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Tripwire Interactive
Tripwire Interactive
18/11/2016
Uno de los principales problemas que en general vive la crítica de videojuegos, tiene que ver que con cada estreno, estamos esperando que el medio entero se revolucione y cosas completamente nuevas sucedan. A pesar de que en efecto, es sano siempre estar buscando innovación, la realidad es que muchas veces resulta completamente fuera de proporción exigir que con cada nuevo título, se encuentre el hilo negro de cierto género. Killing Floor 2 es un juego bien honesto que no se anda con rodeos y que en todo momento busca satisfacer a su nicho de fanáticos, asunto que cumple de muy buena forma en casi todos sus apartados.
Al igual que sucedió con su antecesor, Killing Floor 2 toma las mecánicas y estilo de diseño de juego de resistir incontables oleadas de enemigos e intenta expandir sobre ellas con diferentes elementos que si bien, nunca alcanzan puntos tan sobresalientes, normalmente funcionan de manera correcta para cumplir con su cometido. Una vez más, tenemos que cooperar con otros cinco amigos para sobrevivir a los incesantes ataques de los Zeds, monstruos con diferentes variantes que nos descansarán hasta vernos muertos y que sí, son sumamente divertidos de destrozar.
Killing Floor 2 es un juego sin pretensiones ni ambiciones fuera de proporción. Su apuesta es bastante clara, pues toma una mecánica de juego muy específica y se aferra a ella. En caso de que no sepas de qué va esta franquicia, te comento que es un FPS en el que sólo debemos de sobrevivir a oleadas de enemigos que buscan matarnos, esto claro, mientras administramos recursos para mejorar nuestro armamento y equipo.
Al ser una experiencia que bien podría ser catalogada como Arcade por su frenético ritmo y partidas que pueden ser muy cortas, Killing Floor 2 solamente cuenta con dos diferentes tipos de juego. En el principal, debemos de trabajar en equipo para resistir los ataques de los Zeds. Una vez que hayamos completado cierto número de oleadas, es momento de enfrente a uno de los dos diferentes jefes que vienen en este juego. La segunda modalidad es básicamente el PVP, pues un equipo toma el control de los humanos, mientras que el otro, comanda al de los monstruos.
Como FPS, te puedo decir que Killing Floor 2 funciona de buena forma, pues sus controles se sienten precisos y bastante responsivos, cosa que no sucede cuando tomas el control de algunos de los Zeds. La verdad es que esta segunda modalidad se siente un tanto forzada y sin sentido, pues creo que a pesar de que la idea de que nosotros seamos los “malos” es bastante interesante, su ejecución no terminó por ser la correcta, pues además de que te la pasas muriendo, cada uno de estos seres se siente sin personalidad propia.
Lo anterior cambia bastante cuando estamos detrás de un rifle de asalto o de una pistola. Si bien el diseño y cómo es que funcionan los enemigos dentro de Killing Floor 2 es poco original, su comportamiento dentro de cada partida se siente adecuado y en pro del gameplay en general. Además de acabar con los clásicos monstruos estilo zombie que echan mano de ataques melee, tenemos a otros seres que lanzan granadas de veneno o a una especie de brujas que gritan para aturdirnos. Como te decía, nada original pero sí muy placentero de matar. Es sensacional cuando se pone el bullet time y vemos a cada una de nuestras armas haciendo pedazos a los Zeds que corren sin piedad para matarnos.
Podríamos decir que Killing Floor 2 cuenta con una mecánica de juego secundaria. Al final de cada oleada, el dinero que hayamos juntado con nuestras muertes, puede se gastado dentro de una especie de banco, el cual, ofrece todo tipo de mejoras para nuestro armamento y equipo. Me pareció bastante interesante tener que decidir si invertir en resistencia o en más balas para el siguiente ataque. Mi única queja sobre el sistema de progresión es que para acceder a herramientas más avanzadas que cambian bastante la manera de jugar, tienes que pasar más de cinco horas usando armas que sí se llegan a sentir genéricas y por consiguiente, vuelven todo bastante monótono.
El tema de las clases que por alguna extraña razón se llaman Perks, es otro que creo, le viene sobrando al juego. A pesar de que en efecto, el tipo de personaje que elijas te dará diferentes atributos dentro del campo de batalla, a lo largo de cada partida, podrás ir modificando estas habilidades dependiendo de cuáles sean las necesidades de tu equipo. Lo anterior no tiene mayor relevancia en las primera oleadas, sin embargo, al momento de enfrentar a un jefe, sí requieres de una buena composición para superar al reto.
