Movie Review – Kimi no Na wa. (Your Name.)

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La obra maestra de Makoto Shinkai

Hayao Miyazaki es, sin duda alguna, el máximo referente del cine de animación japonesa, lo cual no resulta extraño una vez que volteamos a ver su inmensa y más que admirable trayectoria. A lo largo de sus más de 50 años de carrera el legendario director de cine nos ha ofrecido una inmensa cantidad de mágicas historias que se han quedado plasmadas en el corazón de millones. Por ello y cuando desde hace unos pocos años se comenzó a manejar que había surgido un nuevo talento que contaba con todo para convertirse en su sucesor, muchos no pudieron más que pensar que esto era algo absurdo, aventurado y hasta inimaginable.

El nombre de ese al que muchos han comenzado a llamar “El nuevo Miyazaki” es Makoto Shinkai, un hombre de apenas 44 años que, en poco más de una década, ha conseguido forjar un portafolio con proyectos sumamente interesantes de enorme calidad y con historias que, más allá de entretener, ofrecen una verdadera experiencia. De hecho, es precisamente esa gran atención al detalle y a la manera tan meticulosa en la que éste ha presentado y abordado sus trabajos lo que lo han llevado a ser comparado con el cofundador del icónico estudio Ghibli. Se trata pues de un gran artista de cuya trabajo ha captado rápídamente la atención del ojo público.

La calidad de Shinkai es innegable pero, dado el corto tiempo que lleva de carrera, hay quienes consideran que aún debe recorrer mucho camino para así aspirar al título que la industria se ha encargado de otorgarle. Sin embargo y con su más reciente producción, Kimi no Na wa. (Your Name.), me queda claro que éste no sólo alcanzó ya un punto muy alto en su madurez como director y animador sino que, incluso, se ha creado su propia fórmula especial, única y distintiva que bien lo podría colocar como uno de los cineastas de la animación nipona más influyentes e importantes de la era moderna.

No importa dónde estés, te buscaré y encontraré…

¿De qué trata Kimi no Na wa.? Ciertamente se podría decir que ésta nos muestra, grosso modo, una historia de drama romántico con elementos fantásticos. No obstante, dejarlo solamente en esa descripción general sería algo incompleto y hasta injusto debido a que ésta aborda majestuosamente varios géneros e ideas de maneras muy peculiares y por demás vistosas.

Pero empecemos por su premisa. En Kimi no Na wa. se nos narra la historia de dos jóvenes, Mitsuha y Taki, ambos oriundos de dos lugares totalmente diferentes y alejados – el campo y la ciudad, respectivamente – y con estilos de vida muy distintos y que, repentinamente, comienzan a intercambiar de cuerpo en reiteradas ocasiones mientras duermen. Aunque en un inicio los dos desconocen las razones por las que pasan a habitar el cuerpo del otro, ambos comienzan a generar sus propios medios para comunicarse entre sí y saber qué fue lo que hicieron durante su estadía en el cuerpo del otro; desde mensajes de texto en los celulares o entradas en diarios, hasta textos en el cuerpo o cuadernos por mencionar algunos. Sin embargo, sus vidas comienzan a cambiar cuando una serie de sucesos aún más extraños empiezan a suceder, mismos que a la postre los motivan a querer encontrarse y conocerse.

En apariencia el film da la finta de tener una premisa parecida a la de una comedia romántica en la que, tras una serie de peripecias, los dos protagonistas enfrentan sus miedos para así acabar cociéndose y tomarse afecto entre sí. Aunque es cierto que la película cuenta con algunos elementos de dicha temática, no es la única que de la cual se habla. Más que una historia de amor, Kimi no Na wa. es una película que aborda diferentes géneros con los que forja una narrativa maravillosa. Así como toca tópicos de romance y amistad, también lo hace con otros relacionados con la familia, la identificación personal, la redención, sanación y hasta la autoaceptación, y las compagina con dosis exactas de drama, comedia, ficción y fantasía.

Lo que más me fascinó de toda su trama es que, debido al inteligente manejo de esta extraña mezcolanza de géneros y temas, su historia jamás se vuelve predecible. Lo que en un inicio pinta para ser una comedia romántica en anime, rápidamente rompe con todos los esquemas que el espectador se pueda ir formando en su mente por medio de diversos plot twists sorpresivos que afectan incluso de manera extrema el ritmo en el que se desenvuelve la narrativa. No les miento cuando les digo que en más de una ocasión la piel se me erizo tras ser testigo de lo que ocurría en pantalla y que me quedé atónito cuando aprecié muchas de esas cosas que jamás vi venir.

