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Relic Entertainment, World's Edge
Xbox Game Studios
28/10/2021
Dentro de la gran lista de experiencias que comprenden el género de los Juegos de Estrategia en Tiempo Real, o RTS, la serie de Age of Empires siempre ha sido reconocida como su pilar principal. Si bien en las últimas décadas hemos visto varios intentos por parte de diferentes compañías de obtener este título, como Blizzard con Starcraft II y Relic Entertainment con Company of Heroes, ninguna ha llegado a la altura de la trilogía original que nos entregó Ensemble Studios entre 1997 y 2005. Aunque desde entonces han llegado una serie de expansiones, remasterizaciones y trabajos adicionales, la serie no tuvo alguna entrega principal completamente nueva en 16 años. Afortunadamente, eso ha cambiado.
Para 2017, muchos creíamos que el nombre de Age of Empires era algo que solo vivía en nuestros recuerdos. De forma inesperada, fue en este año cuando Xbox y Microsoft anunciaron que era el momento correcto para traer de regreso a esta serie. No solo tres versiones definitivas de los primeros juegos fueron anunciadas eventualmente, esto junto a más expansiones para estos títulos, sino que una cuarta entrega principal ya estaba en desarrollo de la mano de Relic Entertainment. Así es, quienes en un momento fueron considerados la competencia directa, ahora se encargarían de llevar a la serie de Ensemble Studios a la generación actual. Junto a esto, se anunció la creación de World’s Edge, un estudio enfocado a supervisar esta propiedad.
Después de cuatro años revitalizando a la serie, Age of Empires IV ya está en nuestras manos. El nuevo juego ha llegado a PC y, más que sentirse como una evolución de lo visto en el tercer título, esta entrega puede ser considerada una continuación de Age of Empires II. ¿Acaso estos cambios fueron los correctos? ¿La fórmula de la franquicia funciona hoy en día? ¿Viajar al pasado es clave para un gran futuro? Descubre las respuestas a estas y más interrogantes en nuestra Atomix Review.
Age of Empires IV, en más de un sentido, es más una evolución de lo visto en la segunda entrega, dejando de lado algunas de las características que definieron lo que vimos con el tercer título. Uno de los apartados que deja más que esto en claro, son las diferentes campañas para un solo jugador. En lugar de encontrarnos algún tipo de narrativa completamente original que toma como base los eventos históricos de cierta cultura en un tiempo específico, este título decide recrear una serie de momentos que definieron el rumbo de varias civilizaciones a lo largo de la Edad Media.
Es así que Age of Empires IV foca su atención en los normandos y sus diversas luchas para obtener y conservar la corona de Inglaterra; en la Guerra de los Cien Años que libró Francia en contra de los ingleses; en la marcha de los mongoles hacia el oeste; y en la formación de Rusia tras una invasión del este. Aunque cada campaña está construida para ofrecer una serie de tutoriales que explican las mecánicas del juego, desde las clásicas que ya todos sabemos, hasta las nuevas herramientas que están a nuestra disposición, se nos ofrece mucho más que solo misiones enfocadas en enseñarnos a jugar.
Aquí se nos presentan diversos hechos históricos re-imaginados para funcionar como experiencias interactivas. Las cuatro campañas presentes abarcan varios siglos con diversas figuras tomando el papel principal. Esto hace que constantemente estemos expuestos a los momentos más importantes de varias civilizaciones. Si bien esta estructura evita que se indague en diversos momentos, como lo vimos con Age of Empires II, la presentación de estos eventos se siente como una clase de historia o un documental estilo History Channel, en donde algunos datos son dejados de lado o resumidos en un par de cinemáticas, y los segmentos más importantes toman el escenario principal. De igual forma, cada campaña da pie a la siguiente. Es decir, la conclusión del conflicto con los normandos propicia el inicio de la Guerra de los Cien Años, y la invasión mongola es la razón por la cual Rusia comienza a formalizarse como nación.
