Recontando la eterna historia de almas y espadas

Creo que no exagero cuando digo que la serie de SoulCalibur es especial. Si bien se trata de una franquicia de juegos de peleas, ésta cuenta con un perfil que la distingue y diferencia enormemente respecto a otros exponentes del género. Ya sea por su estilo de juego que combina los combates en 3D con el manejo de diversos tipos de armas, su exagerada pero envolvente historia, su música épica o su amplio y variado elenco de personajes (en el que destacan distinguidos y únicos invitados), cada una de las entregas cuenta con algún elemento que fácilmente puede atraparnos. ¡Vaya, no se trata de cualquier juego de peleas!

Con un perfil tan distintivo como éste, sorprende ver la manera en la que le ha ido a la serie en los últimos años tras la salida de SoulCalibur V. Desde su última entrega principal en 2012, ésta recibió tres títulos más que, para desgracia de los fans, no fueron tan bien recibidos ni por los jugadores ni los críticos; SoulCalibur II HD Online se sintió un tanto flojo como remasterización, SoulCalibur Lost Swords fue una propuesta interesante que jamás terminó por convencer y SoulCalibur Unbreakable Soul simplemente no gustó por su formato móvil y abusivo sistema de microtransacciones.

Tras tres juegos como éstos en lo que se buscó (fallidamente) que la serie explorara nuevos caminos y abordará tendencias vigentes Bandai Namco sabía que, si deseaban que ésta se reposicionara en el radar de los consumidores, entonces su siguiente proyecto debía volver a sus raíces. Es así que tras seis años de espera, que nos llega SoulCalibur VI, una nueva entrega con la que la franquicia intentará no sólo retomar la fórmula que la consagró como una de las predilectas del género, sino incluso retornar al origen de su trama, a la idea central que dio pie a la historia de espadas y almas eternamente narrada.

Bienvenido una vez más al escenario de la historia

Pese a su gran gameplay y fabulosas gráficas, SoulCalibur V no fue un título del agrado de muchos seguidores de la serie y todo por dos aspectos tan importantes como lo eran su historia y su elenco de personajes. Para la ocasión, Bandai intentó darle un brío de frescura al juego al situar su trama 17 años  tras los sucesos de la entrega previa, y al dotarlo con un elenco conformado por varios peleadores debutantes.

En sí, el SCV no fue un mal juego en lo absoluto y gozó de cierta popularidad por un tiempo. Sin embargo, el hecho de ver sustituidos a guerreros tan entrañables (como Sophitia, Taki, Xianghua o Seong Mi-Na por mencionar algunos) y contar con una trama que se llegaba a percibir demasiado forzada, hicieron que muchos optarán por no serle fiel el título. ¿Cómo podría Bandai solucionar este distanciamiento? Simple: dándole a los fans lo que querían, volver a la historia principal.

SoulCalibur VI consiste de un reboot del primer juego de la saga (segundo en la serie Soul) que salió en arcades y Dreamcast y que aborda la misma historia que dio origen al conflicto entre las legendarias espadas SoulCalibur y Sould Edge, aunque ahora con una perspectiva diferente y un tanto más detallada. Su premisa principal se centra en Sophitia, una valiente guerrera a la que los dioses griegos le encomiendan salir en búsqueda de una espada maligna que corrompe a sus usuarios y que tiene el poder suficiente como para causar estragos y destrucción a su paso. Dicha travesía la llevará a conocer a varios guerreros que por igual se han lanzado a la cacería del maligno sable, aunque todos ellos con un interés en particular.

La historia de SoulCalibur VI es demasiado simple y directa, aunque esto no es algo que deba extrañarnos cuando recordamos que la misma es retomada de un juego que data de hace casi 20 años. No obstante, ésta fue estructurada en un modo de historia (de nombre Soul Chronicle) a manera de una línea de tiempo en la que resulta posible abordar la trama de cada combatiente dentro del contexto general de su narrativa. Se podría decir que éste se conforma de múltiples mini campañas que, aunque no dependen directamente una de otra, pueden llegar a entrelazarse para así ofrecer un panorama más amplio de los sucesos.

Que podamos explorar el perfil de cada personaje le da mayor variedad a una historia que fácilmente pudo haberse quedado en algo sencillo. Pero aún y con esta gran apertura, el modo adolece por el formato elegante pero pasivo de su narrativa en el que todo se nos va contando por medio de una enorme gama de bellas ilustraciones y muy contadas cinemáticas. No es como si los dibujos no se vieran increíbles pero, por sí solos y por la forma en la que se manejan, no consiguen darle mayor dinamismo a su presentación general.

