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Ahr Ech
Devolver Digital
28/03/2024
Cuando hablamos de juegos independientes, hay muchas ventajas que este tipo de desarrollos ofrecen, siendo la libertad creativa uno de los aspectos más llamativos de esta industria. Una simple mirada al portafolio de publishers como Annapurna Interactive, Team 17, Chucklefish y Devolver Digital nos muestra un sin fin de experiencias únicas con ideas excepcionales. Siempre es interesante dejar de mirar a la escena AAA por un momento, y apreciar todo lo que un pequeño equipo puede ofrecer sin la necesidad de tener que cumplir con ciertos parámetros financieros, o atraer al público en general. Sin embargo, esto también significa que el soporte financiero no es tan grande, lo cual da como resultado juegos de corta duración, y propuestas que no van más allá de su concepto inicial, incluso cuando lo que ofrecen es espectacular.
Aquí es donde los publishers enfocados en juegos independientes entran en escena, puesto que ofrecen soporte financiero, aunque no para que un juego expanda sus horizontes y se convierta en una propuesta más ambiciosa de lo originalmente planeado, sino para llegar a las manos de los usuarios. Este es el caso de Pepper Grinder. Este título comenzó su desarrollo en 2017, cuando Ahr Ech se dio a la tarea de crear una experiencia inspirada en títulos como Dig Dug y Echo the Dolphin. Después de varios años trabajando solo en este proyecto, Ech logró conseguir la ayuda de Devolver Digital para, por fin, terminar este proyecto. Tras ocho largos años, el resultado final ya está disponible.
Pepper Grinder se presenta como un carismático juego independiente enfocado por completo en sus mecánicas para ofrecerle al jugador una experiencia entretenida, retadora y, lamentablemente, demasiado corta. ¿Es Pepper Grinder uno de los mejores títulos indie de 2024? ¿Acaso su corta duración afecta severamente la experiencia principal? Descubre las respuestas a estas y más interrogantes en nuestra Atomix Review.
Claramente, Pepper Grinder fue desarrollado por solo una persona. Si bien casi todos los apartados demuestran un alto nivel de calidad, la historia es relegada a ser solo una justificación para comenzar esta aventura. No hay un gran viaje espiritual, o alguna rivalidad que constantemente incentive una progresión a lo largo de las diferentes zonas. Todo se reduce a que nuestra protagonista, Pepper, necesita recuperar su tesoro después de que fue robado por un grupo de piratas. Incluso con un elemento sobrenatural detrás del grupo que tenemos que vencer, no hay un solo momento en el que el juego trate de ofrecernos algo más que solo una excusa.
Aunque esto puede verse como un aspecto negativo para muchas personas, este no es el enfoque de Pepper Grinder. Como ya lo mencioné, es solo una justificación que nos pone en los pies de una chica con una misión muy clara. De esta forma, el énfasis está en crear un mundo mágico que esté a la par de la aventura que se nos presenta. Pepper tiene que atravesar cuatro diferentes secciones, cada una representando una parte de su viaje. Todo comienza en una playa, y termina en la guarida de los ladrones, y la forma en que avanzamos es natural. Si bien no hay una gran congruencia entre cada sección, sí hay una lógica en la forma en la que todo se van desarrollando.
El tercer mundo, por ejemplo, nos presenta los clásicos escenarios de nieve. Aquí comenzamos en la base de una montaña, la cual vamos escalando poco a poco a lo largo de cuatro niveles, cada uno con una sección específica. Es un detalle que le da un mayor peso a cada sección que visitamos, y es algo que encontramos en toda la aventura. Más que sentir que cumplimos una misión y avanzamos a otra, el mundo que nos presenta Pepper Grinder se asemeja mucho a lo que Rare hizo con Donkey Kong Country.
Al final del día, Pepper Grinder sabe a lo que va, y en lugar de gastar tiempo tratando de introducir conceptos narrativos, decide ofrecerle al jugador un mundo que, aunque desconectado en ciertas partes, se siente real en la forma en la que cada sección se va desarrollando. Sin embargo, la falta de un incentivo que vaya más allá del gameplay ocasiona que, cuando eventualmente llegas al final, sientas que algo faltó.
Siempre que hablamos de pixel art, elogiamos a los títulos que llevan este estilo a nuevos niveles, o tratan de capturar la magia de los 8-bits y 16-bits. Pepper Grinder no trata de caminar una de estas dos rutas. En su lugar, el trabajo de Ahr Ech claramente está inspirado en la era del Game Boy Advance, y opta por una evolución del high-bit, similar al que encontramos en títulos como en Kingdom Two Crowns, pero con un toque único que le ofrece su propia personalidad a esta aventura.
