PS4, XBOX ONE, PC
PS4
From Software / QLOC / Virtuous
Bandai Namco
25/05/2018
Ser realmente influyente en un industria tan variada y grande como lo es la de los videojuegos, es algo que cada vez será más complicado de ver, sobre todo si hablamos de propuestas que apuestan por nichos muy específicos. En 2009 de manera exclusiva para el PlayStation 3, FromSoftware con el apoyo en la publicación de SCE, Bandai Namco y Atlus, tomó totalmente desprevenido al mundo con lo que fue Demon’s Souls, RPG de acción que a pesar de su genialidad en cosas como gameplay y diseño de niveles, pasó bastante desapercibido. Dos años más tarde, el equipo de Hidetaka Miyazaki lanzó una nueva apuesta sobre la misma propuesta, esta vez abriéndose a otras plataforma como el Xbox 360 y PC. En poco tiempo y básicamente de boca en boca, Dark Souls se convirtió en toda una revolución para el medio, pues no solo venía a redefinir a un género, sino a crear uno completamente nuevo que hasta la fecha, sigue marcando tendencia de manera muy clara. Un clásico había nacido. Estamos en pleno 2018 y siguiendo un poco las modas de remasterizaciones y revisiones de viejos juegos, se pone a nuestra disposición Dark Souls: Remastered.
Es bastante común escuchar que para cierta persona, cierto juego es un “clásico”, pero ¿qué es un clásico?. Para mi, un juego que sobrepasa la línea de ser muy bueno para convertirse en memorable, se comienza a encaminar hacia lo que llamamos clásico, sin embargo, para alcanzar ese estatus necesita ir más allá de ser considerado de culto por un grupo de fans. Creo que para poder ser considerado como un verdadero clásico, la obra en cuestión debe influir en el medio al que pertenece, es decir, su legado tiene que permear en futuros trabajos de distintos autores que lo tomaron como inspiración y lo llevaron hacia nuevos horizontes. No se me viene a la mente otro juego que haya afectado la forma en la que se diseñan videojuegos como lo hizo Dark Souls y para prueba, tan sólo es cuestión de revisar lo que se ha hecho en los últimos años sobre todo en la escena independiente con los ahora llamados “Souls Like”. Sí, el trabajo de Miyazaki creó un nuevo subgénero, es por eso que creo, el inicio de esta fantástica trilogía puede ser considerado como un clásico sin problema alguno, y qué mejor que Dark Souls: Remastered para revivir esta épica aventura o por qué no, experimentarla por primera vez.
Creo que antes de pasar a contarte mucho más sobre la forma en la que funciona Dark Souls: Remastered como producto y claro, detallar los cambios en todo nivel que trae respecto a la versión original, me parece prudente elaborar un poco el concepto de qué es Dark Souls como tal y por qué es que su diseño, estructura y en general concepto, terminaron siendo tan importantes para todo el medio, esto claro, si es que nunca le has dado la oportunidad y hasta ahora, sólo lo has visto desde lejos. En caso de que seas un veterano y sólo quieras saber sobre la remasterización, te recomiendo saltar ahora mismo a la siguiente sección de esta reseña.
¿Sigues conmigo? Bien. De manera bastante burda y sin ahondar demasiado, te cuento que Dark Souls, al igual que Demon’s Souls, es un RPG de acción con muchos elementos de dungeon crawler. Además de elegir una clase que cuenta con sus propios atributos y características, a lo largo de tu camino podrás ir modificando a tu personaje al subirlo de nivel o al colocarle distintas piezas de equipo y armamento. La verdad es que no importa tanto qué clase elijas al inicio, pues en realidad, la forma en la que inviertas las almas que sirven para subir tus stats, será lo que dicte las fortalezas y debilidades de tu avatar.
Lo verdaderamente interesante de todo Dark Souls es su estructura como videojuego. Al ser un dungeon crawler, los niveles que recorres están compuestos por pasillos muy bien marcados y delimitados, sin embargo, tenemos un gigantesco mundo interconectado que podemos explorar a placer y sin limitantes artificiales casi desde los primeros minutos de juego. Creo que estamos frente a un claro ejemplo de un verdadero juego de mundo abierto que no requiere de pantallas de carga para que cambiemos entre ninguna de sus secciones y que como te decía, nos deja ir a donde queramos siempre y cuando contemos con la habilidad o nivel para superar sus duros retos.
Dark Souls es un juego que de manera muy efímera te dice más o menos cuál es tu objetivo, pero en realidad, estamos frente a una experiencia que nos avienta a la libertad y confía en que seamos lo suficientemente inteligentes para salir adelante por nosotros mismos, cosa que claro, cada vez es menos común en el medio. No cuentas con mapas o un log de quests para saber qué tienes que hacer a continuación. Aquí tienes que caminar, explorar y descubrir en solitario tu camino. Lo anterior genera un montón de sentimientos. El primero y más importante es que todo el tiempo se te está sorprendiendo con grandes momentos de todo tipo y que de una manera muy especial, sientas que en efecto, tú estás labrando tu propia aventura, justo como los juegos de Rol siempre deben de funcionar. Es de esos títulos que genera anécdotas que son muy divertidas de compartir con alguien que también esté experimentando este maravilloso mundo.
