Movie Review – The Cloverfield Paradox

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La gran sorpresa del Super Bowl

De todo lo que nos esperábamos para el domingo del Super Bowl, seguro que ver una nueva película de Cloverfield ocupaba el puesto de lo menos probable. Claro que un anuncio al respecto se antojaba posible, pero tener a la cinta en sí ese mismo día, sonaba como un sueño imposible. Pues bien, prácticamente de la nada, durante el gran partido, se nos anunció que al término del mismo, The Cloverfield Paradox estaría disponible a través de Netflix para que cualquiera de los suscriptores al servicio la pudiera disfrutar. Evidentemente, el anuncio causó sensación entre todos los que hemos seguido esta peculiar saga de J.J. Abrams, pues sabíamos prácticamente nada de esta tercera entrega. Para infortunio de todos nosotros, el resultado general de la película es verdaderamente malo.

Incluso desde antes del estreno de la sensacional 10 Cloverfield Lane, comenzaron a surgir rumores sobre una película bajo el nombre de The God Particle, la cual, tendría relación con todo el universo de Cloverfield de alguna manera. Como te comentaba, ayer domingo 4 de febrero, se nos presentó un tráiler para informarnos que dicho proyecto se transformó en The Cloverfield Paradox, la cual, hace las veces de precuela de Cloverfield de 2008, esto en un intento para darle mayor forma a la franquicia y por supuesto, para explicar varios de los misterios que la rodean. Este filme con dirección de Julius Onah y producción de Abrams sí aclara algunas dudas que teníamos sobre la serie y por momentos, nos causa esa tensión y vacío de sus predecesoras, sin embargo, un guión bastante pobre, actuaciones para el olvido y un ambiente mal logrado, la transforman en una obra que no tardará en ser olvidada.

Guión lleno de clichés

La serie de Cloverfield se había caracterizado por parecer otra producción de monstruos más hecha en Hollywood, pero que cuando uno le daba la oportunidad, te podías dar cuenta de que es un cine bastante distinto gracias a un espectacular manejo del suspenso. Lo anterior se lograba gracias a grandes guiones muy bien escritos que sabían hasta qué punto decirnos qué estaba pasando con la situación en cuestión y hasta cuál, dejarnos con la duda. A pesar de que Cloverfield de 2008 tenía poco que ver con 10 Cloverfield Lane, existía una conexión inherente entre ambas que por supuesto, nos encantó a los fans. Por tal motivo, la idea de una precuela de la primer cinta nos emocionaba muchísimo.

Nos encontramos unos años antes del incidente en Nueva York que se nos mostró en la primer Cloverfield. El mundo se encuentra sumido en la peor crisis energética de la historia, por lo que las tensiones entre naciones se agudizan cada vez más hasta el punto del inicio de una nueva Guerra Mundial. En una medida desesperada, esfuerzos internacionales fondean una misión muy arriesgada para intentar encontrar la forma de producir energía eléctrica de manera ilimitada, esto a través de un acelerador de partículas utilizado en una estación espacial llamada Cloverfield. Dicho experimento se tiene que llevar a cabo en el espacio exterior por el peligro que representa.

Mientras que los más optimistas esperan que todo esto solucione la complicada situación en la Tierra, algunos advierten que la idea de meterse con el espacio-tiempo puede resultar en la apertura de portales a otras dimensiones. Hasta ahí, una gran premisa que difícilmente no emocionará a los fans de esta franquicia, sin embargo, The Cloverfield Paradox empieza a mostrar sus verdadero rostro antes de que se cumplan los primeros 40 minutos del desarrollo de su argumento.

Como seguramente ya te estás imaginando, la situación abordo de la estación se empieza a salir de control cuando en uno de los intentos, la tripulación por fin logra lo que estaba buscando. Ahí nos topamos con el primer problema de la cinta. Me parece que jamás se tomaron el tiempo de clavarse mucho más en la parte científica y en explicar exactamente qué es lo que se estaba haciendo con el acelerador de partículas. Los personajes se limitan a algo como “¡bien! por fin logramos hacer que esta máquina funcionara!” Dejándonos como audiencia con un sentimiento de duda poco placentero. No, no todos somos físicos teóricos.

A partir de ese momento, The Cloverfield Paradox se transforma en uno de los cientos de clones que hay de la legendaria Alien de Ridley Scott. Un montón de cosas verdaderamente extrañas comienzan a pasar y por supuesto, a terminar con la vida de la tripulación. A lo largo de las dos horas que dura esta película, sí llegamos a tener momentos “muy Cloverfield”, es decir, escenas verdaderamente angustiantes que te generan preguntas muy interesantes sobre lo que está pasando; no obstante, la cinta rápidamente regresa a clichés sumamente gastados que aportan nada.

