PS4
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Sega CS2 R&D
SEGA
28/04/2020
No sé si alguna vez les ha pasado que conocen una franquicia de videojuegos por un medio que es totalmente diferente al de su origen. En mi caso me ocurrió con series como Dragon Quest, Pokémon, Digimon, Monster Rancher, .Hack//y Fate, mismas con las que tuve un primer acercamiento a través de su anime y, tiempo después, con sus respectivos juegos. Y no sólo eso; conozco gente (en su mayoría que no juega) que no supo de la existencia de reconocidos nombres como Resident Evil, Tomb Raider, Hitman o Final Fantasy sino hasta que vieron sus películas y se enteraron que todas ellas se basaban en propiedades surgidas del entretenimiento digital.
Recientemente me volvió a pasar algo similar, ahora con la serie de Sakura Taisen. En su momento la conocí gracias a un anime que me tocó ver cuando iba en secundaria – conocido en América Latina como “La guerra de Sakura”- , y no fue sino hasta años después que, con ayuda del Internet, descubrí que ésta era la adaptación de una serie de juegos nacida en la consola SEGA Saturn. Dicha saga se conformaba de varias entregas que se lanzaron solamente en Japón a mediados de las décadas de los noventa e inicios de los años dos mil y que destacaron por su profunda y dramática historia ambientada en una versión steampunk de nuestro mundo en la década de los años veinte, su entrañable elenco de personajes femeninos y, sobre todo, por su jugabilidad que mezclaba varios géneros.
Si no ubicas la serie en lo absoluto entonces no te culpo. Después de todo, se trata de una franquicia que no salió de Japón, de la que en Occidente sólo hemos visto llegar uno de sus juegos y de cuyas producciones animadas apenas y tuvieron promoción en este lado del charco. Se trata pues, de una propiedad intelectual interesante que es inmensamente popular en suelo nipón pero que es prácticamente desconocida para el resto del mundo.
Curiosamente, toda esa gran fama de la que goza en Japón no fue impedimento para que la serie entrara a un periodo de letargo tras el lanzamiento de su último juego en 2005 y que se extendió por más de una década. Obviamente esto tuvo consternada a toda su fanaticada que, en reiteradas ocasiones, clamó por su regreso triunfal.
Como bien dicen, no hay mal que dure 100 años, y al menos en este caso, lo pudimos corroborar en 2018 cuando SEGA anunció que buscaría revivir a su querida IP mediante un nuevo juego. Dicha entrega se llama Sakura Wars y, más allá de ser ese proyecto por el cual muchos esperaron por años, se convierte en una gran apuesta de la compañía ya que busca tanto darle un reinicio a la franquicia como introducirla formalmente a Occidente. Y para ser honesto, creo que esta el resultado ofrecido es increíble y grato pues nos deja adentrarnos en su fantástico mundo y descubrir las razones por las que esta es considerada como una de las series más queridas de los gamers nipones.
Como dije arriba, jamás tuve la oportunidad de probar uno solo de los juegos de Sakura Taisen… hasta ahora. Y a decir verdad, lo primero que me sorprendió del juego es la manera en la que se constituye pues ofrece una amplia gama de experiencias – propias de diversos géneros como lo son las novelas visuales, simuladores de citas y la acción – y que resaltan a su manera cada uno de los elementos que conforman al título. Pero vayamos por partes.
Sin temor a equivocarme, creo que el punto más llamativo de todo Sakura Wars es su historia ya que se desarrolla en una ambientación fabulosa que muy pocos juegos han sabido ilustrar. Dividida en capítulos, ésta se sitúa en una versión steampunk de Japón de la década de los años 40 y en la que la humanidad combate a seres demoníacos con la ayuda de robots (mechas) individuales que son controlados por valerosos guerreros. Aquí tomamos el control de Seijuro Kamiyama, un joven capitán de la marina que fue transferido a Tokio para hacerse cargo de la División Sakura, un escuadrón de combate conformado enteramente por mujeres, y cuyos cuarteles se sitúan dentro de un antiguo teatro en el que, además, todas sus integrantes trabajan haciéndose cargo del recinto. Sin embargo y para su infortunio, nuestro protagonista pronto descubrirá la precaria situación en la que se encuentra la división, por lo que se verá obligado a realizar diversas tareas que van más allá de la milicia con tal de salvarla de ser disuelta por las autoridades.
