Estamos en una era muy particular donde el videojuego ha trascendido su entorno y se ha puesto, social y culturalmente, a la par de de los deportes, incluso cuando los mismos deportes son la inspiración y base de dichos desarrollos. Sólo piensa en el nombre Madden que ya no representa, para más de una generación, al brillante entrenador y ex analista John Madden, sino a la franquicia de videojuegos con las que Electronic Arts comenzó el imperio de EA Sports.

Madden se transformó de un mero simulador de fútbol americano a ser el sinónimo de la disciplina en los videojuegos. Sí, ha tenido altibajos, pero la evolución lo ha llevado a ser un pilar del gaming en un mercado como la unión americana; ha sido tocado por los esports y se ha transformado en referente. Básicamente, cada nueva entrega tiene un gran peso sobre los hombros. ¿Puede Madden 19 con esta tarea?

Movimientos que matan

La generación está llegando a su tope visual. Sí, existen mejoras gráficas que buscan aprovechar el potencial de PS4 Pro y Xbox One X, pero hay que admitir una cosa: estos avances tienen un límite y, sobre todo, cuando tienen detrás menos de un año de desarrollo. ¿Qué puede ofrecer un videojuego nuevo para lucir realmente nuevo ante un público que suele ser leal?

Para resolver esta interrogante tenemos una respuesta práctica: Real Player Motion. Es un arma versátil a nivel visual y de gameplay. Funciona no sólo para ofrecer una experiencia visual más realista, sino que además te permite reaccionar de manera más adecuada ante lo que acontece en el campo de juego.

Pongamos, por ejemplo, a tu corredor. El sistema RPM no sólo ofrece movimientos de animación más realistas. Si se abre un carril para que pasen gracias a los bloqueos de los linieros, podrá aprovechar ese espacio de mejor manera. De igual manera, la animación de los mariscales de campo dependerá de qué tanto tiempo les de la ofensiva para reaccionar.

Recursos como los cortes, e incluso como el romper tacleos con base en jugadas de poder son cruciales para ciertos jugadores. Todo visualmente retratado con animación acorde a la situación. Este detalle, en conjunto con mejoras ofrecidas en años anteriores, le da al juego una sensación de mayor vida y hace más intensa la experiencia.

Aún así, hay fallas importantes que se deben de reparar en los próximos juegos, incluso que se han tardado. Si lanzas un pase cerca de la banda, es probable que por el mismo impulso del movimiento se sigan derecho y atrapen fuera en lugar de buscar que la jugada se quede dentro del campo. En otras ocasiones, la física del movimiento no coincide con el resultado de la jugada, haciendo un poco más sencillo de lo normal romper tacleos.

Hay mejoras que hacen que el juego se sienta más vivo, pero no por ello más profundo. Y eso, quizá, nos habla de que el juego está llegando a su límite antes de buscar nuevas bases. Aún así, la evolución es visible.

Cuestión de enfoques

Madden NFL 19 tiene, por así decirlo, tres modos en los que la acción puede desarrollarse. Puedes elegir la acción en modalidad arcade, utilizando el modo de simulación o la Head to Head.

El modo arcade, más que facilitarte la vida, permite que los jugadores reaccionen de manera más apropiada a jugadas de alto riesgo. El modo simulación, como es de esperarse, nos deja con la misión de elegir correctamente la jugada desde las trincheras. En el modo cara a cara, enfocado obviamente en el creciente aspecto competitivo de Madden, deja mayor peso a la ejecución de cada jugada.

Esta variedad no es nueva, ni siquiera para esta generación. Pero la diversidad de posibilidades sirve para darle más espacio a cada jugador de disfrutar el juego como mejor considere. A veces querrás pases largos y jugadas de fantasía; otras, simplemente, quién es el mejor jugador más allá de las decisiones estratégicas. Tú eliges.

Longshot ha vuelto

El Camino de la serie FIFA se hizo, prácticamente, un clásico. Por ello, Madden adoptó esta modalidad de historia en su propio relato: Longshot. La historia nos vuelve a dejar a un héroe local con la misión, aparentemente imposible, de encontrar un espacio en un equipo de renombre y cumplir el sueño de ser una leyenda.