Los personajes a los que conocemos son planos, sin personalidad y totalmente olvidables, por lo que cada vez que uno de ellos muere, es complicado sentir algo de empatía. Para rematar, tenemos actuaciones pobres y poco creíbles que claro, ayudan en nada a darle mayor volumen a los rostros que se nos están poniendo en pantalla. Sí, motivaciones existen y en un par de ocasiones hubo intentos de plot twist bastante loables que por todos los problemas de la película, no terminaron por cuajar. La narrativa va en picada desde que arranca.

Como te decía, The Cloverfield Paradox sí tiene algunos momentos muy rescatables, pues la idea de ver a dos dimensiones chocando y todo el caos que esto pudiera generar, es innegablemente genial, pero me parece que por esa misma razón, es que debemos de considerar a esta película como una terrible interpretación, pues tenía conceptos increíbles que nunca supo explotar, todo por seguir una línea comerc

ial poco original y nada atractiva, asunto que nos sorprende muchísimo si tomas en cuenta que las otras dos cintas de la serie habían hecho de lado cualquier “arcana” del género con tal de entregar un thriller que supiera distinto y que propusiera sus propias ideas.

Fuera de ambiente

Otro de los grandísimos atributos de las películas de Cloverfield tiene que ver con la ambientación que presentan, siempre opresiva y logrando que como audiencia, respiremos el peligro ante el cual están sometidos los personajes en pantalla. Ese inicio de la primera cinta, probablemente sólo se ve igualado por la forma en la que se va desenvolviendo toda la trama de 10 Cloverfield Lane. Lo que te quiero decir es que esta franquicia se empezaba a ganar el sinónimo de “excelentes thrillers”, argumento que gracias a The Cloverfield Paradox, ha quedado totalmente en entredicho.

Te repito. La idea original y argumento de The Cloverfield Paradox sonaba como la cosa más interesante del mundo, de la cual, se podían sacar toda clase de locos momentos para entregar una cinta sólida y con personalidad propia. Además de tener un guión bastante desabrido y sin gran chiste, estamos frente a un filme que también falla en cosas como la dirección de arte, fotografía y demás aspectos técnicos, dando como resultado una supuesta obra de suspenso que justamente falla en hacer que la audiencia se mantenga nerviosa a lo largo de todo el relato.

Es claro que los escritores pensaron en algo como “son dos universos chocando entre sí, o sea, todo puede pasar y no tenemos que dar ninguna explicación al respecto”. Puede que la base científica sea cierta, pero el cine no funciona de esa manera.

De manera bastante general y para no hablarte de aspectos más aburridos de la película, te puedo decir que The Cloverfield Paradox es una cinta más que intenta combinar el terror con la ciencia ficción. Sí, no es un completo bodrio ni mucho menos, pero la realidad es que es una cinta absurdamente genérica que aporta nada. Como fan de Cloverfield disfruté de algunos momentos, sobre todo de esa escena final, pero seguro que alguien que jamás le ha entrado a la franquicia, entenderá poco de lo que está pasando y lo que más o menos conecte, le parecerá que ya lo ha visto un millón de veces en otros filmes. ¿De la nada uno de los personajes se volvió malo y quiere matar a todos? Así es, ese tipo de tonterías predecibles, son algunos de los recursos que hacen acto de presencia.

Una completa decepción

Nos han roto el corazón de nueva cuenta. Después de lo originales que habían sido las primeras dos Cloverfield, pensé que estaríamos frente a una franquicia que se mantendría fiel a su pequeña, pero apasionada base de fanáticos. El hecho de que The Cloverfield Paradox no llegara a cines y que fuera publicada así de la nada en una plataforma como Netflix, reforzó mi idea de que teníamos una serie de nicho a la que no le interesaban los grandes números en taquilla. La verdad es que no sé bien en qué momento se perdió el rumbo y se decidió dejar de lado todos los valores de esta propiedad para hacer un thriller genérico sin personalidad propia que falla en prácticamente todo los apartados.

De verdad que soy el primero en querer que ahora te estuviera hablando de la consolidación de una grandiosa saga de ciencia ficción que la gran mayoría se está perdiendo, pero el resultado de The Cloverfield Paradox es tan malo que sinceramente no sé si quiero que esta historia continúe. Una vez más te comento que lo que más coraje me da es que definitivamente se tenían grandes ideas para esta película que por distintas razones, no se ejecutaron de manera correcta. Por supuesto que este error no borra lo grandiosas que son Cloverfield y 10 Cloverfield Lane, pero sí mancha lo que bien pudo ser una serie de culto. No, de ninguna manera recomiendo ver esta película, menos si nunca has visto las otras dos que te comento.

Alberto Desfassiaux
Editor en Jefe de Atomix. No me gustan los videojuegos... ¡adoro los videojuegos!