Esta conectividad es natural y una de las mayores fortalezas que nos proporciona el juego en esta cuestión. Junto a esto, cada capítulo en las diversas campañas se siente único. En muy pocos casos el título nos presenta una situación repetida. Si bien los objetivos generales pueden ser similares entre ellos, el ejército que controlas, los problemas que se presentan, las estrategias que usarás, los mapas en los que se desarrollan los enfrentamientos y muchos elementos más serán muy diferentes a lo largo de las más de 10 horas de contenido que nos ofrece este apartado. Aquí se nos presentan escenarios únicos que cuentan con un gran reto y hacen que la historia sea muy, pero muy divertida.
Age of Empires IV opta por calidad sobre cantidad. Si bien las campañas disponibles hasta el momento están muy bien construidas en todos sus sentidos, sin algún momento aburrido, el problema se encuentra en que solo hay cuatro disponibles por el momento. Aunque existe la promesa de que en un futuro veamos a otras civilizaciones en el escenario principal, por el momento la atención solo está en los ingleses, franceses, mongoles y rusos, dejando al resto de las culturas fuera del foco de atención por el momento.
Este es el único inconveniente que vale la pena mencionar. Cuestiones como la estructura de las misiones, el enfoque que se les da a ciertos eventos sobre otros y el ritmo que muchas misiones tienen, son elementos que, en este caso, dependen completamente de tus gustos. Aunque al final del día el enfoque principal de muchas personas recae en el aspecto multiplayer, el trabajo que Relic Entertainment llevó a cabo en esta ocasión es lo suficientemente efectivo para que más de una persona se interese por la historia medieval. Esto se logra, no solo con la elección de escenarios principales, sino con la ayuda de una presentación como ninguna otra.
El trabajo documental que la campaña emana no solo se logra por medio de una selección específica de momentos históricos para retratar la evolución de diversas civilizaciones, sino que Age of Empires IV nos ofrece, literalmente, documentales con una calidad de televisión. Similar al trabajo que encontramos en History Channel, este título nos presenta diversos videos que combinan grabaciones en locación de hoy en día, con animaciones que logran, no solo reflejar la escala de los conflictos, sino que nos muestran cómo han evolucionado estas regiones y qué estructuras se conservan hasta el día de hoy. Todo esto con un alto nivel de producción que refleja la atención a los detalles y la pasión que los encargados de este proyecto tienen por los momentos más importantes de esta época.
Cada una de las misiones principales de las campañas disponibles cuenta con una introducción y una narración que logran ofrecer el contexto y el peso de los eventos que se nos presentan. Por otro lado, al completar cada sección, el juego ofrece diversas viñetas adicionales. Aquí encontramos algunos datos interesantes, como la forma en la que los castillos de la época fueron construidos, y cómo es que cierta batalla modificó diversos aspectos del día a día. Todo el contenido que se nos presenta, tanto principal como opcional, tiene el mismo nivel de atención, en donde se nos entregan entrevistas con expertos, secuencias en donde se muestra el funcionamiento de las armaduras, armas y equipo asedio que se usaba hace dos mil años.
Todo el trabajo que se llevó a cabo en esta ocasión es un deleite. Existe el suficiente contenido adicional para crear una serie documental. Aunque esto es lo más llamativo que tiene Age of Empires IV en este aspecto, esto no quiere decir que, visualmente hablando, el juego esté mal, todo lo contrario. Como ya lo mencione, en muchos sentidos, Relic se encargó de crear una continuación directa del segundo título, por lo que el apartado visual es muy similar a lo que vimos con Age of Empires II, aunque con una serie de actualizaciones destacadas. Cada civilización resalta por detalles únicos y estructuras que solo se pueden encontrar en su rama evolutiva. Por ejemplo, los franceses llaman la atención por una arquitectura gótica, mientras que el Sultanato de Delhi nos ofrece una vista oriental que funciona como las bases para India. Incluso cuando un par de civilizaciones comparten algunas características, esto se debe a su posicionamiento geográfico.
