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PS4
Acid Nerve
Devolver Digital
14/04/2015
Tal y como lo mencionamos en nuestro Hands-On el año pasado, Titan Souls es un título que generó altas expectativas desde su génesis en un ‘game jam’ de tres días. Después de ser mostrado oficialmente en E3 como parte del catálogo indie de PlayStation, el título emprendió una titánica carrera por mejorar tanto técnica como gráficamente, añadiendo además características y jefes, todo para ponerse a la altura de otros títulos similares de consolas. ¿Sobrevive a las expectativas?
En Titan Souls nos transformamos en un individuo sin nombre ni personalidad. No hay una cinemática que nos indique por qué estamos en ese mundo ni con qué propósito. Tan pronto como presionamos Start, aparecemos en una tierra de dimensiones descomunales donde nuestro único propósito es derrotar titanes. No hay progresión, no hay obtención de mejoras, simplemente nosotros contra 19 almas que tendremos que vencer para finalmente llegar a la Verdad, literalmente.
La premisa de gameplay de este juego es el combate. Somos poseedores de un arco y una flecha… sólo una. Igualmente tenemos sólo un punto de vida, lo que significa que si cualquier enemigo nos toca, será el fin para nosotros. Lo interesante viene cuando descubrimos que al igual que nosotros, todos los jefes a los que nos enfrentamos tienen también sólo un punto de vida. Ahí comienza el verdadero baile que es Titan Souls. A través de una serie de jefes que van desde cubos con un ojo, pasando por Yetis con traseros coquetos y hongos que emiten esporas alucinógenas hasta serpientes marinas con poderes eléctricos, disparar una flecha e ir a recuperarla o atraerla a nosotros gracias a una especie de poder gravitatorio será nuestra única manera de triunfar, por supuesto después de encontrar el punto débil de nuestro oponente.
El juego se caracteriza por ser desarrollado por un puñado de personas, tres para ser exactos. Mark Foster, David Fenn y Andrew Gleeson del estudio británico Acid Nerve tuvieron la interesante idea de combinar elementos representativos de las franquicias The Legend of Zelda, Dark Souls y Shadow of The Colossus. Nuestro anónimo personaje podrá correr y rodar al igual que Link, morirá incontables veces de las maneras más crueles y despiadadas al igual que el elegido de Dark Souls y se embarcará en una búsqueda por recolectar almas de jefes de grandes dimensiones al igual que en Shadow of The Colossus. Aquí no hay enemigos, trampas ambientales ni un orden en cuanto a progresión, sólo nosotros contra 19 criaturas gigantes.
De manera solemne y sentimental, el juego nos recibe con un prólogo en el que nos enfrentamos a los cuatro primeros jefes que vimos en el prototipo hace más de un año. Tan pronto como comenzamos nuestra aventura seremos testigos de la alta dificultad del título, ya que el aprendizaje sobre cómo derrotar a cada titan vendrá través de la muerte. En total, terminar el juego con el verdadero final me costó 260 derrotas, y logré hacerlo en tres horas y veinticuatro minutos. Nada mal para un juego de 15 dólares.
Una vez completado el prólogo, somos libres ante la intemperie del mundo de Titan Souls. Una de las bondades del juego es que puede ser completado en cualquier orden, e incluso podemos hacerlo sin derrotar a todos los titanes existentes. Sólo si queremos obtener todos los logros será necesario hacerlo, de otro modo, somos totalmente soberanos de enfrentar a los que deseemos.
Las batallas, mismas que representan el núcleo del juego, son totalmente brutales, despiadadas y memorables. No obstante, otorgan en ocasiones esa sensación de gratificación simbólica de los juegos de From Software. Hago énfasis en mencionar que es sólo en ocasiones, ya que el punto más fuerte de Titan Souls es también su Talón de Aquiles. En algunas ocasiones nos enfrentaremos a enemigos a los que derrotaremos por pura suerte, debido a un alto nivel de aleatoriedad que afecta cada batalla. Todos los enemigos tendrán ciertos patrones que de ser dominados, podrán ser usados finalmente como ventaja para salir con éxito.
No obstante, los grandes retos que nos propone Acid Nerve en muchas ocasiones podrían ser estropeados por un chispazo de suerte. La experiencia de enfrentarme a tres o cuatro titanes fue totalmente arruinada debido a que disparé una flecha al aire y por puro azar le pegó al enemigo en su punto débil.
El verdadero valor del título no reside en su duración, ya que cuenta con un alto valor de re jugabilidad gracias a que una vez que lo terminamos por primera vez desbloqueamos el modo Hard donde los jefes se vuelven más hostiles, el modo Iron donde sólo tendremos una vida a lo largo de toda nuestra aventura y el modo No-Roll, donde nos despojarán de la posibilidad de esquivar con facilidad los ataques contrarios. Si son cazadores de trofeos, prepárense para una buena cantidad de horas invertidas en esto.
El pixel art seleccionado para ilustrar Titan Souls es una montaña rusa de altas y bajas. Por un lado, luce sublime a la hora de atravesar los sofocantes túneles de la región volcánica, además de que ilustra con una gran belleza la región de Lost Woods -con todo y sus referencias a la franquicia del héroe de Hyrule-; no obstante, por otro lado muestra deficiencias en ciertos aspectos como algunas paredes, donde las texturas resultan por mucho simples y con poco trabajo artesanal. Al final del día, el título cumple en su apartado gráfico y sorprende en algunas ocasiones al mostrar efectos climáticos y cambios radicales al transportarnos a otras dimensiones dentro de universo del juego. Otro punto a favor es que tanto interiores como exteriores respetan sus dimensiones reales. Es decir, cada puerta para entrar a un calabozo o a la cuna de un jefe será proporcional al tamaño del interior, y esto se reflejará desde afuera, tal y como sucede con títulos clásicos de RPG como Ys.
La banda sonora es de los mejores aspectos, producida con sumo cuidado en los disparadores cada vez que entramos a un área o despertamos a un titan. Incluso si lo deseamos, podemos adquirir la versión de lujo del juego, misma que cuenta con todo el audio que escucharemos en nuestra travesía. Desarrollar música para una experiencia interactiva no es nada fácil, ya que aparte de producir las melodías que nos acompañarán, se tiene que tomar en cuenta la atmósfera deseada y tener en mente que el usuario probablemente escuchará los mismos acordes infinidad de veces debido a la gran cantidad de muertes a las que se enfrentará.
Aunque al final de cuentas no estamos ante una aventura donde veamos un progreso real y nos muestren una narrativa somera, se agradecen elementos como los titanes creativos y los controles precisos. Rodar, correr, disparar y recuperar nuestra flecha será un deleite para nuestras manos, gracias al juego que desde el principio te recomienda altamente que uses un control en vez de ratón y teclado.
Lamentablemente, Titan Souls carece de muchos aspectos que pudieron hacer del título uno soberbio. No termina de cuajar en sus mecánicas que pueden ser arruinadas por la suerte y tal parece que por querer ser muchas cosas, no logra ser una por si misma. Se agradece el cross-buy en plataformas PlayStation y la música. Sabemos que la narrativa no lo es todo, pero una razón por qué luchar no hubiera venido nada mal. Más que un videojuego como tal, bien podría pasar como un experimento de diseño de jefes.