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PS4
Omega Force
Koei Tecmo
17/03/2015
El desarrollo japonés se encuentra en verdaderos problemas. La mutación del mercado ha sido tan violenta, que ni siquiera las empresas más importantes de aquella nación están sabiendo cómo sobrevivir a los nuevos retos de la industria. A pesar de esto, aún existen algunos exponentes que buscan atacar a nichos de mercado muy específicos, asunto que en algunas ocasiones, queda lejos de impulsar el diseño hacia nuevos horizontes. Bladestorm: Nightmare es perfecto ejemplo de todo lo anterior, pues es un juego que se queda increíblemente corto en todo lo que intenta.
Resulta por demás complicado encontrar algo verdaderamente rescatable de esta secuela de Bladestorm: The Hundred Years’ War, pues desde los primeros minutos de juego, uno se puede dar cuenta muy fácilmente que el título pierde rumbo en cada uno de los elementos que nos presenta. El combinar géneros nunca ha sido cosa fácil, y en caso de que un estudio lo intente, lo mejor es estar bien seguro de que se tiene dominio sobre ambos y por supuesto, el ingrediente exacto para hacer que la cosa funcione.
Como comentaba en el párrafo anterior, Bladestorm: Nightmare es un título que combina dos géneros. Por un lado tenemos elementos muy marcados de hack and slash, y por el otro, puntos que definen a casi cualquier juego de estrategia en tiempo real.
Bajo nuestro control estarán varios comandantes, mismo que a su vez, tienen la habilidad de dar ordenes al resto de las unidades que vemos en el campo de batalla. Todo el gameplay del juego está basado en tres categorías: Infantería, caballería y arqueros. Cada una de ellas tiene sus fortalezas y debilidades, y a pesar de que en un principio parece que el juego cambia radicalmente cuando tomamos el control de cada uno de estos batallones, la realidad es que en esencia, son extremadamente parecidos.
Nuestros objetivos dentro de los mapas son bastante claros: invadir o defender ciertas zonas para que ir ganando o reteniendo terreno. Para ganar alguna de las regiones disponibles dentro del campo de batalla, deberás de terminar con todas las unidades enemigas que se encuentren cerca, esto hasta que el comandante sale para hacernos frente. Una vez que esta especie de jefe sea derrotado, nuestro objetivo habrá sido cumplido.
Creo que uno de los principales problemas es que a pesar de que Bladestorm se esfuerza en hacernos creer que existen diferentes tipos de jefes, la realidad es que su única variación es estética y de resistencia al daño.
Volviendo al tema de los tipos de escuadrones que podremos controlar y sobre el cual, gira toda la primicia del título, te puedo decir que todo funciona bajo un sistema de piedra papel o tijera, es decir, cada uno de los tipos sirve para terminar con ciertas unidades, mientras que éste queda vulnerable si es atacado por su contraparte.
A pesar de que en realidad, Nightmare no funciona, hace un buen intento para que el elemento de estrategia se mantenga presente. Por ejemplo, hubo una situación en la que un grupo de arqueros enemigos defendía una posición frente a un río, mismo que se protegía por caballería muy bien armada. Yo solo contaba con infantería y otro pequeño batallón de arqueros para enfrentar la situación. Luego de colocar a mis unidades de ataque a distancia en una buena zona, abrí fuego para disipar a los enemigos montados y de esa forma, arrasar al resto de sus soldados con fuerza bruta. Esa fue una de las muy pocas situaciones en las que puedo decir que el título fue medianamente divertido, esto claro, bajo un esquema de controles bastante impreciso, del cual, hablaré un poco más adelante.
Como comentaba en párrafos anteriores, Bladestorm es un juego que de primera instancia, luce una interfaz limpia con controles claros, no obstante, basta con tan solo unos segundos para darse cuenta de lo pésimamente mal implementados que están.
Básicamente, tendrás que correr por todo el campo de batalla buscando acabar con cuanto enemigo se te ponga enfrente. Cada uno de los tipos de unidades cuentan con distintos movimientos. Por ejemplo, la caballería puede acelerar con el toque de un botón para arrasar con la infantería con tan solo tocarlos, mientas que los arqueros podrán hacer tiros cortos y largos. Sumado a lo anterior, podremos cambiar de formación a nuestras escuadras en tiempo real.