De lo que más se habló en su momento y que claro, hace eco hasta ahora, es de la despiadada dificultad del juego. Cada uno de los enemigos y trampas que te topas a lo largo del camino, está diseñado no sólo para retrasar tu paso, sino que está pensado para acabar con tu vida en cuanto se le presente la oportunidad. Un elemento que le agrega muchísima tensión a la experiencia es que si mueres, las almas que hayas reclamado de los enemigos que derrotaste – las almas son básicamente los puntos de experiencia que inviertes para subir de nivel- te son quitadas; no obstante, se te da la oportunidad de que una vez de vuelta en el último bonfire que hayas visitado, puedas regresar al punto de tu muerte para recuperarlas, pero cuidado, que sin el camino vuelves a perder, esas almas desaparecerán para siempre y con ellas, posiblemente una buena cantidad de tiempo de juego.
Dark Souls es un juego que te exige poner atención en todo momento y que normalmente, no te perdona errores. Algo que es importante mencionar es que no podemos decir sea un título injusto. Si moriste contra cierto jefe o en cierto punto, es por tu descuido. Claro que algunas trampas se sienten como si se nos estuviera jugando sucio, pero en realidad, son recordatorios de que nuestra vida pende de un hilo y de que siempre que estemos atentos, podremos sortearlas.
Otra de las grandes aportaciones de Dark Souls fue la barra de estamina, la cual, se consume con cada uno de los movimientos que hagamos, ya sean defensivos u ofensivos. Es muy importante saber administrar este recurso que se regenera de manera automática, pues si te quedas sin él, no podrás golpear ni defenderte de un ataque enemigo. Es un RPG, no un hack & slash. Cada movimiento que hagas tiene un costo. Sumado a su refinado combate que ahora en Dark Souls: Remastered se siente mejor que nunca, tenemos otras aportaciones como el hecho de que cuando descansas en un bonfire para recuperar salud y reponer tus estus flask, todos los enemigos a excepción de los jefes mayores, reviven y se colocan de nueva cuenta en sus posiciones.
La verdad es que podría escribir otras tres mil palabras describiendo cada uno de los elementos y aportaciones que Dark Souls tuvo y que ahora, muchos han intentado replicar o reinterpretar de distintas maneras, pero de forma bastante básica, lo que te cuento en los párrafos anteriores es lo que le da forma a este juego y ahora serie que se ha convertido en algo tan especial para miles de nosotros. Te repito, estamos frente a un juego sumamente distinto que si bien cuenta con una durísima curva de aprendizaje muy complicada de abordar, sabe recompensarte como nadie al momento de que vas entendiendo su forma y fundamentos.
Dark Souls siempre ha tenido un look & feel sumamente particular. A pesar de ser una obra totalmente japonesa, cosa que puedes notar en el loco diseño de algunos de los enemigos a los que enfrentas, la serie siempre ha sido una interpretación de la fantasía medieval occidental. Al hablar de un título que vio la luz hace ya siete años, la edad, sin lugar a dudas, se empieza a notar en la parte gráfica, por lo que uno de los grandes objetivos de esta remasterización, era justamente el de actualizar en varios aspectos a este título clásico.
Al ser un juego en el que la precisión milimétrica es la diferencia entre la vida y la muerte, cada cuadro de animación resulta crucial. Vale la pena recordar que la versión de Dark Souls original, corría normalmente a 30 cuadros por segundo, sin embargo, en algunos momentos ese framerate se venía abajo de manera considerable, añadiéndole dificultad innecesaria a la experiencia. En Xbox One y PS4, Dark Souls: Remastered se despliega a una resolución de 1080p y 60 cuadros por segundo muy estables, mientras que en Xbox One X, PS4 Pro y por supuesto PC, es posible escalarlo a 4K manteniendo los 60 cuadros de framerate.
En este apartado, Dark Souls: Remastered es un producto verdaderamente sensacional, pues además de verse mucho más actual, casi al nivel de lo que fue Dark Souls III, tenemos la enorme ayuda de un framerate mucho más alto y estable que como te comentaba, sí impacta de manera directa al gameplay del juego.
Pasando al tema visual, se nota claramente que muchas de las texturas ambientales y de los personajes, fueron retrabajadas casi desde cero. Ahora se aprecia mucho más detalle en cada rincón de Dark Souls. Mi única queja es que al menos en este tema, se llega a ser un poco inconsistente. Hay lugares que lucen sensacionales representando cosas como la humedad en paredes y pisos, mientras que en otros, parece que ha alguien se le olvidó actualizar los modelos. Algo extraño y definitivamente notorio.
Otro gran detalles es que ahora, la flora ha sido animada, reaccionando a cosas como el viento por ejemplo. De igual forma, las antorchas ahora emiten humo, mientras que también podemos ver muchas más partículas de todo tipo flotando en el ambiente y las puertas de niebla, lucen más detalle y volumen. En el apartado de iluminación por fin tenemos fuentes de luz reales que interactuan directamente con los elementos que las rodean, generando sombras sumamente bien logradas que le dan mucha más vida a todo el escenario.
