactuando con todos los generales y soldados más importantes de este periodo. Esto también permite que Omega Force nos entregue una representación de los hechos de una forma fácil de entender y, sobre todo, personal.
Los primeros capítulos nos dejan experimentar la Rebelión de los Turbantes Amarillos y el acenso de Dong Zhuo al poder, en donde el Wanderer conoce a Cao Cao, Liu Bei y Sun Jian. Sin embargo, el tercer capítulo nos pide aliarnos con alguna de estas tres facciones, modificando la perspectiva que experimentamos. Si bien el juego no cambia la historia real, el enfoque específico en uno de estos grupos hace que sea más fácil entender qué está pasando, creando una fuerte relación entre el usuario y el general que decida apoyar. Amigos serán enemigos, y enemigos se convertirán en amigos. Lo mejor de todo, es que el título nunca muestra una preferencia a cierto bando, y representa a cada uno de una forma romantizada, en donde siempre están haciendo lo correcto, y tienen un gran respeto por sus rivales.
Esta es una perspectiva interesante que ofrece un alto nivel de rejugabilidad, en donde el juego te incita a experimentar tres diferentes perspectivas del mismo periodo histórico. Esto no solo es bueno para aquellos que se adentrarán al mundo de Dynasty Warriors por primera vez, sino que los veteranos podrán re-experimentar las historias que ya tanto conocen con una mirada fresca que demuestra los mejores elementos de la serie. Sin embargo, no todo es perfecto. Si bien el título hace un buen trabajo al presentar los eventos generales de los Tres Reinos, no se puede decir lo mismo de la escala micro. Múltiples personajes son introducidas en un instante, solo para desaparecer durante varios capítulos, y regresar horas después como algún antagonista o aliado importante sin mucho preámbulo.
Junto a esto, jugar Dynasty Warriors: Origins solo una vez deja la impresión de que te estás perdiendo de algo, por lo que necesitas rejugar este título un par de veces más para entender muy bien el conflicto político y militar que se nos presenta. A la par, y esto es algo que tal vez solo afecte a aquellos en occidente, es algo difícil memorizar tantos nombres en chino, especialmente cuando su pronunciación es diferente a la forma en la que se escribe, creando una confusión que rara vez desaparece.
Aunque gran parte de la historia se transmite por medio de cinemáticas tradicionales, Dynasty Warriors: Origins también hace uso de cajas de diálogo en medio de las batallas. Esto es incómodo. Si juegas en japonés, no vas a prestar atención a las conversaciones que aquí encontramos, puesto que tu interés está en el combate, por lo que información importante usualmente es ignorada por el jugador. Esto ocasiona que en algún momento cambie el rumbo de algún enfrentamiento, sin que tengas una idea clara de qué está sucediendo. Claro, si juegas en inglés esté no será un problema grande, pero sigue siendo algo muy inconveniente.
De igual forma, el protagonista es algo que funciona bien como una puerta de entrada para el jugador, pero cuando el título desea explorar su pasado y misión en el mundo, Dynasty Warriors: Origins se queda a medias. Al ser un personaje silencioso y sin personalidad, es difícil que el usuario logre crear un vínculo y simpatizar con sus problemas genéricos sobre su destino. El Wanderer es un vehículo con el cual relacionarse con el resto del elenco principal y secundario. En este sentido, esta entrega introduce un sistema de relaciones en donde puedes conocer más a los generales que te acompañan y tener pequeñas conversaciones que, si bien no tienen un impacto en la historia principal, fortalecen su caracterización, algo en lo que Omega Force se ha tomado una enorme libertad.
Dynasty Warriors: Origins hace un muy buen trabajo al momento de presentarnos el conflicto de los Tres Reinos en una escala macro. Los personajes principales son muy bien caracterizados, y es fácil encariñarse con algún grupo y verlos superar cada uno de sus retos. Si bien el título deja de lado algunos aspectos culturales y sociales que marcaron este periodo, el marco general de la historia funciona sin estos elementos y permite que sea mucho más fácil entender qué es lo que motiva a cada general. El uso de un protagonista silencioso no tiene un gran peso en la narrativa, y su propia historia es muy floja, pero funciona muy bien como un vehículo para experimentar los eventos más importantes de este periodo. Al final del día, Omega Force encontró la forma correcta de revitalizar este aspecto de la serie, y no me sorprendería este sea el camino que tomen para futuras entregas.