Existen momentos en los que la pantalla está llena de acción, y cuando el frame rate del juego no se convierte en un obstáculo más, los controles sí lo hacen. Hacer cualquier acción con cualquier tipo de unidad, resulta frustrante y poco responsivo, esto sin mencionar que cada que pides un cambio de formación, tus unidades correrán como locas no sabiendo qué hacer. Una verdadera pesadilla.
Bladestorm está dividido en dos campañas principales. Cada una cuenta historias diferentes desde dos perspectivas. La guerra entre Francia e Inglaterra se vuelve cada vez más cruda, por lo que ambas naciones deciden comenzar a contratar mercenarios que puedan ayudar a sus tropas para ganar batallas. Justo en ese punto es en el que entramos nosotros como jugadores.
No todo dentro de este juego tiene que ver directamente con el campo de batalla. Al ser dueños de una empresa de guerreros, deberemos elegir con mucho cuidado cada uno de los contratos que se nos ponen sobre la mesa, pues al final, eso dictará la simpatía que tenga cada una de las facciones por nuestra causa. En materia narrativa, Nightmare tiene muy poco que ofrecer, sin embargo, tampoco falla rotundamente en este aspecto.
El tener en buena forma a cada una de nuestras tropas, será crucial para tener éxito o fracaso dentro del campo de batalla. Como normalmente sucede en este tipo de juegos, la personalización de nuestro ejercito es bastante profunda, pues podrás modificar a tu gusto todos los aspectos estéticos y de gameplay. Este es uno de los mejores puntos de Bladestorm, pues hace que la forma de aproximarse al juego sea bastante flexible, es decir, podrás avanzar como mejor te parezca. Cuidado en cómo administras tu recursos y recompensas, pues son parte crucial de cómo avanzas en la campaña principal.
Algo que constantemente se dice es que lo menos importante son las gráficas y en general, la parte visual de un juego. Yo soy de los primeros en estar completamente de acuerdo con lo anterior, sin embargo, resulta verdaderamente sorprendente y hasta insultante que en pleno 2015, se lancen juegos que corran tan mal y se vean tan horribles como Bladestorm: Nightmare, sobre todo si se toma en cuenta que está en un PlayStation 4.
Los modelos de cada uno de los elementos que vemos en pantalla son verdaderamente pobres y genéricos, presentando texturas en muy baja resolución, expresiones faciales nada creíbles y animaciones que nos recuerdan a los primeros títulos desarrollados sobre motores en 3D. Ver Bladestorm es verdaderamente incómodo en todo sentido.
Lo anterior se podría justificar por la enorme cantidad de elementos que vemos en pantalla, no obstante, esto también queda mucho a deber. La draw distance del juego es verdaderamente penosa, pues tarda en cargar a las hordas de enemigos o aliados demasiado tiempo. Sumado a todo lo anterior, los cuadros por segundo a los que corre Nightmare, son inconstantes y muy bajos, menos de 30 por segundo sin temor a equivocarme. Para rematar la terrible experiencia técnica, más de tres veces el juego se congeló completamente, haciendo que tuviera que cerrar la aplicación desde la interfaz del PS4, causando que perdiera bastante avance.
Bladestorm: Nightmare es una autentica pesadilla del entretenimiento. Sus mecánicas y diseño de niveles son mediocres, mal planeados y sin ningún tipo de propuesta. Entregas de este tipo nos hacen pensar que en realidad, el desarrollo serio de videojuegos en Japón está en una autentica crisis de la que difícilmente saldrá.
Me resulta más que complicado recomendar algo como lo publicado por Koei Tecmo, sin embargo, si eres de los valientes que disfrutaron de cosas como Hyrule Warriors o en general, las entregas de esta serie, puede que Bladestorm sea de tu agrado, sobre todo si tienes el humor de pelearte con mecánicas de RTS muy mal logradas. De lo contrario, aléjate lo más que puedas de esta entrega, misma que seguramente, se olvidará en muy poco tiempo.