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Square Enix
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07/04/2022
Chrono Trigger es uno de los JRPG más aclamados de toda la historia, no hay duda alguna. Este proyecto logró reunir a las mentes creativas de Hironobu Sakaguchi, director y productor de múltiples juegos de Final Fantasy, Yūji Horii, responsable por la serie de Dragon Quest, Akira Toriyama, mangaka a cargo por Dragon Ball, y Yasunori Mitsuda, compositor, quien pese a ser relativamente nuevo en ese momento, logró ofrecernos uno de los soundtracks más recordados de la época del SNES. Hasta el día de hoy, este título se encuentra en la lista de los mejores de la generación de 16-bits. Cientos de desarrolladores fueron inspirados por este trabajo, y las aventuras de Chrono y compañía son recordadas con cariño. Claro, esta es la percepción que tenemos en la actualidad, a casi tres décadas del lanzamiento original. Pese a que para 1995 la recepción de esta entrega fue positiva en Japón, con más de dos millones de unidades vendidas en este territorio, no hubo un deseo inmediato de hacer una continuación como uno lo llegaría a imaginar. En su lugar, Masato Kato, quien trabajó como escritor en este clásico, tomó las riendas de la serie y, evantualmente, nos ofreció dos secuelas poco ortodoxas.
La primera de esta fue Radical Dreamers – Le Trésor Interdit, una novela visual que llegó originalmente al SNES por medio del Satellaview, un dispositivo que permitía descargar juegos gracias a la tecnología satelital en Japón. Es así que este título nunca llegó a nuestro territorio. No fue sino hasta 1999 que vimos una continuación más tradicional bajo el nombre de Chrono Cross para el PS1. El combate JRPG por turnos regresó, y la historia se encargó de seguir los pasos de su predecesor. Lamentablemente, esto fue lo último que escuchamos de la serie por años. En 2008 Chrono Trigger llegó al Nintendo DS, con mejoras y cambios, siendo los más notorios una serie de finales adicionales que conectan de mejor forma con sus secuelas. Ahora, en pleno de 2022, Radical Dreamers – Le Trésor Interdit y Chrono Cross han regresado a la mira del público, esto gracias a un paquete remasterizado conocido como Chrono Cross: The Radical Dreamers Edition.
No solo una nueva generación tendrá la oportunidad de disfrutar de las aventuras de Serge y Kid en Chrono Cross, título que por 23 años permaneció atrapado en el PS1, sino que todo occidente por fin podrá disfrutar de una versión oficial y localizada de Radical Dreamers – Le Trésor Interdit. Junto a esto, una serie de cambios y mejoras visuales prometen ofrecer la experiencia definitiva de estas entregas. ¿Es Chrono Cross: The Radical Dreamers Edition la mejor versión de estos juegos? ¿Acaso el trabajo de remasterización vale la pena? Descubre las respuestas a estas y más interrogantes en nuestra Atomix Review.
Una de las mayores atracciones de Chrono Trigger, es su simple y eficaz historia. En su centro, este juego nos presenta el dilema de Lavos, una criatura que destruirá el mundo en el año de 1999, un milenio después de la introducción de nuestro protagonista. De esta forma, la aventura se concentra solo en la tarea de detener este suceso. Todo lo que hacemos, ya sea encontrar la Masamune, detener a reptiles prehistóricos, o revivir a alguien particular, está enfocado en este objetivo. Es así que la idea de una secuela es difícil de imaginar. El viaje de Chrono y compañía llega a su final de una forma satisfactoria. Sin embargo, Masato Kato pensó que había espacio suficiente para explorar a algunos de los personajes secundarios más llamativos, en específico, el desarrollador tenía a Schala en mente. Durante la sección Zeal, esta maga protagonizó algunos de los momentos más interesantes de la trama, pero eventualmente desapareció para nunca más volver a verla. Aquí es en donde Radical Dreamers – Le Trésor Interdit y Chrono Cross entran en acción.