Si comparamos esta narrativa con la presente en FIFA, vemos un esfuerzo por mantener renovado el interés a través de diversos arcos. Vemos a dos jugadores y un ex jugador peleando por encontrar su camino. En ocasiones las escenas no terminan de amarrar y ya estamos viendo otro escenario. A eso sumemos que el argumento, por sí mismo, no es muy convincente que digamos.

La jugabilidad, de nuevo, nos pone al mando de un jugador y nos hace sentir que, en nuestra posición, cada jugada es de vida o muerte. Eso es, quizá, el principal aporte que nos da esta modalidad. No se trata sólo de ganar el partido, sino de trascender. Eso sí queda bien mostrado.

Si quieres una buena trama y vas a ser exigente, tal vez te cueste encariñarte con este relato. Si no eres tan exquisito y sólo quieres vivir la intensidad de cada jugada, estamos ante una buena opción.

Tú mandas

El modo franquicia está pensado para hacerse más profundo y que tus decisiones, tanto a nivel de management como de evolución de tus jugadores, tengan más peso. Para ello, por ejemplo, en lugar de darle puntos de mejora a tus atletas escoges un arquetipo para perfeccionar gradualmente sus stats.

También el juego te permite adoptar un esquema de juego y administración, lo cual facilita la toma de decisiones en torno a la personalización de tu escuadra. De esta manera, estarás en la búsqueda de jugadores que se adapten a dicha estructura. Así, tú sigues teniendo el control sin necesidad de sumergirte en lo profundo para encontrar piezas que se adecuen a tu maquinaria.

De igual manera, draftear jugadores es un detalle mucho más sencillo gracias a elecciones que incluso puedes compartir. La toma de decisiones se ha facilitado mucho, pero no por ello ha perdido profundidad.

El Modo Ultimate Team se ha vuelto el corazón de EA Sports, no sólo por las ganancias adicionales que puede dejar, sino porque es el fundamento de sus competencias profesionales. Más que una mejora radical, estamos ante una modalidad que ha incorporado aspectos cooperativos e incluso la posibilidad de medirte ante equipos de otros jugadores manejados por el CPU como principales updates.

¿En serio falta esto?

Llevamos dos juegos de temporada regular en el Azteca seguidos, habrá uno más en la temporada 2018 de la NFL, ¿y el estadio no está disponible? No hay excusa, porque sí puedes jugar en Wembley. Se siente un tanto injusto, especialmente cuando las versiones móviles del juego sí han tenido dicho escenario.

Entendemos que la inversión para darle voces a un juego es más alta de lo que la gente piensa, pero Madden no es un título menor. Cierto, no es un básico como FIFA, pero le vendría bien tener comentarios en español, en especial cuando en el pasado EA Sports tuvo en Ciro Procuna un especialista de fútbol americano digno de ser escuchado en un videojuego.

La presentación del juego ha mejorado. Siguen teniendo aspectos importantes como los resaltados en una especie de realidad aumentada, así como los datos sobre el partido destacados utilizando un importante derroche visual. No llega a niveles que ha tenido una serie como NBA 2K, pero es espectacular y sí da hype antes de un partido.

Las repeticiones son agridulces. Sí, algunas te muestran datos importantes, pero en otras la cámara llega a estar lejos de donde está lo relevante de la jugada. Para ser un elemento visual relevante, el cuidado es menor de lo que podríamos esperar.

Segunda y largo

Madden 19 es un gran juego de fútbol americano. En la jugabilidad básica es mejor y se siente mucho más intenso. También hay más recursos por aprovechar y diversas formas de disfrutarlo. Si has estado fuera de la serie un rato, o quieres entrarle, es un buen punto para iniciar.

Lamentablemente, detalles descuidados como el modo de historia le restan un poco de brillo y cada vez resulta más evidente que estamos en el límite de posibilidades con la actual base, sino es que muy cerca. Esperemos que, en el futuro, estemos con un juego con detalles como Homecoming más pulidos. Hay posibilidad, sólo hay que aprovecharla.