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Double Fine Productions
Double Fine Productions
28/04/2015
La industria se encuentra en uno de los puntos más complicados de su historia. Los modelos de negocios que se creían dominantes resultan cada vez menos relevantes, los cierres de grandes estudios se han convertido en cosa cotidiana. Las súper producciones triple A simplemente ya no son viables, esto gracias al nacimiento y desenfrenado crecimiento de cosas como el famoso free-to-play. Sumado a todo lo anterior, desde hace unos años, la tendencia llamada crowdfunding, se ha robado los reflectores, pues varios de los desarrolladores más reconocidos de todos los tiempos, han optado por llamar directamente a sus fanáticos para sacar adelante tal o cual proyecto que ya no es apoyado por los grandes publishers. La realidad es que la mayoría de las veces vemos Kickstarter inundado de autentica basura; sin embargo, existen otras en las que esta plataforma se convierte en cuna de autenticas maravillas de nuestros tiempos, como por ejemplo, el sensacional Broken Age.
Yo soy de los primeros en poner en tela de juicio todos los productos que nazcan de sitios como el antes mencionado, pues tan solo basta con navegar unos cuantos minutos por sus páginas, para darte cuenta que mucho más de la mitad de lo que ahí se presenta, son aberraciones que nadie debería apoyar. Otro punto que me causa conflicto es el hecho de financiar e invertir en algo, sin la posibilidad de tener acciones y ganancias sobre lo que se produzca, pues luego se dan casos como el Oculus Rift pasando a ser parte de Facebook en una transacción multimillonaria. Por supuesto que tenemos el lado mucho más romántico en el que se dice que simplemente no habría otra manera de tener cierto producto. Comparto dicho argumento hasta cierto punto, y prueba tangible es la más reciente obra de Double Fine Productions; no obstante, me parecía de suma importancia dejar bien claro todo lo anterior respecto a la concepción de este juego.
Existen géneros en extinción que vieron sus tiempos de gloria hace ya varios años. Sin lugar a dudas, uno de los mejores ejemplos de esto son los point & click de aventura, títulos que de primera instancia, uno podría pensar que están completamente enfocados a la narrativa, pero que en realidad, muchas veces consiguen que el gameplay juegue un papel muy importante y se conjugue con la historia, cosa que, en mi opinión, todos los que desarrollan videojuegos, deberían de buscar.
Tim Schafer y su equipo decidieron que este tipo de títulos tienen mucho que dar en cada uno de sus aspectos, dejando claro que a pesar de no contar con un gigantesco mercado a quien venderle ni el apoyo de un gigantesco corporativo, aún existe un importante nicho que además de estar dispuesto a consumir este tipo de productos, tiene la capacidad suficiente para apreciarlos.
Broken Age se mantiene por una línea bien conocida, tomando pocos riesgos en materia de jugabilidad. Lo anterior, lejos de perjudicar a la experiencia en general, la hace mucho más sólida y consolidada. Si eres de los que están familiarizados con las maravillosas obras creadas por LucasArts como Grim Fandango o Day of the Tentacle, te sentirás como en casa cuando pongas las manos sobre este juego.
En caso de que no estés tan informado de qué va todo esto, te puedo decir que Broken Age es una novela gráfica interactiva, en la que nuestro principal objetivo será resolver complejos acertijos por medio de la interacción con el ambiente y, por supuesto, con los personajes que vemos en pantalla. No me mal interpretes cuando digo que es como un cuento en el que somos participes, no quiero referirme a que las mecánicas de juego hayan sido puestas de lado, solo que son colocadas de maneras no tradicionales o que no cualquiera sabrá apreciar cuando esté frente a ellas.
Como te comentaba, Broken Age es una experiencia en la que deberemos de explorar y tener mucha atención a cada uno de los detalles que se nos presentan. Creo que la mejor manera de describir la forma en la que se consume, es pensando en algo como The Legend of Zelda o los clásicos Final Fantasy, solo que quitándoles casi por completo las secciones de acción en las que estamos con el control absoluto de lo pasa en pantalla. Digamos que si eres de los que disfruta de estar hable y hable en los juegos, seguro que disfrutarás de este título, esto claro, con el increíble elemento de intrincados puzzles.