Al tratarse de un juego exclusivo del PlayStation 5, Xbox Series X|S y PC, Omega Force nos presenta una evolución visual para la serie que es fenomenal. Los terrenos planos de previas entregas han sido sustituidos por locaciones con una topografía y clima realistas, armaduras únicas para cada ejército, y un diseño espectacular para todos los personajes. Junto a esto, Dynasty Warriors: Origins nos presenta un desempeño impecable que nos permite disfrutar de esta experiencia con una resolución y frame rate de primer nivel.
Uno de los logros técnicos y visuales más impresionantes de Dynasty Warriors: Origins se encuentra en los campos de batalla. Las capacidades del nuevo hardware permiten que cientos de personajes ocupen un mismo espacio, creando la sensación de que ejércitos compuestos por miles de soldados se enfrentan en una batalla a muerte, en donde el caos gobierna y solo puedes ver diferentes cuerpos con armaduras de diferente color chocar y desaparecer en un instante. Junto a esto, cada terreno es lo suficientemente único para trasladar al jugador a diferentes regiones de China. Desde los montes nevados de Wuhan, pasando por las planicies en la Yizhou, hasta los océanos de Chibi. Por si esto fuera poco, los diferentes efectos climáticos y temporales ayudan muy bien a vender cada una de estas zonas.
Por su parte, el diseño de los personajes también logra destacar. En lugar de optar por una dirección de arte realista, Dynasty Warriors siempre se ha caracterizado por una aproximación estilizada, en donde todos los héroes y villanos parecen figuras de porcelana. En el caso de Origins, este tiene un resultado mixto, puesto que es innegable que todos lucen impecables y justamente como serían representados en los libros y pinturas, aunque con el toque único de Omega Force, pero, por otro lado, esto crea una rigidez fácil que evita que el elenco principal y secundario logre expresarse de una forma natural. Lo único que mueven es su boca, por lo que las pocas emociones que experimentan no se logran transmitir adecuadamente.
Por su parte, el juego tiene un gran desempeño. Dynasty Warriors: Origins nos ofrece dos modos visuales. El primero entrega una resolución a 4K, y el segundo permitiendo jugar a 60fps. Este último es el que recomienda el título y es, sin duda alguna, la forma en la que debes de experimentar esta entrega, puesto que al tratarse de un hack and slash, esto es un factor importante. Junto a esto, el trabajo de Omega Force es impecable en su desempeño, y está completamente libre de errores visuales o glitches que arruinen la experiencia.
Dynasty Warriors: Origins es una experiencia visual de primer nivel. Es un juego que logra encontrar el punto medio entre diseños estilizados y realistas para cada uno de sus personajes, y si bien esto no está libre de problemas, le ofrece una fuerte personalidad a esta entrega. Junto a esto, los diferentes escenarios son impresionantes, con una buena atención al detalle, y múltiples elementos que logran crear una fiel representación de los campos de batalla en China durante los Tres Reinos. De igual forma, el desempeño técnico es impecable, y Omega Force nos ha presentado una experiencia que representa una evolución sustancial para el estudio y la serie.
La serie de Dynasty Warriors se ha caracterizado por ser estilo sobre sustancia. Si bien su historia y estilo visual no representan esto de una forma clara, su música y gameplay lo demuestran a la perfección. En el caso de la presentación sonora, esta entrega deja de lado las composiciones que asociamos con este periodo de tiempo, y en su lugar nos presenta un soundtrack compuesto, principalmente, por rock y una orquesta que acompaña los momentos antes de la tormenta. La guitarra eléctrica motiva al jugador a enfrentarse a ejércitos, mientras que el violín y piano se encargan de prepararnos para los combates que nos esperan. Es una combinación que funciona a la perfección con el tipo de experiencia que nos presenta Omega Force.
No hay nada más motivador que ver al horizonte y admirar un muro de soldados que harán todo lo posible para detener al jugador, y escuchar una canción de rock en donde la guitarra eléctrica, el bajo y la batería incitan al usuario a superar cualquier reto que se le presente, y cuando llega el inevitable solo que acompaña a los momentos más importantes de un enfrentamiento, es imposible no emocionarse con el trabajo que aquí se nos presenta.
