Cambio radical a la fórmula

Tokyo RPG factory es un estudio que ha demostrado saber hacer un JRPG clásico, con I am Setsuna y Lost Sphere tuvimos juegos que demandan nuestra atención en el combate y una estrategia, mientras se desenvolvió una historia que a veces podía ser un poco densa. Con eso en mente empezar a jugar Oninaki, me sorprendió el hecho de que las mecánicas de combate fueran completamente diferentes, pero también es notoria la influencia de sus trabajos pasados.

Este título llamó mi atención desde que vi su trailer de presentación, su arte fue algo muy llamativo y habiendo jugado los títulos anteriores de este estudio, estaba contando los días para tenerlo en mis manos y experimentar lo nuevo e tenían que ofrecer.

Oninaki se lanza este 22 de agosto en Nintendo Switch, PS4 y PC.

La reencarnación

Oninaki es un juego con una historia densa, desde su escena de apertura podemos ver a nuestro protagonista, Kagachi, perder a sus padres. Quedando al cuidado de Kushi, un miembro de los Watchers. Kagashi crece para convertirse en un miembro de esta fuerza, la cual es encargada de ayudar a las almas a pasar del otro mundo, o el velo como se le llama en este universo, a otro plano para permitir su reencarnación. El título juega mucho con el concepto de la vida y la muerte, su historia se centra sobre la creencia de la reencarnación y el cuestionamiento de si esta existe realmente. Como Watcher nuestra tarea es salir al mundo y encontrar almas que no han podido descansar, lo cual se debe principalmente a que tienen asuntos pendientes, o simplemente no aceptan su muerte y es nuestro trabajo ayudarlos a liberarse de ese pero para poder continuar con el ciclo.

En esta aventura nos topamos con diferentes monstruos o criaturas que debemos derrotar con ayuda de nuestros Daemons, nuestros aliados de batalla que nos prestan sus habilidades para derrotar las amenazas que nos encontramos. Los cuales puedes ir desarrollando en su árbol de habilidades, el cual también incluye sus memorias, pequeños momentos de su vida pasada para ir conociéndolos.

Pero en este reino algunas cosas extrañas han pasado últimamente y muchas más personas de las que deberían están muriendo. El investigar los motivos te lleva a una serie de eventos que es precisamente donde la historia se torna densa. La introducción de Linne, una pequeña niña que tiene un lazo inexplicable con Kagashi es uno de los misterios a resolver. El otro es porque el villano del título, Night Devil, está empezando a desestabilizar la paz del reino y es, por supuesto, nuestro trabajo detenerlo y acabar con él.

Oninaki te da más de una sorpresa en su historia, pero desafortunadamente la manera en la que la entrega tropieza mucho en el ritmo. Con pequeñas secuencias animadas que se disparan con una pantalla de carga, lo cual no está mal, pero sí es tedioso cuando después de una, caminas 4 o 5 pasos y se dispara otra, y luego otra. Sobre todo en la segunda mitad del juego, esto se vuelve algo cansado ya que es donde más secuencias de estas vemos.

Los diálogos o desarrollo de los personajes no son muy profundos, de hecho a veces pecan en la sencillez, y desgraciadamente no es lo único que termina pecando de simple eventualmente en el juego, mas de eso un poco más adelante.

Entre dos planos

Gráficamente Oninaki es un título que se ve muy bien. Un juego mucho más colorido que los trabajos pasados de Tokyo RPG factory. Los escenarios están llenos de color, y varían de bosques a montañas desérticas o lugares llenos de vegetación de diferentes colores que enriquecen la imagen. Los cuales al cruzar el velo, o al más allá, toman un tono oscuro, pero donde los enemigos resaltan como letrero neón, al igual que nuestro protagonista y nuestros Daemons.

Los diseños de los personajes son lo que esperas de un JRPG, no tienen algo que los haga característicos y eso es una pena, incluso nuestro villano solo tiene algunos rasgos especiales pero cada uno de estos personajes podrías jurar que lo has visto antes. Los enemigos pasan por el mismo problema, solo cambiando su color para indicar que son más peligrosos. Y en el caso de los jefes, algunos de ellos se repiten, lo cual con la cantidad de batallas que tienes, que no son una cantidad muy elevada, me sorprendió.

Oninaki, es un juego visualmente atractivo y que sin duda muestra el crecimiento del estudio en el aspecto gráfico.