Como seguramente ya sospechas, la aparente misión militar de Kamiyama se va transformando y dando pie a situaciones en las que debe irse relacionando y conociendo mejor a sus compañeras, todo al tiempo que hace frente a las sorpresivas invasiones enemigas, lo cual generará momentos de tensión, drama, comedia, romance y hasta picardia. Si lo vemos desde el punto de vista de un anime, podríamos compararlo con una serie con temática de harem en la que el protagonista se ve envuelto en líos amorosos con cada una de sus compañeras, pero que al final solo fortalecen su relación con todas ellas.
La forma en la que Sakura Wars desarrolla este tipo de relaciones es mediante mecánicas propias de juegos de simuladores de cita y novelas visuales. Durante las cinemáticas y charlas que sostenemos con las demás chicas y personajes se presentan momentos de interacción en los que debemos elegir una de varias posibles respuestas o hasta regular el tono y fuerza con la que diremos ciertas cosas. Obviamente y dependiendo de la opción elegida, iremos moldeando la perspectiva que tienen los demás sobre Kamiyama, aunque los resultados pueden ser tanto positivos como negativos para nuestra imagen. Y para hacer de esto un poco más diverso, varias de dichas interacciones se ven regidas por intervalos de pocos segundos, e incluso habrá algunas que nos llevarán a realizar pequeñas misiones dentro de limitados (y muy breves) periodos de tiempo.
Antes de proseguir, creo que debo recalcar que buena parte de Sakura Wars se desarrolla de esta manera; la mayor parte de la campaña te la pasarás leyendo diálogos, viendo cinemáticas, interactuando con los demás personajes mediante estas mecánicas o explorando las secciones de su mundo. Esto lo digo ya que, en apariencia, el título da la finta de ser uno y acción en estilo anime (que los tiene), pero en realidad su perfil es más sereno y da mayor peso a la narrativa y desarrollo de personajes sobre los combates. Si bien esto no es algo necesariamente malo, creo que limita demasiado la audiencia a la que puede llegar; no todos encontrarán atractivo el formato del juego y puede que hasta sientan que es demasiado pesado, sobre todo quienes no sean afines a las novelas interactivas o simuladores románticos. Sin embargo y si decides darle una oportunidad, creo que éste te dejará un buen sabor de boca por la manera tan profunda en la que se ahonda en los personajes, su universo y hasta el tono en el que progresa la aventura. Sentirás que estás viendo (y viviendo) un anime de mechas con la misma intensidad que lo hacían series como Gundam, Code Geass, Gurren Lagann o Robotech.
Dicho lo anterior, el ingenioso formato narrativo de Sakura Wars no es perfecto y llega a caer en varias fallas en las que, irónicamente, también recurren este tipo de animes. Por ejemplo, algo que me desagradó fue el enorme peso que la trama le da a Sakura (la protagonista femenina) sobre el resto de sus compañeras; aunque todas tienen su momento para brillar y se les dedica espacios para conocerlas, por lo general es la joven de kimono quien lleva las riendas y sobre la que gira la historia. Aunado a esto, muchas de las ideas que se abordan a lo largo de la aventura son clichés que se pueden ver en diversas series (arcos, personalidades de los personajes, “plot twists”) y hasta deja inconclusas muchas de ellas. Si eres fan del anime, puedes dar por hecho que aquí veras muchas cosas predecibles o familiares.