Después de haber dejado lo anterior claro, creo que es buen momento de contarte cómo es que funciona Broken Age como point and click de aventura. La nueva obra de Schafer está protagonizada por dos increíbles personajes de los que hablaré un poco más adelante. En cualquier momento podremos cambiar entre uno y otro, asunto que le da una riqueza considerable a la parte narrativa, pero también a la del gameplay.
Uno de los puntos que más se le criticó a la reciente remasterización de Grim Fandango, fue lo agresiva que era la curva de aprendizaje en tiempos como los que vivimos. Tomando en cuenta esto y sin dejar de ser fiel su filosofía de diseño, Double Fine consiguió que Broken Age fuera una experiencia mucho accesible, pero no más fácil, la cual, me atrevo a decir que está (o al menos debería) al alcance de todos.
Al inicio de cada una de las sensacionales historias que nos toca vivir, se nos introduce de manera sencilla y muy sutil a las reglas de juego que esteremos siguiendo en las siguientes horas. Cuando comienzas a controlar a Vella o a Shay, se te confina a un escenario cerrado en el que no hay tantos objetos con los cuales interactuar, permitiendo que el jugador vaya tomando su ritmo propio. Tras haber superado esto, el resto del título se compone por varias zonas abiertas en donde las soluciones se podrán dar en distinto orden, asunto que además de agregar un importante grado de dificultad, hace que el juego gane muchos puntos por la enorme creatividad no lineal y cariño con el que está hecho.
Tocar objetos, dar la respuesta correcta, combinar elementos, explorar las zonas indicadas, dejar que nuestro personaje caiga por un hueco en el piso y hasta dirigir un potente láser mientras intentamos evitar que un monstruo gigante nos coma, serán algunas de las actividades que tendremos que desempañar en lo que para mi, es uno de los juegos de aventura más dinámicos que se han publicado jamás. No, no todo será estar hablando, Broken Age cuenta con escenas llenas de adrenalina que incluso requieren de precisión en los controles, cosa que no siempre vemos en este tipo de videojuegos.
A pesar de que Broken Age hace un gran esfuerzo por ser un título que cualquier persona puede tomar, la realidad es que no decepciona a los fanáticos más asiduos del género, pues presenta complejos acertijos en los cuales, la solución muchas veces raya en lo ridículo por lo ambiguo que puede ser todo. Sí, Schafer no se tentó el corazón y cuando consigas avanzar en el juego, muchas veces dirás cosas como: “Ajá, ¿y cómo se suponía que supiera eso?” Hay muchos a los que les molesta esto, mientras que hay otros a los que les parece genial. Yo pertenezco a los segundos.
Para ilustrar un poco lo anterior, me gustaría contarte de una de las partes en las que más me tardé por lo extraña que fue su solución. Leer lo siguiente no debe de afectar tu experiencia de ninguna forma. Más o menos a la mitad del juego, requerimos de una resina de un árbol parlanchín para completar otra tarea. La manera de conseguir esto es provocándole el vómito a nuestro amigo del bosque. Para conseguirlo, primero debemos colgar una cubeta que conseguimos con anterioridad en una de las ramas del árbol. Posteriormente, necesitas mostrarle una pieza de mueblería construida por uno de los personajes que conocemos y después describirle la brutal forma en la fue construida, tal y como si alguien nos contara cómo desmembran a una persona. Esto causa que la planta expulse la sustancia que requerimos en la cubeta que pusimos con anterioridad. La realidad es que llegar a la solución de todo lo anterior tomó su buen tiempo, pero cuando lo conseguí, sentí una enorme satisfacción, esto sin mencionar lo increíble que fue darme cuenta del ingenio con el que fue construido todo.
A lo largo de las más de 10 horas que te tomará ver los créditos finales (dependiendo de qué tan acostumbrado estés a estas experiencias), te toparás con varias situaciones afines, en las que tienes que visitar más de un área para dar con la solución. Mi consejo sería estar muy atento de cada detalle del escenario y de las conversaciones que tengas, pues tan solo basta con perderte de algo muy pequeño, para estar dando vueltas por varios minutos sin saber qué hacer. Además de lo anterior, te recomiendo pensar en todas las direcciones cada vez que consigues un nuevo ítem, es decir, tener en mente cosas como “¿exactamente para qué sirve esto?, ¿he visto cosas en el mundo con las que pueda interactuar?, ¿qué haría yo si tuviera esto en la vida real?. Si encuentras el mindset correcto, no deberías de tener mayor problema para progresar en Broken Age.