De la sorpresa a la repetición

Como mencionaba al inicio, Oninaki hace cambios a la fórmula tradicional del JRPG que Tokyo RPG factory había venido desarrollando con entregas pasadas. Haciendo una transición del combate por turnos a uno con más acción, algo que se siente más como un hack and slash. De tener combates con unos cuantos enemigos pasamos a pantallas llenas de ellos donde debemos de acabar con oleadas y oleadas de ellos. Para lograr esto se dieron a los Daemons, que son algo parecido a los Jobs, o para dar un ejemplo más cercano a lo que vemos en este título, a los Blades (Xenoblade Chronicles). Cada uno de ellos nos permite usar armas diferentes, las cuales varían entre una hoz, lanzas, katanas, arma de fuego y ballesta, escudo, entre otros. Cada uno de ellos sirve a diferentes tipos de combate y estilos. Aunque, sinceramente encontré la variación útil solamente en las batallas contra jefes, ya que con los demás, el que golpeara a más enemigos a la vez era el de mi preferencia.

Conforme vas avanzando vas encontrando nuevos Daemons, los cuales se unen a tu equipo y pueden ser intercambiados en tiempo real con solo mover el stick izquierdo en cualquiera de las 4 direcciones posibles. Esto te da variedad al momento de acabar con tus amenazas y la libertad de experimentar con diferentes estilos de combate sin tener que ir al menú de pausa, dando un gran dinamismo al combate, por un momento.

Los árboles de habilidades son muy extensos en cada uno de los Daemons y se van desbloqueando gracias a piedras que vas obteniendo conforme más utilizas a cada uno de ellos, es decir, para mejorar el Daemon que usa una Katana, deberás usar una piedra de Katana. Pero también existen piedras que no tienen clase, las cuales son muy útiles cuando te encuentras con Daemon nuevo y quieres hacerlo lo más útil posible sin pasar por el proceso de construirlo, ya que eventualmente desbloqueas habilidades que pueden ser asignadas a diferentes botones y que te hacen una fuerza imparable, y al obtener un daemon nuevo, siempre vienen solo con una habilidad, así que se siente como un paso atrás el no tener a tu disposición más formas de atacar. Estas “Null stones” me parecieron una forma muy inteligente de resolver este problema.

Durante nuestra aventura tenemos que estar pasando del mundo de los vivos al más allá constantemente, pero en las zonas que exploramos, no siempre es posible en cualquier momento, así que debemos de derrotar a un enemigo especial que posee una especie de energía que limpia el mundo del más allá para que podamos ver que lo habita, las primeras ocasiones es interesante el ver esta mecánica en acción, pero después de hacerlo 40-50 veces empiezas a notar algo en lo que el juego cae, constantemente.

La repetición no es algo malo, pero en este caso el juego que se supone que debe de ser un RPG se convierte en un Hack and Slash cuando llegas a niveles altos, o un “Button masher”, quitándole toda la profundidad que tuvo al principio al combate. No ayuda el hecho de que cuando te enfrentas a una oleada de enemigos, justo cuando acabas con el último puedes ver cómo llega otra oleada de refuerzos. 

Sinceramente llegó un punto donde prefería batallar con las batallas con los jefes por llegar en un nivel no tan alto, que estar presionando botones sin pensar mucho en una estrategia. Lo malo fue que esta estrategia si jugaba parte importante de mi combate al inicio, pero conforme avancé pude notar como iba desapareciendo ese reto.

Algunas batallas con los enemigos principales fueron retadoras, pero luego pude notar un patrón en todos ellos. Acércate, golpea, alejate para evitar su ataque a distancia, muévete en círculos para no resultar herido, repite. Solo 1 mostró un patrón diferente y fue de las batallas más interesantes. Lo que nunca dejó de ser interesante fue soltar la furia de mis Daemons, una mecánica que al llegar un medidor a el punto máximo de afinidad, puedes explotar y aumentar el daño, velocidad y efecto de tus habilidades, eso siempre fue satisfactorio. 

Sin duda, la experiencia de hacer de tus Daemons unas armas increíbles de combate es muy buena, pero carece de profundidad en niveles superiores.

Conclusión

Oninaki es un juego con una historia pesada, entregada con un ritmo un poco tropezado, Visualmente tiene mucho que entregar con un arte bien pensado y que se ve muy bien en cualquier plataforma. Con un combate que tiene un potencial muy bueno pero que en la repetición pierde su esencia. 

El hecho de que llegara al punto de preferir evadir combates me hace pensar que la experiencia de aproximadamente 20 horas pudo ser entregada en una cantidad menor, considerablemente menor, lo cual hubiera permitido mostrar realmente el potencial de los árboles de habilidades y permitir una narrativa más sólida. Pero en el afán de hacer un juego largo, expusieron los puntos más débiles del diseño del título, lo cual lo termina hiriendo.

No es un juego terrible, de hecho si te gustan ambos, JRPG y Hack and Slash, aquí encontrarás algo con lo cual entretenerte por una buena cantidad de horas. Y que en cuanto a historia, llegará un punto en el que no sabrás qué esperar gracias a los giros inesperados y que si escarbas, encontraras mas detalles interesantes.