Dark Souls: Remastered es una autentica mejora de lo que fue la versión original del juego, al punto de que ni siquiera es necesario ponerlas lado a lado para darte cuenta de que hubo fuertes cambios a nivel técnico y estético. Cosas como su elevado framerate y la manera en la que ahora funciona la iluminación, hacen que la edad de este maravilloso juego haya salido volando por la venta.
Algo que hay que decir es que a pesar de las grandes y notables mejoras que se hicieron en el aspecto técnico de Dark Souls: Remastered, la verdad es que en la parte de contenido, no tiene mucho más qué ofrecer a quienes ya jugaron la aventura principal en su momento, así como la sensacional expansión, Artorias of the Abyss. Sí, esta nueva versión viene con el DLC que te menciono, pero no ofrece nada parecido a niveles extra o jefes que le puedan ser atractivos a los veteranos; no obstante, sí viene con algunos cambios que vale la pena mencionar, pues hacen que nuestro paso sea un poco más cómodo.
La interfaz de usuario o UI (user interface) dentro de un juego como Dark Souls es un elemento sumamente importante, pues ésta nos da toda clase de información necesaria al momento de nuestra aventura; sin embargo, sabiendo que varios de nosotros llevamos cientos de horas dentro del universo de esta serie, ahora se nos da la opción de cambiar el tamaño de este apartado que aparece en nuestra pantalla. El objetivo de todo esto es brindar una imagen mucho más limpia y que claro, dé un sentimiento más cinemático. Al final, muchos de los que jugarán Dark Souls: Remastered saben perfectamente en dónde encontrar lo que necesitan.
Usar un Estus Flask en el momento exacto o curarnos de envenenamiento rápidamente, puede ser la diferencia entre derrotar a ese jefe que tanto trabajo nos ha costado o tal vez, no perder las miles de almas que llevamos con nosotros en medio de un calabozo. Sabiendo esto y con el objetivo de hacer más ágil el acceso a ciertos ítems que se utilizan con la flecha hacia abajo del D-Pad, en Dark Souls: Remastered se añadió la opción de usar un atajo para regresar automáticamente a nuestros regeneradores de salud. Ahora, sin importar qué ítem tengas seleccionado, con tan sólo dejar presionado hacia abajo en el D-Pad por un par de segundos, en automático accederás a los Estus Flask para salvar tu vida si es que así lo necesitas.
Sabemos perfectamente que para subir de nivel en Dark Souls, es necesario consumir almas, algunas de ellas contenidas en objetos que encontramos a lo largo de los mundos que recorremos. Además, para hacer ciertas actividades o tener nuestra salud al máximo, requerimos de humanidad. A veces, el usar estos ítems dentro del juego podía ser algo molesto, sobre todo si necesitabas varios de ellos al mismo tiempo. Ahora, con Dark Souls: Remastered, puedes seleccionar qué tantas almas consumir o humanidad al mismo tiempo. Un cambio que puede parecer sutil, pero que sin lugar a dudas hace que nuestro camino sea mucho más cómodo.
Si eres de los que les gusta todo el tema de los covenant y cómo es que puedes explorar los beneficios de pertenecer a uno u otro, entonces te encantará saber que en Dark Souls: Remastered, para cambiar entre cada una de estas facciones, ya sólo tienes que estar un bonfire y seleccionar al que desees entrar, esto para que la tarea de buscar al NPC necesario, ya no sea una requerimiento. Sin lugar a dudas, un cambio que muchos de nosotros agradecemos.
Sumado a todo lo anterior y en caso de que seas fanático del modo multiplayer de este juego, te cuento que que el número de jugadores del multijugador pasó de cuatro, a un máximo de seis, además de que Dark Souls: Remastered cuenta con servidores dedicados para que la experiencia online sea lo más disfrutable posible.
Dark Souls: Remastered es la perfecta definición de remasterización. Se tomó el esqueleto de la versión original y se respetó por completo cada uno de sus fundamentos, pero en lo estético y técnico de manera general, se hicieron actualizaciones concretas que hacen ver a la obra en cuestión, un rostro moderno que encaja a la perfección con lo que se ha hecho con la serie recientemente. Sí, hay algunas inconsistencias aquí y allá que resultaron imposibles de ignorar, además de que claro, contenido extra de cualquier tipo habría sido muy bien recibido; no obstante, creo que estamos frente a un trabajo sumamente bien logrado al que hay poco qué recriminarle.
Recomendar Dark Souls como videojuego sobra por completo. Es cierto que es una experiencia muy complicada de abordar y sumamente hostil con cualquiera sin importar su experiencia con el medio, pero también te puedo decir que es un título justo que suele recompensarte de maneras maravillosas. ¿Vale la pena gastar en Dark Souls: Remastered si ya jugué Dark Souls en el pasado? Eso ya dependerá de si tienes humor de volver a vivir esta aventura, o si mejor te quedas con lo que ya obtuviste. Cualquiera que sea tu respuesta, es innegable que estamos frente a una remasterización que le hace honor a la grandísima obra que está interpretando.