Como seguramente ya te imaginarás por la portada del juego, en Broken Age controlamos a Shay y a Vella, dos adolescentes que se encuentran en situaciones por demás complejas y por supuesto, muy interesantes. La edad de cada uno de ellos es crucial para la forma en la que interactúan con la situación que viven y por supuesto, con el desarrollo que tiene cada uno como persona. Me encantaría poder detallar con suma diligencia cada uno de estos aspectos, pero me tendría que meter con partes de la historia que debes experimentar por ti mismo para poder disfrutar de todo.
Al iniciar el título, se te da la oportunidad de comenzar con cualquiera de los dos. De primera instancia y con tan solo la imagen, puedes inferir que una parte estará enfocada a una experiencia mucho más de ciencia ficción, mientras que la otra, probablemente se irá por un camino más sesgado hacia la fantasía clásica.
Al ser amante de cualquier cosa que tenga que ver con el espacio exterior, decidí empezar con Shay. Este joven se encuentra en un contexto bastante extraño, pero a la vez fascinante. Siendo parte de una importante misión que busca salvar a su especie, misma que ha perdido su planeta nativo, deberemos de explorar los confines del universo en busca de un nuevo hogar. Lo increíble es cómo te recibe toda la situación, pues uno se da rápidamente cuenta de que el personaje no está cómodo con su vida, incluso está sumamente aburrido por la forma en la que pasa todo, esto a pesar de lo épico que podría sonar su contexto. Evidentemente, lo anterior es en clara referencia a la icónica actitud que tienen los adolescentes hacia la vida, pues éste cuenta con sobreprotección paternal.
Pocos minutos después, te puedas dar cuenta de por qué Shay es como es, momento en el que se crea una muy importante empatía con el personaje perfectamente bien escrito y llevado. Dicho lazo entre el juego y el jugador que Broken Age consigue en tan poco tiempo, es uno de los puntos más loables y que cada vez vemos con menos frecuencia en esta industria, esto a pesar de los esfuerzos por construir personajes más “humanos” y tangibles.
Por su parte, Vella tiene una personalidad mucho más intensa y definida, dejando claro desde un principio cuáles son sus objetivos y cómo es que los deberá cumplir. A diferencia de Shay, esta personaje se encuentra en un contexto de vida o muerte, pues en el pueblo en el que ella vive, es momento de una importante ceremonia tradicional, en la que las doncellas a cierta edad, son ofrecidas como ofrenda para alimentar a un monstruo que amenaza con terminar con todos. La forma en la que se aborda esta situación es brillante, pues lejos de causar temor entre los habitantes, se nos hace pensar que todo es una maravillosa fiesta en la que ser elegida como el desayuno de la bestia, es un honor tanto para la víctima, como para su familia. Inspiración de lo que pasaba en varias culturas prehispánicas.
Me encantaría seguirte contando cómo es que los eventos se desenvuelven a lo largo de toda la experiencia, sin embargo y como te comentaba, lo mejor es que lo vivas por ti mismo si es que le das una oportunidad. Lo que te puedo decir es que Broken Age cuenta con cambios en su argumento que te harán brincar de la sorpresa y emoción, y a pesar de que creo que el final no se mantuvo al nivel de lo que pasa en nuestra aventura, la realidad es que no te arruina la experiencia en general ni mucho menos.
En resumen, te puedo decir que te espera una aventura verdaderamente épica en Broken Age, con personajes memorables que tienen un desarrollo por demás interesante y por supuesto, que te harán soltar la carcajada en más de una ocasión por sus increíbles diálogos. En la parte narrativa, el juego de Schafer cumple con creces, por lo que si estas esperando algo al nivel de sus obras más reconocidas, te puedo asegurar no te quedará a deber.