Junto a esto, Dynasty Warriors: Origins cuenta con un fenomenal repertorio de actores que hacen un fantástico trabajo al momento de darle vida a todos los personajes con los que interactuamos. En el caso del japonés, debido a su naturaleza, cada interpretación tiene un toque teatral que, gracias al idioma, es similar al trabajo del teatro kabuki. Esto logra ofrecer una experiencia en donde cada personaje es tratado con la mayor seriedad posible, creando una honestidad palpable que da la ilusión de tener frente a nosotros al verdadero Cao Cao o Lü Bu.
En el caso del doblaje al inglés, los actores hacen muy bien su trabajo, y si bien no es mi recomendación, es innegable el gran trabajo que aquí se nos presenta. El único detalle es que las cinemáticas no están sincronizadas con este idioma, por lo que hay momentos en donde los personajes mueven sus labios, pero no emiten algún sonido. Fuera de esto, pueden esperar una experiencia de primer nivel que seguramente hará mucho más accesible esta entrega para un gran público.
Dynasty Warriors: Origins nos presenta un trabajo sonoro de calidad que no solo logra capturar a la perfección el sentimiento de ser el hombre más fuerte del planeta, sino que crea su propia identidad al utilizar instrumentos que no asociamos con China, pero que funcionan muy bien con el tipo de experiencia que nos ofrece. Las actuaciones, por su parte, son fenomenales, tanto en japonés como en inglés, por lo que todos tendrán la oportunidad de disfrutar de esta historia y sus personajes de una forma muy accesible que, seguramente, veremos en futuras entregas de la franquicia.
Los juegos Warriors se caracterizan, principalmente, por lo ridículo que es enfrentarse a un ejército conformado por miles de soldados y cientos de generales. En lugar de crear una situación realista en donde tenemos que crear una estrategia adecuada para obtener la victoria, Omega Force crea una fantasía de poder en donde blandir la espada hace que la infantería enemiga salga volando. El estudio nos entrega poderes especiales que rompen cualquier lógica, pero al mismo tiempo nutren la leyenda sobre los Tres Reinos que se ha creado a lo largo de los siglos. Desde un punto de vista temático y narrativo, esto tiene mucho sentido y, lo mejor de todo, es que esto da como resultado un juego muy divertido.
Al igual que casi todos los juegos Warriors, Origins nos presenta múltiples misiones principales y secundarias en donde tenemos que enfrentarnos a miles de soldados mientras tratamos de cumplir algún objetivo, que puede ir desde derrotar algún general, pasado por capturar cierta locación, hasta asegurar que algún NPC llega a cierto punto en el escenario. En este sentido, esta nueva entrega no rompe la fórmula a la que ya estamos acostumbrados, y solo se encarga de pulir un par de aspectos clásicos para hacerlos más accesibles. Un ejemplo de esto es la introducción de un caballo que nos ayuda a recorrer los campos de batalla de la forma más rápida posible.
La mayor novedad en este caso, y algo que rompe con la fórmula tradicional de la serie, es la inclusión del Wanderer. A diferencia de previas entregas, en donde teníamos la oportunidad de controlar a diferentes personajes de los Tres Reinos, Dynasty Warriors: Origins solo nos permite usar al protagonista. Si bien esto puede sonar como un retroceso para algunos, Omega Force aún permite múltiples estilos de juego gracias a un sistema de armar. El héroe puede utilizar espadas, lanzas, guantes y otros aditamentos de daño que cambian su forma de jugar. Si bien las bases son las mismas, es decir, tenemos golpes fuertes y débiles acompañados de parrys, evasiones, movimientos especiales que hacen uso de una barra de valentía, y poderes musuo que logran destruir todo lo que tengas frente a ti en un instante; cada utensilio tiene elementos únicos que cambian la forma en la que distribuyes dolor.