Las mecánicas de Killing Floor 2 están bien pensadas y ejecutadas de manera general, manteniéndose por una linea sumamente conservadora que se arriesga muy poco. Entiendo perfecto que justamente ese fue el objetivo de Tripwire Interactive desde un principio, sin embargo, creo que algo de variedad en el tema de los enemigos o tener acceso de manera más rápida a armas avanzadas, le habrían venido muy bien a este juego que justamente atiende a quienes disfrutan tanto de estar resistiendo oleada tras oleada de enemigos sin preocuparse por algo como la historia dentro del título.
Los espacios en donde un juego como Killing Floor 2 se desarrolla son de suma importancia para que toda la experiencia sea funcional. A pesar de que cada uno de sus mapas cuenta con personalidad propia, creo que su diseño puede llegar a ser más simple de lo necesario y a contar con un par de problemas bastante molestos que creo yo, sí afectan de manera directa a la forma en la que experiencia se va desenvolviendo.
Una de las primeras cosas que notarás del diseño de niveles de Killing Floor 2 es que la gran mayoría de sus mapas, utilizan espacios bastante reducidos como pasillos o salas de espera muy pequeñas. Esta decisión tuvo dos implicaciones. La positiva es que la acción se condensa de manera rápida y simplificada, por lo que nunca tendrás que estar buscando enemigos a quienes matar o momentos de emoción. La parte negativa viene cuando las cosas se empiezan a salir de control por el número de Zeds en pantalla. En más de una ocasión, me vi acorralado en una esquina sin poder moverme gracias a que estos monstruos se abalanzaron sobre mi, bloqueando cualquier ruta de escape. Es bastante frustrante que el juego se bloqueé de tal forma.
Algo positivo es que cuando termina cada una de las oleadas, la base en la que podemos recargar nuestras municiones y hacer mejoras, va cambiando de lugar, por lo que se nos fuerza a explorar nuevas zonas del mapa para no quedarnos estancados en una sola. Lo anterior potencia de manera importante todo el tema de la comunicación en equipo, pues normalmente tienes que estar improvisando sobre cuál es el mejor posicionamiento para cada uno de los integrantes de tu equipo.
Para ser un juego en el que sólo debemos de resistir a incontables oleadas de enemigos que aparecen por todos lados, creo que Killing Floor 2 sí queda a deber un poco en la parte de diseño de niveles, pues a pesar de que no podríamos decir que es verdaderamente malo, creo que sí se llega a sentir sumamente simplón y sin chiste en muchos momentos, esto sin mencionar los pasillos sin final y esquinas poco orgánicas que causan que te atores sin poder hacer nada más que esperar la muerte.
Antes que nada, déjame decirte que Killing Floor 2 sí se puede jugar en solitario sin la necesidad de estar conectado a internet y la verdad, llega a funcionar muy bien por un par de horas. Creo que lo mejor antes de saltar al online, es pasar un tiempo jugando sólo, pues de esta manera, te familiarizas con las mecánicas principales del juego, así como con su sistema de progresión, a tu propio ritmo sin que nadie te esté presionando de una manera mucho más amigable. Eso sí, no esperes superar demasiadas oleadas estando sin ayuda de alguien más.
Una vez que te sientas más cómodo con el juego, es tiempo de saltar a las partidas en línea, pues es ahí es en donde Killing Floor 2 saca a relucir sus mejores cartas. La plataforma online de este juego es simplemente perfecta. A lo largo de mi experiencia, no tuve un sólo problema de lag o de conexión, mientras que el matchmaking, tan sólo tardaba un par de segundos para encontrar una partida y ponerme en medio de la acción de manera inmediata.
Me queda claro que la gente de Tripwire Interactive entendió perfectamente que sus jugadores necesitaban de un ambiente ideal para poder disfrutar de Killing Floor 2 como se debe. Es maravilloso ver que un juego de este tipo funcione de manera tan simple y sin problemas cada vez que te quieres echar una partida o dos cuando no tienes tanto tiempo libre disponible.
La mayor cualidad de Killing Floor 2 es que es un juego completamente honesto con todo el público, pues no se anda con rodeos ni con ideas fuera de lo común. Más bien se concentra en que sus mecánicas de juego funcionen correctamente y que por supuesto, atiendan a todos los amantes de esta especie de subgénero de los FPS.
Si eres de los que se pasan horas en cosas como el Horde Mode de Gears of War o sigues disfrutando mucho de Left 4 Dead, creo que sin lugar a dudas le tienes que dar una oportunidad a Killing Floor 2, juego que a pesar de venir con muy poco contenido, cuenta con un gran estilo que se ve perfectamente resaltado por un soundtrack de Metal que te volará la cabeza incluso si no disfrutas tanto de esta música como es mi caso. Por el contrario, si estás buscando un FPS que cumpla con los estándares de las súper producciones de la actualidad, lo mejor será que voltees hacia otro lado