Para compensar un poco lo anterior, en el juego se incluyó una campaña adicional completamente original de la que nosotros somos los protagonistas y que se titula Libra of Soul. Dentro de ésta, creamos nuestro propio guerrero haciendo uso de la herramienta de Creación de personaje (en breve me enfocaré en ella) y lo lanzaremos en una travesía en la que habrá de recorrer el mundo mientras realiza múltiples misiones de combate.

A simple vista, Libra of Soul se postra como una variante del modo de misiones presente en entregas previas de la serie, aunque se beneficia por la estructura con la que se diseñó y los elementos propios de un RPG que se le implementaron como lo son su sistema de progresión por niveles, la adquisición de experiencia, mejoramiento de habilidades o su opción de personalización de equipo y apariencia. Ciertamente éste se postra como un modo de juego más fluido, dinámico y hasta con mayores retos que el Soul Chronicle; inclusive, me atrevería a decir que es el más más entretenido y adictivo de las dos campañas. Desafortunadamente y al igual que la modalidad previa, la estructura narrativa y su presentación general le restan demasiados puntos de interés a ésta ya que la misma se nos cuenta a través de una inmensa carga de diálogos que apenas y se ven decoradas con las ilustraciones de cada personaje que interviene, eso sin mencionar lo estéril y poco llamativa que resulta sus interfaces y menús.

Complementando a las dos campañas previas el título ofrece otras opciones de juego que, aunque básicas, no dejan de ser entretenidas a su manera. Del lado individual tenemos el tradicional e indispensable modo arcade en el que habremos de combatir a una serie de guerreros de manera consecutiva; el de entrenamiento que nos servirá para pulir nuestras habilidades y combos; y el de combate libre, tanto para uno como dos jugadores.

Obviamente y al ser un juego de peleas, no podía faltar a la cita la opción de juego online. De nueva cuenta, este apartado ofrece modos de juego más que básicos (batalla por Rank y pelea libre) así como rubros complementarios (rankings y repeticiones), pero toda esa sencillez se traduce en un sistema de juego robusto y en extremo funcional. Durante mis tiempos de prueba jamás llegué a enfrentarme a problemas de lag y los combates que tuve nunca se vieron interrumpidos por caída de framerate. Sin embargo, el punto en el cual no todo fue tan adecuado fue al momento del establecimiento de conexión con otros usuarios ya que hubo momentos en los que tarde en encontrar partida (no mucho tiempo, pero lapsos de espera al fin y al cabo).

Mención aparte merece el modo de creación de personajes. Desde su inclusión en SoulCalibur III, ésta se ha convertido en una de las predilectas de los jugadores debido a lo bien diseñada y profunda que es y de cuyas variedad de herramientas nos dejan ser lo más creativo que podamos ser. En el que está presente en SoulCalibur VI, podemos forjar a nuestro peleador a nuestro antojo tanto en apariencia como en su estilo de combate. No importa si quieres a un orco enorme que pelee al más puro estilo de Ivy o una chica delicada que se cargue un tremendo espadón como el de Nightmare, si lo imaginas, es casi una garantía de que podrás crearlo aquí.

No todo son espadas en esta lucha

Habiendo explicado toda la gama de opciones de juego que ofrece SoulCalibur VI, resulta pertinente hablar del eje central del título: el gameplay. En términos simples, podemos decir que éste es un título de peleas en 3D en el que los personajes, pudiendo desplazarse en múltiples direcciones, se enfrentan haciendo uso de un estilo de pelea basado en un arma en particular; desde espadas normales, cortas o de gran tamaño, hasta otro tipo de objetos como lo son cuchillas, y dagas, báculos, lanzas, chacos, tonfas, hachas, magia entre otras. Más allá de la evidente diferencia que hay por las armas que portan, todos y cada uno de los guerreros se diferenciará de los otros por sus habilidades, velocidad y hasta rango de alcance que tienen al momento de los duelos.

Siendo un juego de Bandai Namco, SoulCalibur VI se distingue por ser un título con controles sencillos de abordar pero con mecánicas tan profundas y precisas que son difíciles de dominar. A nuestra disposición contamos con tres tipos de agresión (ataque vertical, horizontal y patada) y acciones como bloqueos o agarres con los que podremos hacer ataques en múltiples direcciones que, a su vez, son posibles de combinar de varias formas para crear poderosos y vistosos combos.

