Desde hace mucho tiempo se ha mencionado que el entretenimiento en ocasión puede ser el causante de fomentar la violencia en el mundo, ha pasado con la música, con la televisión, el cine, y por supuesto, los videojuegos por alguna razón son los más populares al momento de abordar el tema. En México se sigue teniendo dicho discurso desde hace años, y parece que la costumbre seguirá, o al menos eso lo confirma la figura política más importante de estos momentos en el país.
Durante su conferencia matutina del 7 de mayo, la presidenta, Claudia Sheinbaum, expresó su preocupación por el contenido violento en algunos videojuegos y en la música, particularmente en los narcocorridos. Si bien no propuso una prohibición, consideró necesario fomentar alternativas más positivas de entretenimiento para la juventud del país. Lo cual hasta cierto punto tiene lógica.
Sheinbaum cuestionó específicamente el acto de “matar a una persona en un videojuego”, calificándolo como una forma de diversión que debería ser replanteada. “Lo mejor es generar otras formas de diversión, de música, y que sean adoptadas por la sociedad en su conjunto”, señaló. Estas declaraciones marcan una postura crítica frente al consumo de contenidos que, en su opinión, podrían influir en la normalización de la violencia.
Esta no es la primera vez que un mandatario mexicano expresa reservas respecto a los videojuegos. Su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, calificó previamente a estos productos como “contenido tóxico” y habló de la necesidad de analizarlos por su impacto en niños y adolescentes. Ambos coinciden en advertir sobre los posibles riesgos de ciertos contenidos digitales. A eso se agrega que senadores han expresado que la franquicia Doom es nociva para los jóvenes.
A pesar de estas posturas, los videojuegos cuentan con sistemas internacionales de clasificación por edad que buscan orientar su consumo de forma adecuada. La discusión sobre su influencia en la violencia juvenil ha sido tema de debate a nivel mundial, sin que exista un consenso definitivo entre expertos. Al final, los padres son quienes deciden qué productos pueden probar sus hijos.
Vía: XTK
Nota del autor: Creo que deberían tocar temas más fuertes en el país que los videojuegos. Pero bueno, ya no es novedad que hagan eso.