Bajo esta misma idea, el genial desenvolvimiento de su narrativa es otro aspecto que enriquece con gran fuerza a la película. Ésta es muy dinámica y nunca se estanca en una sola dirección. Si tuviera que describirla de una forma sería como una montaña rusa emocional en la que se nos lleva de la mano a experimentar múltiples sensaciones de manera fluida y divertida pero siempre con una coherencia lógica. De ver momentos cómicos y alegres pasamos a ver otros sumamente tristes para después retornar al camino del júbilo, aunque posteriormente nos adentramos a escenas impactantes y dramáticas que, a la postre, conducen a más secuencias memorables que son tanto felices como depresivos.

Lo anterior en apariencia podría hacer ver que Kimi no Na wa. cuenta con una estructura desordenada en la que resulta fácil perderse y en la que muchas cosas no tiene sentido. Para mi gran sorpresa esto se evita gracias a otros dos apartados que, de igual manera, juegan un papel fundamental en la construcción del relato. Por un lado se encuentra la implementación de los saltos temporales y de las perspectivas de Mitsuha y Taki que, aunque se alternan a lo largo de la película, complementan y conectan astutamente todos cabos sueltos de la narración. Por el otro se encuentran la inclusión de la fantasía, en mi opinión el elemento más determinante ya que ésta ayuda tanto a enfatizar los momentos clave con una magia inigualable como a darle mayor sentido a toda esa combinación amplia de géneros y temas con una justificación que, ante todo, luce congruente.

Gracias a la conjunción de todos estos ingredientes la trama de la película se postra como una que, aún y con que hace uso de la ficción y la fantasía para sustentar su estructura, se siente demasiado tangible y verosímil, como si se tratara de una historia que podría pasar en la realidad y con la que muchos podrían identificarse. Más que ser un relato de amor, es una historia mágica de la vida misma que nos hace comprender que todos tenemos un destino con el que debemos cumplir pese a las adversidades que esto conlleva.

Una animación de primer calidad

Pero como si su historia y narrativa no fuesen motivo suficiente para aplaudir a la película, su presentación general con la que fue dotada es igualmente sobresaliente. Empezando por su animación, Kimi no Na wa. cuenta con un estilo tradicional en 2D que por momentos llega a jugar con la perspectiva y dimensión de los encuadres para así hacer lucir determinadas cosas como si tuviesen un efecto en 3D. De igual manera, el uso recurrente de enfoques hacia bellos paisajes y la utilización de secuencias conceptuales, abstractas y artísticas, enaltecen aún más el de por sí enorme valor de su producción. Por donde la mires, ésta es todo un deleite visual.

Quizá el único aspecto en el que siento que el film flaquea un poco es en su rubro musical. Si bien la banda sonora de ésta es maravillosa y cumple cabalmente con su misión de ambientar y enfatizar adecuadamente cada una de las escenas, considero que ésta pudo haber ofrecido un poco más de lo que nos expone. Empero, esto no demerita por ningún motivo el increíble trabajo que es en sí esta fabulosa obra cinematográfica

Un nuevo clásico del cine de animación japonés

Decir que Kimi no Na wa. es ya un clásico del cine de animación japonesa podría sonar algo aventurado para muchos pero, tras ser testigo de ese fenómeno que cautivó a Japón el año pasado, no encuentro motivo alguno con el cual refutar esta idea. Hacía mucho que una película no me causaba tantas sensaciones como las que experimenté con ésta a lo largo de sus casi dos horas de duración. De hecho, creo que las últimas cintas de este tipo que me hicieron sentir de esta manera fueron algunas de las que realizó el propio Miyazaki como El viaje de Chihiro o La princesa Mononoke; de ahí que ahora comprenda la razón por las que Shinkai sea etiquetado por muchos como su sucesor.

Sin importar si son fans o no del anime y si son de los que disfrutan inmensamente de historias inesperadas que se adentren en tu ser, generándote un mar de sensaciones y que te dejan mucho más que un momento agradable, entonces Kimi no Na wa. es una cinta que en definitiva no te puedes perder. Te aseguro que, sí le das la oportunidad, quedarás sorprendido con todo lo que ofrece este nuevo clásico japonés.

Si la desean ir a ver, les recuerdo que ésta se exhibirá en las salas de Cinépolis de más de 77 ciudades del país durante los días 4, 5, 6, 11, 12 y 13 de agosto.