A lo anterior se le suman varias mecánicas adicionales que le añaden mayor profundidad al gameplay. De entrada, la primera de ellas es la Reversal Edge, que consiste en una especie de parry/ataque que nos adentra a un duelo de corta duración en el que los combatientes chocarán y deberán buscar la manera ya sea de evadir el ataque o, sobre todo, de encestar su ataque antes que el rival. En apariencia éste se asemeja mucho a los Slow Motion Momments de Tekken en los que cuando dos jugadores están a punto de cruzar golpes en un mismo momento, el tiempo se vuelve más lento hasta que alguno de los dos gana el choque. Esto le añade mayor dramatismo a la situación.

Otras mecánicas nuevas presentes son el Lethal Hit, un sistema más complejo con el que podemos mandar a volar al rival si realizamos las acciones correspondientes; y las habilidades únicas de cada peleador. Aunque éstas son más discretas, su dominio puede volverse fundamental en los duelos, pero para lograrlas requeriremos de estudiar bien al personaje que vayamos a controlar.

Hay más mecánicas que regresan al esquema de controles, todas ellas de las favoritas de los jugadores: El Soul Charge que aumenta la fortaleza y poder de nuestros peleadores por tiempo limitado tras consumir una barra de especial; el Critical Edge, ataque devastador que también consume una barra y que puede causar mayor daño entre menor vida tengamos; y los Guard Impacts, contrataques básicos.

Haciendo un análisis de los controles, nos percatamos de que la fórmula del gameplay se sigue manteniendo prácticamente intacta a como lo eran los últimos juegos. Esto no es necesariamente algo malo ya que la serie se ha distinguido siempre por su excelso y más que funcional sistema de juego. Se nota que Bandai tiene más que dominado el esquema de jugabilidad del título ya que, aún y con las pocas adiciones que le hizo, se sigue sintiendo fresco y extremadamente dinámico.

Presentación digna de cualquier historia épica

Aunque se trata de algo meramente superficial, la presentación del juego es otro de los apartados clave que hicieron de la franquicia lo que es hoy en día. SoulCalibur VI sigue esta tradición al exponernos un título con perfil épico del siglo XVI en el que se dan cita personajes de múltiples culturas y regiones. Además, sus menús ilustrados como pinturas propias de la época y su banda sonora en la que convergen diversos tipos de instrumentos y estilos musicales, hacen que adentrarnos a éste se convierta en un completo viaje en el tiempo.

Bandai sabe que la presentación de SoulCalibur es parte fundamental de la personalidad de la serie. Es por ello que, para complementar el paquete, incluyó rubros de museo en los que podemos apreciar con más detalles todas las ilustraciones incluidas en el juego (y hasta de otros títulos previos), escuchar sus trepidantes melodías, leer las biografías y ver los modelos de cada peleador y hasta aprender el vocabulario que erigen a esta legendaria saga.

Por último y retomando el apartado sonoro, es importante mencionar que el juego cuenta con opción de audio dual en inglés y japonés, así como opción de textos en varios idiomas, entre ellos el español. O sea, podrás disfrutar del juego sin preocuparte por la barrera de la lengua.

Los seis años de ausencia que tuvo la serie se han visto recompensados con una nueva entrega que cumple cabalmente con su cometido de hacernos disfrutar de un juego de pelea con estilo único en el que los puños y movimientos especiales no lo son todo. SoulCalibur VI es un título increíble y sumamente adictivo, con mecánicas de juego sencillas de comprender pero que requieren de tiempo para dominar por completo. Esto en conjunto a su perfil, lo convierten en una propuesta interesante que se sale de la oferta convencional de juegos del género.

Si bien es cierto que en apariencia el juego no cuenta con muchas novedades ni en su gameplay ni en sus modos de juego y algunas tienen puntos a mejorar (te hablo a ti, Libra of Soul), SoulCalibur VI se muestra como un paquete completo con el material necesario para tenernos ocupados por varias horas. Y como bono extra, el hecho de que sea un reboot de la serie le añade un incentivo más para que cualquier persona que jamás haya probado un juego de la franquicia pueda entrarle de lleno y sin preocupación alguna.

SoulCalibur está de vuelta, con ligeras mejoras y adiciones pero reteniendo esa esencia única por la que saltó a la fama. A decir verdad, no encuentro motivo alguno por el que no deban ir a conseguirlo o, en su defecto, darle una oportunidad. Sin importar si son fans veteranos o debutantes, considero que este nuevo capítulo es uno que merece ser contado nuevamente.