Otro de los géneros de los que el juego se vale – aunque en menor medida – es el de la acción, el cual resulta novedoso para la serie puesto que las entregas anteriores basaban su jugabilidad dinámica en los géneros de estrategia y rol. Luego de haber pasado bastante tiempo charlando con las chicas, haciendo misiones y encargos o explorando las locaciones disponibles de Tokio, el juego nos llevará a jugar en secciones donde tomamos el control de los mencionados robots del escuadrón y combatimos tanto a demonios como pilotos rivales. Al momento de entrar en acción, contamos con comandos básicos propias de títulos de combate musou o Hack and Slash que van desde hacer golpes simples y fuertes (que a su vez pueden combinarse para hacer combos), realizar ataques especiales tras llenar una barra especial, saltar, esquivar o desplazarse velozmente con la ayuda de propulsores. Obviamente y como se esperaría, podemos controlar a cualquiera de los miembros del escuadrón, quienes se especializan en un estilo de combate diferente (con espadas, físicos, magia, armas de fuego o martillos). Vaya, no todos los robots se sienten iguales entre sí.
El esquema de pelea de Sakura Wars es funcional y sencillo de entender. Sin importar a qué robot elijas te será fácil acostumbrarte a éstos y hasta le sacarás provecho a sus respectivos estilos. Lo malo de todo esto es que, como tal, su jugabilidad es demasiado simple; prácticamente el botón de ataque simple basta para hacerle frente a los enemigos, y el de ataques especiales sólo resulta conveniente cuando te topas con enemigos más fuertes que no son tan recurrentes.
Otro fallo perceptible recae en los desplazamientos de los robots. La acción de esquivar es un tanto imprecisa y puede llegar a alejarnos demasiado de los enemigos. Por su parte la propulsión a velocidad es algo torpe y, si no la dejamos de accionar oportunamente, nos llevará a hacernos caer de los escenarios, chocar con paredes o pasarnos de los rivales.
Su sistema de mira es otra lamentable falla que va ligada con el punto anterior. Como en todo juego de acción, podemos centrar nuestra atención hacia algún enemigo en particular, lo cual resulta práctico en momentos en los que hay decenas de rivales a cuadro. Lo malo de esto es que los robóticos movimientos de los mechas y la incómoda perspectiva de la cámara pueden provocar que perdamos el enfoque de nuestro objetivo, realicemos ataques imprecisos al aire o, peor aún, nos coloquemos en posiciones incómodas en las que recibamos daño enemigo.
Me gustaría decir que esto es lo único malo que tienen las secciones de combate, pero no es así. El formato que tienen estas secciones deja mucho a desear por lo lineal que son, por la poca variedad de misiones que nos ofrecen (que por lo general se limitan a avanzar y enfrentar a los enemigos que nos aparezcan) y la restricción que tienen de dejarnos controlar a dos o tres robots al mismo tiempo. Salvo por contadas excepciones, todas se sienten prácticamente idénticas y repetitivas.
Para darle un poco de mayor variedad al asunto, hay otras opciones de juego a las cuales recurrir durante las secciones de exploración y dialogo. Una de ellas es un minijuego con cartas hanafuda y la otra es la el modo de combate libre en el que podemos revivir las misiones ya realizadas pero con cualquiera de los robots que queramos. Éste último le da cierto valor de rejugabilidad al título, pero no tanta como se esperaría ya que, reitero, a la larga las peleas se sienten repetitivas y simplonas.
En donde si me resulta difícil poner queja alguna es en el apartado de su presentación. Sakura Wars es uno de los juegos con temática y estilo anime más vistosos, increíbles y lúcidos que he visto en la actual generación. Desde que lo inicias, su opening te cautiva por lo colorido que es, por el genial diseño de sus personajes, su estilo que combina la animación en 2D y 3D, lo fascinante que luce su mundo y por su pegajoso y explosivo tema principal que, no exagero, te recuerda a esas series de robots de los ochenta y noventa. Pero a las pruebas me remito.
