Si tienes entre 22 y 30 años es imposible negar que cuando eras niño, jugaste Dragon Ball con tus amigos. Y por supuesto que no me refiero a los videojuegos de la serie, sino a salir a la calle a lanzar kamehamehas o genkidamas imaginarios con tus cuates. Ese quizá sea el factor más fuerte que tiene Dragon Ball Z Kinect. Darle la oportunidad a chicos y grandes de revivir esos momentos en los que te ponías en posición, acomodabas tus manos en la cintura y comenzabas a invocar el clásico “¡jame, jame, JA!”.
Una de las franquicias más queridas por los chicos de los noventas es sin duda alguna Dragon Ball Z. El legado que ha dejado es asombroso y cualquiera que se mete con Goku, se mete con sus fans. La serie de juegos que han salido últimamente se han caracterizado por plasmar de manera atinada el feeling que nos causaba ver las peleas en la televisión, sin embargo Namco Bandai decidió llevarlo al mundo de Kinect y el resultado no es lo que esperabamos.
La idea es fascinante, ¿quién no quiere lanzar un kamehameha tal como lo hacen los personajes de la serie? Aunque por desgracia, este juego es una prueba más de que el león no es como lo pintan (tal como la mayoría de los juegos de Kinect que hay disponibles).
Quizá uno de sus puntos más fuertes es que no sólo podrás ver la historia de Dragon Ball Z desde la llegada de Raditz hasta Majin Buu, sino que formarás parte de ella. Esto se conjuga perfectamente con el estupendo trabajo que hicieron los desarrolladores en el apartado gráfico. Creo que este título es el que ha estado más cerca de igualar el estilo visual de la serie en el mundo virtual de los videojuegos.
Lástima que las gráficas no hacen al juego. Sobretodo hablando de un título de peleas, en el que el control es primordial. Para golpear, tendrás que golpear (¡duh!), y en determinados momentos podrás lanzar bolas de energía desde la palma de tu mano. Pero si quieres lanzar un ataque más poderoso, tendrás que ponerte en la misma posición que los personajes hacen cuando cargan su Ki. Al hacerlo, irás llenando una barra que está a la izquierda, misma que podrás descargar en contra de tu enemigo con un ataque espectacular. Lo malo de esto es que a veces, la barra se tarda demasiado en cargar y dependiendo de la dificultad en la que estés jugando, tus enemigos harán lo posible para impedirlo.
Para que no te interrumpan al cargar tu ki, necesitarás marear a tu contrincante, lo que lograrás al conectar bien una serie de golpes que concluyen en épicos quick time events mismos que, por desgracia, tendrás que repetir una y otra vez hasta que dejan de ser tan épicos. Incluso terminarás harto de escuchar a Goku decir la misma frase tantas veces seguidas.
En caso de que logres lanzar uno de estos devastadores ataques, vas a tener una ventaja muy grande en contra de tu enemigo pero también vas a terminar exhausto, pues el requisito para que sean exitosos es lanzar golpes de manera muy rápida al aire. Y a pesar de la ventaja antes mencionada, la curva de dificultad es en verdad ridícula. Un enemigo fácil no te causará problemas, pero uno difícil será un verdadero dolor de cabeza y una experiencia frustrante.
El sistema de combate es como ver a alguien de lejos y pensar que está guapo, pero cuando se acercan escuchas el vidrio de ilusión romperse en tu cerebro. Todo se limita a lanzar golpes y patadas sin sentido, con el fin de hacer el mayor daño posible a tus enemigos. También tendrás que esquivar ataques en algunos momentos, algo que de nuevo, es un dolor de cabeza y que al parecer es una falla recurrente en el Kinect. Para aquellos que lleguen a desarrollar un juego usando este sensor, tengan en mente que hacernos para un lado o para el otro simplemente no funciona. Por alguna extraña razón, Kinect no detecta bien esos movimientos, y en más de una ocasión te conectarán un gran combo sin importar que estés en el piso agachándote. Es el clásico “¿qué? ¡si sí me agaché!”.
Lo que le da una buena variedad al juego son los diferentes ataques que tendrás con los personajes, cada uno extraído directamente de la serie, así que no será difícil aprenderlos, siempre y cuando seas fan. Esto es un buen punto, pues en realidad el juego te da a elegir cómo quieres usar la energía que has acumulado. Hay poderes que son más complicados de realizar que otros, pero por ende causarán más daño en tu contrincante.
A pesar de sus fallas técnicas y gameplay repetitivo, no puedo negar que Dragon Ball Z Kinect es algo divertido. Jugarlo sólo es una regresión en automático a tu niñez, que creo yo, es el elemento más fuerte del juego. Hubiera sido genial que contara con un modo multijugador, pero por desgracia es un juego para una persona. Creo que será otro título que se irá al rincón de los buenos intentos, malas ejecuciones.
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