La espada, por ejemplo, ofrece diferentes combos dependiendo de cuántas veces realizas un golpe débil antes de uno fuerte. Los guantes, por su parte, te dan acceso a diferentes posturas con las cuales puedes atacar dependiendo de la dirección y la forma en la que actives el golpe fuerte. La lanza larga permite absorber ataques enemigos para luego lanzar un golpe devastador. El bastón realiza diferentes movimientos al dejar presionar un botón. Todas hacen algo único, y cambian la aproximación en cada enfrentamiento, dándote las herramientas necesarias para superar cualquier reto y, en el camino, encontrar tu propio estilo de juego.
El Wanderer no sube de nivel de una forma tradicional, sino que las armas lo hacen. Mientras más use alguna de estas herramientas, no solo obtendrás mejores habilidades, sino que también se mejora la vida, defensa y expandes tu valentía. De esta forma, el juego te obliga a experimentar con todas las opciones a tu disponibilidad, castigando a todos aquellos que se casen con un solo estilo de juego. De igual forma, al cumplir objetivos secundarios obtendrás puntos especiales que se usan en un árbol de habilidades muy sencillo que aumenta tus estadísticas y desbloquea más movimientos únicos.
Aunque es cierto que el Wanderer es el personaje al que controlas durante toda la aventura, algunas misiones te asignan un acompañante, el cual no solo te ayuda al realizar algún movimiento especial, sino que al llenarse una barra puedes tomar el control de tu amigo momentaneamente, y destruir un ejército con ataques devastadores. Sin embargo, esto no para siempre, puesto que en uno o dos minutos después regresas a jugar de una forma normal.
Es un sistema que funciona de maravilla y, junto a las habilidades especiales y el resto de movimientos disponibles, tienes las herramientas necesarias para superar cualquier reto que se presente. Si bien en el campo de batalla hay miles de enemigos, en realidad solo tienes que preocuparte por los generales, quienes controlan la moral de un ejército. Estos son los verdaderos retos, puesto que pondrán a prueba tu dominio sobre el control, pero también te dan el suficiente espacio para realizar combos con los cuales los hagas volar y mantenerlos en el aire por varios segundos.
Uno de los mejores aspectos de Dynasty Warriors: Origins, es que el campo de batalla está en constante movimiento. Antes de cada misión, recibes una serie de instrucciones que te indican la forma en la que tu ejército se moverá en una campaña. Si bien eres libre de hacer lo que consideres óptimo, las cosas pueden cambiar en un instante, resultado en modificaciones inesperadas de objetivos, la muerte de algunos personajes o la llegada de refuerzos que cambian por completo el rumbo de un enfrentamiento. Gracias a que las condiciones para perder un nivel es la derrota de un comandante, el juego nos pide estar al tanto del escenario en todo momento e intentar superar los retos de la forma más óptima posible.
Además de atacar con tus armas, Dynasty Warriors: Origins introduce un sistema de estrategia, en donde puedes comandar a un pequeño grupo de soldados para realizar ciertas acciones, como disparar flechas o aumentar el poder de tu ejército. Lo interesante, es que dependiendo de la situación y el terreno, es posible utilizar estos comandos para causar algún coche cinemático que afecta sustancialmente el campo de batalla. Al disparar flechas desde una colina, por ejemplo, puedes destruir la moral de tu contrincante en un instante, con lo cual no solo eliminas a los peones, sino que también reduces sustancialmente el escudo del general. Lo mismo sucede al realizar una carga con la caballería, o al posicionar unidades en forma defensiva para evitar un choque del contrincante.
Todo lo que hagas tiene un impacto en la moral de los ejércitos. Este sistema no solo indica quién va ganando, sino que también tiene algún efecto en las tropas. Si controlas múltiples bases y realizas choques cinemáticos, entonces los generales de tu contrincante tendrá un menor escudo, mientras que las tropas genéricas saldrán corriendo. Sin embargo, si tu oponente domina una zona, realizarán comandos devastadores que te pueden derrotar si eres descuidado, y la única forma de detenerlos es realizando alguna acción específica, como vencer cierta cantidad de enemigos en un pequeño periodo de tiempo. De igual forma, los duelos contra generales están de regreso, lo cual permite que puedes vencer a un jefe en un combate mucho más tradicional y sin alguna interrupción.