Así como se ve su secuencia de inicio, lucen igual de detalladas todas y cada una de sus cinemáticas en las que, además, se escuchan excelentes actuaciones de voz en japonés. Pero incluso y en aquellas interacciones donde todo ocurre con el motor del juego, las buenas interpretaciones de los seiyus (actores de voz niponas) logran transmitir todas esas emociones que sienten los personajes. Aunque claro, eso no evita que en ocasiones las actuaciones luzcan un poco exageradas debido a los movimientos desmesurados que hacen los personajes para enfatizar aún más los momentos de comedia o drama.
Las interfaces de cada menú no se quedan atrás. Todas tienen una estructura simple de entender y su apariencia se acomoda a la perfección al estilo del juego. Incluso los dispositivos y gadgets que usamos como navegadores principales para el mapa u organizador general, le dan mayor personalidad a todo y nos hacen sentir que estamos en esa versión steampunk de Japón. Y como si eso no fuera suficiente el título se da el lujo de añadir más elementos que, pese a ser simples o minimalistas, mejoran la experiencia y nos hacen sentir que estamos jugando un anime; ejemplo de ellos son las plecas de intermedio o las cortinillas de avances del siguiente capítulo. Detalles que simplemente no pasan desapercibidos.
En lo que respecta a su banda sonora, ésta también va acorde con el perfil del juego; es explosivo, vivo y te hace sentir que estás viviendo en una época antigua donde los combates se viven a bordo de robots movidos por vapor. No obstante hay un detalle que resulta difpicil de ignorar y ese es que varias de las melodías consisten de arreglos y versiones alternas del tema principal. No es algo que te arruine la experiencia, pero si notarás que es un tema bastante recurrente.
Tras jugar Sakura Wars me quedaron claros los motivos por los que la serie es tan popular en Japón. Es una de esas franquicias que te presenta a un elenco variado y entrañable de personajes (la mayoría femeninos), se da su tiempo para desarrollarlos y explicar sus contextos y relaciones, te introduce a su mundo que es igualmente fantástico y se apega a la realidad, y añade dosis de acción mediante mechas (elemento distintivo de la cultura pop japonesa). Todo ello dentro de títulos en los que convergen los géneros de juego predilectos de los nipones y con calidades de producción tan altas que no le piden nada a los anime más ambiciosos.
Aunque es verdad que un cambio importante en su jugabilidad al cambiar las secciones de combate de estrategia y rol por enfrentamientos libres en tiempo real, la esencia de la franquicia se mantiene prácticamente intacta y el cambio se ajusta a la perfección a la fórmula. Aún mejor, el tratamiento que recibió permiten que cualquiera pueda acercarse al título y comprenderlo a la perfección, incluso y si jamás tuvieron contacto previo con algún Sakura Taisen.
Personalmente disfruté mucho Sakura Wars, sobre todo porque su formato narrativo me atrapó desde el inicio y me hizo encariñarme de todos sus personajes. Además, sus animaciones fueron un deleite de observar y cada uno de sus detalles me hicieron querer adentrarme más a la franquicia. Desde este momento me declaro fan de la saga.
Pero aún y pese al gran cariño que le tomé al juego, me resulta difícil recomendarlo a todos por la forma tan extraña de su formato. La enorme carga de diálogos puede llegar a sentirse pesada, las secuencias de interacción y simulación de citas pueden dar pie a momentos que son incómodos de ver o escenas subidas de tono, y sus partes de combate aunque funcionales son en extremo simplonas. Como juego de acción, Sakura Wars deja mucho a deber se queda corto respecto a otras series; como juego de citas, es uno de los títulos más melosos pero divertidos y mejor estructurados que encontrarás; y como propuesta nueva, es una de las más frescas y curiosas que veremos este año. No es perfecto ni para todos los gustos, pero aquellos que decidan entrarle, creo que les dejará una buena impresión.