Cada nivel nos presenta una explosión de colores. Desde los tonos más cálidos, como el rojo, naranja y amarillo; pasando por un contraste más tenue, como los blancos, azules y grises de la nieve: hasta los pigmentos oscuros, como el púrpura y café que encontramos en la última zona. Para complementar esto, tenemos a Pepper, quien está diseñada para resaltar en todo momento. No solo es posible personalizar a la protagonista con diferentes estilos de cabello, sino que en todo momento logra resaltar, algo que es más que necesario considerando el pequeño espacio que ocupa en la pantalla.
Como ya lo mencioné, cada nivel logra cautivar al jugador utilizando conceptos básicos, como el mundo de lava y la zona de nieve, pero utiliza sus tropos de una muy buena forma para que cada sección sea única, y en ningún momento sientas que ya viste todo lo que el juego tiene para nosotros, incluso cuando al mismo título se le acaban las ideas muy pronto. A la par, las animaciones, especialmente las de Pepper, son extraordinarias. No solo verla usando su taladro es cautivador, sino que todo lo que está en pantalla logra resaltar inmediatamente; desde los enemigos y sus diferentes aditamentos, hasta la interfaz, la cual brinca constantemente cada vez que enciendes la perforadora.
Visualmente, Pepper Grinder es espectacular, y una obra que demuestra que hay múltiples formas de usar el pixel art hoy en día. El diseño de cada personaje y el de los niveles fácilmente cautiva al jugador, y el uso de colores hace que cada sección tenga una mayor personalidad. Es un trabajo de calidad que demuestra el talento de Ahr Ech.
Si hay algo en lo que Pepper Grinder sorprende desde el primer instante, es su música. A diferencia del resto del juego, Ahr Ech no trabajó en este apartado. En su lugar, Xeecee tomó la batuta, y nos entregó un soundtrack lleno de energía que complementa de perfecta forma cada nivel y enfrentamiento contra jefe. Aquí encontramos funk, house, electrónica, pop, y jazz. Todo logra combinarse de una forma única que nos ofrece una experiencia sonora que está alejada de lo que la mayoría inmediatamente asocia con este tipo de experiencias.
Aunque el soundtrack nos ofrece composiciones que están fuera de lo esperado, cada canción funciona a la perfección, puesto que al principio encontramos melodias mucho más calmadas, algo que va de la mano con los tutoriales, y una vez que llegamos al final, el trabajo de Xeecee es complejo, y es el acompañante perfecto para cada enfrentamiento y reto a superar.
El soundtrack es un claro ejemplo de las fortalezas que hay cuando una persona se enfoca solamente en un apartado, en lugar de tratar de balancear múltiples tareas al mismo tiempo. El resultado final es espectacular, y estoy seguro de que las composiciones de Xeecee formarán parte de la playlist de más de una persona, puesto que encapsulan varios sentimientos, y cumplen de una forma fenomenal su trabajo.
Pepper Grinder es un plataformero 2D, en donde tenemos que avanzar a lo largo de diferentes niveles de una forma línea, Lo que hace especial a este título, es la forma en que llegamos a la meta. En lugar de tener que saltar sobre obstáculos, contamos con un taladro que se usa para navegar por la tierra. Esto da pie a un diseño que, pese a comenzar sencillo, rápidamente se vuelve complejo de una forma que mantiene entretenido al jugador, y constantemente nos presenta con una serie de retos que nos ponen a prueba, aunque sin llegar a tener una dificultad muy elevada.
Aunque Pepper puede caminar y saltar por su propia cuenta, el enfoque del juego está en usar el taladro para sumergirnos en la tierra, y así navegar estas secciones como si fuéramos un delfín en el agua. En todo momento estamos en movimiento, por lo que el juego espera que seamos capaces de reaccionar adecuadamente a todos los obstáculos que se nos presentan. Todo comienza de una forma sencilla. Tenemos que movernos de un montículo de tierra a otro, y en el camino evadir un par de enemigos. Sin embargo, el título va evolucionando de tal forma que nuevos conceptos son introducidos en cada nivel, al grado de que nunca sientes que estás haciendo lo mismo.
Además de navegar por la tierra, Pepper cuenta con un dash, el cual no solo nos permite aumentar nuestra velocidad de forma momentánea, sino que al usarlo segundos antes de abandonar de un montículo, podemos salir impulsados y llegar a nuevas zonas. Junto a esto, también está a nuestra disposición un gancho con el cual es posible columpiarse. Todos estos son elementos que se complementan a la perfección. Debido a que usar el taladro no es automático, ya que necesitas presionar el gatillo derecho antes de entrar a la tierra, el juego constantemente nos presenta con retos que nos sacan de la superficie, solo para obligarnos a adentrarnos al suelo instantes después, por lo que necesitas estar al tanto de cuándo presionar el botón necesario para avanzar sin cometer un error.