Pese a que por el momento solo hay ocho culturas disponibles, cada una se siente única, aunque esto es algo que tocaré a mayor detalle en unos momentos, y es su distintivo apartado visual el cual demuestra esto de golpe. Por otro lado, los diferentes mapas que podemos usar dejan en claro el salto entre motores gráficos. Mientras que Age of Empires III usa el Bang! Engine, el cual fue producido para esta serie, la nueva entrega utiliza el Essence Engine de Relic, el cual proporciona elementos enfocados en demostrar de mejor forma la destrucción de edificios. Uno de los detalles más carismáticos, es que al momento de construir cualquier edificación, puedes ver pequeñas animaciones de varios ciudadanos ayudando a crear estas estructuras, las cuales también se van formando de una manera más natural, y ya no simplemente aparecen en dos o tres pasos.
El juego está repleto de cambios pequeños de este tipo. Elementos como los soldados usando antorchas para atacar edificios, caminos que se forman al construir casas pegadas, y lo gigante que se siente cada estructura, recursos y elemento de un mapa, hacen que la experiencia de Age of Empires IV no se vea como un remake de lo que vimos en la segunda entrega, sino como una evoluciona para la serie en general. El gran nivel de producción, los detalles que enriquecen la experiencia y los videos documentales que van de la mano con una campaña enfocada en contar hechos históricos de una forma entretenida, hacen que el título se disfrute aún más.
Age of Empires no es conocido por su soundtrack, y en esta ocasión las cosas no son diferentes. La serie nunca se ha enfocado en presentar composiciones que tomen el papel protagónico en alguna partida. En su lugar, este tipo de juegos optan por trabajos más ambientales, en donde se ofrece el acompañante perfecto para todos los momentos más tranquilos, así como aquellos en donde el conflicto toma el escenario principal. De esta forma, la nueva entrega no rompe con lo establecido. Las mayores novedades se encuentran en el diseño sonoro y en la narración para todos los videos documentales.
Es así que Age of Empires IV, al igual que en su presentación visual, es similar a la segunda entrega, pero con mejoras en diferentes secciones. Por ejemplo, el combate entre soldados ya no simplemente suena como espadas chocando entre ellas, dependiendo del arma que use una unidad, se podrá escuchar un efecto único. Quizás la diferencia no será tan notoria al principio, pero después de un par de horas experimentando con las civilizaciones, la variedad se puede identificar. De igual forma, cada cultura sigue hablando en sus respectivos idiomas, pero esto se sigue limitando a pocas frases para ciertas acciones.
Una de los mayores factores que lograron que la serie fuera un éxito a nivel mundial, fue su accesibilidad al momento de proporcionar textos y doblajes en diferentes idiomas, entre ellos el español. Una vez más nos encontramos con un castellano ibérico. A diferencia de otros juegos en donde esto puede verse como algo negativo para América Latina, la elección de este lenguaje va de gran forma con el estilo documental que se proporciona y es, hasta cierto punto, nostálgico para todos aquellos que crecimos con los primeros títulos.
En general, el apartado sonoro es en donde menos se presentan cambios y mejoras en comparación con previas entregas, pero aún así encontramos una serie de elementos y detalles que refinan esta experiencia para todo el público, tanto para aquellos que recordamos con cariño Age of Empires II y III, así como a los que se embarcarán por primera vez a la serie.
Age of Empires IV no decide continuar con lo visto en la tercera entrega, por lo que no vemos una evolución cultural. En su lugar, Relic optó por regresar al pasado y crear una experiencia que se siente similar a lo que vimos en 1999, pero con una serie de cambios, mejoras y detalles adicionales que convierten a este título en algo más solo un remake glorificado de Age of Empires II, algo que a la distancia uno podría pensar. De esta forma, este juego decide dar varios pasos adelante, pero también retrocede un poco. Elementos como la recolección de recursos vuelven a necesitar de una base específica, ya no hay envíos de una metrópoli, el armamento principal se reduce a espadas, lanzas, arcos, arietes y el uso primitivo de la pólvora. Mucho de lo que proporciona este título no será nuevo para los veteranos, e incluso algunos se pueden llegar a decepcionar por esto.