Originalmente, Radical Dreamers – Le Trésor Interdit fue considerado la secuela directa a Chrono Trigger. Tomando en cuenta que el clásico de SNES era el mejor trabajo de Squaresoft para ese momento, Masato Kato, ahora en el puesto de director, decidió alejarse por completo de su predecesor, y optó por crear una novela gráfica, la cual tiene unos protagonistas completamente originales. A primera instancia, la misión de Kid, Serge y Magil de recuperar la Frozen Flame suena como algo que no tiene la más mínima relación con Trigger. Sin embargo, a lo largo de esta aventura de poco más de dos horas, el vínculo entre estos dos títulos de SNES se hace más y más fuerte, al grado de que durante los últimos minutos la historia culmina en un par de revelaciones que volarán la cabeza de todos los fans de la serie. Si bien esta conclusión deja más preguntas que respuestas, el enfoque de esta entrega está más en los nuevos héroes, su relación entre ellos y cómo ciertos elementos de la primera incursión son recontextualizados de una forma que le otorga una identidad única a Radical Dreamers.
Al tratarse de una novela gráfica, el gameplay está limitado a leer cientos de líneas de diálogo, y tomas de decisiones que afectan la dirección que toman los protagonistas en las batallas y exploración. Sin embargo, a diferencia de otros juegos del género, los cuales se llegan a sentirse como experiencias de prueba y error, en donde tienes que seleccionar la respuesta correcta para avanzar, Radical Dreamers sigue los pasos de un libro estilo “crea tu propia aventura”. Seleccionar hacia donde quieres ir, visitando varios cuartos, resolviendo acertijos y peleando contra enemigos de forma ocasional. De cierta forma, la progresión es similar a un Resident Evil clásico, o Sweet Home, con un enfoque en volver a ciertas locaciones para activar un interruptor, o encontrar una pista que te hará avanzar. Aquí, el guion está bien construido, y en múltiples secciones es similar a un libro de misterios con elementos thriller, algo que es apoyado por las nuevas composiciones de Yasunori Mitsuda. Pese a que la trama principal está bien construida, no es un trabajo perfecto. La narrativa cuenta con una serie de problemas relacionados con lo ambiguo que llega a ser en múltiples ocasiones, y la estructura de caminar por una antigua mansión llega a cansar rápidamente, especialmente cuando quieres llegar a un punto específico, y la confusa arquitectura del lugar hace que sea muy fácil perderse.
Para ser una novela gráfica que puedes terminar en un lapso muy corto, Radical Dreamers – Le Trésor Interdit es un experimento bastante interesante. Sin embargo, Kato no estaba del todo contento con este proyecto, al grado de que cuando se presentó la oportunidad de llevar este título al occidente por medio de una colección para el PS1, el director se negó, considerando a esta aventura como un trabajo incompleto. Si bien es cierto que esta secuela se siente más como un capricho más que una continuación directa a Chrono Trigger, existen una serie de elementos que lo hacen único, y algo que los fans de la serie no se pueden perder con esta remasterización.
Aunque por mucho tiempo se pensó que la serie de Chrono había llegado a su fin, con Kato trabajando en Final Fantasy VII y Xenogears, en 1998, año en que este último título llegó al mercado, el director comenzó a trabajar en la secuela definitiva de Trigger. Para 1999, Chrono Cross llegó al PlayStation 1, posicionándose como una de los JRPG de culto más amados hasta el día de hoy. Si bien la popularidad de este nunca llegó a ser la misma del clásico de SNES, esta entrega es considerada por muchos como una gema oculta, una que llama la atención por alejarse de muchas de las mecánicas que hicieron especial a Chrono Trigger.
En esta ocasión, Chrono Cross nos presenta una vez más a Serge y Kid, quienes se embarcan en un viaje por conseguir la Frozen Flame. Aunque esto podría sonar a que este juego es un remake de Radical Dreamers, este no es el caso. De una forma similar a la que Chrono Trigger utilizó el viaje por el espacio-tiempo para cambiar el futuro, esta secuela emplea a las múltiples realidades para modificar por completo la realidad de un mundo. El evento que da pie a esta aventura, es cuando nuestro protagonista viaja a un universo en donde él está muerto. De esta forma, existen buenos argumentos que respaldan la teoría de que estas dos continuaciones nos ofrecen sucesos similares, pero que se llevan a cabo en momentos diferentes.