Al igual que Sonic the Hedgehog, Pepper Grinder nos presenta una serie de obstáculos que nos obligan a reaccionar al instante. Aunque el juego comienza de una forma sencilla, eventualmente todos los conceptos son empleados al mismo momento para ofrecer niveles complejos que requieren de tu atención. Constantemente vemos nuevas ideas, como nieve que desaparece segundos después de que te sumerges en ella, o lava que tienes que enfriar para poder navegar en ella. Por si fuera poco, también hay secciones estilo Donkey Kong Country en donde tienes que lanzarte de barril en barril entre una serie de obstáculos muy bien planeados. Incluso cuando piensas que esto es todo, el título nos presenta con un mecha que puedes conducir, y una pistola que destruye todo lo que está frente a nosotros. Una gran forma de darle al jugador un respiro antes de volver a sumergirse en las mecánicas principales.
A la par del fantástico diseño de niveles, cada zona cuenta con cinco monedas que puedes coleccionar para comprar una llave adicional que desbloquea un reto más, así como nuevos colores para personalizar a Pepper. Cada ítem está muy bien escondido, por lo que tienes que prestar atención para encontrar grietas que albergan todos los secretos que este título tiene para nosotros. Sin embargo, no todo es perfecto. Para comenzar, los jefes son muy sencillos, puesto que todos recaen en solo una memorización de un simple patrón, y una vez que logras identificar cómo funcionan, dejan de ser un reto, y se vuelven un obstaculo que tienes que superar para volver a la verdadera diversión.
Junto a esto, los tesoros que recolectas a lo largo de los niveles no tienen un gran peso, puesto que solo los puedes usar para expandir momentáneamente tu vida o comprar stickers para el modo fotográfico. No es algo que incentive al jugador, y al final termina por ser un elemento que funciona más como una guía para superar retos, más que una recompensa bien merecida. A diferencia de las monedas, el juego no te ofrece algo sustancial al aumentar tus riquezas.
Lamentablemente, Pepper Grinder es un juego que puedes acabar en tres horas. Cuando llegas a la última zona, sientes que el juego apenas está comenzando. Justamente cuando todas las ideas logran conectarse, y el diseño de niveles se transforma en algo adictivo que no te deja soltar el control, los créditos llegan, y es no difícil sentirse decepcionado. Quieres más. Es innegable que Ahr Ech nos ha entregado un fantástico juego lleno de diseños entretenidos, retos que son capaces de cautivar a todos los jugadores, y secciones llenas de acción que te hacen sentir como un maestro del control cuando logras superar los obstáculos sin perder una sola vida.
Sin embargo, todo acaba muy rápido. Este es el principal problema con el juego. Quieres seguir disfrutando de todo lo que Pepper Grinder nos presenta, pero el final llega antes de lo pensado. Puedes extender tu tiempo en este mundo al tratar de completar los retos contra reloj que cada nivel nos ofrece, pero no hay un gran incentivo para hacerlo, más allá de tus propios méritos, puesto que las recompensas se reducen a stickers para el modo fotográfico. Más que decepcionarme, me enoja que no haya más Pepper Grinder. El juego es diversión pura, por lo que una vez que llegas a los créditos, sientes que tu tiempo en un parque de diversiones acaba antes de lo pensado.
Pepper Grinder es un viaje muy divertido. Si bien la historia es mínima al grado de ser casi nula, la progresión de cada nivel es interesante, y hace que viajar a lo largo de los cuatro mundos principales logre cautivar a todos los jugadores. El aspecto visual es de primer nivel, y una gran demostración de high-art de píxeles que deja en claro el talento que su creador tiene para utilizar colores. Junto a esto, las animaciones y la forma en la que todo se sacude cuando usas el taladro, nos habla sobre una atención al detalle que demuestra la pasión que Ahr Ech le invirtió a su juego.
La música es espectacular de principio a fin. El trabajo de Xeecee es impresionante. La combinación de jazz, funk, house, electrónica y pop da como resultado una experiencia sonora de primer nivel que, aunque algunos podrían pensar que esto no funciona con un juego como Pepper Grinder, es el acompañante perfecto para cada nivel y enfrentamiento contra los jefes. Si hay algo que este título me deja, más que el gameplay, es su música.
Sin embargo, son las mecánicas y el diseño de niveles de Pepper Grinder lo que terminan por cautivar al jugador. Cada elemento es usado a la perfección, y la progresión nos va presentando con retos interesantes que ponen a prueba las habilidades del jugador. Todo culmina en secciones que, pese a ser cortas, logran causar una gran impresión. Lamentablemente, todo acaba demasiado pronto. Justamente cuando piensas que apenas estás empezando, los créditos finales llegan, decepcionando y enfureciendo al jugador. Aunque hay un elemento de rejugabilidad, no es lo suficientemente fuerte. Espero que Ahr Ech ya esté trabajando en Pepper Grinders 2, porque es injusto que una experiencia tan buena acabe tan rápido.