El enfoque principal sigue en ofrecer una experiencia de estrategia en tiempo real de primer nivel, y en esta cuestión el juego cumple su trabajo. Cada una de las ocho civilizaciones presentes tienen las mismas bases y comparten varios elementos, pero la forma en cada una evoluciona y sus enfoques son totalmente diferentes entre ellas. Algo de lo que sufren las previas entregas, es que varias culturas se llegan a sentir similares, especialmente cuando tomas en consideración expansiones. En Age of Empires II no hay mucho que separe a los españoles de los franceses, pero en esta ocasión elegir entre la Dinastía Abasí y Sultanato de Delhi es una decisión que cambiará por completo la forma en que se llevará a cabo una partida.
Por ejemplo, los Mongoles es una civilización que se caracterizaba por estar en constante movimiento, esto para cubrir más espacio, resultando en una versión nómada medieval. Estos hechos y comportamientos históricos son trasladados de gran forma al gameplay. Es así que este grupo cuenta con una habilidad única que les permite mover todos sus edificios y el jugador puede trasladar su base cuando lo desee. Sin embargo, esto también significa que es imposible hacer uso de muros y otro tipo de instalaciones que están encontrammos en otras civilizaciones. Los ingleses cuentan con arqueros de tiro largo que no se pueden entrenar en otros lados. La caballería francesa es de primer nivel. La Dinastía Abasí usa eruditos que hacen que todas las investigaciones disponibles sean gratuitas, pero a costa de más tiempo de espera para completarse.
Cada aspecto ha sido personalizado para las ocho culturas, reflejando esta idea de calidad sobre cantidad. Incluso la forma en que se evoluciona es diferente. Ya no solo basta con obtener los recursos necesarios y listo, ahora tienes que elegir entre un par de caminos que se pueden tomar. En algunas civilizaciones tendrás la oportunidad de seleccionar edificios que están enfocados en el aspecto militar o comercial. Sin embargo, hay culturas en donde este proceso es muy diferente. Los chinos, por ejemplo, hacen uso de un sistema de dinastías, las cuales te permiten construir varias estructuras especiales que otorgan beneficios generales. Por otro lado, el Sultanato de Delhi se caracteriza por proporcionar una obra en específico, a la cual se le tienen que ir creando alas adicionales, y al crear cualquier cosa a su alrededor se genera una cadena que eventualmente proporciona algún extra a la sociedad.
El espacio se ha vuelto una parte fundamental que requiere un mayor pensamiento de cómo se construye una ciudad. Ya no solo basta con arrinconar todo en un solo lugar. Algunos edificios de ciertas culturas proporcionarán bonificaciones para ciertas tareas, vida adicional, o una mayor defensa. Junto a esto, en varias ocasiones será posible expandir el radio de mejoras al conectar estructuras entre ellas. En este mismo punto, Age of Empires IV no ofrece una gran cantidad de edificios a tu disposición. Básicamente están presentes todos los que vimos en el segundo juego, pero con un par de novedades enfocadas a civilizaciones específicas, así como las clásicas maravillas.
Como ya lo mencioné, una vez ya dentro de una partida, el estilo de juego sigue siendo el mismo. Aún tienes que recolectar madera, comida, oro y piedra para avanzar de edad, construir edificios y generar unidades. En este apartado no mucho ha cambiado, pero sí se han refinado varios elementos. Una de las mayores características de esta entrega, es el mayor énfasis que se le da a las estructuras de defensa. Las clásicas barreras de madera regresan, y son tan inútiles como lo recuerdas, pero son los muros de piedra en donde se encuentra el enfoque. No solo estas paredes son sumamente imponentes por lo grande y anchas que son, sino que juegan un papel fundamental al momento de ser resguardado de forma efectiva.
Gracias al gran tamaño de los muros, las unidades ahora pueden ser colocadas aquí, y si posicionas varios arqueros, prepárate para tener un muro que ningún soldado podrá atravesar. Junto a esto, es posible colocar torres que disparan flechas estilo ballesta, pero gigantes. Esto tiene repercusiones en varios sentidos. Para comenzar, la forma en que colocas cada estructura es importante. Si construyes una puerta con una dirección que dé hacia tu ciudad, básicamente le estás dando la bienvenida a tus enemigos. De igual forma, las torres de defensa requieren de una mejora específica para funcionar, por lo que necesitas pensar adecuadamente cómo es que te defenderás.