Sin duda alguna, jugar Radical Dreamers – Le Trésor Interdit antes de Chrono Cross es un lujo que a finales de los 90 era imposible, pero que hoy en día recontextualiza muchos de los eventos, personajes y temas que vemos a lo largo del juego de PS1. A pesar de esto, al final del día, aquí se nos sigue presentando al mismo título de hace 23 años. Uno que repite muchos de los aspectos positivos y negativos de la novela gráfica. Una vez más, el enfoque está en una serie de personajes en un mundo completamente nuevo, algo que llama mucho la atención desde el principio y, similar a Chrono Trigger, la estructura narrativa nos va guiando de forma acertada para llegar a los eventos principales de la trama sin desviarnos mucho del camino principal. Sin embargo, las últimas horas de la aventura están repletas de exposición que crea una interesante relación con la entrega de 1995, en donde los conceptos de Lavos, Schala y Zeal tienen un gran peso. Esto puede ser un problema para algunos, especialmente para aquellos quienes están más interesados en los conceptos originales, y la forma en la que Serge y Kid están buscando un lugar al cual pertenecer, un tema que conecta de gran forma con cualquier adolescente.
El mayor problema que tiene la narrativa de Chrono Cross, es una dirección temática. En múltiples entrevistas, Kato mencionó que este era un punto que no le interesaba, y su enfoque estaba en crear una experiencia divertida para el jugador. De esta forma, el director logró su cometido. Si bien esta entrega deja de lado muchos aspectos del gameplay que vimos en Chrono Trigger, ya que no hay un sistema ATB, las techs son olvidadas por completo, y no hay un dinamismo en los combates, el sistema que aquí se nos presenta es uno de los más originales que hay en el medio y, aunque al principio puede parecer complicado, en realidad es fácil de entender, y muy adictivo.
Chrono Cross cuenta con un combate similar al Sistema Junction, en donde las magias, o elementos en este caso, son tratados como ítems que puedes asignar a cada uno de los 45 personajes jugables que encontrarás en tu aventura. Cada uno de estos acompañantes tiene un lenguaje distintivo, esto en parte gracias al fantástico trabajo que Richard Honeywood y su equipo hicieron en el apartado de localización. Sin embargo, aquí nos encontramos con un problema similar al de Final Fantasy VII, en donde nuestros héroes se convierten en simples maniquís que carecen de una fuerte identidad en el gameplay. Aunque las pocas habilidades especiales, estadísticas, así como las fortalezas y debilidades que todos los protagonistas poseen, logran remediar un poco de este punto, al final del día, no hay mucha diferencia entre equipar los elementos de fuego a Kid o a Fargo.
Por su parte el sistema de combate es uno de los más interesantes y únicos que he encontrado hasta el día de hoy. Si bien puede ser algo confuso entender bien cómo es que todo funciona, un tutorial hace un buen trabajo con la explicación. Tu equipo en una pelea está conformado por tres personajes, cada uno con una barra de estamina que dicta siete puntos de acción en total. Al realizar tus ataques básicos, tienes la oportunidad de un golpe de nivel uno, el cual tiene mucha puntería, pero poca fuerza; uno de nivel dos con una puntería y fuerza regular; y uno de nivel tres, con poca puntería, pero con gran fuerza, y cada número representa lo que se consumirá de tu estamina. El objetivo no está en usar solo tus habilidades físicas, sino en juntar la cantidad de puntos necesarios con cada golpe acertado, para así acceder a los elementos.
Cada personaje cuenta con una estructura de elementos, en donde puedes organizar diferentes poderes. Aquí vemos habilidades de nivel uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis y siete. Algunas requieren que tengas un espacio libre en cierta columna. Sin embargo, nada te impide acomodar todo lo que tienes a tu disposición, a tu gusto. De esta forma, un elemento de nivel cuatro, puede ser colocado en la primera línea, aunque su daño será menor. Lo mismo ocurre en el caso contrario, en donde una magia de nivel dos la puedes poner en la columna siete, lo cual aumentará su poder. Junto a esto, necesitas tomar tomar en consideración la afinidad elemental de cada personaje, aunque nada te impide usar solo poderes azules en alguien que prefiere la magia roja.
Aunque al principio es complicado organizar todo lo que tienes a tu disposición, ya que no cuentas con mucho espacio para los elementos, al subir de nivel, algo que solo ocurre al vencer jefes, obtendrás más espacio. Junto a esto, el campo de batalla cambiará dependiendo del número de elementos del mismo color que uses. Al emplear tres magias blancas consecutivas, estos poderes aumentarán. El problema es llegar a este punto, considerando que los enemigos también pueden modificar esto, es mejor simplemente olvidarse de este apartado. Chrono Cross cuenta con un fantástico sistema de combate que es adictivo y, si bien deja de lado muchos de los elementos que vimos en Chrono Trigger, esto le da una fantástica identidad propia.