Dynasty Warriors: Origins ofrece mucho en los campos de batalla. En más de un sentido, sientes que estás en medio de la guerra. Múltiples objetivos suceden al mismo tiempo. Tienes que pensar muy bien en tu enfoque. Sucesos inesperados cambian la dinámica de un enfrentamiento en un instante. Hay que encontrar el punto adecuado para hacer uso de tus estrategias y provocar un choque cinemático. Las misiones secundarias te incitan a realizar ciertas acciones y a jugar de forma específica. En dado caso de que ciertos parámetros se cumplan, incluso serás capaz de iniciar una carga o una emboscada en contra del rival, resultando en momentos impresionantes.
Si te cansas de destruir a miles de pobres soldados en un instante, entonces puedes explorar China. Dynasty Warriors: Origins nos presenta un mapa interactivo en donde puedes obtener recursos especiales, participar en pequeñas escaramuzas, mejorar tu relación con el elenco principal y secundario, así como simplemente disfrutar del increíble mundo que Omega Force ha creado. En lugar de hacer un menú tradicional, esto le da un toque de personalidad adicional a la experiencia, y te permite relajarte antes de adentrarte a otra campaña.
Dynasty Warriors: Origins es un juego muy, pero muy divertido. Aunque a primera instancia puede parecer que todos los enfrentamientos se reducen a presionar los mismos botones una y otra vez hasta ganar, el juego tiene la suficiente complejidad para hacer que cambies de opinión. Los enfrentamientos a gran escala son todo un espectáculo, ofreciendo una experiencia que no vas a encontrar en otro lado. El nivel de personalización te da las herramientas suficientes para encontrar tu estilo de juego preferido y, al mismo tiempo, experimentar con todo lo que esta entrega tiene para nosotros. Las estrategias, cargas y todos los elementos dinámicos en los campos de batalla hacen que cada misión sea adictiva y logre transmitir la sensación de que eres el más fuerte bajo el cielo.
Por años, los juegos de Dynasty Warriors fueron vistos como experiencias muy simples, en donde no había una gran profundidad en su gameplay, incluso cuando este no era el caso. Sin embargo, el trabajo que hizo Omega Force con algunas de las propiedades más amadas de la industria le demostró al público que el estudio ofrecía algo más de lo que muchos creían. De esta forma, Origins representa un reinicio fresco para la saga. El equipo ha tomado todo lo que aprendieron los últimos años, y lo han integrado a una experiencia tradicional, dando como resultado el juego más accesible para la serie y, sin duda alguna, el mejor Dynasty Warriors.
La historia, aunque confusa en sus últimas horas, logra transmitir una versión romanizada de los Tres Reinos de una forma que cualquiera puede entender. El uso de un protagonista silencioso no es lo mejor, pero se emplea adecuadamente para que el jugador pueda conocer a todos los personajes importantes en este relato. La rejugabilidad es un factor importante, permitiendo que exploremos diferentes caras de la misma moneda, y hace que una de las obras más importantes de China sea más accesible para el mundo.
Visualmente, Dynasty Warriors: Origins es impresionante, y ofrece una evolución sustancial para la serie. Los avances tecnológicos permiten que la escala de cada batalla sea enorme, en donde miles de soldados se enfrentan y, lo mejor de todo, es que el desempeño técnico es impecable, con 60fps en todo momento. La música, aunque alejada de lo que uno asocia con la China antigua, es perfecta para el tipo de experiencia que se nos presenta, y logra crear su propia personalidad. Junto a esto, cada una de las actuaciones hacen un fantástico trabajo, tanto en inglés como en japonés.
El dinamismo de los campos de batalla es sumamente divertido. Aunque controlar a un solo personaje puede ser un retroceso para algunos, el sistema de armas, la progresión y el uso de diferentes habilidades hace que el Wanderer sea todo lo que necesitas para esta aventura. La forma en la que un enfrentamiento puede cambiar en un instante y la manera en la que tus acciones afectan una batalla, es algo que funciona a la perfección, y crea un sentimiento de empoderamiento que ninguna otra serie logra alcanzar.
Koei Tecmo y Omega Force comienzan el año de una forma fantástica. Dynasty Warriors: Origins es el mejor juego de Dynasty Warriors. Una carta de amor a la serie, el punto de entrada perfecto para nuevos jugadores, y deja en claro que el futuro de la serie es algo a lo que todos debemos de prestar atención.