Por otro lado, si te encuentras del lado ofensivo, también cuentas con una serie de herramientas efectivas. Los famosos trabuquetes regresan, y en la última edad de ciertas culturas será posible construir cañones. Junto a esto, todos los soldados son capaces de crear arietes para acabar con los muros, así como torres de asedio que pueden transportar unidades y colocarlos sobre los muros de los enemigos. Entre las novedades encontramos la habilidad de esconder tropas en ciertos bosques, lo cual proporciona una forma de emboscar a tu contrincante. De igual forma, la lista de guerreros que se pueden crear se ha expandido, con, por lo menos, un tipo de milicia específica para cada cultura. Age of Empires IV ofrece una gran lista de opciones que están a la disposición del jugador, las cuales puedes usar dependiendo de tu estilo de juego y la civilización de tu elección. Junto a esto, este título cuenta con una inteligencia artificial bastante retadora que constantemente está presionando al usuario, ya sea para defenderse de la forma más adecuada posible, o para entrar en conflicto desde el primer momento posible.
Si necesitas aprender a jugar de forma efectiva, tienes a tu disposición el Arte de la Guerra, en donde varios retos enseñan a manejar de forma efectiva cada una de las mecánicas tradicionales y nuevas. Las clásicas escaramuzas están de regreso, y aquí es donde el juego retrocede un poco en comparación con Age of Empires III. A diferencia de la tercera entrega, en donde las opciones de personalización eran bastante extensas para crear diferentes partidas, en el nuevo título simplemente puedes combatir de forma tradicional. No hay tratados o alianzas. Lo único que es modificable son las formas de ganar una partida, ya sea por la destrucción de estructuras específicas, defendiendo una maravilla por un tiempo limitado, o dominando ciertos territorios. Sin embargo, Age of Empires IV ofrece un gran catálogo de mapas a los cuales les puedes cambiar, el bioma, la cantidad de recursos y, como siempre, cada partida cuenta un terreno generado de manera procedural.
Tal vez sea una decepción para más de uno que Age of Empires IV no decide enfocarse en la historia del siglo XIX y XX, y en su lugar todo se lleve a cabo entre los años 1000 y 1300. Sin embargo, el trabajo que ha llevado a cabo Relic Entertainment es de primer nivel y una de las mejores experiencias de RTS que se pueden encontrar hoy en día. Cada civilización, por pocas que sean, se sienten únicas y cuentan con una serie de elementos que serán del agrado para cada jugador. El mayor énfasis en las defensas harán que el meta juego logre diferenciarse de sus previas entregas y las mejoras refinan considerablemente la experiencia en general.
Age of Empires IV es un raro caso de un juego que proporciona un futuro brillante al presentar un pasado conocido. Al dejar de lado algunos de los elementos que se introdujeron con la tercera entrega, Relic ha proporcionado una experiencia que refuerza unas sólidas bases. Las cuatro campañas, aunque pocas, son grandes clases de historia que son capaces de contar de una forma efectiva los eventos que se llevaron a cabo hace miles de años. Los videos documentales que proporcionan información adicional sobre estos periodos elevan sustancialmente la presentación a un nivel que no encontramos hoy en día en otro tipo de experiencias similares.
Aunque el juego utiliza un estilo visual y sonoro que ya vimos en el pasado, las mejoras y actualizaciones son un gran detalle que todos los que pasamos cientos de horas en Age of Empires II podremos apreciar. El gameplay demuestra que Age of Empires es un sinónimo de los RTS. Cada civilización es única y los cambios que se introducen vuelven más adicto el estilo de juego. Con la promesa de contenido adicional y soporte para mods en un futuro, es más que seguro que los usuarios encuentren aquí una comunidad que constantemente estará creando nuevo contenido, transformando el ya existente o simplemente gozando el que ya está presente.
Fuera del soporte que recibirá este juego, el futuro de la serie se ve con un gran potencial. Aunque Relic pase a trabajar en Company of Heroes 3, World’s Edge se encargará de mantener con mucha vida a Age of Empires IV, algo que me emociona.