Considerando solamente su historia y gameplay, Chrono Cross: The Radical Dreamers Edition ofrece un paquete de primer nivel. Radical Dreamers es una novela gráfica con un tono maduro y una trama que te mantendrá entretenido por horas, mientras que Chrono Cross es uno de los mejores JRPG de la época del PS1. Sin embargo, esta colección es más que solo ports de dos juegos. Estamos hablando de una remasterización, en este sentido ¿vale la pena Chrono Cross: The Radical Dreamers Edition?
Square Enix no ha tenido el mejor repertorio de remasterizaciones en los últimos años. En la mayoría de estos trabajos, la compañía hace lo mínimo y, en algunas ocasiones, los fans se han molestado por cambios visuales. Final Fantasy VIII Remaster es un buen ejemplo de esto. De esta forma, Chrono Cross: The Radical Dreamers Edition cae en punto similar, en donde se aprecia lo que se nos presenta, pero, una vez más, no vemos a los desarrolladores, en este caso a D4 Enterprise, ir un paso más allá.
Comenzando por Radical Dreamers – Le Trésor Interdit, el trabajo visual es exactamente el mismo de SNES, el cual no es malo, las pequeñas viñetas y animaciones lucen muy bien para un título de 1996, y la decisión de mantener a los protagonistas en las sombras por la mayor parte de la historia le da un toque estético sobresaliente. El único apartado que fue “remasterizado” fueron los textos, los cuales cuentan con otra fuente. Eso es todo. Claro, hay que considerar la localización, lo cual fue un trabajo bastante impresionante considerando las múltiples rutas y todas las posibilidades que puede tomar el jugador, pero no hay un cambio o mejora sustancial. No estoy pidiendo un remake o algo por el estilo, solo una serie de extras que hagan menos tediosa la aventura. La integración de un mapa de la mansión, la habilidad de eliminar encuentros random, y la posibilidad de aumentar la velocidad del juego, hubieran quedado muy bien. En su lugar, lo único extra es la habilidad de dejar que el texto avance solo.
Por su parte, Chrono Cross tiene un tratamiento similar al de Final Fantasy VIII Remaster y Final Fantasy IX. Los modelos de todos los personajes ahora están en HD, eliminando el contorno pixeleado de la época. Las ilustraciones originales de Nobuteru Yūki han cambiado por completo, pero conservando su esencia original. Las opciones de acelerar y ralentizar el tiempo, aquellas que estaban al alcance después de terminar la aventura original, están disponibles desde el inicio. Con solo presionar un botón puedes eliminar cualquier encuentro que no sea mandatario, esquivar todos los ataques enemigos en combate, o simplemente dejar que el juego se juegue solo.
La estética del título, aquella que nos presenta un recorrido por dos mundos tropicales, inspirados por el sureste de Asia, es algo impresionante, con selvas, ciudades con puertos, y pequeños pueblos construidos sobre el mar, llamando la atención del jugador, y sorprendiéndolo con cada nueva locación que visita a través de estas dos realidades. Es algo que, fuera de Final Fantasy X, se ha visitado muy poco en este género, lo cual espero que tenga una solución en un futuro. Por su parte, el estilo gótico, medieval y tenebroso de Radical Dreamers también proporciona una identidad de primer nivel que nos transporta a un oscuro lugar con un sin fin de pasadizos.
Lo interesante de esta remasterización, es que tienes la oportunidad de elegir entre el nuevo aspecto visual y el clásico, esto desde un menú en la pantalla de inicio, aunque para Radical Dreamers esto solo significar elegir entre la fuente original o una moderna. En el caso de Chrono Cross, están a nuestra disposición tres tipos de pantallas. La estándar nos muestra el juego a 4:3, con un fondo azul que no logra distraer al jugador. La opción de zoom es básicamente la misma, sin algún tipo de cambio notorio. Por último, la pantalla completa expande la imagen para que esté a la par de los monitores en 16:9, lo cual hace que la imagen se vea peor. Por su parte, la música también ha sido modificada, pero esto no es algo que sea notorio para muchos, y en más de sentido pareciera que no hubo algún cambio sustancial. Yasunori Mitsuda está de regreso, con la ayuda de Mariam Abounnasr, para realizar una serie de arreglos fantásticos, pero que no son tan llamativos como me hubiera gustado. Sin embargo, lo que llama la atención, es que aquí es imposible elegir entre el trabajo original, y la remasterización.