Uno de los primeros elementos que siempre han saltado a la vista de primera instancia de los juegos creados por Tim Schafer, es el maravilloso arte que manejan. En esta ocasión, el arte estuvo a cargo de Lee Petty y Nathan Stapley, éste último trabajó en el legendario Monkey Island. En cuanto Broken Age comienza a correr, uno se puede dar cuenta de que está frente a algo muy especial en términos visuales.
Cada uno de los elementos que componen a esta obra fueron trabajados con una diligencia digna de destacar. Todos los assets que vemos en pantalla fueron dibujados y animados completamente a mano, logrando un sentimiento y una fuerza que no siempre nos toca ver. Las expresiones de los personajes, los elementos que componen los escenarios, el detalle en los logotipos de cosas como cereales que hacen referencia a varias de las obras más importantes de la ciencia ficción, y en general cada uno de los colores que se nos presentan, le llenarán el ojo a cualquiera. Broken Age es de esos juegos que valen la pena solo por sus gráficas.
Una nave espacial que parece tener un parque de diversiones en su interior, una villa en la nubes, un bello puerto en el que nos encantaría vacacionar y hasta un pueblo panadero que huele a azúcar con mantequilla, serán algunas de locaciones que recorrerás en esta épica aventura.
Además de todo lo anterior, la experiencia se ve perfectamente aderezada por un soundtrack sólido que funciona casi a la perfección, metiendo melodías épicas que te sumergen en todo este universo, y guardando silencio cuando el juego así lo requiere. En este apartado, Broken Age también cumple de manera importante. El trabajo de Peter McConnell brilla de manera intensa, por lo que te recomiendo disfrutar de este título con un buen sistema de sonido o audífonos a alto volumen.
Como seguramente ya sabes, el primer acto de Broken Age se lanzó de manera exclusiva para la PC, plataforma que siempre ha sido la casa de los point and click. A pesar de esto y con el objetivo de que más personas pudieran disfrutar de él, Double Fine decidió hacer una alianza con Sony para que el juego llegara al PlayStation 4 y PS Vita.
Muchos son bastante escépticos sobre el hecho de consumir este tipo de contenidos sin un mouse y teclado, no obstante, te puedo decir que Broken Age funciona a la perfección en la plataformas de Sony. Para esta reseña, principalmente usé la versión de PS4, pero también pasé un buen rato con la de Vita. En la consola casera usas un stick como puntero y los botones como click derecho y izquierdo. A pesar de no ser lo más óptimo, sobre todo cuando se requiere precisión, la cosa funciona, por lo que no tendrás mayor problema para cumplir tus objetivos.
Por su parte, la portátil te permite hacer uso de su pantalla táctil. Esto hará que todo se pueda sentir un poco más natural, pero si eres como yo que odian ver sus dedos sobre una pantalla, terminarás usando los sticks análogos como en el PS4. Lo que sí te puedo decir es que los colores de Broken Age se ven más que sensacionales en la hermosa pantalla OLED de la portátil.
Existe quien no hace más que decir comentarios pesimistas sobre la situación de la industria, y a pesar de que muchas veces tienen razón, la realidad es que momentos en los que se nos maravilla con tal o cual obra, siguen sobrando, solo hay que saber buscar. Caso concreto es Broken Age, juego que cumple de manera magistral cada uno de sus objetivos, y a pesar de no ser perfecto, me atrevería a decir que es uno de los exponentes de su género que más se acercan a encontrar ese sweet spot.
Esperemos que Tim Schafer se mantenga por esta línea y siga buscando que este medio que tanto amamos, encuentre verdaderos nuevos horizontes y no como muchas súper producciones nos han querido vender. A pesar de todo lo anterior, me sigue resultando un poco complicado recomendar objetivamente algo como Broken Age. Por supuesto que me encantaría salir a gritar que todo el mundo debe experimentar algo como esto, sin embargo, me estaría engañando a mi mismo al pensar que todos están dispuestos a apreciar algo así, y más con los estándares actuales en donde desgraciadamente, los juegos se vuelven cada vez más y más efímeros, esto en buena parte gracias al famoso mercado casual o mainstream que ha encontrado tierra fértil en plataformas móviles.