Claro, seguimos hablando de Yasunori Mitsuda como compositor original. El trabajo es, una vez más, de primer nivel, y al ser contratado como un freelance para ese momento, el músico por fin logró disfrutar de hacer música sin tener problemas físicos, como los que sufrió con Chrono Trigger y Xenogears. Tanto Radical Dreamers como Chrono Cross comparten una serie de composiciones, pero cada uno tiene su propia identidad musical, con el primero siendo más lúgubre, mientras que el segundo ofreciendo una ventana a una aventura mediterránea. Por si fuera poco, cada uno complementa de una forma fenomenal la estética de sus respectivos títulos.
A la distancia, uno incluso podría llegar a pensar que esto se trata de un port de los juegos originales con un par de agregados. Una vez más, nos encontramos con un trabajo que hace lo mínimo para pasar como remasterización. Estamos hablando de dos secuelas a una de las entregas más amadas de Square. Claramente, hubo espacio para mejorar en ciertos sentidos la experiencia. Ya hablé sobre cómo Radical Dreamers se habría beneficiado de algunos de los adiciones que presenta Chrono Cross, y la integración del mapa hubiera hecho la experiencia menos tediosa. Por su parte, el clásico de PS1 cuenta con una serie de problemas de frame rate constantemente, los cuales se necesitaban corregirse, y no me sorprendería si un mod para PC llevara a cabo esto en unos días. De igual forma, una opción de quick save era necesaria para algunas de las secciones más largas del título.
Junto a esto, no hay algún contenido adicional. Tomando en cuenta que varios tráilers le dieron un gran énfasis al apartado musical, más de una persona seguramente llegó a pensar que se incluyó una selección sonoro con el fantástico trabajo que Yasunori Mitsuda creó para estos mundos, pero este no es el caso. De igual forma, una pequeña galería de arte con ilustraciones de Chrono Cross hubiera sido perfecta. No estoy hablando de los niveles de atención que vemos con M2 o Digital Eclipse, pero sí quiero ver detalles que le rinda honor al legado de estos juegos.
Al final del día, Chrono Cross: The Radical Dreamers Edition nos da la oportunidad de disfrutar de dos fantásticos juegos, los cuales funcionan muy bien, pero solo eso. El nuevo soundtrack, aunque magnífico, no es lo suficientemente diferente para ser notorio. Los cambios visuales para Chrono Cross son sencillos, y el estilo HD de los personajes contrasta fuertemente con los fondos pre-renderizados del PS1. Junto a esto, las cinemáticas están muy comprimidas, algo que no pasó con los Final Fantasy de la misma generación que han llegado a las consolas actuales. No hay algún tipo de extra, y el título carece de funciones que son básicas hoy en día, las cuales hubieran mejorado la experiencia base de esta entrega, especialmente de Radical Dreamers.
La pregunta es: ¿vale la pena Chrono Cross: The Radical Dreamers Edition? Sí, pero con asterisco. Como ya lo mencioné, las experiencias bases de Radical Dreamers – Le Trésor Interdit y Chrono Cross son muy buenas. Estos son dos fantásticos juegos que, pese al principio no se sienten como una secuela de Chrono Trigger, eventualmente logran este cometido y más. Cada uno tiene un estilo único, el cual está refinado al grado de ser de los mejores exponentes de su género, al menos para esos momentos. Sin embargo, el trabajo de remasterización deja mucho que desear.
Los modelos HD de los personajes serán un tema de contención para algunos, pero para otros este no será un inconveniente. Sin embargo, todos podrán estar de acuerdo de que ver a Serge de esta nueva forma, contrasta fuertemente con los fondos que parecen extraídos directamente del PS1. Radical Dreamers – Le Trésor Interdit carece de múltiples mejoras que sí encontramos en Chrono Cross, y que hubieran beneficiado a la experiencia. Por si fuera poco, no hay rastro alguno de contenido adicional para los fans, y este bien pudo ser solo un port.
Como paquete que incluye dos fantásticos títulos, Chrono Cross: The Radical Dreamers Edition cumple su trabajo de llevar a un nuevo público un capítulo en la historia de Square Enix que quizás muchos olvidaron. Sin embargo, como remasterización, claramente pudo ser mejor.